"MELANCOLÍA"

Se arremolinan los recuerdos

frente a la vieja casa de mis abuelos.

Recuerdos salpicados de nostalgia

encerrados entre las malezas del tiempo.

Cuartos hoy sombríos que retienen mi mirada

habitantes ausentes que añoro en la lejanía.

Reverdecen mis sentimientos en el sopor del día

buscando voces lejanas, navegando por la vida.

Fatigados del encierro en los pliegues de la memoria

renacen los silencios... ¡ya no ha quedado nada!

los momentos añorados entibian mis recuerdos

de la casa solitaria, ayer poblada de hijos y nietos.

Inaudible grito del alma se pierde en el tiempo,

mientras lágrimas cautivas brotan en un suspiro.

Llanto seco que acompaña el temblor de mis pasos,

mientras manojos de gritos mudos mueren en el silencio...

Alicia B. de Campaya

 

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¡Que cosa tan extraña es nuestra memoria! ¿Desde cuándo recordamos? ¿Puede ser que esos fogonazos de la más tierna infancia, que de repente aparecen en nuestra mente, sean verdaderamente recuerdos? ¿O recordamos lo que nos han relatado de aquellos años? Si quisiera remontarme a lo más lejano de mi memoria, llegaría a verme en los hombros de mi padre, dominando el mundo desde lo alto... ¿Cuántos años tendría? ¿Tres, cuatro?

Y si quiero transportarme a la casa de mis abuelos, donde nací, recuerdo que era enorme... una escalera de madera con grandes barrotes, entre los cuales un día quedó atrapada mi cabeza. ¡Qué desazón la de mi madre! ¡Y qué lindo era deslizarse por la baranda!

También recuerdo la sala de música, donde los niños no debían entrar... y enormes salas llenas de muebles... y aquel comedor con una mesa tan larga...

Una escalerita iba al sótano, donde patinábamos todos los primos, sin sentir el frío que hacía entre aquel cemento. En la terraza había un enorme cuarto, todo de vidrio, donde entre otros juegos, estaba el tren eléctrico de los primos varones. El sol lo hacía muy cálido.

¡Que cosa tan extraña! ¡Recuerdo la casa y no logro recordar a las personas que la habitaban! Quiero recordar a aquella abuelita y no puedo... Quiero encontrar a esos primos, y no lo logro. Si, es muy extraña nuestra memoria...

Setiembre de 1998