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NOTICIA Vilas do Atlantico. 16 de septiembre de 2002. - Siempre hay una forma positiva de veer las cosas. - Nos repetia Claudio despues de contarnos la historia del faraon mientras almorzabamos en Vilas. Mientras lo dijo, no pude evitar que volviera a mi mente lo ocurrido 18 dias antes, la manana del sábado 17 de agosto. Era nuestro cuarto dia en Salvador de Bahia, y el penultimo, ya que según nuestros planes partiriamos rumbo a Arembepe al día siguiente. Habiamos tenido tres dias tranquilos en Salvador, habiamos conocido su centro historico, el mercado modelo, el museo afrobrasileiro y andado en el elevador Lacerda, que se ha transformado en la marca registrada de Salvador. Contra todas las advertencias, todo indicaba que no nos quedariamos pegados en esta ciudad. Pero esa manana se me ocurrio darme cabezasos contra la muralla de la pieza del hotel y rapidamente cambiamos los planes del dia para ir a buscar un hospital. De vuelta en el hotel, angustiados, decidimos llamar a nuestro unico contacto en Salvador, el Lalo. Freddy me había dado los telefonos de su primo y me había dicho que lo llamara. Nosotros pensabamos llamarlo ese mismo día, pero más tarde y en mejores condiciones. Una hora después de una breve conversación telefonica, el Lalo aparecio en nuestro hotel como un superheroe, nos hablaba en espanol, nos llevo de vuelta al hospital, hablo un portugues perfecto con el doctor y nos dio la confianza que necesitabamos en ese momento. Para coronarse nos invito a tomar unas cervezas "para relajarnos" y nos consiguio un lugar donde podriamos dormir sin sentirnos desamparados, la casa de su hermana Claudina. Esa misma noche llegamos donde Claudina que dormia mientras el brasilero Jorge, su pareja, nos recibia con una amplia sonrisa y un fluido espanol que nos sorprendio. A Claudina la conocimos al desayuno del día siguiente. Era domingo y nos invitaron a pasear, fuimos a Bonfim, barrio historico donde esta la iglesia de Bonfim, construida en 1745. Por la tarde volvi al hospital a cambiarme los parches. Cuatro noches estuvimos en casa de Jorge y Claudina. Durante esos dias Jorge me hizo un tour por todos los consultorios medicos de Salvador y nos ayudo a encontrar un cuarto donde pasar unos dias tranquilos mientras se cerraban las heridas. Encontramos un cuarto a 50 metros de la casa de ellos, y el 21 de agosto nos mudamos a la casa de Cristina que, hasta ese momento, vivia con sus hijos, Didi (23) y Patricia (22). Los dias en salvador fueron muy tranquilos, muy familiares. Si no estabamos con la familia de Claudina, estabamos con la de Cristina. Mis heridas se ivan sanando mientras jugaba ajedrez con Didi, mientras cabezeabamos con el rocanrol de Los Mamutes donde Roro, hermano de Claudina, es guitarrista, mientras Didi nos emborrachaba con un licor de mani, mientras almorazabamos en la casa de Claudina, mientras jugabamos en el computador, mientras tocabamos guitarra, mientras dabamos vueltas en auto con Ricardo e Ines, mientras ibamos al cumpleanos de una amiga de Patricia, mientras conociamos a Maru y Claudio, padres de Claudina en una fejoada en la casa de Roro y quedabamos de ir a visitarlos el miercoles a Vilas, donde ellos viven. Pasamos dos dias en Vilas, en un ambiente totalmente distinto. En Vilas se respira pureza y el relajo sale natural. Maru hace nueve anos que pertenece a un movimiento llamado Brahma Kumaris, una rama de las religiones indues que practica el reforzamiento de los valores positivos como modo de vida. Claudio, sin que ella intentara converserlo habia entrado hacia ocho anos. Esto no solo se traduce en la alimentacion vegetariana, sino que mas importante aun, en la ausencia de malos pensamientos. La noche anterior habiamos participado de una charla, y previo a ella habiamos meditado. Después de eso quedamos llenos de paz y mientras almorzabamos y conversabamos al día siguinte, nos contaron la historia del faraón que había sonado que perdia todos sus dientes. Un primer adivino dijo que el sueno significaba que todos sus parientes moririan, al escuchar el faraón ordeno matar al adivino. Un segundo adivino dijo que el sueno significaba que el faraon era un hombre muy afortunado ya que era el unico que iva a sobrevivir de todos sus parientes. Al escuchar esto, el faraon premio al segundo adivino. "Siempre hay una forma positiva de ver las cosas" se repetia en mi cabeza, como tantas veces lo he pensado durante el viaje y los pensamientos positivos me volvian a inundar a pesar de mis dudas y mis miedos. |