"Un hombre de noble corazón irá muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer" . . . Goethe

"Los hombres hacen las leyes, las mujeres hacen las costumbres".

"Al hombre se le mide por su capacidad para sentir lo que piensa; a la mujer, por su capacidad para pensar lo que siente". . . McDowell

"Cuando una mujer se lo propone, el triunfo es siempre de ella" . . . Shakespeare

"La mujer tiene un solo camino para superar al hombre: ser cada día más mujer". . . Ganivet

"No se nace mujer, se llega a serlo" . . . S. de Beauvoir

"La mujer es dichosa dando y el hombre recibiendo".

"Una mujer incomprendida es una mujer que no comprende a los demás".

 

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Estamos viviendo la Era de lo Femenino y por ende, la Era de la Mujer. Todo el Planeta acompaña en los cambios que se producen. Ya no más la mujer tenida a menos, la mujer esclava del hombre, la que cobraba menos sueldo por ser del género femenino... Ahora el mundo se ha dado cuenta de que la mujer es tan valiosa como el hombre, que todos somos iguales, que no hay un género privilegiado; que la mujer no tiene por qué ser la que obligatoriamente se ocupe de la casa, las compras, los chicos, la tintorería....

La mujer es hoy una trabajadora, una profesional, una empleada, una gerente, una contadora, una senadora, una presidente... tan capaz como un hombre en los mismos puestos. Y puede ser que gane más que el hombre, y hasta puede ser que el hombre no consiga trabajo y sea él quien tenga que quedarse en la casa y cuidar de todas las tareas domésticas, de los chicos, las compras, las cuentas que hay que pagar...

Los roles van cambiando... ¿cambiando? ¿por qué? Nunca debió ser una obligación el estricto reparto anterior de tareas en el hogar. El papá es tan capaz de bañar el bebé, de darle la mamadera, como la mamá. Hay una sola tarea que él no puede hacer: alimentarlo de su propio cuerpo... ese es un privilegio que Dios ha regalado a la mujer, junto con el milagro de ir formando ese hijo en los nueve meses en su vientre.

Los que mejor se adaptan a este cambio son los jóvenes. Los que más se resisten a estos cambios están entre las generaciones del 30, del 40. Aquellos machistas que estaban acostumbrados a sentarse a leer el diario, esperando ser servidos, mientras sus mujeres se desvivían por atenderlos.

La discriminación que ha sufrido la mujer por obra de la ideología patriarcal no tiene su asiento exclusivo en los varones. Las mujeres, educadas en el mismo sistema, hemos compartido con los hombres los mismos mitos y estereotipos respecto de los géneros masculino y femenino. No alcanzó con combatir en los hombres sus concepciones y comportamientos autoritarios y patriarcales. Fue imperioso combatir también en el interior de nuestra propia subjetividad, los mitos patriarcales que nos llevaron a exigir de toda mujer una madre y de todo hombre un superhombre.. La lucha feminista incluyó y comprometió al varón. No fue una lucha contra el hombre sino una lucha contra un sistema que utilizó a los géneros para enfrentarlos planteando jerarquías entre ellos. El sistema que hemos necesitado combatir es el mismo que utilizaron los hombres para marginar a las mujeres y el que han defendido las mujeres –inconscientemente- para sostener una ilusión de protección. El éxito del dominio masculino fue posible porque, al defender protecciones ilusorias, las mujeres facilitaron y convalidaron las pretensiones masculinas. En gran medida hemos sido las mujeres quienes hemos sostenido el pedestal en el que se instalaban los varones.

Y a nivel espiritual, ya la energía de Shamballa se ha adormecido y nace con gran fuerza la Nueva Era con su parte equivalente aquí, en el cono sur. Viene con fuerza la idea del Dios Padre-Madre, y cada vez más veremos surgir a las mujeres en nuestra civilización y en todas las demás, porque se trata de una cuestión energética, misteriosa para unos, más clara para otros. Observemos...