Asociación Civil COVIMA
por Julio Cesar Guido
Dos fuertes motivaciones en el orden personal y comunitario provocan la movilización de voluntades alrededor de una idea, contribuir en aliviar el cada vez mas urgente clamor: "el techo".
La vivienda, el lugar natural que se debe a sí misma; la primera célula social: la familia.
Desde una guardería en el año 1983, se detectó, que mientras se atendía al hijo, se ayudaba a la mujer a proveer ingresos. Estaba presente la carencia de viviendas, desalojos permanentes, refugios temporarios en hogares de tránsito, ingreso y tomas de casa desocupadas, producía en las familias inestabilidad e inseguridad en el diario vivir.
En 1986 en los salones de la Parroquia San Carlos se comenzaron a reunir voluntarios, docentes, arquitectos, abogados, periodistas, trabajadoras sociales y estudiantes universitarios.
Encontraron un canal para encauzar inquietudes: el servicio al prójimo careciente y su habilidad personal. Se organizaron como Asociación Civil sin fines de lucro, con miembros ejecutivos que trabajan ad-honorem.
Convencimiento del intercambio mutuo entre los "ayudados" y los que "ayudan" para mancomunar esfuerzos en pro de acceder a unavivienda digna. A pesar de las dificultades nos agrupa y empuja la pasión y el entusiasmo de servir.
Algunos logros
En ejecución un Centro Comunitario y Capilla en Provincia de Buenos Aires para la educación primaria en horas nocturnas para personas mayores, con catequesis para niños y adultos.
Hogar de tránsito en Ciudad de Buenos Aires para familias "sin techo", hasta la derivación al barrio en ejecución.
Toda nuestra obra sirve a la familia de bajos recursos "carenciados" con tres o más hijos, que formen pareja estable y que posea trabajo el jefe de familia.
El Centro Comunitario y Capilla está en construcción con dificultades en el avance de obra por carecer de recursos constantes de la comunidad de vecinos del lugar.
El hogar de tránsito depende de la compra de un terreno en la Ciudad de Buenos Aires construyéndolo desde el inicio o adquirir un galpón, depósito o casa amplia para remodelar construyendo el "hábitat" para familias, con la mínima expresión de confort.
Solicitud de subsidio a ADVENIAT, en el año 1999. Propietario: Obispado de San Justo. Comitente: Institución Salesiana.
Creemos que con la ayuda de Dios Padre, que cuida muy especialmente de sus hijos más pequeños podremos en conjunto "construir nuestra casa en la tierra, mientras hacemos la del Cielo"(Padre J. Vernazza)
La vivienda es fundamentalmente un bien que se valora cuando se tiene hijos ya que en otras circunstancias la capacidad de adaptación a situaciones precarias es mayor. Por ello, se destinó este barrio a familias con hijos menores.
Se trata de grupos de familias jóvenes con tres hijos de promedio. Provienen de situaciones habitacionales distintas pero todos buscan un cambio en su situación de vida cotidiana.
Algunos son desalojados de "casas tomadas" de la Capital Federal, otros provienen de villas de emergencias, otros se suman porque compartían la casa con la familia de los padres o de algún otro familiar, en condiciones de hacinamiento.
Es un sector social que no encuentra las condiciones para reproducirse a sí mismo como tal. Están excluidos de la posibilidad de alcanzar un hábitat digno, condición que sí había alcanzado la generación anterior.
Una buena parte del barrio se formó con aquellas familias que eran inquilinos y vieron descender tanto sus ingresos que tuvieron que abandonar su condición de tales.
Casi el 70% de las familias vivían en La Matanza antes de trasladarse al barrio. El segundo grupo lo constituyen quienes provienen de la Capital Federal y por último de otros partidos del Gran Buenos Aires.
Es una población muy joven y en constante crecimiento. Los niños constituyen el grupo de mayor importancia, le sigue el de los adolescentes y adultos.
El grupo de menor importancia son los mayores de 50 años, en una población que casi no tiene ancianos.
Se componen fundamentalmente de parejas jóvenes con hijos pequeños. Son de menor proporción aquellos grupos familiares a donde suman otros familiares o parientes.
La mayor proporción de Jefes de Hogar son varones, pero hay también mujeres Jefas de Hogar frecuentemente mayores de 30 años.
Un gran porcentaje no son nacidos en Buenos Aires. Se trata de una población migrante de distintas Provincias, especialmente del norte argentino.
Incluso aquellos oriundos de Buenos Aires más de la mitad son hijos de personas nacidas en el interior del país.
Hay algunos extranjeros que en su mayoría provienen de países limítrofes.
La mayor parte de los Jefes de Hogar cursaron estudios primarios completos.
La ocupación plena, un empleo estable, constituye una situación poco frecuente.
Generalmente hay más de una persona ocupada en el grupo familiar porque los aportes de una sola resultan insuficientes. Hay mucha subocupación la que incluye: trabajadores ocasionales, changarines, vendedores ambulantes, empleadas domésticas, etc.
Este aspecto debe ser analizado desde distintas miradas: por un lado se da el deterioro de las condiciones de vida de sectores a los cuales ya se calificaba como pobres. Por otro el pasaje de sectores a los cuales nos referíamos como clase media, a engrosar el conjunto de los pobres.
Esto está intimamente relacionado con la problemática del empleo (desempleo, subempleo, etc.) y la modificación de la estructura social (cuando alguien pierden su empleo deja de ser obrero, empleado y cambia su condición social).
A la vez existe un deterioro de la "cobertura social", el Estado deja de asistir y se produce la imposibilidad de acceder a la salud, educación, vivienda, urbanismo, etc.
El proceso es triple: desalojos compulsivos, deterioro del salario y desaparición de planes de vivienda destinados a los de menores ingresos. Es un proceso de marginación creciente.
Ante esto la conformación de barrios como el que nos ocupa supone intrínsecamente la idea del progreso. Hay un deseo común de vivir en un "barrio digno".
La base social es heterogénea, aquellos que tienen una vivienda confortable conocen el riesgo presente en el proceso de marginación que los amenaza ( le tienen miedo a la villa). El que viene de la villa de emergencia por su relación con un medio hostíl posee un manejo de la agresividad también necesario para sobrevivir y enfrentar condiciones adversas que también se dan en el barrio.
El barrio es un proyecto, desde una base social heterogénea se construye un proyecto utópico en común. La posterior conformación de una cooperativa promueve que los bienes comunes del barrio se defiendan en un marco de conocimiento y confianza.
Permitir el acceso a una vivienda es "poner de pie a una persona". Esto se visualiza claramente en la transmisión del sentimiento de dignidad de los padres hacia los hijos -hay una estrecha asociación entre escolaridad y tenencia de vivienda - y a su vez el hecho de enviar a los hijos a la Escuela retroalimenta el progreso personal de los padres.
También existe una fuerte relación entre las oportunidades de obtener trabajo y la posesión de una vivienda. Se mejoran las oportunidades aún por el mero hecho de tener una dirección que brindar en las entrevistas en busca de trabajo.
Solo nos queda agregar y a mero título de recuerdo para todos, las palabras del Santo Padre en la encíclica "Centessimus Annus" capítulo VI, "El amor por los hombres y en primer lugar , por el pobre, en el que la Iglesia ve a Cristo, se concreta en la promoción de la justicia".
Hoy más que nunca la Iglesia es consiente de que su mensaje social se hará creíble por el "testimonio de las obras" antes que por su coherencia y lógica interna.
A este respecto no podemos limitarnos a recordar el deber de caridad, esto es, el deber de ayudar con lo propio "superfluo" y a veces, incluso con lo propio "necesario" para dar al pobre lo indispensable para vivir.
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