SER ESPIRITUALISTA

El término "Espiritual" tiene hoy un significado mucho más amplio y completo. Abarca todo cuanto tiende al elevamiento, mejoramiento y perfeccionamiento de los seres y de las cosas en todas las esferas: material, mental y moral. Es espiritual quien trabaja por el mejoramiento del mundo y de los hombres en cualquiera de las actividades humanas, no el que se pasa el tiempo adquiriendo conocimientos que nunca aplica. Francisco Brualla

"No temo al infierno por las penas sino porque es un sitio donde no se ama" Santa Teresa

"Cada individuo, a medida que crece en su evolución espiritual, avanza en conocimiento, en comprensión, y si sabe aplicar estos conocimientos y esta comprensión en su diario vivir, es así como alcanza el Estado de Gracia".

"Más importante que procurar ir al cielo, es ir al infierno a buscar a su hermano" Vivekananda

"El acto de crear es el acto más esencialmente espiritual".

"Los dioses no necesitan nada; los que se parecen a los dioses, pocas cosas" Diógenes

"En lo espiritual, es más sabio quien siente y no sabe, que quien sabe y no siente". Ramatis

"La religión es una madre. La dejamos quizás al primer éxito, pero ella nos aguarda a la primera lágrima" Monseñor de Beaumont

"A lo largo de la historia, la espiritualidad ha sido una de las mayores vías para refugiarse, frente a una transformación genuina" Richard Moss

"¿Quién podrá impedir que se encuentren el hombre que busca a Dios y Dios que busca al hombre?"

"No vive más quien más años vive sino quien con superior maestría multiplica y reparte los elementos de su actividad espiritual."

"Rezar no es pedir, es una aspiración del alma" Gandhi

"Cuando manejamos los sentidos, manejamos el alma, y si manejamos el alma, entonces ya podemos decir que estamos en funcionamiento espiritual."

"Solamente cuando se carece de fe se carece de algo"

"El corazón y no la razón es quien siente a Dios; eso es la fe: Dios es sensible al corazón y no a la razón" Pascal

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Ser espiritualista no es fácil como muchos piensan, porque la mayor responsabilidad exige una permanente vigilancia sobre los propios pensamientos y actos, una constante corrección de errores y fallas, que se cometen consciente o inconscientemente, en el hogar, en el trabajo, en la calle, ambientes todos ellos donde debemos enfrentar los problemas que la vida presenta a cada instante.

Es espiritualista quien vive según los dictados de su conciencia, por amor a Dios y a la humanidad; quien marca con su ejemplo el comportamiento a seguir.

Quien se esfuerza por observar una conducta determinada por las mas correctas pautas, sabe que frecuentemente sus propósitos se ven comprometidos por la propia falta de perseverancia, por la incomprensión de los demás, por deficiencias de educación, por mil y un motivos que aparecen y nos alejan del camino que deseamos seguir.

Resulta imprescindible no desanimarnos y reaccionar siempre frente a las diarias caídas que pueden marcar nuestro itinerario. Nadie es infalible entre los seres humanos. No obstante, tales situaciones no deben constituir motivos de disculpa; todos tenemos el deber de superarnos, tratando, en la medida de nuestras posibilidades, de acertar antes que errar. La intención de evolucionar constituye un pilar con el que, finalmente, triunfaremos. Lo esencial es la sinceridad para aprender de cada cosa que nos pasa en la vida, y tener el coraje para levantarse después de cada caída. Es preciso tratar de evitar la repetición de los mismos errores y la comisión de otros nuevos. El esfuerzo que hacemos en la vida, aunque nos parezca que es pequeño, será siempre útil, porque toda la grandeza se forma por partículas aparentemente intrascendentes. Actuemos pues de la mejor manera posible; ayudemos a construir un mundo mejor, mejorándonos nosotros a cada paso.

Ninguna ley social permitirá lograr un mundo de paz, si el hombre no mejora su educación y esclarece su mente. Existe una ley, la Ley de Causa y Efecto, que nos cobrará por cuanto hayamos pensado y actuado, pero que nos premiará también por nuestras acciones correctas. Cuando todos aprendamos que nuestro destino depende de nosotros mismos, el mundo mejorará.

Tratemos de ser espiritualistas en todos los instantes de la vida; esta actitud exige, indudablemente, atención y sacrificio, y nos crea una responsabilidad mayor que no debemos olvidar.