-¿Qué espera del cierre de la UNAM?
-De ninguna manera, sería un absurdo.
-¿Por qué puede más este reducido grupo de ultras que toda la autoridad universitaria, el Estado incluso, y todas las fuerzas que puedan terminar con ellos?
-Porque la universidad no tiene instrumentos para lidiar por sí misma con un grupo de estas características.
-El Presidente habla de que todos tienen que ceder, ¿qué estaría dispuesto a ceder en este caso la universidad? ¿Hasta dónde podría llegar?
-La universidad ha cedido y concedido a lo largo del conflicto, buscando aproximarse a los planteamientos que hacen los estudiantes. Y estamos dispuestos a discutir con los estudiantes los puntos que quedan, que se han planteado, en los términos que el Consejo Universitario ha aprobado, y esto ha sido una reiterada manifestación de la autoridad universitaria desde que comenzó el conflicto. Insisto, para que haya diálogo tenía que haber disposición, y una de ellas ha reiterado, una y otra vez, su falta de disposición. Esperamos que esto se transforme.
-¿Cuál es el costo político que va a traer a este país, sobre todo cuando vamos a entrar a un año electoral?
-Evidentemente la Universidad Nacional y la sociedad mexicana en su conjunto están pagando un costo muy alto por la intransigencia de un grupo minoritario que busca transformar la universidad para otros fines, diferentes para los que ésta ha sido constituida por la sociedad mexicana, y que se ha empeñado en tener las instalaciones en rehén para lograr sus propósitos. Afortunadamente, hay otras voces dentro del movimiento estudiantil que se están expresando, que se han manifestado y con las que, insisto, esperamos predominen para poder construir una salida.
-¿Considera el rector de la UNAM que la universidad va a ser tomada como bandera electoral en los próximos meses?
-Uno de los problemas que ha vivido la universidad precisamente es la intromisión de partidos, de grupos en la vida universitaria a lo largo de su historia y, muy recientemente, en este conflicto que distorsiona el problema, lo complica enormemente. Yo espero que esta experiencia que han sufrido todos aquellos que han intervenido en la vida universitaria prevenga que vuelva a ocurrir en el futuro.
-¿Estarán apostando los huelguistas a que el paro universitario se extienda hasta el año 2000, para enturbiar el proceso electoral?
-Eso tendrá que preguntárselo a ellos
-¿Usted no lo vislumbra?
-Hay algunos en este movimiento que les gustaría o están apostando a un paro indefinido, prolongado. No sé cuáles sean sus motivaciones, pero han hecho todo lo posible para impedir que haya una salida política, como plantea el señor Presidente, que debíamos buscar, que estamos buscando, que ha sido compromiso de los universitarios a lo largo de este conflicto.
"La Jornada - Primera Plana" 30 de septiembre de 1999