Como
si fuera una de las musas que inspiraron a los poetas de la antigüedad, Thalía
ha obrado su magia sobre millones de fanáticos en todo el mundo. Desde
Argentina hasta Yemén, la reina de las telenovelas hizo suya la década de los
90 con los melodramas de mayor sintonía en su Mexico natal, y embrujó a muchos
más con sus producciones discográficas.
Ahora
en el nuevo milenio, Thalía ha vuelto renovada, dispuesta a recuperar su trono
en las listas musicales con un nuevo disco para EMI, en el que, como de
costumbre, se rodea de los mejores productores en la industria.
"ARRASANDO",
promete arrasar con una decena de canciones que abarcan los géneros del
momento. El inconfundible estilo de la cantante - la seducción hecha canto - se
muestra palpable en la música pop, dance, baladas y hasta rap, como sólo ella
puede hacerlo. El primer sencillo, "ENTRE EL MAR Y UNA ESTRELLA", está
pautado para salir el 20 de marzo, y el disco completo tendrá su lanzamiento
internacional en abril.
Para
la artista, es su regreso a la canción luego del éxito mundial alcanzado con
"Amor A La Mexicana", conjuro musical que reunió a algunos de los
mejores alquimistas de la industria, como Emilio Estefan, Kike Santander y
Roberto Blades. En la nueva producción, sin embargo, Thalía recurre a sus
dotes como compositora para escribir la mayoría de las canciones. Y nadie mejor
que ella para expresar cómo se siente.
No
es la primera vez que Thalía despliega su talento al componer. Ya en los
comienzos de su carrera como solista había hecho lo mismo. Pero según se
incrementó su fama, Thalía se encontró en la cresta de una ola que la llevaba
vertiginosamente a todos los rincones del mundo. Entre el éxito de sus discos y
de sus telenovelas, sus presentaciones artísticas y promocionales, la versátil
estrella apenas tenía tiempo para respirar. Su vida parecía transcurrir en
hoteles, cargada entre maletas.
Con
el más reciente disco, llega una nueva actitud hacia la vida: dedicada por
completo a su faceta de cantante y al disfrute merecido de una vida amorosa.
Desde muy chica en Ciudad de Mexico, el sueño de Thalia Sodi era ser artista de
renombre, y lo logró mas allá de lo que tal vez jamás imaginó, pero siempre
siendo lo suficientemente juiciosa como para no olvidar que en la vida tiene que
haber balance.
Ya
a los nueve años, la futura estrella formaba parte de un grupo artistico
infantil, Din - Din, con el que grabaría cuatro discos, y participaba en
festivales musicales. Con Din - Din, Thalía trabajó arduamente, recorrió la
capital de su país, y experimentó con emoción la intensidad de lo que es
llevar una vida artística. Vida que requiere tesón, dedicación y paciencia a
todas horas.
A
finales de 1984, Thalía paso a formar parte del elenco de la obra musical
"Vaselina", estelarizada por el entonces muy de moda grupo juvenil
Timbiriche. Thalía comenzó como corista, pero en poco tiempo se ganó un papel
principal. La luz propia de esta estrella en ciernes era innegable. Thalía salía
al escenario, y se quedaba con él.
El
productor de Timbiriche, Luis De Llano, quedó impresionado con el talento que
tenía ante si, e invitó a Thalía a formar parte del grupo en 1986. Con ellos
grabaría los discos "Timbiriche VII", "VIII",
"IX".
A
la par de su desarollo como cantante, Thalía crecía como actriz, iniciándose
desde abajo con pequeños papeles en las telenovelas "La Pobre Señorita
Limantour" (1987), "Quinceañera" (1988), y "Luz y
Sombra" (1989). Fue "Quinceañera", sin embargo, la que cimentó
en la conciencia colectiva de su país la imagen de eterna doncella inocente.
En
busca de un cambio que le permitiera florecer, deseosa de aprender inglés y de
pulir sus habilidades musicales, Thalía se despidió de Timbiriche en 1989 y se
marchó a Los Angeles por un año. Allí estudio baile, canto, guitarra, y
absorbío las tendencias de moda en esos momentos, en todos los campos, desde
ropa hasta arte.
La
artista regresó a México con un caudal de ideas, un cambio de imagen y una
visión mas abarcadora, y ello busco plasmar en su primer disco como solista,
"Thalía", el inicio de una fructífera colaboración con el productor
Alfredo Díaz Ordaz, que continuaría con otros dos discos, "Mundo De
Cristal" y "Love".
Ante
la nueva imagen que proyectaba Thalía, mas madura, con el ombligo expuesto e
interpretando canciones de rock, fueron muchos los que se sorprendieron. Incluso
la artista misma nunca pensó que el cambio generaría polémica, pero el disco
fue un éxito y ella aprendió a lidiar con las críticas y a "echar
pa'lante". Bien hizo en asumir esa actitud, ya que años después,
convertida en superestrella internacional, sería sometida a toda clase de
rumores, chismes y comentarios. Que si engorda, que si esta flaca, que si se ha
sacado una costilla _ Thalía, sin embargo, se ríe del que dirán y así lo
hace saber en su nuevo disco. La vida, después de todo, no es para tomarse tan
en serio.
Su
carrera, sin embargo, siempre ha sido muy seria para ella. Recibió la oferta de
trabajar fuera de su país, nada mas que en un mercado tan difícil como el de
España, y la aceptó, mudándose en 1991 para servir de coanimadora en el
programa "VIP de Noche", del canal 5 de TV Española. El programa
resultó ser un triunfo, y Thalía se sintió a gusto en esa tierra. Lo menos
que imagino entonces, era que su suerte se pondría aun mejor.
De
Mexico la invitaron a ser la protagonista de un concepto revolucionario dentro
del mundo de las telenovelas hispanas. Thalía encabezaría una trilogía de
melodramas en las que el personaje principal siempre se llamaría María. Así,
en 1992, empezó con "María Mercedes", y pronto rompió records de
audiencia. En el 94 protagonizo "Marimar", subiendo rápidamente en
las listas de preferencia del publico televidente hispano de Estados Unidos. El
éxito se repitió nuevamente con la ultima parte de la trilogía, "María
La Del Barrio", en 1995. Gracias a la arriesgada decisión de estelarizar
las tres producciones, el nombre de Thalía se hizo sinónimo de Mexico en mas
de 120 países, sin importar regiones geograficas, idiomas o edades.
La
internacionalización actoral le abrió mas puertas en el campo musical, y
Thalia la cantante regreso con la producción para EMI "En Extasis"
(1995), producida por Emilio Estefan Jr. y Oscar Lopez. El álbum se llevo
discos de oro y platino por sus ventas, causo sensación con el sencillo y el
video de "Piel Morena" y se edito en unos 20 países. Ritmos
calientes, afroantillanos y baladas de ensueño se convirtieron en la marca
distintiva de la camaleónica Thalía, interpretados de manera única.
El
clamor por la artista no le dio tregua: festivales por dondequiera ( como el de
Viña Del Mar Chile y el Carnaval de la Calle 8 en Miami); toda clase de
reconocimientos, premios y honores; publicaciones que se desviven por ella. Pero
ante la vorágine de fama y adulación que la rodeaba, Thalia supo mantener los
pies sobre la tierra, conservando a la vez un alma sonriente y un corazón
generoso.
El
éxtasis creado precisamente por "En Extasis" dio pie al siguiente
disco, "Amor A La Mexicana" (1997, Y los éxitos no se hicieron
esperar. En el 97 Thalia también lanzo "Nandito Ako", disco en
tagalo, idioma de las Filipinas, donde la artista es mas que artista _ es un fenómeno.
(Thalia ha desplegado sus dotes linguísticas al cantar además en francés,
inglés y portugués). Ese mismo año,como si fuera poco, contribuyó con tres
temas a la apertura de la cinta de dibujos "Anastasia".
La
fascinación con Thalía llega al extremo, que el 25 de abril de 1997 la ciudad
de Los Angeles, California, celebró "El Día de Thalia" y meses mas
tarde, en agosto, se develó su propia estatua de cera en el Museo de Cera de
Ciudad Mexico. El año pasado, Thalia grabó otra telenovela, "Rosalinda",
e hizo debut cinematografico en Hollywood con "Mambo Café", cinta que
deberá estrenarse pronto. Pero ahora, la prioridad es otra: Thalía se ha
entregado en cuerpo y alma a su música.
El
fenómeno llamado Thalía esta por conquistar nuevos mercados. Thalía siempre
se mantendrá fiel a sus raíces mexicanas, a su sangre latina, pero invitará a
muchos otros a que vengan a su fiesta. Una fiesta verdaderamente internacional,
donde la artista sin parar volverá a asombrar.