México (república)
1. INTRODUCCIÓN
México (república) (nombre oficial, Estados Unidos
Mexicanos), república federal situada al sur de América del Norte, en su parte
más angosta; limita al norte con Estados Unidos, al este con el golfo de México
y el mar Caribe, al sureste con Belice y Guatemala, y al oeste y sur con el
océano Pacífico. La jurisdicción federal mexicana se extiende, además del
territorio continental de la república, sobre numerosas islas cercanas a sus
costas. La superficie total del país es de 1.964.382 km², suma de la superficie
continental e insular. La capital y ciudad más grande es la ciudad de México.
2. TERRITORIO Y RECURSOS
La
altiplanicie Mexicana domina gran parte del país y está dividida en dos zonas:
altiplanicie septentrional y meridional, limitada en sus flancos este y oeste
por dos cadenas montañosas que descienden de manera abrupta hasta estrechas
llanuras costeras: la sierra Madre occidental al oeste y la sierra Madre
oriental al este (véase Sierra
Madre), que son la prolongación de las montañas Rocallosas y los montes
Wasatch, respectivamente.
Ambas
sierras son interceptadas al sur por el eje o cordillera Neovolcánica
transversal, faja formada por montañas volcánicas que atraviesa el país de este
a oeste por su parte central y que encierra por el sur la altiplanicie
Mexicana; este eje contiene los picos más altos de la República. Al sur de la
cordillera Neovolcánica se localiza la sierra Madre del Sur, la sierra Madre de
Chiapas y la sierra Madre de Oaxaca. Al este, un brusco descendimiento concluye
en el istmo de Tehuantepec, parte más estrecha de México, que se encuentra
entre el sur del golfo de México y el golfo de Tehuantepec. El istmo separa al
océano Pacífico del golfo de México por una franja de tierra de sólo 210km de
longitud.
El elemento topográfico prominente del
país es la altiplanicie Mexicana, continuación de las llanuras del suroeste de
Estados Unidos, que comprende más de la cuarta parte del área total de México.
Grandes valles de la altiplanicie forman importantes depresiones: ubicada en la
altiplanicie septentrional se encuentra la región de los “bolsones”
(depresiones), con el bolsón de Mapimí en el centro y el valle del Salado en el
sureste, como los principales; en la altiplanicie meridional está situado el
valle de México o meseta de Anáhuac con una altura media de 2.000 metros,
máxima de 2.743 m y mínima de 1.524 m.
Las
llanuras costeras son en su generalidad zonas bajas, llanas y compuestas por
materiales arenosos, aunque en las costas del Pacífico ocasionalmente son
interrumpidas por pequeñas serranías. Baja California, península larga y
estrecha que se extiende a lo largo de 1.200 km al sur del límite noroeste del
país, está atravesada por la sierra de la Baja California, continuación de la
cadena costera del Pacífico, en Estados Unidos, que constituye el sistema
surcaliforniano. La península de Yucatán, que forma el extremo sureste del
país, es un terreno bajo y llano, cuya máxima elevación no supera los 150
metros y cuenta con 43.257 km² de superficie.
México tiene algunos ríos importantes,
aunque la mayoría de ellos no son navegables. La corriente de mayor longitud es
el río Bravo, que hace de frontera natural con Estados Unidos, donde se
denomina río Grande del Norte. Otros ríos importantes son: el Balsas, Pánuco,
Papaloapan, Coatzacoalcos, Grijalva, Usumacinta, Yaqui, Fuerte, Grande de
Santiago, Sonora y Conchos, principal afluente del río Bravo. México cuenta con
algunos puertos de altura: Matamoros, Tampico, Tuxpan, Veracruz y Coatzacoalcos
son los principales del golfo de México; en el Pacífico se encuentran, entre
otros, los de Acapulco de Juárez, Manzanillo, Mazatlán, Ensenada, Guaymas y
Salina Cruz. El lago de Chapala, en el estado de Jalisco, es el mayor cuerpo de
agua continental. En el valle de México hay todavía algunos lagos someros.
2.1. Clima
México
presenta una gran variedad de climas. Al estar el país dividido por el trópico
de Cáncer, comprende dos zonas térmicas claramente diferenciadas. Sin embargo,
teniendo en cuenta las distintas elevaciones de las cadenas montañosas o las
regiones cercanas a los litorales, aparecen zonas con temperaturas extremas,
áreas de clima desértico o muy húmedas.
La
zona cálida comprende la planicie costera baja, que se extiende desde el nivel
del mar hasta los 914m de altitud. El clima es extremadamente húmedo, con
temperaturas que oscilan entre los 15,6 y 38,9ºC. La zona templada se extiende
desde los 914 hasta los 1.830m, con temperaturas promedio de 16,7ºC en enero y
de 21,1ºC en julio. La zona fría va desde los 1.830m de altitud hasta los 2.745
metros.
La temperatura media o promedio en la
ciudad de México para los meses de enero y julio es de 12,6 y 16,1ºC
respectivamente. Para los mismos meses es de 14,4 y 27,2ºC en la ciudad de
Monterrey.
El clima templado subhúmedo o semi-seco
alcanza una temperatura media anual entre 10 y 20ºC, con lluvias o
precipitaciones anuales que oscilan de los 600 a los 1.000mm, concentrada en un
periodo de 6 a 7 meses; en altitudes entre 1.500 y 3.000m su distribución
depende de la ubicación de las serranías más importantes. En estas áreas se
suceden heladas todos los años.
Los climas cálido-húmedo y
cálido-subhúmedo, con lluvias en verano o durante todo el año, y generalmente
por encima de los 1.500mm, presentan una temperatura media anual que varía
entre los 24 y 26ºC; se dan en las vertientes del golfo de México, del océano
Pacífico, en el istmo de Tehuantepec, en el norte del estado de Chiapas y en la
península de Yucatán. En el trópico seco se desarrollan variantes de este
clima, cuya extensión es la de mayor importancia en condiciones de climas
cálidos extremos y precipitaciones muy bajas, con largos periodos de sequía; su
área de distribución se enmarca en los declives de las sierras Madre oriental y
Madre occidental, cuencas del Balsas y del Papaloapan, y en algunas zonas del
istmo de Tehuantepec, Chiapas y península de Yucatán. Finalmente, las zonas
áridas son aquellas cuya precipitación pluvial es inferior a los 350mm anuales,
con una distribución muy irregular durante la época de lluvias, donde la
temperatura media anual varía entre los 15 y 25ºC. En general, estas áreas se
localizan a partir de los 21º 30’ de latitud Norte.
La estación lluviosa se extiende entre
mayo y octubre. A pesar de que algunas regiones del sureste de México reciben
entre 990 y 3.000mm de lluvia al año, la mayor parte del país carece de
precipitaciones considerables. La precipitación promedio de las zonas templadas
es inferior a los 635mm anuales, en la zona fría es de unos 460mm y en la zona
semiárida del norte del país de 254mm. Los promedios de precipitación anual
para las ciudades de México y Monterrey son de 747mm y 588mm respectivamente.
2.2. Recursos naturales
Los recursos
minerales de la República Mexicana son extremadamente ricos y variados. Se
encuentran casi todos los minerales conocidos, destacando la plata, además del
carbón, hierro, oro, cobre, plomo, azufre, mercurio y zinc. Las reservas de
petróleo y gas natural son abundantes, con algunos de los depósitos más grandes
del mundo localizados cerca de la bahía de Campeche. En los bosques y terrenos
forestales, que cubren el 29% del territorio, crecen árboles de maderas
preciosas como caoba, sándalo, ébano, cedro rojo, nogal, palo de rosa y palo de
Campeche.
Cerca
del 14,3% del territorio es apropiado para la agricultura; sin embargo, menos
del 10% recibe lluvia suficiente para el crecimiento del cultivo sin irrigación
(véase Cultivo de secano). En 1997 la
superficie cultivada de regadío era de 6.500.000 hectáreas.
2.3. Flora y fauna
Debido
a la amplia diversidad climática, la flora autóctona de México es
extremadamente variada. El nopal, la yuca, el guayule, el maguey (véase Agave) y el mezquite son abundantes en las zonas áridas del norte
del país. La zona cálida posee una cobertura espesa con una inmensa variedad de
plantas, que en algunas áreas forma densas selvas tropicales. Los árboles en
estas zonas incluyen las maderas preciosas, así como el cocotero (véase Palmáceas), chicozapote (del que
se obtiene el chicle), árboles de frutas tropicales como el mamey o la guayaba,
y la ceiba. En las laderas de las montañas crecen el encino (véase Encina), pino y oyamel (véase Abeto). Existe vegetación ártica
en las mayores elevaciones de México.
La
fauna mexicana también varía de acuerdo a las zonas climáticas. En el norte
viven lobos y coyotes; en las zonas más altas de la cordillera Neovolcánica el
teporingo o conejo de los volcanes, una especie endémica de México. Los bosques
de las laderas de las montañas están habitados por ocelotes, jaguares, pecarís,
venados y pumas. También hay una amplia variedad de reptiles, entre los que se
encuentran tortugas, iguanas, serpientes y lagartos, así como aves y peces, que
abundan a lo largo de las costas y en los estuarios de los ríos. En 1996 había
3 especies de anfibios en peligro, 36 de aves, 64 de mamíferos, 86 de peces y
18 de reptiles.
3. POBLACIÓN
Está
compuesta por tres grupos principales: mestizos, indígenas y población de
origen europeo. Los mestizos son el grupo mayoritario, ya que constituyen cerca
del 80% de la población. El total de población indígena es de cerca del 10%,
con más de 50 grupos definidos. Véase
Instituto Nacional Indigenista de México.
3.1. Características de la población
México
cuenta con una población (según estimaciones para 2000) de 102.026.691
habitantes. La densidad de población en ese mismo año fue de 52 hab/km² a nivel
nacional, aunque las diferencias son muy notables según los estados y las
regiones. Cerca del 74% de los mexicanos vivían en áreas urbanas durante el año
1998.
3.2. Ciudades principales
La
capital y centro cultural del país es la ciudad de México, con una población,
según estimaciones para 1995, de 9.800.000 habitantes; incluyendo la población
de los municipios conurbados del área metropolitana, la ciudad cuenta con
16.900.000 habitantes. Otras ciudades importantes son: Puebla, una de las
ciudades más antiguas del país y centro industrial, 4.792.156 habitantes;
Guadalajara, centro comercial y de servicios del occidente del país, 1.633.216
habitantes; Monterrey, ciudad industrial del noreste de México, 1.088.143
habitantes; Ciudad Juárez, centro comercial y de industria manufacturera,
1.011.786 habitantes; León, centro de la zona agrícola del Bajío, 1.042.132
habitantes; Tijuana, una de las ciudades fronterizas más importantes, 991.592
habitantes, y Veracruz, puerto principal del país, 425.140 habitantes.
3.3. Religión
El
catolicismo es la religión que profesan más del 93% de los mexicanos. La larga
tradición del anticlericalismo oficial del país terminó en 1991 con reformas
constitucionales que permitieron a las instituciones religiosas formar parte
del sistema educativo. Los protestantes representan un grupo minoritario, pero
creciente.
3.4. Lenguas oficiales y habladas El idioma oficial y prevaleciente es el
español, hablado por la gran mayoría de la población; además, se hablan unos 54
idiomas, dialectos y lenguas indígenas, de las cuales las principales son el
náhuatl, las lenguas mayenses (en la península de Yucatán), el otomí, el
mixteco y el zapoteco. Según el censo de 1990, la población total de hablantes
de lengua indígena era de 5.282.347 habitantes. Véase Español de América.
3.5. Divisiones administrativas
México
se divide en 31 estados y un Distrito Federal, que alberga la sede de los
poderes federales. Los estados son los siguientes: Aguascalientes, Baja
California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas,
Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán,
Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis
Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y
Zacatecas.
4. EDUCACIÓN
La
educación primaria y secundaria es gratuita y obligatoria para todos los niños
hasta los 14 años. Las escuelas religiosas se legalizaron en 1991. Además de
las escuelas secundarias que imparten una formación académica tradicional,
existe un sistema profesional medio y una educación media superior
(preparatoria o bachillerato) de orientación general o técnica. A pesar de que
el analfabetismo entre la población adulta ha sido uno de los principales
problemas, las sucesivas campañas gubernamentales han incrementado el nivel de
alfabetización, que ha pasado de casi un 50% a principios de la década de 1940,
al 91% de la población adulta en 2000.
4.1. Educación primaria y secundaria En 1995 asistían 14.623.438 alumnos a las
94.844 escuelas primarias existentes, y 7.914.165 estudiantes estaban inscritos
en escuelas secundarias. Véase
Educación en México; Educación indígena en América Latina.
4.2. Educación superior universitaria México cuenta con unas 9.000 instituciones
de educación superior, donde se inscribieron o matricularon, en 1996-1997,
1.612.318 alumnos. Algunas de las universidades más importantes son la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (1551) y el Instituto
Politécnico Nacional (1937), ambos localizados en la ciudad de México; destacan
también la Universidad de Guadalajara (1791), la Universidad Veracruzana (1944)
y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (1943).
5. CULTURA
La
cultura mexicana es una mezcla rica y compleja de tradiciones indígenas,
españolas y estadounidenses. Las áreas rurales están pobladas por indígenas,
descendientes de las sociedades altamente desarrolladas de los mayas, aztecas y
toltecas, y por agricultores y trabajadores descendientes de españoles y
mestizos; cada una de estas herencias ha enriquecido la cultura regional (véase Mestizaje). En las ciudades es
patente la influencia tanto europea, particularmente española y francesa, como
estadounidense. La mayoría de los artistas mexicanos contemporáneos están
esforzándose por producir un trabajo característicamente mexicano que fusione
estilos españoles, indígenas y europeos modernos.
5.1. Literatura La literatura mexicana en español data
desde el siglo XVI, y muchos de los trabajos hacen uso de temas de la tradición
oral de los grupos indígenas del país. Dentro de los escritores mexicanos más
sobresalientes del siglo XX se encuentran los novelistas Mariano Azuela, Martín
Luis Guzmán, Agustín Yáñez y Carlos Fuentes; los dramaturgos Rodolfo Usigli,
Salvador Novo y Emilio Carballido, y los poetas y ensayistas Alfonso Reyes y
Octavio Paz, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1990. Véase también Literatura
hispanoamericana.
5.2. Música y danza
Las
canciones y danzas folclóricas características de las diferentes regiones del
país son acompañadas por diversos tipos de conjuntos musicales, donde el
principal instrumento es la guitarra. Originaria de Jalisco es la banda de
mariachis, formada por los siguientes instrumentos: dos violines, dos guitarras
de cinco cuerdas y un guitarrón o bajo, y habitualmente un par de trompetas.
Suelen interpretar la ranchera, canción cuyos temas varían, aunque siempre se
abordan aspectos románticos. En la región de Veracruz, el conjunto musical
característico está compuesto por un arpa y dos guitarras. Las marimbas son
instrumentos musicales típicos del sur. La música norteña se interpreta con
acordeón, redova, guitarra y contrabajo. El corrido, una balada folclórica
narrativa en rimas de cuatro versos que se deriva de la romanza española, es
probablemente la mayor contribución de México a la música folclórica de
América, también como poesía folclórica. Otras danzas son el danzón, el
cha-cha-cha, la sandunga, la jarana y el jarabe tapatío. Intérpretes y
compositores famosos de la música mexicana son, entre otros: Agustín Lara,
Jorge Negrete, Pedro Infante, Chavela Vargas, Lucha Reyes, Miguel Aceves Mejía,
Armando Manzanero y Los Panchos.
Algunas
de las danzas e instrumentos prehispánicos sobreviven, con música de influencia
hispánica. Las danzas más conocidas son las de los concheros y los voladores, y
de los instrumentos hay que destacar el huéhuetl y el teponaztli, ambos de
percusión, además de numerosas flautas de arcilla y caña, ocarinas, caracolas
de mar y carracas. Véase Folclore
(baile); Folclore (música); Música latinoamericana.
En
el campo de la música clásica, la orquesta dirigida por el compositor y
director Carlos Chávez ha recibido la aclamación de los críticos de todo el
mundo. Chávez fundó la Orquesta Sinfónica de México en 1928 y la coreógrafa
Amalia Hernández el Ballet Folklórico de México en 1952. Destacados
compositores mexicanos son: Juan de Lienas (de finales del siglo XVI), Manuel
María Ponce (finales del XIX y XX) y, ya de este siglo, Juan García Esquivel,
compositor vanguardista, y Silvestre Revueltas.
Por
último, hay que mencionar algunas de las bandas de jóvenes músicos mexicanos
que han traspasado las fronteras del país, como El TRI, la Maldita Vecindad,
Caifanes y Maná.
5.3. Arquitectura
En
casi toda la República Mexicana existen ejemplos de arquitectura virreinal
española (véase Arquitectura
colonial) construida en estilos gótico, plateresco, clásico y barroco, algunas
veces decorados con motivos autóctonos. A finales del siglo XIX y principios
del XX, primero durante el corto régimen del emperador Maximiliano I de
Habsburgo (1864-1867) y después bajo la presidencia de Porfirio Díaz, se
introdujo en la capital el esplendoroso estilo francés del Segundo Imperio.
Díaz también encargó la decoración del palacio de Bellas Artes, que se dio por
terminado en la década de 1930.
Desde 1945 se ha dado en México un
renacimiento en la arquitectura que ha atraído la atención de todo el mundo.
Los nuevos edificios construidos para la Universidad Nacional Autónoma de
México, diseñados por un grupo de artistas y arquitectos bajo la dirección de
Carlos Lazo, se distinguen por los murales exteriores de mosaico, obra del
arquitecto y pintor Juan O’Gorman. Otro arquitecto mexicano, Félix Candela,
creó el sumamente original domo de concreto (cúpula de hormigón armado) para el
palacio de los Deportes, sede emblemática de los Juegos Olímpicos de 1968,
mientras que Pedro Ramírez Vázquez diseñó el Museo Nacional de Antropología y
el Estadio Azteca, entre otros. Véase
Arquitectura mexicana contemporánea.
5.4. Arte
En
México existía una rica tradición en pintura y escultura mucho antes de la
llegada de los conquistadores españoles. Combinando esta tradición con las
técnicas españolas importadas, los artistas del periodo colonial produjeron
trabajos de considerable profundidad y pureza. Sin embargo, los últimos años de
la época colonial se caracterizaron por una producción puramente académica,
destacando en pintura costumbrista Juan Cordero y José María de Velasco.
Uno
de los artistas más representativos del siglo XX fue José Guadalupe Posada,
quien realizó carteles, litografías y grabados en madera con temas fuertes y
violentos de escenas de la época. Sus seguidores, Diego Rivera, David Alfaro
Siqueiros y José Clemente Orozco, son los principales representantes de un
notable grupo de distinguidos artistas mexicanos que revivieron el arte de la
pintura al fresco con el muralismo, aunque produjeron también un importante
trabajo de caballete. Otros pintores de este siglo que destacan son: Frida
Kahlo, Lilia Carrillo, Leonora Carrington, Pedro Coronel, Alberto Gironella,
Carlos Mérida, Rufino Tamayo y Vicente Rojo. Véase también Arte y arquitectura contemporáneas: El arte del siglo XX en Latinoamérica;
Arte y arquitectura precolombinas.
Tanto
tejedores, alfareros y orfebres, los artesanos mexicanos producen una gran
variedad de artículos hermosos y representativos, valorados internacionalmente.
Destacan por la manufactura de artículos de palma, henequén, cerámica, madera,
oro, plata, vidrio, textiles y piel. Véase
Artesanía.
5.5. Arte escénico
La
industria cinematográfica mexicana produce actualmente entre 40 y 50 películas
cada año. Actores del cine mexicano, como Mario Moreno, Cantinflas, María
Félix, Pedro Armendáriz y Dolores del Río poseen fama mundial, de la misma
forma que el director Emilio Fernández y el director de fotografía Gabriel
Figueroa. Tanto las obras teatrales como las musicales, especialmente la ópera,
son populares en las ciudades mexicanas. Los distintos cuerpos del Ballet Folklórico,
así como compañías especializadas en danzas típicas mexicanas, tienen sede en
las principales ciudades pero realizan giras internacionales. Las corridas de
toros, un recuerdo del pasado español de México, han sido siempre muy populares
y han aportado grandes figuras, como Carlos Arruza y Rodolfo Gaona.
5.6. Instituciones culturales
La
mayoría de las mejores bibliotecas de México se encuentran dentro del sistema
universitario. La Biblioteca Nacional, la cual aloja una colección de
documentos extraordinarios, está afiliada a la Universidad Nacional Autónoma de
México, en la ciudad de México. El país también cuenta con numerosas
bibliotecas gubernamentales que dependen de las diferentes secretarías
(ministerios).
En
todo el país se localizan numerosos museos. El Museo Nacional de Historia,
dedicado a la historia a partir de la conquista española, se encuentra ubicado
en el castillo de Chapultepec, en la capital mexicana. Piezas arqueológicas de
todas las culturas prehispánicas mesoamericanas y de zonas limítrofes se pueden
ver en el Museo Nacional de Antropología, también en la capital. Otra colección
arqueológica importante está en Mérida, ciudad situada en la península de
Yucatán. Todos estos museos pertenecen al Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH).
6. ECONOMÍA
México
refleja el cambio de una economía de producción primaria, basada en actividades
agropecuarias y mineras, hacia una semi-industrializada. Los logros económicos
son resultado de un vigoroso sector empresarial privado y de políticas
gubernamentales, cuyo principal objetivo ha sido el crecimiento económico.
Tradicionalmente, el gobierno también ha hecho hincapié en la nacionalización
de la industria y se ha establecido por ley el control gubernamental de las
compañías encargadas de la minería, la pesca, el transporte y la explotación
forestal. Recientemente, sin embargo, se ha fomentado de manera muy activa la
inversión extranjera, mientras que el control estatal en algunos sectores de la
economía se ha debilitado.
El producto interior bruto (PIB) de México
se incrementó en cerca del 6,5% anual durante el periodo de 1965 a 1980, pero
sólo aumentó en un 0,5% anual de 1980 a 1988. En el periodo 1990-1998 este
incremento supuso el 2,5%. Los bajos precios del petróleo, el incremento de la
inflación, la deuda externa y el empeoramiento del déficit presupuestario
exacerbaron los problemas económicos de la nación a mediados de la década de
1980; no obstante, el panorama económico mejoró ligeramente al inicio de la
década de 1990. En 1998 el PIB se estimó en 393.508 millones de dólares, lo que
suponía un ingreso per cápita 4.110 dólares (según datos del Banco Mundial).
6.1. Agricultura
Cerca
del 25% de la mano de obra mexicana se dedica a la agricultura, y un número
sustancial de trabajadores agrícolas trabajan en propiedades ejidales o
comunales. La reforma agraria, que comenzó en 1915, ha supuesto la
redistribución por parte del gobierno mexicano de una considerable extensión de
tierra entre los ejidos. La producción agrícola está sujeta a las grandes
variaciones en los regímenes pluviales, en un país que, a grandes rasgos, puede
considerarse como semiárido. No obstante, los proyectos de irrigación han
incrementado el valor de las tierras de bajo cultivo y la conservación de los
suelos ha aumentado la producción.
México no sólo genera los productos para
cubrir la mayoría de sus necesidades básicas, sino que también exporta parte de
su producción. En 1999 los principales productos agropecuarios de México fueron
(con una producción anual en toneladas): maíz (18,5 millones); trigo (3,17
millones); cebada; arroz (412.000); legumbres (1,83 millones), entre ellas el
frijol; papas (1,44 millones); café (303.191); algodón (659.328); caña de
azúcar (48 millones); fruta (11,8 millones); y hortalizas (8,15 millones).
La cabaña ganadera, en 1999, estaba
conformada por 30,2 millones de cabezas de ganado vacuno, 13,8 millones de
porcino, 8,80 millones de ganado caprino, 5,90 millones de ovino, 6,25 millones
de caballos, 3,27 millones de mulas y 3,25 asnos, y unos 432 millones de aves
de corral.
6.2. Silvicultura y pesca Aproximadamente el 29% del país está
cubierto por bosques. Debido a la tala incontrolada de ricas áreas madereras,
la explotación forestal está actualmente estrictamente regulada por el
gobierno. México manufactura considerables cantidades de productos forestales,
entre ellos madera, chicle, brea, resinas, tanino, quina y otras sustancias.
Los bancos pesqueros más importantes se
localizan alrededor de las costas de Baja California, a continuación los del
golfo de México y los de la costa del Pacífico, desde el estado de Jalisco
hasta Chiapas. La industria pesquera está gestionada por sociedades
cooperativas que son monopolios concesionarios de ciertos productos. Las
principales especies que se capturan son huachinango, atún, cazón (véase Tiburón), sierra, sardina, anchoa
(véase Boquerón), bagre, corvina,
barrilete, pargo, robalo, jurel, lisa, macarela, mero, mojarra y peto. Entre
los crustáceos destacan la jaiba, la langosta y el camarón; este último se
extrae frente a las costas de Campeche y Sinaloa, y se exporta principalmente a
Estados Unidos. Los moluscos que más se capturan son: abulón, ostión (véase Vieira), almeja, caracol y pulpo.
También es importante la pesca de numerosas especies de agua dulce. La captura
total en 1997 fue de 1,53 millones de toneladas. La captura de tortugas marinas
para el consumo de su preciada carne se ha visto frenada, ya que es hoy una
especie protegida. En 1996 existían 247 especies en peligro. Véase Especies amenazadas.
6.3. Minería Antiguamente casi todas las compañías
mineras en México eran de propiedad extranjera. No obstante, en la década de
1960 la mayor parte de ellas colaboraron con los esfuerzos del gobierno para
nacionalizar la industria, y actualmente el capital mayoritario de estas
compañías es mexicano. El recurso minero de mayor importancia es el petróleo,
que se encuentra principalmente en los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche y
Chiapas; la producción está controlada por Petróleos Mexicanos (PEMEX), agencia
del gobierno.
La producción de plata también es
considerable y se encuentra en todos los estados del país. En las vertientes
del Pacífico de la sierra Madre occidental se localizan minas ricas en oro; en
las cercanías de Guanajuato se extrae el cobre y en los estados de Coahuila y
Durango, el hierro. En 1998 la producción anual (en toneladas) fue de: 6,33
millones de hierro, 384.641 de cobre, 175.000 de plomo, 395.391 de zinc, 2.686
de plata y 25.427 kg de oro, también se extraen fluorita y fosforita. En 1998
la producción de petróleo fue de 1.121.485.515 barriles; la de gas natural de
35.853 millones de m³; y la de carbón de 10.331.000 toneladas. También se
obtuvieron cantidades considerables de antimonio, barita, grafito, manganeso,
azufre y tungsteno.
6.4. Industria
La
industria mexicana se encuentra entre las más desarrolladas de América Latina.
Desde finales de la década de 1980, la mayoría de las fábricas de reciente
creación se construyeron en el norte de la República dentro de la categoría de
maquiladoras, es decir, plantas de labor intensiva en las que se ensamblan
partes importadas para convertirlas en artículos para la exportación; no
obstante, en los últimos años algunas empresas estadounidenses han invertido grandes
cantidades de dinero en instalaciones modernas y bien equipadas en las que se
producen vehículos de motor y otros objetos de consumo para el mercado de este
país.
Las principales plantas industriales de
México también abarcan las de fabricación de maquinaria y equipo electrónico,
refinerías de petróleo, fundidoras, plantas de empacado de alimentos,
productoras de papel y de algodón, plantas procesadoras de tabaco e ingenios
azucareros. Otros productos industriales son textiles, hierro y acero, químicos,
bebidas, fertilizantes, cemento, vidrio, cerámica y artículos de piel. La
producción manufacturera anual, estimada a principios de la década de 1990, fue
de 610.000 automóviles, 8,2 millones de toneladas de acero, 2,5 millones de
harina de trigo y 450.000t de ácido sulfúrico, entre otros.
6.5. Energía El 78,12% de la electricidad de México se
produce en instalaciones térmicas, el 13,82% en plantas hidroeléctricas, el 3%
a partir de fuentes geotérmicas y el 5% en plantas nucleares. La capacidad
generadora de electricidad en 1998 fue de 176.055 millones de KWh. Las
principales presas que alimentan centrales hidroeléctricas mexicanas son: presa
de El Infiernillo (Michoacán y Guerrero) presa Miguel Alemán (Oaxaca), presa de
La Angostura (Chiapas) y presa de Netzahualcóyotl (Chiapas).
6.6. Moneda y banca
La
unidad monetaria de México es el peso de 100 centavos 9,10 pesos equivalían a 1
dólar estadounidense en 1998). El banco central y emisor de la moneda es el
Banco de México (1925). El sistema bancario comercial de México, nacionalizado
en 1982, se devolvió al control privado a principios de la década de 1990.
A finales de 1994 y principios de 1995 se
presentó una crisis cambiaria extremadamente severa. La crisis fue provocada
por la combinación de la alta inflación y de un déficit de aproximadamente
30.000 millones de dólares. El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton,
dirigió un esfuerzo internacional de rescate, en el que participaron otras
naciones en desarrollo y varias organizaciones internacionales, como el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial, y se planteó un programa de apoyo
con préstamos y créditos por un valor de 50.000 millones de dólares.
Simultáneamente, el presidente Ernesto Zedillo anunció un programa de
austeridad, así como la privatización de las principales empresas públicas,
como las de ferrocarriles, plantas petroquímicas y eléctricas, y aeropuertos.
En 1998 las exportaciones fueron de
106.780 millones de dólares y las importaciones se situaron por debajo de esa
cifra (106.900 millones de dólares). Las exportaciones más importantes
corresponden al petróleo crudo, gas natural, automóviles, algodón, azúcar,
jitomate (tomate), café, camarón, zinc, textiles, prendas de vestir, plata y
motores. Las mayores importaciones del país incluyen maquinaria, equipo de
transporte, aparatos de telecomunicaciones, productos químicos, petróleo y
productos derivados, material agrícola, hierro y acero.
El mayor volumen del comercio de México es
con Estados Unidos; otros países con los que se lleva a cabo un comercio
importante son Japón, Alemania, Brasil, Canadá, Francia y España. El turismo
(4.268 millones de dólares en 1998), el comercio fronterizo, las inversiones
extranjeras y los envíos que hacen los trabajadores mexicanos desde Estados
Unidos son una considerable fuente de ingreso de divisas. Véase Comercio internacional.
6.7. Transporte El sistema ferroviario mexicano, el cual
está nacionalizado, abarca 26.613 km de vías. La longitud de la red de
carreteras es de 323.977 km (1998), de las cuales el 30% están pavimentadas.
Varias autopistas atraviesan el país, entre ellas cuatro rutas principales, que
van desde la frontera con Estados Unidos hasta la capital de la República
Mexicana, que forman parte de la red de la carretera Panamericana. Los
servicios aéreos se han desarrollado de manera intensiva y el país cuenta
actualmente con más de 1.700 aeropuertos y pistas de aterrizaje. Las
principales compañías aéreas son Aeroméxico y Mexicana de Aviación. La flota mercante del país está
compuesta por 621 buques, con una capacidad de 917.968 toneladas brutas
registradas.
6.8. Comunicaciones
La
República Mexicana cuenta con cerca de 295 periódicos diarios, con una
circulación total de 9.030.000 ejemplares. En el Distrito Federal se publican
unos 25 periódicos, algunos de ellos de distribución nacional, entre los que
destacan: El Nacional, Excélsior, Novedades, La Jornada, Reforma, El Universal, Esto, La Prensa, El Financiero y Ovaciones.
En 1998 el número de aparatos telefónicos por cada 1.000 habitantes era de 104,
existían más de 1.170 estaciones o emisoras de radio, y se encontraban en uso
30 millones de aparatos de radio y 25,6 millones de receptores de televisión.
6.9. Trabajo La mano de obra mexicana sumó cerca de
38,3 millones de personas en 1998. Casi el 35% de la mano de obra está
organizada en dos sindicatos. Una de las centrales sindicales más importantes
del país es la Confederación de Trabajadores de México (CTM, 1936), con cerca
de 5,5 millones de afiliados provenientes de sindicatos nacionales de empresa,
industria y de federaciones estatales que, a su vez, agrupan a otros
sindicatos. El sindicato que agrupa a mayor número de agremiados es el de
trabajadores de la enseñanza. Los estatutos prescriben el salario mínimo y un
máximo de trabajo de 8 horas diarias durante seis días a la semana. Véase Sindicatos (España y
Latinoamérica).
7. GOBIERNO
México
es una república representativa, democrática y federal, gobernada bajo las
leyes de la Constitución promulgada en 1917.
7.1. Poder ejecutivo El poder ejecutivo nacional está
representado por un presidente, que tiene que ser mexicano de nacimiento e hijo
de mexicanos; se elige de manera directa y popular para un periodo de 6 años y
no puede ser reelegido. El presidente designa a los miembros de su gabinete,
que tienen que ser confirmados por el Congreso.
7.2. Poder legislativo El poder legislativo en México está
representado por el Congreso de la Unión, que se compone de la Cámara de
Senadores y la Cámara de Diputados. La cámara alta es el Senado, con 128
miembros elegidos popularmente para un periodo de 6 años. Se nombran dos
senadores por cada estado y por el Distrito Federal. La cámara baja es la de
los Diputados, compuesta por 500 miembros designados para un periodo de 3 años:
300 diputados son elegidos por el principio de votación mayoritaria y 200 de
acuerdo a un sistema de representación proporcional. Los senadores y diputados
no pueden ejercer dos periodos consecutivos. Todos los ciudadanos mayores de 18
años tienen derecho a votar y ser votados.
7.3. Poder judicial El tribunal más alto de la República
Mexicana es la Suprema Corte de Justicia, compuesta por 21 miembros designados
por el presidente del país con el consentimiento del Senado. El Tribunal
Superior de Justicia ejerce el poder judicial en cada uno de los 31 estados de
la República. Véase Derecho mexicano.
7.4. Gobierno local El jefe del ejecutivo de cada estado es un
gobernador, elegido popularmente para un periodo de 6 años. El Distrito Federal
(DF) fue dirigido hasta 1997 por un regente (alcalde) designado por el
presidente de la nación. Sin embargo, a partir de 1997 el cargo de primer jefe
de gobierno del Departamento del Distrito Federal se elige mediante sufragio
universal. El poder legislativo en los 31 estados está representado por una
Cámara de Diputados, cuyos miembros se eligen para un periodo de 3 años.
7.5. Partidos políticos
Los principales
partidos políticos son: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el
Partido de Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática
(PRD). El PRI, fundado en 1929 con el nombre de Partido Nacional
Revolucionario, se ha mantenido en el poder de forma ininterrumpida desde
entonces. Los partidos de oposición, PAN y PRD, no representaron una seria
amenaza a la hegemonía del PRI hasta la década de 1980. El PAN, grupo
conservador y católico, está integrado fundamentalmente por amplios sectores de
la clase media mexicana; el PRD, encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, en sus
inicios constituido como coalición con el nombre de Frente Democrático Nacional
(FDN), representa a los sectores más progresistas de México. En las elecciones
presidenciales, celebradas en agosto de 1995, quedó en tercer lugar, detrás del
PAN. Sin embargo, en las primeras elecciones a la alcaldía de la ciudad de
México, celebradas el 6 de julio de 1997, Cuauhtémoc Cárdenas ganó con un 48%
la jefatura de gobierno del Departamento del Distrito Federal. En el mes de
diciembre de ese mismo año tomó posesión del cargo.
7.6. Salud y bienestar social La mayoría de las actividades de salud
pública son administradas por la Secretaría de Salud. Enfermedades como la
viruela y el cólera han sido erradicadas; sin embargo, existe un escaso número
de personal médico en las áreas rurales y el crecimiento de la población tiende
a sobrepasar la capacidad de las instalaciones de agua potable y drenaje. El
promedio de esperanza de vida en 2000 era de 75,6 años para las mujeres y de
69,3 años para los hombres.
El Instituto Mexicano del Seguro Social
(1944) supervisa los programas de asistencia y es financiado por las
contribuciones que hacen el gobierno, los empresarios y los trabajadores (véase Seguridad Social). Los servicios
incluyen la atención médica a personas de escasos recursos, vivienda a bajo
costo, indemnización en caso de accidente o enfermedad, prestaciones por
maternidad y pensiones de jubilación.
7.7. Defensa El servicio militar es obligatorio para
los varones de 18 años de edad. En 1998 el país contaba con un Ejército de
130.000 soldados, una Armada o Fuerza Naval de 37.000 y una Fuerza Aérea de
11.770 miembros.
8. HISTORIA
México
fue el asentamiento de algunas de las civilizaciones más antiguas y
desarrolladas del hemisferio occidental. Existe evidencia de que una población
dedicada a la caza habitó el área hacia el año 21000a.C. o incluso antes. La
agricultura comenzó alrededor del año 5000a.C.; entre los primeros cultivos
estuvieron la calabaza, el maíz, el frijol y el chile. La primera civilización
mesoamericana importante fue la de los olmecas, quienes tuvieron su época de
florecimiento entre el 1500 y el 600a.C. La cultura maya, de acuerdo con la
investigación arqueológica, alcanzó su mayor desarrollo al acercarse el
sigloVI. Otro grupo, el tolteca, emigró desde el norte y en el sigloX
estableció un imperio en el valle de México. Los guerreros toltecas fueron los
fundadores de las ciudades de Tula y Tulancingo (al norte de la actual ciudad
de México); desarrollaron una gran civilización todavía evidente por las ruinas
de magníficos edificios y monumentos.
8.1. El Imperio azteca
En
el sigloXI los toltecas entraron en decadencia y abandonaron su metrópoli,
Tula. Grupos de chichimecas, de carácter nómada, se impusieron en la región
central de México. Dos siglos más tarde siete tribus nahuatlacas llegaron al
valle de México procedentes del norte, de un lugar que en los mitos se conoce
como Chicomóztoc, “en las siete cuevas”, probablemente la zona de La Quemada.
El grupo azteca, más tarde llamado mexica, la tribu más importante, fundó un
asentamiento denominado Tenochtitlán en un área rodeada por lagos, entre ellos
el de Texcoco. Conforme el asentamiento crecía, su valor militar era mayor
debido a la construcción de calzadas que represaban el agua de los lagos de los
alrededores y convertían a la ciudad en una isla fortaleza prácticamente
inexpugnable. Bajo el mando de Itzcóatl, rey de Tenochtitlán de 1428 a 1440,
este grupo extendió sus dominios a todo el valle de México, llegando a ser la
principal potencia del centro y sur de México cerca del sigloXV. Su
civilización, basada en la tolteca y chichimeca, fue muy desarrollada, tanto
intelectual como artísticamente. La economía azteca dependía de la agricultura,
particularmente del cultivo del maíz y de los tributos que exigían a los
pueblos dominados en la guerra. Según se hacían más ricos y poderosos, los
aztecas construyeron grandes ciudades y desarrollaron una intrincada organización
social, política y religiosa.
El
primer explorador europeo que llegó al territorio mexicano fue Francisco
Hernández de Córdoba, quien descubrió varios asentamientos mayas en la
península de Yucatán en 1517. Un año más tarde Juan de Grijalva encabezó una
expedición que exploró las costas orientales de México y entregó a la colonia
española en Cuba los primeros informes acerca del Imperio azteca. Esos informes
motivaron a Diego Velázquez, gobernador de Cuba, a enviar una gran fuerza en
1519 bajo el mando de Hernán Cortés.
8.2. El virreinato
En
1535, catorce años después de la caída de la capital azteca (1521), la forma de
gobierno de lo que Cortés llamó Nueva España se instituyó con la designación
del primer virrey español, Antonio de Mendoza. Hasta 1821, un total de 61
virreyes gobernaron Nueva España. Mendoza y sus sucesores dirigieron una serie
de expediciones militares y exploratorias con las cuales finalmente hicieron
parte de la Nueva España a los actuales estados de Texas, Nuevo México, Arizona
y California, en Estados Unidos.
Una característica particular del
virreinato novohispano fue la explotación de los indígenas. A pesar de que
durante la conquista murieron centenares de indígenas, continuaron siendo la
mayoría de los habitantes de la Nueva España, que hablaban sus propias lenguas
y mantenían gran parte de su cultura original. A pesar de que eran libres por
decreto y podían recibir salarios, vivían casi todos en estado de sumisión. Su
situación fue el resultado del sistema de encomienda, por medio del cual se
dotaba a los nobles y soldados españoles no sólo de grandes extensiones de
tierra, sino además se les otorgaba la jurisdicción sobre todos los indígenas
que las habitaran. El gobierno español realizó algunos intentos para reglamentar
la explotación de los trabajadores indígenas en el campo y en las minas. Las
reformas decretadas en España fueron muchas veces ineficaces debido a la
dificultad de su ejecución. Mejorar la condición de los indígenas se convirtió
en un objetivo primordial del gobierno mexicano después de que fue derrocada la
administración colonial.
Una segunda característica del periodo
virreinal fue la posición y la labor de la Iglesia católica. Misioneros
franciscanos, agustinos, dominicos y jesuitas llegaron al país poco después de
los conquistadores. En 1528 Juan de Zumárraga se convirtió en el primer obispo
electo de Nueva España, y hacia 1548 se erigió un arzobispado. La Iglesia
mexicana llegó a ser enormemente opulenta debido a las dotes y legados que
podía retener en perpetuidad. Antes de 1857, año en que se nacionalizaron los
bienes eclesiásticos, la Iglesia poseía una tercera parte de toda la propiedad
y territorio.
Una
tercera característica fue la existencia de clases sociales muy marcadas: los
indígenas, los mestizos (un grupo que se incrementó progresivamente durante la
época virreinal), los esclavos negros, los negros libres y los blancos. Los
mexicanos blancos a su vez estaban divididos. La clase más alta de todas era la
de los peninsulares, aquéllos nacidos en España, que se oponían a los criollos,
descendientes de españoles que habían nacido y crecido en la Nueva España. Los
peninsulares eran enviados desde España donde adquirían los puestos coloniales
más importantes, tanto de la administración civil como eclesiástica. Éstos se
mantenían a distancia de los criollos, quienes casi nunca ejercieron cargos de
relevancia. El resentimiento de los criollos llegó a ser una fuerza que motivó
más tarde el movimiento de la independencia.
Desde el comienzo del sistema virreinal,
la ineficacia y la corrupción en la administración colonial estaba muy ligada
al gobierno español central. En los últimos años del sigloXVIII, España intentó
instituir una serie de reformas administrativas, principalmente durante los
años 1789 a 1794, bajo el virreinato de Juan Vicente de Güemes Pacheco, conde
de Revillagigedo. Estas reformas no erradicaron los problemas fundamentales del
sistema y, a principios del sigloXIX, el resentimiento criollo y la ineficacia
del gobierno de la Nueva España habían debilitado la unión entre la colonia y
la metrópoli. A estas condiciones internas se añadió la influencia de las ideas
políticas liberales de Europa, particularmente después de la Revolución
Francesa.
La ocupación de España por Napoleón (véase Guerra de la Independencia
española) desembocó finalmente en la guerra de Independencia de México.
Desorientados por el desastre que había tenido lugar en España, los líderes
administrativos de la Nueva España comenzaron a estar en desacuerdo entre ellos
mismos, sin una autoridad central que interviniera. En 1808 el virrey José de
Iturrigaray apoyó los intentos de los criollos para establecer un gobierno
nacional. Sin embargo, otros oficiales peninsulares estuvieron en desacuerdo,
por lo que Iturrigaray fue depuesto, enviado a España y procesado. En el
momento culminante de esas luchas entre facciones comenzó la rebelión política
de la población criolla.
8.3. Guerra de Independencia
El
16 de septiembre de 1810 Miguel Hidalgo y Costilla, cura del pueblo de Dolores,
en el actual estado de Guanajuato, alzó la bandera de la rebelión (véase Grito de Dolores) demandando el
fin del mal gobierno, pero sin desconocer el poder del rey español FernandoVII.
A pesar de que inicialmente tuvo éxito, la rebelión de Hidalgo no sobrevivió
mucho tiempo, ya que fue capturado por las fuerzas realistas y ejecutado en
Chihuahua en 1811. El liderazgo del movimiento pasó a otro sacerdote, José
María Morelos y Pavón, quien, en 1814, proclamó a México como república
independiente de España y abolió la esclavitud. Un año más tarde, Morelos y su
ejército fueron derrotados por las fuerzas reales bajo el mando de Agustín de
Iturbide, general criollo. La revolución continuó bajo el liderazgo de Vicente
Guerrero, quien encabezaba un ejército comparativamente pequeño.
La revolución española de 1820 afectó a la
rebelión de México. Las tendencias políticas liberales en España consternaron a
los líderes conservadores mexicanos, quienes comenzaron una serie de intrigas
con el fin de separar el virreinato de la metrópoli. Por cuenta propia,
Iturbide se reunió con Guerrero en 1821 y ambos firmaron un acuerdo por el cual
unieron sus fuerzas para llevar a término la independencia. Su plan, conocido
como Plan de Iguala, estableció posteriormente tres garantías mutuas: México
sería un país independiente gobernado por un monarca español; la religión
católica sería la oficial y única del país, y los españoles y criollos tendrían
los mismos derechos y privilegios. El virrey Juan Ruiz de Apodaca, depuesto por
los insurgentes, huyó a España. El último virrey de la Nueva España fue Juan
O’Donojú, quien, a su llegada a México en julio de 1821, aceptó el Tratado de
Córdoba, reconociendo la independencia de México.
8.4. Imperio y república A continuación, el país vivió un periodo
turbulento. En 1822 Iturbide fue proclamado emperador con el nombre de Agustín
I. Diez meses más tarde fue depuesto por una rebelión dirigida por Antonio
López de Santa Anna, su anterior colaborador. Se proclamó la república y
Guadalupe Victoria se convirtió en el primer presidente. México, sin embargo,
no estaba preparado para la repentina democracia. Se inició el conflicto entre
los centralistas (grupo conservador formado por líderes religiosos,
terratenientes, criollos y oficiales del ejército, decididos a mantener una
forma de gobierno centralizada) y los partidarios de un gobierno federal
(facción liberal y anticlerical que apoyaba el establecimiento de estados
soberanos unidos en una federación, además del apoyo social a los indígenas y a
otros grupos oprimidos). Vicente Guerrero, líder liberal, llegó a ser
presidente en 1829, pero fue asesinado en 1831 por las fuerzas dirigidas por el
líder político y militar Anastasio Bustamante. Hasta 1933, año en que López de
Santa Anna fue elegido presidente, se sucedieron las rebeliones en el país. Sin
embargo, poco después de su llegada al poder, su política centralista involucró
a la nueva república en una guerra.
8.5. Guerra con Estados Unidos
Los
habitantes de Texas, entonces bajo la ley mexicana, no estaban conformes con el
decreto gubernamental (1829) que abolía la esclavitud, y el plan de Santa Anna
para centralizar el gobierno incrementó su resentimiento. Texas se rebeló en
1836 y declaró su independencia después de que Santa Anna fuera derrotado de
manera decisiva por el líder texano Samuel Houston el 21 de abril de 1836 en
San Jacinto. Como resultado de la disputa sobre el límite occidental de Texas
entre ciudadanos estadounidenses y mexicanos, y de la intención de los primeros
de apoderarse de California, Estados Unidos declaró la guerra a México en mayo
de 1846 (véase Guerra
Mexicano-estadounidense). Las tropas estadounidenses ocuparon el norte de
México y un año después cayeron sobre la capital. El 2 de febrero de 1848, bajo
los términos del tratado de Guadalupe Hidalgo, el río Bravo o Grande del Norte
se fijó como límite de Texas. Estados Unidos se apoderó además del territorio
que actualmente forman los estados de Arizona, California, Colorado, Nuevo
México, Nevada, Utah y parte de Wyoming. Unos años después, el Tratado de la
Mesilla de 1853 definió el límite de Nuevo México y añadió una franja más de
territorio a Estados Unidos.
Después
de la guerra, México se enfrentó a un fuerte problema de reconstrucción. Las
finanzas estaban devastadas y el prestigio del gobierno, ya débil, había
disminuido considerablemente. Santa Anna, obligado a renunciar, regresó del
exilio en 1853 y, con el apoyo de los centralistas, se autoproclamó dictador. A
principios de 1854 se inició una rebelión liberal y, después de más de un año
de intensos enfrentamientos, Santa Anna huyó de México. La revolución fue el
primer acontecimiento de una larga y feroz lucha entre las clases poderosas,
que tradicionalmente habían dominado México, y los demócratas liberales, que
demandaban tener voz en el gobierno.
8.6. Juárez y Maximiliano I
El
gran líder que surgió entre los liberales fue un indígena, Benito Juárez, que
llegó a ser famoso por su integridad y firme lealtad a la democracia. Durante los
siguientes 25 años Juárez fue la figura central de los políticos mexicanos. El
gobierno federal, la libertad de expresión y otras libertades civiles tomaron
cuerpo en la Constitución de 1857, a la que los grupos conservadores se
opusieron encarnizadamente. Estos últimos estaban apoyados por España, y en
1858 la guerra de Reforma o guerra de los Tres Años, entre grupos conservadores
y liberales, devastó a México. El gobierno de Juárez era apoyado por Estados
Unidos y, en 1860, los ejércitos juaristas habían triunfado definitivamente.
Entre tanto, como presidente provisional entre 1858 y 1861, Juárez había
emitido las Leyes de Reforma (1859) que decretaban la nacionalización de los
bienes de la Iglesia, la ley del matrimonio civil, la separación de la Iglesia
del Estado, la ley del registro civil, la secularización de los cementerios y
los hospitales, y la libertad religiosa.
Elegido presidente en 1861, Juárez comenzó
a poner orden. Una de sus primeras acciones fue la suspensión del pago de
intereses a la deuda extranjera adquirida por los gobiernos precedentes.
Molestos con su decreto, Francia, Gran Bretaña y España decidieron intervenir
conjuntamente para la protección de sus inversiones en México. El primero en
actuar fue Napoleón III de Francia. Una expedición conjunta ocupó Veracruz en
1861, pero cuando las ambiciones colonizadoras de Napoleón se hicieron
evidentes, los británicos y españoles se retiraron en 1862. Durante un año las
tropas francesas libraron su camino a través de México y finalmente entraron en
la capital en junio de 1863. Juárez y su gabinete huyeron, mientras que un
gobierno conservador provisional, apoyado por los sectores monárquicos del
país, proclamó el Imperio mexicano y ofreció la corona, a instancias de
Napoleón, a Maximiliano I, archiduque de Austria.
De
1864 a 1867 MaximilianoI y su esposa Carlota gobernaron el Imperio, pero en
1865, bajo presión de Estados Unidos, que seguía reconociendo a Juárez, Francia
retiró sus tropas. Las fuerzas de Juárez recobraron el país después de que los
franceses se retiraran en 1867, y las tropas republicanas, bajo el mando del
general Porfirio Díaz, ocuparon la ciudad de México. MaximilianoI, sitiado en
Querétaro, fue obligado a rendirse y, después de un consejo de guerra, fue
fusilado.
Nuevamente Juárez intentó restablecer el
orden, pero se encontró con numerosos sectores que se oponían a su gobierno. En
1871, después de una dudosa elección, el Congreso reeligió como presidente a
Juárez. Porfirio Díaz, uno de los candidatos que había sido derrotado, encabezó
una insurrección sin ningún éxito. Juárez murió en 1872 y fue sucedido por
Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte. En 1876, cuando
Lerdo de Tejada vislumbraba la reelección, Díaz encabezó otra rebelión. En esta
ocasión tuvo éxito y fue elegido presidente.
8.7. La dictadura de Porfirio Díaz
Porfirio
Díaz gobernó México como un autócrata desde 1876 hasta 1911, exceptuando el
periodo de 1880 a 1884, cuando nominalmente el poder estuvo en manos de uno de
sus colaboradores. Bajo este periodo, conocido como porfiriato, se dieron
importantes avances en el desarrollo económico y comercial: nuevas plantas
industriales, extensión de las vías de ferrocarril, obras públicas,
mejoramiento de puertos y construcción de edificios públicos. Muchas de las
nuevas empresas fueron financiadas y manejadas por extranjeros, ya que otorgó
concesiones al capital francés, estadounidense e inglés que llegó a acaparar
casi la totalidad de la minería, el petróleo y los ferrocarriles, entre otros
sectores, sin permitir que los trabajadores mexicanos ocuparan puestos de
responsabilidad. Esto contribuyó al descontento de las clases desfavorecidas
que, ahogadas en deudas, soportaban malos tratos, despidos injustificados,
largas jornadas de trabajo y explotación.
Además, Porfirio Díaz favoreció a los
ricos terratenientes de los grandes estados, incrementando sus propiedades por
medio de la asignación de terrenos comunales que pertenecían a los indígenas
que quedaron en precarias condiciones, trabajando como peones en los
latifundios. El dictador desatendió la educación popular y favoreció a la
Iglesia, prestando poca atención a la política de secularización de 1859. El
descontento y el espíritu de rebelión se extendieron por todo el país, con
brotes que fueron reprimidos violentamente, como los de los indígenas yaquis y
mayos, despojados de sus tierras, y las huelgas de 1906 y 1907 de los obreros
de Río Blanco y Cananea.
En 1908, enterado de ese descontento, Díaz
anunció que recibiría con gusto un candidato opositor para las elecciones de
1910, a fin de demostrar su respeto por la democracia. El candidato propuesto
por el grupo liberal fue Francisco Ignacio Madero. La influencia de Madero
aumentó y, a pesar de que estuvo un tiempo encarcelado, el dirigente liberal se
volvió cada vez más activo. Después de que Díaz fuera reelegido en 1910, Madero
fue reconocido como el líder de la revolución popular. Díaz fue obligado a
renunciar en 1911 e inmediatamente después abandonó México.
8.8. La Revolución
Madero
fue elegido presidente en 1911, pero no fue lo suficientemente enérgico para
terminar la contienda política y militar. Otros líderes rebeldes,
particularmente Emiliano Zapata y Francisco Villa, se negaron a someterse a la
autoridad presidencial, y el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, le
retiró su apoyo cuando vio que no era posible la negociación, optando por
respaldar a sus opositores. Victoriano Huerta, jefe del ejército de Madero,
conspiró con los líderes rebeldes y en 1913 se apoderó del control de la
capital. Huerta se convirtió en dictador y, cuatro días después de asumir el
poder, Madero fue asesinado.
Comenzaron
nuevas rebeliones armadas bajo los mandos de Zapata, Villa y Venustiano
Carranza, y Huerta renunció en 1914. Carranza tomó el poder ese mismo año y
Villa al momento le declaró la guerra. Además de las ambiciones de los líderes
militares rivales, se sumó a la confusión la intervención de algunos gobiernos
extranjeros velando por la protección de los intereses de sus nacionales. En
1915 una comisión representada por ocho países de América Latina y Estados
Unidos reconoció a Carranza como la autoridad legal en México. Los líderes
rebeldes, con excepción de Villa, depusieron las armas. Éste perdió la ayuda
del gobierno de Estados Unidos, que le suspendió el envío de armas. En
respuesta, Villa asesinó a 16 estadounidenses en 1916 e invadió Columbus, Nuevo
México, donde dio muerte a otra decena de personas. Como resultado fue enviada
una expedición compuesta por un cuerpo del ejército bajo el mando del general
John Joseph Pershing, pero fueron rechazados por las tropas de Carranza,
también hostil hacia Estados Unidos. Villa siguió creando inestabilidad en el
campo mexicano hasta 1920 y en julio de 1923 fue asesinado.
La
nueva Constitución de 1917 propició la formulación de un código laboral,
prohibió la reelección presidencial, expropió las propiedades de las órdenes
religiosas y restableció los terrenos comunales a los indígenas. Muchas de las
condiciones de la negociación para el bienestar social y laboral fueron muy
avanzadas y radicales para su época. Algunas de las más drásticas estaban
encaminadas a frenar la injerencia extranjera en las propiedades mineras y de
la tierra.
Carranza
fue elegido presidente constitucional en 1917, pero el malestar continuaba. A
pesar de que no había puesto en vigor muchos de los preceptos constitucionales,
disgustó a las compañías petroleras extranjeras debido a la nueva
reglamentación, según la cual el petróleo era un recurso nacional inalienable,
y a la imposición de un gravamen a los territorios y contratos petroleros
anteriores al 1 de mayo de 1917. En 1920, tres de los principales generales,
Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón y Adolfo de la Huerta, se rebelaron
contra Carranza, quien fue asesinado, y Obregón fue elegido presidente. Véase Revolución Mexicana.
En
1923, cuando Obregón aceptó discutir y ajustarse a las demandas de las
compañías petroleras estadounidenses, fue reconocido por el gobierno de este
país. A finales de ese mismo año, Estados Unidos apoyó al régimen de Obregón
durante una rebelión provocada por Huerta. En 1924 Calles fue elegido
presidente y comenzó a aplicar reformas constitucionales, especialmente en
materia agraria; también rehabilitó las finanzas mexicanas, instituyó un programa
de educación y arregló con éxito las disputas con las compañías petroleras
extranjeras. Al llevar a cabo reformas religiosas, Calles provocó una gran
oposición. La Iglesia se negó a reconocer las condiciones de la secularización
y las relaciones entre la Iglesia y el Estado se volvieron muy tensas hasta que
desembocaron en la llamada Guerra Cristera (1926-1929), lucha en la cual, con
métodos de guerrilla, los cristeros, defensores de las instituciones
religiosas, atacaron pueblos, haciendas, ferrocarriles y escuelas laicas.
Obregón
fue reelegido presidente en 1928, pero fue asesinado meses más tarde por un
fanático religioso. La presidencia provisional fue concedida por el Congreso a
Emilio Portes Gil. No obstante, la influencia de Calles permanecía como principal
fuerza política. Abelardo Rodríguez, socio de Calles, ocupó la presidencia de
forma provisional en 1932. Ese mismo año, el Partido Nacional Revolucionario
(PNR), el partido del gobierno, proyectó un programa de seis años para un
“sistema económico cooperativo tendente hacia el socialismo”, incluyendo una
ley laboral, obras públicas, repartición de la tierra y el embargo de los
terrenos petroleros de posesión extranjera.
El programa del PNR fue puesto en marcha
en 1934 con la elección de Lázaro Cárdenas como presidente. Cárdenas hizo
hincapié en las reformas agrarias, el bienestar social y la educación. En 1936
fue aprobada una ley de expropiación que permitía al gobierno expropiar la
propiedad privada siempre que fuera necesario para el bienestar público y
social. La empresa de ferrocarriles de México se nacionalizó en 1937, así como
los derechos sobre el subsuelo de las compañías petroleras. Ese mismo año los
trabajadores del petróleo mexicanos fueron a la huelga en demanda de salarios
más altos y el acceso a los cargos de responsabilidad en las empresas.
En 1938, después de una decisión de la
Suprema Corte que había prestado atención a sus reclamaciones, el gobierno
mexicano expropió todas las propiedades petroleras y creó una agencia
gubernamental llamada Petróleos Mexicanos (PEMEX) para administrar la industria
nacionalizada. Las expropiaciones afectaron seriamente a la industria
petrolera, y fue muy difícil para México vender petróleo en territorio
estadounidense, alemán y británico. Posteriormente, México fue obligado a
ajustarse a tratos de intercambio comercial con Italia, Alemania y Japón. El
comercio de petróleo con estas naciones, sin embargo, duró muy poco a causa de
la IIGuerra Mundial (1939-1945). Cárdenas apoyó la II República española y,
tras la Guerra Civil española, que trajo consigo la instauración del régimen
franquista, México acogió como exiliados a aproximadamente 40.000 españoles,
favoreciendo así el establecimiento del gobierno republicano español en el
exilio.
En 1940, Manuel Ávila Camacho, apoyado por
los trabajadores mexicanos, fue elegido presidente. Su política fue más
conservadora que la de Cárdenas. La llamada “política de buen vecino” de
Estados Unidos influyó positivamente en México. Esta política, que promovía la
estrecha cooperación con Estados Unidos en materia comercial y militar, llegó a
ser muy significativa en 1941 con la inminente participación de Estados Unidos
en la IIGuerra Mundial. México, con varias restricciones, acordó permitir a la
Fuerza Aérea estadounidense el uso de sus campos de aviación y también aceptó
exportar materiales críticos y estratégicos (principalmente minerales escasos)
sólo a países del hemisferio occidental.
8.9. La IIGuerra Mundial México rompió sus relaciones diplomáticas con
Japón el 8 de diciembre de 1941 y, tres días más tarde, con Italia y Alemania.
El 22 de mayo de 1942, después del hundimiento de dos petroleros mexicanos por
submarinos alemanes, el Congreso mexicano declaró la guerra contra Alemania,
Italia y Japón. Quince mil soldados mexicanos combatieron en la IIGuerra
Mundial, con la muy destacada participación de los 233 pilotos aéreos del
Escuadrón 201. En junio de ese año México firmó la declaración de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a finales de 1942 se negoció un
acuerdo comercial entre México y Estados Unidos que establecía concesiones
arancelarias mutuas. La cooperación militar total entre las dos naciones tuvo
efecto en 1943, cuando se acordó que cada país podía alistar en su ejército a
los nacionales del otro país que vivieran dentro de sus fronteras. Otros
proyectos en tiempo de guerra incluían la creación de una comisión conjunta
para la cooperación económica, instituida para encontrar métodos que aliviaran
la escasez de alimentos y de materiales estratégicos, y una comisión industrial
mexicano-estadounidense orientada a programar la industrialización de México. A
cambio, Estados Unidos solicitó mano de obra para cubrir los puestos de los
soldados que habían ido a combatir y abrió sus fronteras a 300.000 trabajadores
mexicanos. En 1944 México pagó a las compañías petroleras estadounidenses 24
millones de pesos, más unos intereses del 3% por las propiedades petroleras
expropiadas en 1938.
8.10. México de posguerra
En
junio de 1945 México se convirtió en uno de los miembros fundadores de la
Organización de las Naciones Unidas. Un año después, en 1946, Miguel Alemán
Valdés sucedió a Ávila Camacho como presidente, habiendo sido elegido en una
plataforma con un programa político cuyos objetivos eran la distribución
equitativa de la riqueza, la realización de obras de irrigación extensivas y
una mayor industrialización del país. Alemán mantuvo estrechas relaciones con
Estados Unidos. En 1947 el Banco de Exportaciones e Importaciones prestó 50 millones
de pesos para ser invertidos en obras públicas y de desarrollo industrial. A
finales de ese año el gobierno mexicano anunció que las compañías petroleras
británicas y alemanas, demandantes de 250 millones de pesos por las propiedades
expropiadas, habían aceptado el pago de 21 millones. En 1948 el gobierno,
esforzándose por revertir el balance desfavorable del comercio, devaluó el
peso. Las importaciones no esenciales para el desarrollo industrial fueron
restringidas de manera notable. En marzo de 1949, por primera vez desde las
expropiaciones de 1938, se permitió a dos compañías petroleras estadounidenses
realizar perforaciones bajo la supervisión de PEMEX. En el mes de junio el
gobierno estabilizó el peso con la ayuda de préstamos por parte del Tesoro de
Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional. El 3 de julio de 1949 se
celebraron elecciones y el partido del gobierno, conocido ya entonces como
Partido Revolucionario Institucional (PRI), ganó por mayoría absoluta en la
Cámara de Diputados.
En 1950 la situación económica mexicana
mejoró considerablemente, a raíz del préstamo de 150 millones de pesos que
otorgó el Banco de Exportaciones e Importaciones para la financiación de varios
proyectos con el fin de mejorar el transporte, la agricultura y las
instalaciones generadoras de energía en el país. Al año siguiente, el problema
de los mexicanos que entraban de forma ilegal a Estados Unidos para tratar de
obtener un trabajo temporal en el campo, se convirtió en un asunto de gravedad
para los dos gobiernos. Los acuerdos oficiales entre México y Estados Unidos
dieron como resultado la entrada legal anualmente de un número determinado de
trabajadores. Sin embargo, aproximadamente un millón de personas cruzaban de
forma ilegal la frontera cada año. El problema se hizo aún más complicado al
demandar el gobierno mexicano el respeto a los derechos laborales de los
trabajadores emigrados, y el cese de la hostilidad de las organizaciones
agrícolas de ese país, que no aceptaban que los mexicanos estuvieran dispuestos
a trabajar a cualquier precio. En marzo de 1952 el Congreso de Estados Unidos
aprobó un proyecto de ley estableciendo el castigo por medio de multas y
encarcelamiento a aquellos que contrataran extranjeros que hubieran entrado al
país de forma ilegal.
El anterior secretario de Gobernación
(ministro del Interior), Adolfo Ruiz Cortines, candidato del PRI, fue elegido
presidente de México en 1952. Al año siguiente la legislatura ratificó una
reforma constitucional extendiendo el derecho al voto a la mujer. En 1958 Ruiz
Cortines fue sucedido por Adolfo López Mateos, quien antes había ocupado la
secretaría del Trabajo. Revirtiendo una tradición de silencio presidencial en
las relaciones con la Iglesia católica, López Mateos declaró que los logros de
las metas revolucionarias no deberían encontrar obstáculo alguno en la
religión. En 1962 se aprobó una reforma constitucional autorizando al gobierno
a promover negocios en los que se compartieran los beneficios con los
trabajadores. El descontento campesino se mostró por medio de huelgas de hambre
e invasiones ilegales a las grandes propiedades privadas. A principios de 1963
se formó la Central Campesina Independiente para competir con la Confederación
Nacional Campesina bajo el dominio del PRI. En el Congreso constitutivo los
oradores manifestaron que el país tenía todavía 3 millones de campesinos sin
tierra y que 9.600 individuos poseían 80 millones de ha de tierra, de las
cuales sólo 20,2 millones eran cultivadas.
8.11. Historia reciente
En
la campaña presidencial de 1964 el candidato del PRI, Gustavo Díaz Ordaz, hizo
hincapié en la necesidad de aliviar la situación de los campesinos sin
recursos. Apoyado por la mayoría de los partidos políticos, y en oposición al
candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Díaz Ordaz fue elegido presidente
el 5 de julio. México se negó a apoyar la decisión de la Organización de
Estados Americanos (OEA), acordada en julio de 1964, de romper relaciones
diplomáticas con Cuba; en la explicación se citó una política de no intervención
en los asuntos de otras naciones. Durante ese año, Estados Unidos puso fin al
acuerdo de entrada legal de trabajadores temporales mexicanos en este país,
eliminando de esta forma una importante fuente de ingresos de dólares para
México. La acción estadounidense más popular fue la devolución a México del
territorio de El Chamizal, en El Paso (Texas), una extensión de casi 160ha que
quedó bajo jurisdicción mexicana por las alteraciones en el curso del río Bravo
o Grande del Norte.
En 1966 el presidente Díaz Ordaz anunció
la puesta en marcha de un programa de desarrollo y planificación económica para
cinco años. Durante ese mismo año, PEMEX comenzó a incrementar el número de
plantas petroquímicas en operación. En 1967, en un esfuerzo por mejorar los
lazos económicos regionales, el presidente mexicano visitó varios países de
América Central. Durante 1968 el gobierno tuvo que enfrentarse a grandes
manifestaciones estudiantiles que demandaban la no intervención en las
universidades por parte de los cuerpos policiales y el apoyo a la educación
superior popular. El 2 de octubre, durante una manifestación en la plaza de
Tlatelolco, situada en el centro histórico de la capital, el gobierno intentó
acallar el descontento social con una fuerte represión en la que murieron
numerosos estudiantes (véase Sucesos
de Tlatelolco). Días después se celebraban los Juegos Olímpicos de 1968, bajo
la indignación de un importante sector del país.
En
1970, Luis Echeverría Álvarez, anterior secretario de Gobernación, alcanzaba la
presidencia. Durante su sexenio se llevó a cabo el crecimiento económico de
forma más equilibrada, de manera que todos los niveles de la sociedad mexicana
se beneficiaran; Echeverría adoptó medidas para reducir la influencia
extranjera en la economía e incrementar las exportaciones. Redujo los lazos con
Estados Unidos y en su lugar negoció acuerdos económicos con varias naciones de
América Latina, Canadá y la Comunidad Europea (actualmente Unión Europea). Del
mismo modo, negoció un acuerdo con el Consejo para la Ayuda Mutua Económica
patrocinado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La
economía mexicana creció a un saludable ritmo anual del 6,3% durante el periodo
de 1970 a 1974, pero ya en 1975 la tasa de crecimiento económico disminuyó marcadamente
y la inflación aumentó de manera sustancial. En un intento por reducir el
déficit comercial extranjero, el gobierno devaluó el peso en 1976 en más del
50%, estableciendo una tasa cambiaria flotante. Un hecho potencialmente
beneficioso para la economía del país tuvo lugar en 1974 y 1975: el
descubrimiento de extensos yacimientos de petróleo crudo en los estados de
Campeche, Chiapas, Tabasco y Veracruz. Además, a finales de 1976 Echeverría
decretó que unas 100.000ha de las mejores tierras agrícolas de los estados de
Sonora y Sinaloa serían expropiadas mediante el pago de indemnizaciones.
José López Portillo, candidato por el PRI,
fue elegido presidente en 1976. Había sido, entre otros cargos, secretario de
Hacienda y Crédito Público, por lo que llevó a cabo un programa de austeridad
económica después de la toma de poder en diciembre; llamó a los trabajadores a
reducir las demandas de salarios y a los empresarios a mantener los precios y a
incrementar los gastos de inversión. Los siguientes años se registró una mejora
considerable de la economía, a pesar de que la inflación se mantenía alta. En
política exterior, López Portillo intensificó los lazos con Estados Unidos en
1977 y restableció las relaciones diplomáticas con España, interrumpidas
durante 38 años.
La
producción de petróleo aumentó al doble durante la segunda mitad de la década
de 1970, lo que, combinado con un considerable aumento de su precio,
proporcionó a México una independencia más significativa, especialmente en las
relaciones con Estados Unidos. Sin embargo, la baja de los precios del petróleo
terminó con los planes de crecimiento, limitándose su producción y exportación.
Al término de su mandato, López Portillo impuso la nacionalización de la banca
y el control monetario.
Durante la década de 1980 el país siguió
una política de reafirmación dentro del continente. En 1982 Miguel de la Madrid
Hurtado fue elegido presidente para suceder a López Portillo. A mediados de
esta década, el acelerado aumento de la deuda extranjera, unida a la caída de
los precios del petróleo, había sumido al país en fuertes dificultades
financieras. En medio de informes sobre grandes irregularidades, el PRI reclamó
la victoria en las elecciones al Congreso en 1985. En septiembre de ese mismo
año un terremoto devastó la capital, en la que murieron posiblemente más de
20.000 personas y miles quedaron sin hogar, lo que agravó todavía más la
situación financiera del país. Carlos Salinas de Gortari, candidato del PRI,
fue elegido presidente en 1988, nuevamente en medio de grandes protestas por la
sospecha de posibles irregularidades en el proceso electoral. También en 1988
el huracán Gilberto devastó la península de Yucatán, cuyas pérdidas se
estimaron en 880 millones de pesos.
En
1989 el gobierno de Salinas aceleró la privatización de las empresas del Estado
y modificó las regulaciones restrictivas del comercio e inversión para
incentivar la inversión extranjera, permitiendo incluso el control mayoritario
de las empresas a los inversionistas extranjeros. En octubre, Carlos Salinas y
George Bush, reunidos en la ciudad de Washington (Estados Unidos), firmaron lo
que fue descrito como el acuerdo más amplio de comercio e inversión concertado
entre las dos naciones. En julio de 1992 se modificó la Constitución para reconocer
la personalidad jurídica de la Iglesia católica. En diciembre, los presidentes
Salinas y Bush, junto con el primer ministro de Canadá, Brian Mulroney,
firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). La
legislatura mexicana ratificó el TLC en 1993 y el acuerdo entró en vigor el 1
de enero de 1994, creando la zona de libre comercio más grande del mundo.
La creación de una zona de libre comercio
en América del Norte y la privatización de la industria estatal fueron parte
del plan del gobierno de Salinas para revitalizar la economía mexicana. En 1993
el gobierno mexicano había vendido el 80% de sus industrias a inversionistas
privados en cerca de 21 billones de pesos y había reducido la inflación del
150% al 10%. Sin embargo, esto no significó que se tomaran medidas efectivas
para reducir la enorme deuda extranjera.
El 1
de enero de 1994 un grupo de indígenas, miembros del llamado Ejército Zapatista
de Liberación Nacional, EZLN, ocupó cuatro poblaciones del sur de México en el estado
de Chiapas. Sus demandas más urgentes eran la autonomía, la restitución de
tierras, el establecimiento de un régimen democrático, así como el
establecimiento de servicios de salud y educación para toda la población
indígena. El grupo se denominó “zapatista” en memoria del líder campesino
Emiliano Zapata. A pesar de que las tropas mexicanas recuperaron rápidamente el
territorio ocupado y se acordó el alto el fuego, el EZLN provocó una situación
que llevó a prolongados debates sobre las demandas formuladas.
En agosto de 1994 Ernesto Zedillo Ponce de
León ganó las elecciones presidenciales. Zedillo fue coordinador de la campaña
presidencial del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fue
asesinado en marzo de 1994 durante un mitin de campaña en la ciudad de Tijuana.
El presidente Zedillo se enfrentó casi de
inmediato con una de las peores crisis financieras de México, provocada por un
déficit de aproximadamente 30.000 millones de dólares en su cuenta corriente.
Se planeó un paquete de rescate internacional bajo la coordinación del
presidente estadounidense Bill Clinton, y Zedillo anunció medidas de austeridad
y la privatización de los bienes del Estado. Entretanto, el levantamiento del
sur de Chiapas, que continuaba bajo el liderazgo del subcomandante Marcos, puso
de manifiesto la precaria situación de los indígenas y forzó al gobierno a
prestar oídos a sus demandas. En 1996 la economía mexicana, sin haber sorteado
por completo la crisis iniciada en 1994, ofrecía síntomas de mejoramiento.
En las últimas elecciones legislativas del
6 de julio de 1997, el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados
y los principales partidos de oposición, PAN y PRD, consolidaron su presencia
en el Congreso: el PRI alcanzó el 38% de los votos, el PAN el 26% y el PRD el
25%. El presidente de la nación, Ernesto Zedillo, manifestó que “se inicia en
el país una nueva actitud política, cultura política y ética de responsabilidad
pública”. El PRI, después de decenas de años en el poder, seguía desempeñando
la presidencia de la República, y poseía la mayoría absoluta en el Senado y en
buena parte de los municipios más importantes del país, pero a raíz de esa
fecha hubo de comenzar a cohabitar, negociar y pactar en el Congreso con los
partidos de la oposición.
Sin embargo, el conflicto indígena no
cesa, sino que se agrava en la región de los Altos de Chiapas. El 22 de
diciembre de 1997 fueron asesinados 45 indígenas de la etnia tzotzil en Acteal,
municipio de Chenalhó, donde viven actualmente algunos de los miles de
desplazados de otras comunidades. La matanza, en su mayoría mujeres y niños,
provocó la dimisión del secretario de Gobernación (ministro del Interior),
Emilio Chuayffet, y la renuncia del gobernador del estado de Chiapas. El nuevo
secretario, Francisco Labastida, se enfrentó a una complicada situación en la
que se planteó como primera medida la posible desmilitarización de la zona.
Las
elecciones celebradas en varios estados a lo largo de 1998 y 1999 contradijeron
el previsto declive del PRI. Labastida se convirtió en noviembre de ese último
año en el candidato presidencial del PRI, al ganar las elecciones convocadas
por primera vez por su partido para dirimir quién se presentaría a los comicios
presidenciales de la República. De otro lado, en febrero de 2000, después de
que los esfuerzos por hallar una salida negociada a la huelga de estudiantes
que mantenía paralizada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
desde abril del año anterior se mostraran inútiles, un contingente de 2.500 agentes
de la Policía Federal Preventiva entró por sorpresa en la UNAM y recuperó todas
las instalaciones de la misma, por orden del presidente Zedillo. La mayoría de
alumnos, personal docente e investigador y personal administrativo volvió el
día 13 de ese mes a sus actividades en la UNAM.
El 2
de julio de 2000 tuvieron lugar una serie de elecciones, entre las que
destacaba la que debía dirimir la presidencia de la República, que supusieron
un vuelco histórico en la estructura de poder mexicana. Vicente Fox Quesada, al
frente de la Alianza por el Cambio, integrada por el Partido de Acción Nacional
(PAN) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), se impuso al candidato
del PRI, Labastida, y al representante de la Alianza por México, formada
principalmente por el PRD y el Partido del Trabajo, Cuauhtémoc Cárdenas. La
derrota del PRI se completó en los comicios legislativos del mismo día, que
dieron asimismo el triunfo, en esa ocasión por minoría simple, tanto en la
Cámara de Diputados como en la de Senadores a la coalición liderada por el PAN.
INFORMACIÓN TOMADA DE LA ENCICLOPEDIA ENCARTA