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JosiTano
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
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NOTICIA
Colombia. 13 de febrero de 2003.

El viernes exploto una bomba en Bogotá, fueron más de 30 muertos y más de 200 heridos. Fue a las 6 de la tarde mientras nosotros recorríamos el centro de la ciudad lejos del espectáculo pirotécnico y solo nos enteramos una vez en casa en la noche al ver las noticias.

A diferencia de otros atentados de las FARC, esta fue la primera vez que un barrio de ricos era el blanco de los ataques. Hasta ese día la guerrilla solo había puesto bombas en los barrios marginales de la ciudad y morían unos cuantos pobres a los que “nadie” les importaba. Se ha asociado este nuevo modo de operación de las guerrillas al estilo de Osama, no tanto porque se temió que el edificio colapsará producto del calentamiento de las vigas que lo contenían, sino más bien porque se trato de un ataque al centro del poder.

En efecto el bar donde exploto la bomba es propiedad de un ex presidente de Colombia y solo el exclusivo jet set bogotano tenía acceso a él. Las consecuencias de este ataque están aún por verse considerando que la “justicia” ahora si intentará hacer “justicia”.

El barrio donde estallo la bomba queda mas o menos cerca de donde nosotros habíamos ido a rumbear la noche anterior. En lo que fue nuestra primera noche en Bogotá. Habíamos llegado a Bogotá el jueves como a las tres de la tarde. Descendimos de un bus proveniente de Tunja en “el portal del norte” y quedamos gratamente sorprendidos al ver el por primera vez en nuestras vidas el Transmilenio en acción, con sus impecables buses rojos articulados, la infraestructura de sus estaciones, la estupenda pasarela peatonal y una bastante bien diseñada ciclovía, o ciclorruta como las llaman acá.

Lo primero que hicimos fue llamar a Cielo, nuestra amiga que aún no conocíamos y que llego a buscarnos al portal del norte desde donde nos fuimos en Transmilenio a su casa. Compramos una tarjetas amarillas que usamos para entrar a la estación, esperamos el bus número 3, después de un rato nos bajamos en otra estación donde esperamos el bus número 1, anduvimos otro rato y nos bajamos en otra estación, donde usamos nuestra tarjeta amarilla para salir. Aquí la maquina no nos devolvió la tarjeta ya que la amarilla es para un solo viaje, la roja para dos y la azul para 10. Caminamos unas cuadras y entramos a una casa, “están en su casa” dijo Cielo “esta es su pieza”.

Después del viaje en Transmilenio, que funciona como un metro sometido a semáforos, con dos pistas exclusivas para la circulación de buses, paraderos divididos y prepago, también pudimos enterarnos de la opinión de los bogotanos de él. La opinión es que en un comienzo funciono muy bien, disminuyó los tiempos de viaje, pero tuvo tanto éxito que ahora vive lleno y se hace desagradable viajar en él, por lo que se ha ganado el apodo de Tranmilleno. Nosotros vivimos esa llenura al extremo considerando que nuestra llegada coincidió con el día sin carros en Bogotá, uno de los dos días del año en que solo puede transitar transporte publico por TODAS las calles de Bogotá. Eso, más las mochilas, aumentó el grado de dificultad del viaje.

De lo que si existe una muy buena opinión es de las ciclorrutas que conectan toda la ciudad, para mi gusto su principal problema es la falta de segregación con el flujo peatonal, lo que se a intentado compensar con la facultad que tiene la policía de cursar infracciones a los peatones que invaden la ciclorruta. En la practica las ciclorrutas son invadidas de todos modos y en muchos lugares es imposible no hacerlo, para acceder a un paradero de buses no Transmilenio o en el centro de la ciudad.

Haber conocido a Cielo, gracias a nuestra página web, a sido la mejor cosa que nos había podido pasar. Esa misma noche estabamos de rumba en una de sus picas (cerca de la bomba), con música en vivo y el sonido de los tambores al ritmo de las músicas tradicionales de la costa caribeña nos envolvían mientras bailamos como en trance ya un poco borrachos de cerveza colombiana.

Cielo estudia filosofía en la Universidad Nacional y por supuesto, nos llevo a conocer su universidad. El lugar es lo más cercano al paraíso del estudiante que he conocido, sus patios sus bibliotecas, sus salas y todas las carreras en un solo campus con todas las ventajas que eso tiene. Nos dieron ganas de estudiar. Claro esta que tanta maravilla tiene un precio: US$13 semestrales. (20 lukas chilenas anuales).

Después de dar vueltas por la universidad nos fuimos a conocer el centro de Bogotá, que resulto ser bastante bonito, conocimos la candelaria, la plaza bolívar y estabamos dando vueltas cuando exploto la bomba sin que nos enteráramos.

Tanta maravilla teníamos que retribuirla de alguna forma y no hayamos nada mejor que mostrar algo de la cultura chilena. Para tales efectos compramos tres litros de vino blanco chileno y un par de tarros de duraznos en conserva (también chilenos) y estuvimos el sábado en la noche guitarreando un rico ponche. La noche la rematamos con un vinito tinto, un Santa Elena.

El domingo vino la revancha de Cielo que nos llevo a Duitama un pueblito a tres horas de Bogotá en el estado de Boyacá cuya capital es Tunja. Cielo se crió en Duitama y su madre aún vive allí y fue en casa de su madre donde pasamos tres noches.

Conocimos a la madre y al abuelo de Cielo y a través de fotografías a toda su familia. Recorrimos Duitama, pero más que Duitama la idea de Cielo era que conociésemos Bocayá.

Ya en Pamplona nos habían hablado de los pueblitos de Boyacá y teníamos muchas ganas de recorrerlos y que mejor que con Cielo que los conoce desde cuando tiene razón. Estuvimos en Tibasosa, Sogamoso, Nobsa, Paipa, Villa de Leiva y el pantano de Vargas. También probamos el feijoa, una fruta que solo se da en esta zona, y no solo probamos la fruta si no que el manjar, los dulces y el licor de feijoa (que es afrodisiaco).

Después de unos días maravillosos en Bocayá volvimos ayer a Bogotá y Cielo ya nos tiene llenos de actividades y cosas que hacer, pero para saber de ellas van a tener que esperar hasta el próximo comunicado...

Josi y Tano.... sus amigos....