TESTIGOS DEL DIÁLOGO
Los Obispos de la Argentina 83ª Asamblea Plenaria de
la C. E. A., Fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo San Miguel, 27 de
abril de 2002
- Motivos y objetivos
- "Hoy la patria requiere algo inédito", los Obispos así
nos dirigíamos a todos los argentinos en nuestra Asamblea Plenaria de
mayo del 2001 y exhortábamos a generar comunión, ofreciendo nuestro
ministerio de reconciliación para reconstruir los vínculos sociales
.
Durante el año 2001 y en variadas ocasiones,
diversos actores sociales (gobierno, partidos políticos, sindicatos de
empresarios y trabajadores, ONG, ciudadanos) solicitaron nuestra
intervención para iniciar un diálogo social que permitiera la
búsqueda de soluciones convenidas por todos frente a la crisis que
atravesaba la sociedad. Habiendo sido testigos del Diálogo convocado
por el Gobierno nacional con el apoyo técnico de las Naciones Unidas,
debemos dar cuenta de lo sucedido, sus resultados y exigencias.
- El 13 de diciembre de 2001 nos referimos al diálogo que la Patria
necesitaba y expusimos los objetivos, características y condiciones
para que el mismo fuera fructífero. El diálogo imprescindible y
urgente necesita renunciamientos sinceros en la mente y el corazón de
toda la dirigencia. Debe tener como horizonte la fundación de un
tiempo nuevo y no ser el espacio de un intercambio de beneficios o de
réditos políticos. Debe ser una búsqueda sincera de la verdad y del
bien de todos con una permanente preocupación por los más pobres.
- La Iglesia cuya presencia fue solicitada oficialmente aceptó
señalando que no participaría como un miembro más, sino que
brindaría un espacio de encuentro, en el que estuvieran vigentes viva
y cuidadosamente los grandes valores morales propios de un diálogo
auténtico .
- Para la Iglesia dialogar no es claudicar, ni entrar en connivencia
con algún sector. El diálogo es un gesto audaz y profético que
dispone a ser servidores de la verdad. Lo aprendió de Jesús que
dialogaba con todos, aún con aquellos que eran sus enemigos. Por
ello, la presencia de la Iglesia en el diálogo ciudadano no es
ejercicio de poder político, ni intento de ocupar un lugar que no le
corresponde. Busca crear un espacio para que las personas se
encuentren y no se enfrenten. Puede ser un ejercicio sincero de
corrección fraterna.
- El Desarrollo del Diálogo
- La Comisión Permanente del Episcopado, reunida con carácter de
urgencia los días 7 y 8 de enero de 2002, decidió prestar el ámbito
espiritual para el Diálogo Argentino designando , hasta el mes de
abril, a tres Obispos con quienes colaboraría un grupo de laicos.
- El lunes 14 de enero se inauguró oficialmente el Diálogo
Argentino. En su mensaje el Presidente de la Nación expresó:
"Mi gobierno asume hoy la responsabilidad de conducir el diálogo
y de reafirmar la unión nacional. El resultado de esta labor será el
plan de acción de este nuevo momento de la Argentina".
- En su primera fase participaron del Diálogo Argentino alrededor de
300 organizaciones y más de 1000 personas y se visitaron varias
ciudades del interior del país. Enriquecida por el proceso de
deliberaciones la Mesa emitió con fecha 30 de enero las Bases para el
Diálogo Argentino, que en sus consideraciones destaca:
Que la crisis que afecta a la Argentina es severa y
compleja. · Que en millones de hogares reinan la pobreza, la
humillación, la confusión y la desconfianza. · Que se encuentran
desdibujados los conceptos fundamentales de nación y bien común. La
sociedad exige justicia y el fin de la impunidad. · Que el país
necesita gestos y actitudes públicas de grandeza y renunciamientos por
parte de su dirigencia (política, sindical, empresarial). 8. En virtud
de los resultados alcanzados en las rondas de entrevistas se pusieron en
marcha las llamadas mesas sectoriales a fin de encontrar acuerdos,
delineando medidas de urgencia y estrategias de mediano y largo plazo.
Las mesas, conducidas por los Ministros del Poder Ejecutivo Nacional
fueron las siguientes:
Socio-laboral-productiva
· Salud
· Educación
· Reforma política
· Reforma de la justicia
Se había pensado también en la necesidad de una
mesa que estudiara la reforma del Estado pero lamentablemente nunca fue
convocada.
Estas mesas sectoriales buscaron alcanzar un mínimo
de acuerdos básicos que aportaran soluciones a temas prioritarios
relacionados con la emergencia económica y social.
- El momento actual
- El Diálogo Argentino se manifestó como una experiencia apasionante
en la que aparecieron las grandezas y miserias de nuestro país. Si
analizamos la dificilísima situación de los pasados meses de
diciembre y enero, la primera constatación positiva ha sido que la
mayor parte de la ciudadanía hizo una clara opción por el diálogo y
la paz y no por la violencia. La segunda constatación positiva es que
en la Argentina existe un enorme capital pensante que se expresó en
múltiples propuestas de superación de nuestra crisis.
- ¿Por qué entonces no terminamos de encontrar el camino? Una vez
más tenemos que decirlo: los intereses sectoriales y corporativos
siguen siendo poderosos. Son las grandes barreras que impiden la
construcción del bien común. Ésta es la gran enfermedad que
padecemos los argentinos. Por eso, los resultados del Diálogo no se
han transformado hasta la fecha en el plan de acción de este nuevo
momento de la Patria.
Es un tiempo decisivo. Es necesario curar de raíz
esta enfermedad. Es la hora de la concreción de las reformas y de los
grandes renunciamientos personales y sectoriales. Es necesario abrir
canales de renovación de la política para que la energía volcada al
malestar y a la protesta se pueda traducir en la construcción de la paz
y la amistad social.
- En este momento hay gestos que nuestra dirigencia debe hacer y que
constituirían una clara opción por el bien común.
El Diálogo Argentino presentó a los Poderes
Ejecutivo y Legislativo, un proyecto de acuerdo nacional que, de ser
aprobado e implementado por medio de leyes y de adecuadas medidas de
gobierno por parte de las fuerzas políticas y los gobernadores,
podrían convertirse en verdaderas bases de un gran cambio para la
Argentina.
Alentamos que se le preste atención y se implementen
las medidas sugeridas en dicho proyecto que pueden favorecer la vida
política como gestión del bien común y hagan más creíble a su
dirigencia.
- El Diálogo Argentino brindó el marco propicio para que se
renovaran las actitudes y hábitos y se encauzaran propuestas de
reformas estructurales que respondan al objetivo inicial: refundar el
país.
Dando marco a este Diálogo los Obispos hemos querido
responder a una obligación de conciencia ante Dios y nuestros hermanos.
Ahora es necesario que quienes tienen el poder implementen las reformas.
Valoramos el trabajo y la buena voluntad de todos los
participantes en el Diálogo Argentino y agradecemos la confianza con la
cual fuimos honrados.
Manifestamos nuestra disposición de continuar
colaborando en la búsqueda de caminos que nos permitan crecer como
nación y generar un nuevo proyecto de país.
En el contexto de esta Asamblea Plenaria hemos puesto
en manos de María, la Virgen Santísima, en el Santuario de Luján, los
deseos y aspiraciones de todos los argentinos que queremos construir una
nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por
el bien común.
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