¿Son los procedimientos dentales un factor de riesgo significativo de endocarditis bacteriana?

Referencia bibliográfica:
Strom BL, Abrutyn E, Berlin JA, Kinman JL, Feldman RS, Stolley PD et al. Dental and cardiac risk factors for infective endocarditis. A population-based, case-control study. Ann Intern Med 1998; 129: 761-769.

Objetivo. Cuantificar el riego de endocarditis en procedimientos dentales y en pacientes afectados de anomalías cardíacas.

Diseño. Estudio multicéntrico poblacional, tipo casos y controles, a partir de vigilancia y seguimiento de casos de endocarditis bacteriana durante 2 años.

Emplazamiento. 44 hospitales del área de Filadelfia, Estados Unidos.

Población de estudio. De un total de 416 pacientes con sospecha clínica de endocarditis, se seleccionaron 273 casos (pacientes mayores de 18 años afectados de endocarditis bacteriana adquirida en la comunidad no asociada al consumo de drogas por vía intravenosa) que fueron revisados por 3 autores del estudio expertos en endocarditis infecciosa, basándose en los criterios de Von Reyn de 1981 y los informes ecocardiográficos, sin conocer los factores de riesgo. Posteriormente, se validaron con los criterios de Duke de 1994. Los controles se seleccionaron al azar entre residentes de la comunidad y se aparearon por edad, sexo y vecindad.

Evaluación de los factores de riesgo. Información a partir del historial médico y odontológico sobre cualquier anomalía valvular cardíaca, definida como presencia de alguna de las siguientes condiciones preexistentes: prolapso de la válvula mitral, enfemedad cardíaca congénita, historia de fiebre reumática con afectación valvular, prótesis valvular, episodio previo de endocarditis u otra anomalía valvular.

Información a partir del historial odontológico sobre las intervenciones bucodentales invasivas y no invasivas, así definidas según la American Heart Association y practicadas durante los 3 meses previos al diagnóstico de endocarditis.

Información sobre profilaxis antibiótica según constaba en el historial y en un interrogatorio al paciente o familiares que incluía datos demográficos, procedimientos médicos y dentales en el último año, potenciales factores de riesgo, enfermedades recientes y uso de antibióticos.

Medición de resultados. Se analizaron los procedimientos dentales realizados en periodos de 1, 2 y 3 meses previos al ingreso en el hospital.

Análisis estadístico. Para determinar los efectos independientes de varios factores de riesgo potenciales y su posible interacción, se utilizó el modelo de regresión logística condicional.

Resultados principales. De 273 casos, 104 (38%) conocían lesión cardíaca previa comparados con 17 de 273 controles (6%). Ésta se confirmó con informe médico en 98 de 104 casos (94%) y en 11 de 17 controles (65%). La coincidencia de información entre interrogatorio e informes médicos fue del 90%. Sólo 29 de 273 casos con endocarditis (10,6%) tenían anomalía cardíaca conocida y sufrieron procedimientos dentales durante los 3 meses previos. La proporción de tratamiento dental durante los 3 meses previos fue del 23%, tanto para casos como para controles.

Destaca la asociación entre anomalía valvular previa y endocarditis, una vez ajustado por otras variables (RR ajustado, 16,7; IC, 7,4-37,4); para prótesis valvular el RR fue de 74,6 (IC, 12,5-447) y para endocarditis previa de 37,2 (IC, 4,4-317).

El riesgo de endocarditis no aumentó con los procedimientos dentales practicados en los 2 meses previos (RR ajustado, 0,3; IC, 0,05-1,4) y 3 meses previos (RR ajustado, 0,2; IC, 0,04-0,7).

Conclusiones. La valvulopatía es un factor de riesgo importante de endocarditis. Sin embargo, los procedimientos dentales previos no parecen ser un factor de riesgo significativo para la endocarditis bacteriana.

 

Comentario:

La endocarditis bacteriana, a pesar de su baja incidencia (se estima en 15-30 casos por millón de habitantes y por año en países desarrollados) y de los avances en su diagnóstico y tratamiento, conlleva aún una gran mortalidad (alrededor del 25% en endocarditis sobre válvula nativa y del 40% sobre válvula protésica)1.

La profilaxis antibiótica es una práctica recomendada y se basa en un razonamiento lógico: a) la endocarditis está precedida por una bacteriemia; b) ciertos procedimientos diagnósticos y terapéuticos provocan con frecuencia bacteriemia, como por ejemplo los procedimientos dentales e intervenciones urológicas; c) los gérmenes causantes de la endocarditis y la sensibilidad antibiótica se pueden predecir con facilidad; d) los pacientes con ciertas anomalías cardiovasculares tienen un riesgo elevado de endocarditis (un 70-75% de las endocarditis surgen sobre lesiones preexistentes), y e) la administración profiláctica de antibióticos podría prevenir la endocarditis.

La eficacia de la profilaxis antibiótica no se ha demostrado con ningún estudio clínico prospectivo, y se sustenta en modelos de experimentación animal y algún estudio retrospectivo. La mayoría de expertos opina que la evidencia de que determinados procedimientos causan endocarditis es circunstancial, y la relación causal se asume por asociación temporal. Es importante destacar que en la mayoría de series de la literatura no se llega a detectar ningún procedimiento previo en más de la mitad de los pacientes con endocarditis.

El presente estudio resalta el riesgo en pacientes con valvulopatía previa conocida y minimiza el riesgo de los procedimientos dentales, concluyendo que la profilaxis antibiótica podría prevenir pocos casos de endocarditis.

Un estudio similar2 demuestra que la mayoría de pacientes con lesión valvular no adquiere endocarditis a consecuencia de un procedimiento previo y que el efecto protector de la profilaxis es mínimo.

De acuerdo con recomendaciones vigentes3 y a falta de un estudio prospectivo (difícil de realizar debido a problemas éticos), es recomendable insistir en la profilaxis en aquellos pacientes con lesiones valvulares de alto riesgo e intervenciones dentarias invasivas (por ejemplo, extracciones y cirugía gingival). En este reducido grupo de pacientes la endocarditis provoca mayor morbimortalidad y la relación coste-beneficio probablemente estaría justificada y superaría los riesgos de anafilaxia y desarrollo de resistencia antibiótica.

Xavier Palom y Román Pallarés
Servicio de Enfermedades Infecciosas y Servicio de Urgencias.
Hospital de Bellvitge.
Universitat de Barcelona.
L´Hospitalet de Llobregat. Barcelona.

 

Palabras Clave: Enfermedades infecciosas, endocarditis.

Bibliografía

1. Durack DT. Prevention of infective endocarditis. N Engl J Med 1995; 332: 38-44.

2. Van der Meer JT, Thompson J, Valkenburg HA, Michel MF. Epidemiology of bacterial endocarditis in the Nederlands. Antecedent procedures and use of prophylaxis. Arch Inter Med 1992; 152: 1.869-1.873.

3. Dajani AS, Taubert KA, Wilson W, Bolger AF, Bayer A, Ferrieri P et al. Prevention of bacterial endocarditis: recommendations by the American Heart Association. JAMA 1997; 96: 358-366.