“El discurso de la acción” de Paul Ricoeur

1.El discurso de la acción;

El filósofo francés nos propone “una investigación previa a la ética” (Pág 11)1 , “una descripción y un análisis de los discursos en los cuales el hombre dice su hacer” (pág 11). En esta tarea de analizar el decir del hacer, Ricoeur distingue tres niveles de análisis:

a) conceptual, que se ocupa de elaborar las categorías o nociones primeras que hacen posible explicar y comprender lo que llamamos “acción”. Ricoeur propone como modelo el “análisis del lenguaje ordinario”, que aplicado a la acción dará pie a un juego de preguntas y respuestas que ya distingue previamente entre “acción” y “movimiento. Este juego de limitará, por tanto, al universo del discurso de la acción, del que se ocupa la noción de motivo.

b) proposicional; este nuevo nivel de análisis se encarga de reflexiones sobre la forma lógica de los enunciados sobre la acción. Ricoeur se va a basar en la teoría del “speech-act”2 para llevar adelante su análisis. Se hace necesario partir de la distinción entre enunciados verificativos y enunciados performativos. Estos últimos se refieren a las declaraciones de intención, y nos posibilitarán realizar “un verdadero análisis lingüístico de la volición” (pág 15).

c) discursivo; en este nivel se pretende aprehender una lógica de la acción; Ricoeur utilizará como armas metodológicas la teoría de los juegos y de la decisión racional.

Tras exponer el método que va a seguir en el análisis lingüístico sobre el discurso de la acción, Ricoeur propone la fenomenología como complemento de dicho análisis: “fenomenología y análisis lingüístico constituyen juntos el discurso descriptivo-analítico del mundo de la acción” (pág 22).
Ricoeur afirmará al final de esta presentación de intenciones que “la descripción de la acción es el pilar sobre el que puede construirse la ética” (pág 25). El discurso de la ética es un “discurso de la acción sensata” (pág 26).






2. La red conceptual de la acción.

Para Ricoeur los conceptos principales en el campo de la acción tienen el carácter de red, mantienen una relación de “intersignificación” que hace posible que comprender uno de dichos términos sea comprenderlos todos.
Al tratar de dilucidar el concepto de acción, el autor distingue entre “saber hacer (saber cómo) y saber que (observar)” (pág 32). En esta tarea de aclaración de conceptos Ricoeur pasa a considerar la obra de A. Danto, que pretende “asegurar el paralelismo entre la teoría de la acción y la teoría del conocimiento” (pág 34). Se plantea la cuestión de si hay o no un paralelismo entre las estructuras lógicas del conocer y del actuar.
Danto trata de distinguir las acciones “de base” de las acciones “mediatas”, que se construyen sobre ellas. El concepto de acción de base descansa sobre el argumento lógico de la imposibilidad de regresión al infinito. Ricoeur, siguiendo a Danto, establece los siguientes paralelismos:


ACTUAR

CONOCER

Acción de base

Cognición de base

esto sucede porque lo hago

lo creo porque lo veo

m hace suceder a al hacer b

m conoce que s a través de e

(mFa)

(mCs)


Ricoeur discutirá esta noción de “acción de base” (páginas 39 y 40) y concluirá que es imposible tratar a la acción de base como mediata. Concluye que “en la base del actuar está lo que sabemos hacer, es decir, lo que podemos” (pág 40).
A continuación, Ricoeur explica el concepto de intención partiendo de la triple distinción que a este respecto hace E.Ascombe:
1) tengo la intención de hacer tal o cual cosa
2)he hecho esto intencionalmente
3) esta cosa ha sido hecha con tal o cual intención.



Para Ricoeur hay un paralelismo entre:

intención con la que

ASCOMBE

preferencia

ARISTÓTELES

imperativo hipotético

KANT


Ricoeur trata de distinguir el razonamiento ético del razonamiento práctico, pero halla dificultades para hacerlo.
El concepto de “motivación” trata de aclarar más aun el de “intención”, pues “el motivo es motivo de una intención” (pág 49). Pero se debe distinguir cuidadosamente ambos conceptos ya que la intención responde a la pregunta ¿qué hace? (sirve para identificar la acción) mientras que el motivo responde a la pregunta ¿por qué? (sirve para explicar la acción).
Ricoeur encuentra otro paralelismo entre el análisis del motivo de Melden y Peters con la hermenéutica heideggeriana del verstehen y el auslegen:

la acción puede ser tratada como un texto y la interpretación por motivos como una lectura: relacionar una intención con un conjunto de motivos es como interpretar una parte de un texto por su contexto.
(pág 52)


La motivación sería aquello que hace a la acción inteligible. Ricoeur discute la identificación del motivo con la causa y critica la superposición del lenguaje de la causalidad a la hora de analizar el motivo. Al introducir la noción de causalidad teleológica nos hallamos ante una acción conscientemente orientada, y aparece necesariamente el último concepto del que se ocupa el autor: el concepto de agente.
Por consiguiente, acción, intención y motivación confluyen y remiten al agente (a la persona). Ricoeur sostiene que “la palabra”agente” es co-significante con la intención y el deseo” (pág 60).
Ricoeur concluye este capítulo con una discusión sobre los problemas que entrañan la relación agente-intención. Uno de estos problemas es el de la causalidad y la responsabilidad:hasta qué punto



se implican la una a la otra? El filósofo francés llega a estas conclusiones acerca de la acción. Alguien ha “hecho” una cosa:
a)si hay una causa destacable
b) si el autor es identificable
c)si se le puede imputar la acción.



3. El análisis proposicional de los enunciados de la acción;

En este segundo nivel de análisis el autor trata de aislar la fuerza ilocucional del enunciado de la acción. Sigue las ideas de Searle a este respecto, pero parte de la distinción de Austin entre lo constatativo y lo performativo:




Austin también propone otra tipología de los actos ilocucionales:

a)veredictivos
b)ejercitivos
c)promisivos
d)conductivos
e)expositivos.

Estas tipologías implican una dificultad metodológica que lleva a Ricoeur a preguntarse “si el problema del discurso de la acción no se desvanece en distinciones sin fin” (pág 82).
El autor deja de lado estos problemas y aplica la distinción anterior al querer para demostrar que hace falta una tipología más rigurosa. Retoma aquí el discurso de Searle y a su idea de la condición esencial ( que define y constituye la regla de juego), que rige los tipos ideales que trata de construir a partir de las distinciones anteriores. Ricoeur entiende que “hay algo irremediablemente accidental en todas las clasificaciones” (pág 91).
Ricoeur pasa a analizar los problemas que presentan los enunciados sobre la volición (páginas 91 a 96). El filósofo galo concluye:

el momento psicológico realiza la unión de todas las condiciones (esencial, preparatoria, proposicional) al interiorizarlas; así es como el análisis lingüístico, que había comenzado con la eliminación de lo psíquico y el sólo recurso a los enunciados públicos acaba con un redescubrimiento de lo psíquico en tanto que significado y expresado en la misma semántica de los actos ilocucionales.
(págs 96-97)

Para acabar este capítulo Ricoeur nos habla del vínculo de lo ilocutivo con lo perlocutivo: “lo que se hace al decir es al mismo tiempo lo que se hace por el hecho de que se dice, pues se hace sobre uno mismo” (pág 98). Distingue tres rasgos de la intención voluntaria:
1) querer que
2) comenzar a hacer o tratar de
3) hacer de forma que



4. Motivo y causa;

El corazón del problema de la acción está en la relación agente-motivación. El agente no sólo es aquel que es identificable y responsable sino sobretodo “aquel que hace, que produce la acción, aquel que plantea sus actos” (pág 101).
Ricoeur cree que la noción de causalidad salta por los aires y expone en este sentido las tesis de Taylor que se reduce a decir que “el concepto de causalidad del agente es una categoría filosófica última” (pág 102) y los demás conceptos remiten al de “purpose”3. Ricoeur considera que el análisis de Taylor adolece de un defecto común a los análisis de la filosofía del lenguaje: la diferencia entre intención y motivo se desvanece. Se precisa de una causa intermedia que dé cuenta del deseo. También critica la distinción de Taylor entre deliberación y acción compulsiva por no dejar sitio al deseo.
Ricoeur sigue su crítica a Taylor cuestionando el concepto de explicación teleológica que maneja este filósofo. Para Taylor la noción de propósito y la explicación teleológica no son incompatibles con un punto de vista empírico y no necesitan postular entidades inobservables o potencias supuestamente ocultas.Ricoeur coloca a Taylor junto a Foucault y Kuhn como defensores de las rupturas de la episteme: “todo el argumento consiste en hacer tomar conciencia de la amplitud de los cambios de nuestro sistema actual, sin poder excluir la concebibilidad de dichos cambios” (pág 119).
Ricoeur se ocupa , a continuación, de la obra de G.H. Von Wright (Explicación y comprensión) puesto que éste ha logrado pasar de la lógica de la acción a la explicación de la acción. Ricoeur considera que Von Wright hace posible una noción de causalidad plausible a través del concepto de intervención; Von Wright enlaza las acciones de base de Danto con la teoría de sistemas:

El concepto de intervención combina los dos aspectos; por un lado la intervención supone que podemos hacer algo; pero hacer suceder algo supone que secuencias de acontecimientos se constituyen en sistemas cerrados (pág 125).

Ricoeur trata de buscar una mediación entre intención y acción, algo entre la explicación teleológica y la explicación causal. Para Von Wright ambas explicaciones “son compatibles porque no tienen el mismo explanandum” (pág 130).



5. Fenomenología y análisis lingüístico;
Ricoeur prefería comenzar por la aproximación lingüística al discurso de la acción por dos razones:

a) se evitan los problemas de toda introspección,el recurso al sentimiento vivo, a la intuición .
b) la fenomenología pretende aprehender la esencia desde el ejemplo lo que hace inevitable recurrir de nuevo a la intuición.

Pero son las perplejidades que surgen en el análisis lingüístico las que nos conducen a la fenomenología. El método lingüístico es impotente “para reflexionarse a sí mismo y decir en qué juego del lenguaje se ha hablado del lenguaje ordinario” (pág 134).
Ricoeur encuentra otra conexión entre filosofía del lenguaje ordinario y fenomenología: ambas se encargan de clarificar:

análisis lingüístico

clarificar enunciados

fenomenología

clarificar esencias de lo vivido


Para Ricoeur “Aristóteles es a la vez el padre del método fenomenológico y del análisis lingüístico aplicado al actuar” (pág 136). Aristóteles delimita un campo, lo articula, lo polariza y establece una red conceptual completa (en el libro III de la Ética a Nicómaco). Somete a examen el actuar humano en sus estructuras esenciales.
Ricoeur salta de Aristóteles a Husserl. El fenomenólogo trata no de “revivir, sino decir el contenido eidético de los vivido” (pág 141). La conexión entre fenomenología y análisis lingüístico se basa en “la fundamental decibilidad de lo vivido” que “permite una teoría de los enunciados” (pág 141).
Antes de concluir con el punto de ruptura entre la fenomenología y el análisis lingüístico, Ricoeur nos habla de la fenomenología de la voluntad, para la que el acto es el “yo puedo” del “yo pienso”. Esta fenomenología nos aporta “la objetividad específica de lo decidido como tal” (pág 146).
Ricoeur se pregunta el porqué de la ausencia del cuerpo-propio en el análisis lingüístico; concluye el filósofo la superioridad de la fenomenología debido a que posee un método de reducción originario. El análisis lingüístico olvida la cuestión del origen del sentido.



INDICE

1,El discurso de la acción:

2.La red conceptual de la acción;

3.El análisis proposicional de los enunciados de la acción;

4.Motivo y causa;

5, Fenomenología y análisis lingüístico;

























1 El número de página corresponde siempre a la edición española de la obra comentada, traducida por Pilar Calvo (segunda edición, Cátedra, 1988).

2 Richard Lanigan critica las teorías de Searle (y de Austin y Grice) en “Speech Act Phenomenology” (1976). Para Lanigan, estas teorías no proporcionan una explicación suficiente de las relaciones de comunicación.

3 PURPOSE: the reason for which something is made or done; the thing that you want to achieve; the feeling of having a definite aim and of being determinated to achieve.