EL CASO DE CLAUDIO MUNDACA

De como la ley del mas adinerado prevalece

Al tratar de ahondar en un tema que nos parecia de poca importancia nos dimos con varias sorpresas que hacen que este caso merezca una profunda investigación por parte de las autoridades pertinentes, inclusive del congreso o de las organizaciones de derechos humanos del mundo. No se puede aceptar semejante barbaridad. Este caso ocurrió en la ciudad de Moyobamba, en donde viven todos los implicados.

Claudio Mundaca se encuentra internado en el Hospital de la Banda de Shilcayo (Tarapoto), con una herida de bala disparada por la espalda y que le afectó los riñones y el hígado. El autor del disparo es un trabajador de don Leonor Peña Domínguez, cuñado de Mundaca y autor de la orden de disparar. Hasta aquí los hechos están claros.

Luego de ordenar los disparos contra su cuñado, Leonor Peña se dirige a la comisaría y sienta una denuncia como víctima de un asalto perpetrado por Claudio Mundaca, diciendo que le disparó de frente y en defensa personal, y que incluso había recibido un garrotazo en la mano de parte de Mundaca. Sin mas ni mas, la policía va al hospital a donde llevaron a Mundaca y lo ponen bajo custodia policial, colocándole grilletes a pesar de su estado delicado. Así comienza el vía crucis de este humilde campesino, que con el sudor de su frente tiene que sostener a su familia (esposa y dos niños de 6 y 8 años de edad). A diferencia de Leonor Peña, próspero comerciante que goza de todos los privilegios que da Don Dinero.

La versión de Mundaca es la siguiente: El sospechaba que su cuñado Leonor Peña quería hacerle daño, por lo que el 15 de Abril a las 7.00 p.m. se dirigió a la casa de este para aclarar algún mal entendido que hubiera entre ambos. La primera planta de la casa de Peña es un local comercial, que a esa hora estaba bastante concurrida de gente, por lo que su hermana Hermelinda (esposa de Leonor Peña) le dice que suba al segundo piso, pero antes de eso le dio un abrazo, no de fraternidad, sino para ver si no llevaba armas, porque le palpó todo el cuerpo.

Ya frente a Leonor Peña, Mundaca le muestra a este su malestar por los seguimientos que le estaban haciendo él y su gente. De pronto entran dos sujetos armados con pistolas y las caras descubiertas y le ordenan a Mundaca que se tire al piso para dar un "paseito" por Rioja, rápidamente éste se escuda detrás de Peña quien dice: "Mátenlo como a Camelio". Por causa del forcejeo los pistoleros no pueden disparar por temor de herir a su jefe. En estas circusntancias, Mundaca logra llegar a la puerta de salida y raudamente empieza a bajar por la escalera, cuando de pronto una bala le hirió la espalda, cayendo mortalmente herido delante de los clientes que en ese momento eran atendidos por su hermana. A pesar de la herida, les dijo a la gente ahí presente que había sido disparado por Leonor Peña, luego se arrastró hacia la puerta en donde alguien le auxilió conduciendole al hospital de la ciudad. También recuerda haber visto un policía frente al negocio, pero que este no hizo absolutamente nada, ni para ayudarlo ni para atrapar a los asesinos, parecía como que esperara algo. Se sabe también que la gente logró atrapar a Peña por unos minutos y que luego lo soltaron. De todas las personas que estaban en el negocio esa noche, sólo dos están dispuestos a dar fe de lo que vieron, los otros "no quieren tener problemas".

Por causa de la gravedad de la herida, Mundaca fue derivado al Hospital de la Banda de Shilcayo en Tarapoto, a donde llegó al borde de la muerte, sin familiares ni dinero y fuertemente engrillado, violándose flagrantemente sus derechos vitales. Luego vino su esposa, quien tuvo que recurrir a la caridad humana para conseguir medicamentos y tratamiento para su esposo. Aun este servidor, viendo la necesidad y la gravedad del paciente, le donó una unidad de sangre. Cuando se le vio alguna mejoría, los médicos ordenaron su regreso a Moyobamba, en donde le esperaba la cárcel y un proceso abierto por su vitimario. Algunos días después, su estado se volvió nuevamente crítico, por lo que los médicos de Moyobamba ordenan se le derive nuevamente al Hospital de la Banda de Shilcayo. Mundaca se opuso terminantemente a este traslado, aduciendo no contar con medios económicos ni familia en Tarapoto. Tenemos copia de la carta que le hiciera llegar al Gerente General de ESSALUD de Moyobamba haciendo este pedido. Los funcionarios de ESSALUD, hicieron caso omiso a esta petición; por lo que Mundaca tuvo que ser evacuado a Tarapoto para ser internado en el Hospital de la Banda de Shilcayo.

Pero, ¿fue internado en el hospital?. No. Fue internado en la cárcel de Tarapoto y no se sabe quién dio la orden para ello. Los médicos de Moyobamba no podían hacer más por la salud de Mundaca, es por ello que deciden trasladarlo a un hospital de Tarapoto y aca, en vez de internarlo en el hospital lo internan en la cárcel, en donde tuvo que dormir en el suelo, sin cama, sin medicinas y al borde de la muerte. 3 o 4 días después, cuando su deceso era inminente, los policías del penal lo subieron a un motocar (trimovil) y recién pidieron su internamiento en el nosocomio. Felizmente y gracias a las ganas de vivir por sus hijos que tiene Mundaca, ya está en franca recuperación, pero teme por su futuro, dice que no es casualidad tanto ensañamiento hacia su persona; su peor delito: ser pobre.

Una noche en que Mundaca deliraba con la fiebre y la infección, el policí que le custodiaba le puso grilletes en las manos y en los pies y se fue del hospital, regresando recién al otro día. El doctor de turno hizo la denuncia respectiva ante las autoridades polciales, quienes castigaron al mal efectivo con una semana de suspención.

Ahora las preguntas de rigor que deben ser contestadas por las autoridades policiales, judiciales y médicas, que han participado en este caso: ¿Dónde está el arma que usó Mundaca para asaltar a Leonor Peña? ¿Mostró Peña las huellas del garrotazo que recibió de parte de Mundaca? ¿Porqué la policía no interroga a los vecinos de Peña para aclarar este caso? ¿Quien es Camelio? ¿Quien o quienes lo mataron? ¿Porqué el fiscal que tiene el caso en sus manos, al visitar a Mundaca en el hospital de Tarapoto, le preguntó por la herida en el pecho? ¿Es que no sabe que le hirieron por la espalda? ¿Qué hacía un policía cerca de la escena del crímen? ¿Será cierto que tanto policías como autoridades judiciales utilizan los vehículos de Leonor Peña a la hora que desean? ¿Siempre tiene la razón el primero en denunciar?. Nosotros haremos llegar copia de este trabajo a todas las instancias, aun a Human Right, porque los derechos básicos de Claudio Moncada están siendo violadas de la manera más vil, y aun si fuera culpable, no merece ese trato.

Hoy primero de junio del 2003, Mundaca sigue en el hospital, sin medicinas, custodiado por la policia, engrillado y sin justicia. Su victimario esta libre, ni siquiera lo citaron para dar una declaración, si alguien puede apoyar a este hombre con algún asesoramiento o llevando el caso a instancias mayores, él y su familia se los agradecerá. ¡Basta ya de tanto atropello!