El vivir filosófico.


 Como introducción a este capítulo, he aquí un fragmento del libro La filosofía desde el punto de vista de la existencia, de Karl Jaspers  (fragmento que se puede leer también en el libro Apología de Sócrates de Platón, edición Panta Rei).
 “Para un hombre con fe en la ciencia, lo peor de todo es que la filosofía carece por completo de resultados universalmente válidos y susceptibles de ser sabidos y poseídos. Mientras que las ciencias han conseguido en sus respectivos dominios conocimientos imperiosamente ciertos y universalmente aceptados, nada parecido ha conseguido la filosofía a pesar de los esfuerzos sostenidos durante milenios. No hay que negarlo: en la filosofía no hay unanimidad alguna respecto a lo conocido definitivamente. Lo aceptado por todos, a la vista de razones imperiosas, se ha convertido, en consecuencia, en un conocimiento científico; ya no es filosofía, si no algo que pertenece a un dominio específico de lo cognoscible...
 La filosofía bien trabajada está vinculada, sin duda, a las ciencias. Tiene, naturalmente, a éstas en el estado más avanzado al que hayan llegado en la época correspondiente. Pero el espíritu de la filosofía tiene otro origen. La filosofía brota de toda ciencia que los hombres descubren...
 ¿Qué es, pues,  la filosofía, que se manifiesta tan universalmente bajo tantas formas singulares?
 La palabra griega ????????s - philosophos nació en oposición a ??????-sophós. Se trata del amante del conocimiento (del saber), a diferencia de aquel que está en posesión del saber se hacía llamar sapiente o sabio . Este sentido de la palabra ha persistido hasta hoy: la búsqueda de la verdad, no su posesión, es la esencia de la filosofía, por muy frecuentemente que se la traicione por el dogmatismo, esto es, por un saber enunciado en proposiciones, definitivo, perfecto y comprensible. Filosofía quiere decir ir de camino. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas, y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta.
 Ir de camino, o bien encontrar el descanso y la plenitud del momento, no son definiciones de filosofía. Ésta no tiene nada por encima ni a los lados, no es derivable de ninguna otra cosa. Toda la filosofía se define a sí misma con su realización. Según esto, la filosofía es a la vez la actividad viva del pensamiento y la reflexión sobre este pensamiento, o bien el hacer y hablar de él ”.

 Este fragmento (algo pesado y costoso de entender, pero interesante y explicativo) describe la actividad del filósofo: la actividad del pensamiento y su unificación. La filosofía es todas las ramas del saber y su unión. Todos los filósofos han intentado unir, bajo una idea, diferentes tipos de conocimientos por ejemplo, Sócrates unió la Ontología (Ciencia del Ser, saber lo que es el bien) con la Ética: “Quien conozca el bien estará obligado a practicarlo”; los sofistas trataron el saber enciclopédico (toda clase de saber) para mejorar la sociedad (política), y basándose en eso formularon su teoría ética de la negación de una ética universal (defendían que al ser la ética relativa, no tenía sentido buscar una ética universal); Nietzsche creó una crítica ontológica (“El ser es fugitivo, siempre alterable)” a la que unió un desprecio absoluto hacia la religión (“Dios ha muerto”) y lo asimiló en su ética (“Se ha de llegar al superhombre, deshacerse de Dios y poder satisfacer los instintos”); por su parte, Pitágoras unificó la ontología  (“Todas las cosas tienen un nombre y provienen del número uno”) a la ética (teorías éticas bien curiosas: “No comas judías”, “No partas el pan”, “Cuando te levantes de la cama, no dejes la marca de tu cuerpo”,...) y añadió su teoría de la reencarnación (“Las almas se reencarnan al morir, y según su comportamiento en la tierra tienen un destino mejor o peor”); Epicuro unió la teoría del conocimiento (“La fuente del conocimiento son los sentidos”) con la física (el atomismo: “Todo son átomos, en continuo movimiento en el vacío”) y la ética (“El objetivo de la vida es el placer”); Algo parecido hicieron los estoicos, pero desde una perspectiva diferente, con otra teoría del conocimiento (“El sistema de conocimiento es la lógica, que se elabora a partir de conceptos particulares”) con la física (“Dios es fuego, todo proviene y retornará al fuego”) y la ética (“Seguir los instintos sólo lo hacen los insensatos, que se dejan dominar por las pasiones”); y como los que se acaban de mencionar, muchísimos más.
Queda claro que quien se limita a una rama del saber difícilmente se considerará filósofo, ya que la actitud general del filósofo es la unión de conocimientos, como se ha explicado y ejemplificado ya. La filosofía, como cadena del saber  (cadena, eso sí, diferente según cada filósofo) es todo el saber y no lo es. Aparte, no olvidemos que la actitud del filósofo es buscar, pensar y crear, en contra de la religiosa, que se aferra a las teorías religiosas y las acepta plenamente . La filosofía es insatisfacción de base. El filósofo ofrece alternativas, no dogmas, y habla y dialoga y escucha, pero no impone. Visto así, Sócrates puede que no fuera puramente un filósofo en cuanto que, disimuladamente y bajo la apariencia de querer aprender, imponía y era dogmático e inflexible ; eso sí, su actitud era buscar y crear.
Según el cromismo, la felicidad del filósofo se ha de basar en la práctica de la virtud y las recompensas emocionales del saber: investigar, definir, crear, escuchar, estar dispuesto a aprender y a enseñar, valorar a los demás y a la sociedad. Todo esto da placer a aquel que se mentalice cómodamente a hacerlo. No es que ser filósofo sea la única ni la mejor forma de vivir, pero no es tan poco recomendable ni tan inútil como muchos afirman. Pero por un lado está el ser filósofo y por otro el vivir filosófico: el filósofo investiga, define, crea,... mientras que el que vive filosóficamente (se considere o no  filósofo) sigue un compendio de normas filosóficas para vivir.
Y este es un libro ni más ni menos  que un libro filosófico, en el que hay unas normas de conducta y unas explicaciones. Y esto el lector lo tiene que tener muy en cuenta: es un libro práctico, en el sentido que sirve como orientación en la vida.
Pero queda para más adelante la filosofía cromista, ahora es el momento de introducirnos en algunos de los filósofos del pasado. En palabras de Emésias, un filósofo cromista irreal, pero no por eso menos interesante, “asistiremos al bello nacimiento de la sabiduría”.

CROM EL NÓRDICO.
Email:cormes@tinet.fut.es
URL:  http://members.es.tripod.de/Crom_el_nordico/index.html


© 1999. Revista Cartagena