Con muy pocos recursos, TV Católica proyecta su programación las 24 horas del día en la frecuencia de UHF 46. Inició su labor un 27 de junio de 1997 con un transmisor de apenas un kilovatio, seis voluntarios que no reciben paga y un financiamiento casi en cero.

Su programación de lunes a domingo llega a los hogares costarricenses de Turrialba hasta San Ramón de Alajuela, gracias a una frecuencia televisiva cedida por la empresa Repretel a la Conferencia Episcopal de Costa Rica por 20 años prorrogables. La Conferencia decidió no involucrarse en medios televisivos y cedió su dirección y manejo al Ingeniero Carlos Quesada Cordero.

Con solamente el apoyo moral de la Iglesia, lo que sostiene a la televisora es la obra espiritual que realizan cada día. Don Carlos es un ingeniero en electrónica especializado en radio y televisión, quien junto a sus dos hijos y tres voluntarios cargan todo el peso del canal. No tienen estudio, ni móvil, ni secretaria, sólo la convicción de que la nueva evangelización se debe llevar a cabo también por medios electrónicos.

En un principio, la Televisora se ubicó en el Seminario San Agustín, en Sabanilla de Montes de Oca, pero por razones de comodidad y gracias a un ofrecimiento del Padre Jesús Menjíbar. sdb, entonces director del Noviciado Salesiano Santo Domingo Savio, se trasladaron a Cartago y por casi 5 años ocuparon un salón permanente junto a esta Iglesia en El Barrio El Molino.

En el mes de noviembre del 2001, se trasladaron a la Parroquia de San Rafael de Oreamuno desde donde iniciaron una nueva etapa de la Televisora con la esperanza en Dios de que la comunidad se integre a la obra y se convierta gracias a la televisón en una parroquia evangelizadora de otras parroquias.

La situación aún es difícil pues cuando alguno de los voluntarios se enferma, las funciones se recargan aún más, por eso, cada uno de los muchachos ha aprendido a hacer cámaras, iluminación, sonido y cualquier actividad que se requiera para que la señal pueda llegar a todos los hogares.

A pesar de todas las limitaciones, sus miembros no pierden el optimismo “sabemos que esta es una semilla que va a germinar tarde o temprano”. Cada año, con la llegada de las festividades a Nuestra Señora de los Angeles, Patrona de Costa Rica, el personal se prepara y trasladan el equipo a la Basílica de Cartago para transmitir toda la novena y las actividades relacionas con las celebraciones. Se realiza un esfuerzo titánico, pues la falta de una unidad móvil se sustenta con un camión de carga cedido por alguna buena persona o en algunas ocasiones con el automóvil del Ing. Quesada. Una vez finalizadas todas las actividades en la Basílica, se trasladan a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, donde junto a la imagen de Nuestra Señora de los Angeles permanecen todo el mes de setiembre.