TALAVERA DE LA REINA
IMÁGENES PARA EL RECUERDO

La fachada constaba de un cuerpo rectangular central, de gran altura, que se une a otros dos laterales, más bajos, mediante simples tejados inclinados. El paramento recorrido por rehundidos verticales y horizontales, trasladan de nuevo aquí, los denominados en el "Arte y Uso de Arquitectura", campos relevados. El ladrillo es el material usado exclusivamente en el frontis, a excepción del zócalo de granito que recorría la totalidad del edificio. En los muros laterales se usa el ladrillo, alternando con cajones de mampostería y tapial. El

En la calle de Carnicerías, cercana al rio, se conserva la Puerta de Sevilla liberada de muros y siendo arco para una acera; en otros tiempos fue calle estrecha a la que se asomaban puertas y ventanas. En 1579 el Cardenal Gaspar de Quiroga ordenó que se abriera, en el muro del segundo recinto amurallado, esta Puerta de Sevilla para que mercaderes y ganaderos pudieran entrar en la ciudad y así evitar la lentitud que causaba el penetrar en la ciudad por la Puerta del Río único modo de entrar en Talavera una vez cruzado el Puente.

La construcción del templo del convento de los Jesuitas en el Palenque se llevó a cabo entre 1688 y 1710. La iglesia de tres naves, con capillas laterales que ocupan las de los lados, sigue el esquema de planta jesuítica. La cabecera está ordenada para recibir la gran cúpula encamonada, que presidía el interior, y que se trasdosa al exterios mediante el uso de cimborrio de pizarra. Esta medida naranja culminaba todo el edificio dándole una gran altura.

En el periodico el Heraldo de Talavera del 11 de mayo de 1929 Julio F. Sanguino decía de este patio: "hermoso ejemplar de un esplendor ido de nuestro pueblo, es este patio suntuoso perteneciente a una mansión espléndida de la poética Plazuela del Salvador". Cuando una delegación de Chile vino a rendir un homenaje a Francisco de Aguirre, el Ayuntamiento, para quedar bien, decidió decir que en este palacio había nacido el conquistador talaverano. Era un palacio de finales del siglo XV en el que el Renacimiento se conjuga con el Plateresco; sobresalía en él, el pozo y la lujosa escalera.