Hace poco, en uno de los periódicos más populares de Medellín (Colombia), apareció un panegírico acerca de los "altos valores" de la moral cristiana expresados por la "Ley de Dios" en el decálogo. El ignorante autor postulaba que en los diez mandamientos estaban los mandamientos básicos para una convivencia pacífica, y achacaba al alejamiento de la ley de Dios la penosa situación de violencia y de decadencia moral de la sociedad Colombiana.
De seguro el torpe autor no conoce la versión de los diez mandamientos "dados por Dios" a Moises, pues si cree que es la versión desinfectada que enseña la Iglesia Católica, está muy equivocado. Vámonos al Éxodo:
Éxodo 20,17 :
No hay que ser un "ateo malvado" para darse cuenta de que para las "altísimas leyes morales de Dios", la mujer es una pertenencia del hombre, comparable a un asno, un buey o una casa. Para el decálogo, la mujer se reduce a una cosa, un objeto del prójimo.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Pero las atrocidades morales de tal ley no paran ahí. Le llevó milenios a la humanidad el darse cuenta de que la esclavitud era deplorable, que ningún ser humano debe ser esclavo o siervo de otro. Pese a la oposición que hizo el cristianismo para la emancipación de los esclavos, los humanistas lograron hacer tomar consciencia de que esta práctica era reprobable. Pero resulta apenas obvio, que para la "altísima ley moral del decálogo", es perfectamente lícito tener siervos, y que además, estos esclavos son perfectamente comparables a un asno o un buey. Es decir, el siervo "del prójimo" es una cosa, es su pertenencia.
Sorprende que en el segundo milenio se sigan oyendo voces de ignorantes fanáticos que proclaman por lo alto los valores inhumanos de una tribu de hebreos de hace casi 3000 años, valores anticuados e inmorales que no tienen cabida en una sociedad civilizada. Asusta también que los fanáticos fundamentalistas de derecha en USA sigan proponiendo leyes para que "los diez mandamientos" sean colocados en las aulas de clase de las escuelas públicas.
¿Le parecería hermoso volver a una sociedad esclavista, en la cual las mujeres son cosas? Fácil, enseñe los "altos valores morales de la palabra de Dios"
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