Un contenido típico de las parábolas se ponen en boca de Jesús en la biblia es la comparación de las personas con Vides, higueras y similares. En particular, es común la idea de la planta que no da fruto y que después es talada y puesta al fuego por el sembrador. Claro que, en boca de Jesús, esta idea es motivadora (por no decir intimidadora y aterrorizante). El problema es que los evangelistas, en su afán de presentar a Jesús como un prodigio divino llegan a extremos absurdos, como el ejemplo que presentaré a continuación, presentándonos un retrato en el cual su comportamiento raya en la insensatez e injusticia e incluso en la estupidez.
Marcos, en ese afan de inventar fábulas, da forma al milagro tal vez más absurdo de todos los que aparecen en el evangelio, que copio de la versión evangélica de Reina-Valera
Mc 11, 12-14 :
Después de continuar con el relato de la expulsión de los mercaderes del templo, narra el desenlace así:
"12 Y el día siguiente, como salieron de Bethania, tuvo hambre. 13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si quizá hallaría en ella algo: y como vino á ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de Higos. 14 Entonces Jesús respondiendo, dijo á la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos. "
Mc 11, 20-21 :
¡Este milagro es el colmo de los absurdos! Jesús tiene hambre. Va a una higuera para buscar higos ¡fuera de temporada! y por supuesto, como no es temporada de higos, las higueras no pueden dar fruto. ¿Y que pasa cuando Jesús no encuentra nada por buscar fuera de tiempo? Hace un despliegue de "ira santa" y ¡condena la higuera a la muerte, por no tener higos fuera de temporada!
"20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21 Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado."
En este caso, el evangelista, en su afán de rellenar el vacío
"biográfico" de Jesús, Toma una parábola atribuída
al Cristo, y la
convierte en un suceso biográfico absurdo. Aquí, una
persona que sostenga la inerrancia bíblica, lo único que
puede hacer es sorprenderse ante la insensatez de Jesús por buscar
higos cuando no se dan y por castigar la inocente higuera por seguir los
ritmos de la naturaleza. Su comportamiento, no solo antenta contra el sentido
común, sino que raya en la tontería.
Por supuesto, un creyente racional, no tiene que preocuparse por la aparente pérdida de Razón de Jesús (sólo un loco actuaría así). Un creyente inteligente, sabe que éste pasaje no es más que la más infortunada creación fabulesca del evangelista que escribió el texto "de Marcos".