DEL RÍO BRAVO A LA ANTÁRTIDA

Boletín Electrónico de la UNIÓN LATINOAMERICANA SIGLO XXI

 


Buenos Aires – Argentina. Año 1 – N°9 – 05 de MAYO del año 2002

 
  "¡Señores imperialistas, su hora a llegado. Resulta ya imposible tener esclavizado por más tiempo al glorioso pueblo de la América latina: llegó la hora del pueblo Bolivariano y Sanmartiniano de la Gran Nación de Estados Latinoamericanos!"

EDITORIAL 

 Pueblo y Ejército Nacional: ¿Experiencia venezolana o latinoamericana?

Si algo resultó claro después del fallido Golpe en Venezuela fue la función contradictoria del Ejército en los países semicoloniales. A modo de introducción, transcribimos un fragmento del ensayo de Jorge Abelardo Ramos sobre la dualidad de las FFAA. en las sociedades semicoloniales[1].

La presencia dominante del imperialismo extranjero, de una oligarquía antinacional y de una mediocre burguesía nativa, permite al Ejército, bajo ciertas circunstancias críticas, asumir la representatividad de las fuerzas nacionales impotentes, o, por el contrario, transformarse en el brazo armado de la oligarquía. Esta dualidad se funda en la dualidad que existe en la sociedad semicolonial, donde no hay una sola clase dominante, a ejemplo de los países imperialistas, sino dos, una tradicional y una moderna, aunque mucho más débil”.

“La pugna entre ambos grupos, aquel vinculado al sistema agro-exportador (o cualquier otro tipo producción primaria que el imperialismo haya elegido para su colonia), y éste situado junto a las clases interesadas en el crecimiento económico, se introduce en el seno del Ejército y genera en él esa misma contradicción en otro nivel. La variabilidad de sus actitudes, está influida por la situación internacional –donde el poder intimidatorio y las victorias o derrotas del imperialismo juegan un papel impresionante– así como por las singularidades de los fenómenos políticos nacionales”.

¡Más claro echarle agua!

En Venezuela no triunfó un sector del Ejército sobre el otro, sino que el Ejército Nacional venció al Ejército Colonial, mercenario del imperialismo -todos los países de América latina tienen un sector del Ejército copado por el imperialismo, y este no es otro que el Ejército de la Colonia, de funciones policiales y encargado de mantener el órden interno.

La lección en tierra Bolivariana, y como no podía ser de otra manera, demostró cuales deben ser los pilares fundamentales de cualquier proceso revolucionario en América latina, independientemente del origen geográfico y social del mismo.

En cada país o si se prefiere, en cada Estado de la balcanizada tierra Bolivariana son dos los cimientos sobre los cuales debe sostenerse la lucha por la independencia latinoamericana, y por ende, la lucha contra el imperialismo: el Pueblo y el Ejército Nacional fiel a ese mismo pueblo.

Desgraciadamente, cada “republiqueta” tiene su particularidad y especificidad para la enseñanza, formación  y consolidación de un movimiento revolucionario antiimperialista   –interprétese esto como uno de los tantos  logros de la balcanización en América latina: resulta inevitable desarrollar una receta revolucionaria propia para cada sociedad–. Sin embargo, y ahí es donde reside la magistral lección venezolana para los revolucionarios de América latina, sí o sí, cualquier movimiento de masas, frente nacional antiimperialista o partido político que luche por la definitiva independencia y libertad de nuestro pueblo tiene y tendrá que contar obligatoriamente entre sus filas con el sector Bolivariano y Sanmartiniano del Ejército.

La revolución en Venezuela resuelve frustradas experiencias revolucionarias en América latina[2] al corroborar que, al momento de enfrentarse el movimiento antiimperialista con el Ejército Antinacional, lacayo del imperio, a este movimiento, sin un Ejército que lo acompañe y defienda, le será imposible sostener y consolidar ningún programa o proyecto nacional, popular y revolucionario.

A continuación, y en función de nuestra experiencia como latinoamericanos, intentaremos demostrar por qué Pueblo y Ejército Nacional deben marchar unidos en todo movimiento revolucionario latinoamericano que persiga la definitiva emancipación de la Patria Bolivariana y Sanmartiniana.

Venezuela: espejo de la Patria Grande

El pueblo latinoamericano de Venezuela, movilizado, disciplinado y absolutamente consciente de su rol fundamental en el proceso revolucionario bolivariano, conjuntamente con las FFAA. nacionales y antiimperialistas, demostraron que para lograr, sostener y afianzar un movimiento revolucionario resulta indispensable contar con la fuerza de un pueblo resuelto y soberano y con un Ejército leal a ese pueblo y subordinado a los conceptos de POLÍTICA NACIONAL Y PATRIA GRANDE[3].

La experiencia de la revolución Venezolana, lo mismo que para la Cubana, son tan singulares e irrepetibles como la experiencia de la futura revolución Argentina, Peruana, etc., todas ellas fases singulares de la revolución nacional latinoamericana. Sin embargo, hubo muchos otros movimientos nacionales previos a Chávez, inclusive en la misma Venezuela. Ellos fracasaron donde el Chavismo venció: la formación y consolidación de un Ejército nacionalista revolucionario. Sin este pilar fundamental, la revolución Bolivariana se hubiese topado con el mismo trágico final que sus predecesoras.  

Lecciones de un gran latinoamericano

En la pasada conferencia del 26 de abril en la Facultad de Ciencias Sociales de Buenos Aires, donde el invitado de honor resultó ser nada menos que el Presidente del Comando Político de la Revolución, el compañero venezolano Guillermo García Ponce, se tocaron este y otros temas relacionados con el nuevo panorama de la revolución en Venezuela.

Ponce, revolucionario latinoamericano de pura cepa, destilaba una conciencia nacional tan profunda como magistral. A la vez que deleitaba a su audiencia con una clase de verdadera historia latinoamericana, imbuía el recinto de un concepto político antiimperialista poco usual de ser escuchado por aquellos pagos universitarios.

Una y otra vez, destacaba: “el papel fundamental del Ejército Nacional en el proceso revolucionario...al menos en Venezuela y según nuestra propia experiencia”.

Sin embargo, no se animó a ir más lejos, quizás porque advertía claramente donde se encontraba –en un pasaje de su discurso se refirió con tajante indignación a una declaración de las Madres de Plaza de Mayo donde se refería a Chávez como un militar traidor, advirtiéndole al pueblo de Venezuela que no confiara en él, porque no había que confiar en los militares–. Obviando el análisis de estas palabras, la sola mención por parte de Ponce constituyó, por sí misma, una muy buena lección al antimilitarismo abstracto y reaccionario de las Madres.

 Pero, ¿hasta dónde creemos que  Ponce debería haber llegado? Resulta evidente que no quiso polemizar, no era el momento ni el lugar; sin embargo, justamente en esa postergada discusión es donde se encuentra la clave de todo el asunto. Nuestro gran invitado debería haberle preguntado al auditorio:

¿Qué fue lo que ocurrió, es decir, por qué y cómo todos los movimientos revolucionarios nacionales y populares –exceptuando Cuba y ahora Venezuela–, de los que está plagada nuestra historia, finalizaron trágicamente? Chávez no fue el primer presidente democráticamente electo a quien se intentó derrocar.

Entendemos al compañero García Ponce: de haber mencionado esto, muy seguramente hubiese tenido también que afirmar: “es fundamental la participación del Ejército Nacional en el proceso revolucionario...al menos en América latina y según nuestra propia experiencia de latinoamericanos”. Esta aseveración, reivindicatoria del papel crucial de las FFAA. en los movimientos nacionales, hubiese caído como verdadero balde de agua helada –tan fría como la del mar que abraza la tierra malvinense– a la gran mayoría de los allí presentes. 

Nuevamente la pregunta maldita: ¿por qué y cómo todos los movimientos revolucionarios nacionales y populares –exceptuando Cuba y ahora Venezuela–, de los que está plagada nuestra historia, finalizaron trágicamente?

La respuesta consiste en la simple descripción de todos aquellos movimientos populares antiimperialistas que fueron derrocados y exterminados de la faz de la Patria Bolivariana. No sin sorpresa, todos coinciden en la falta o debilidad de un Ejército Nacional dispuesto a enfrentar al imperialismo de dentro y fuera de su territorio, así como de una oligarquía nativa que, aunque mal herida por las respectivas circunstancias revolucionarias, no pudieron ser eliminadas de cuajo.

A continuación, observe el lector como el mismo pueblo latinoamericano fue vencido una y otra vez en pasadas contrarrevoluciones oligárquica-imperialistas:

·        Bolívar en la Gran Colombia: Derrocado y traicionado militarmente.

·        San Martín en las Provincias Unidas del Río de la Plata: Traicionado y abandonado militarmente, sobretodo en el Alto Perú, hito clave para cristalizar la unión con Bolívar.

·        Artigas en las Provincias Unidas del Río de la Plata: Derrotado y traicionado militarmente por el Ejército Mitrista antinacional, aliado a los intereses británicos y brasileros en el Río de la Plata.

·        Santa Cruz en la Confederación Perú-Boliviana: Vencido militarmente por Bs. As. (Rosas) y Valparaíso (Gamarra); más tarde fue expulsado de su Patria.

·        Solano López en el Paraguay: Derrocado militarmente por la Triple Alianza -léase Cuádruple, pues nunca se  menciona la Inglaterra civilizada y democrática -. 

·        Cecilio del Valle, Morazán y Barrios en Centroamérica: Todos ellos lucharon por la unificación de Centroamérica y contra las oligarquías parasitarias y el naciente imperialismo norteamericano. Terminaron fusilados, expulsados o muertos en el campo de batalla. 

·        Yrigoyen en la Argentina: Derrocado militarmente por el Ejército antinacional en 1930.

·        Perón en la Argentina: Derrocado militarmente por el Ejército antinacional en 1955 y 76.

·        Allende en Chile: Derrocado militarmente por el Ejército imperialista.

·        Getulio Vargas en el Brasil: Derrocado militarmente por el frente cívico-militar oligárquico-imperialista.

·        Belzú y Villaroel en Bolivia: Derrocados por el frente cívico-militar oligárquico-imperialista.

·        Velazco Alvarado en el Perú: Derrocado militarmente por el frente cívico-militar oligárquico-imperialista.

·        Sandino en Nicaragua: Derrocado militarmente por el frente cívico-militar oligárquico-imperialista.

·        Betancourt en Venezuela: Derrocado militarmente por el frente cívico-militar oligárquico-imperialista.

·        Cárdenas en México: Derrocado militarmente por el frente cívico-militar oligárquico-imperialista.

 (Seguramente estaremos olvidando muchos otros, y entre los cuales incluimos aquellos que sin haber llegado al gobierno fueron asesinados, desaparecidos y exterminados por el ala antinacional del ejército en connivencia con civilistas, demócratas y  demás mercenarios de chaqueta negra, tan requeridos por el imperio).

No sólo no hubo en ellos un solo caso de contra-contrarrevolución como el venezolano, sino que la gran mayoría de los caudillos o líderes de los respectivos movimientos –Ponce también destacó la importancia de la personalidad del líder revolucionario y su acción benéfica sobre las masas–, son... ¡¡¡¡MILITARES!!!!... ¡¡¡¡Como Chávez!!!!... ¡Flor de lección!

Ahora bien, y habiendo leído la lista negra de nuestra historia nacional, en función de la experiencia de la contrarrevolución en AMÉRICA LATINA, realmente, ¿puede alguien creer que un proceso revolucionario nacional y popular logre triunfar o sostenerse en el poder prescindiendo de las FFAA. nacionales y antiimperialistas de su país?

La experiencia en Venezuela es aplicable a América latina

 En nuestra opinión, sería un grave error político revolucionario desprender la reciente experiencia venezolana del contexto de la Patria Grande:

“El mismo trágico final hubiese encontrado a Chávez de no haber contado con el ala Nacional del Ejército como pilar fundamental de la revolución bolivariana”. Uno más para agregar a la lista...

Lo que sin lugar a dudas fue, es y será distinto es la manera de encarar y fomentar la ideología revolucionaria en las FFAA. de los respectivos Estados de la Patria Grande.

Ahí es donde habrá que imprimirle al Frente o Movimiento nacional las características geo y sociopolíticas específicas de cada región, pero eso sí, siempre abrevando de las fuentes de la historia nacional y de los próceres que de ella se desprenden. Si esto se cumple, la resultante será semejante para todos ellos. El frente indestructible quedará consolidado: Pueblo y Ejército Nacional Antiimperialista.

Unión en la definitiva Emancipación

Toda nuestra historia demuestra una fundada interrelación nacional, y su presente, la imposibilidad práctica de alcanzar aisladamente el progreso y la soberanía. La revolución Bolivariana sorteó airada su prueba de fuego. Transformó para siempre la teoría del “frente antiimperialista, Pueblo y Ejército Nacional”, en ley o requisito esencial de la revolución nacional.

Pueblo y Ejército marchan con ventaja, pero el margen de errores de que disponen las fuerzas revolucionarias se achica drásticamente. Deberán aprovechar cada instancia, cada disputa al máximo de sus posibilidades. Por el momento caminan confiados y resueltos, les sobran razones, pero eso sólo no bastará:  la verdadera prueba de fuego será la lucha ideológica por la unidad latinoamericana, enlazada a la lucha política en el marco de cada Estado balcanizado. Ahora Venezuela, prontamente tendrán que ir sumándose el resto, o no habrá revolución que resista.

Será difícil, cansador y cruel, pero finalmente el pueblo de América latina vencerá.

 Por todo lo anteriormente expuesto, y tal como iniciará su discurso Guillermo García Ponce, “la revolución bolivariana es de todos; es latinoamericana”. En estas palabras reside la clave, y, por lo tanto, no se puede ni se debe permitir que se excluya la revolución BOLIVARIANA del contexto y concepto de Nación de la Patria Grande.

Entre otras cosas, debemos recordar siempre que Bolívar nació en Caracas y no en la actual “nación” Venezolana. El más grande libertador y prócer del pueblo latinoamericano luchó incansablemente durante toda su vida por hacer la unión en la independencia. Pero ahí donde fracasó, el pueblo latinoamericano unido terminará la obra inconclusa.

Marchemos pues, a paso de vencedores: el segundo Ayacucho se advierte en el horizonte, y aunque el enemigo es muy poderoso y presente batalla hasta el final, lo venceremos nuevamente:

"Señores imperialistas, su hora a llegado. Resulta ya imposible tener esclavizado por más tiempo al glorioso pueblo de la América latina: llegó la hora del pueblo Bolivariano y Sanmartiniano de la Gran Nación de Estados Latinoamericanos".

 ¡Unión en la definitiva emancipación!     

¡Viva la Patria Grande!

Federico M. Bugarte. UL21

[1] Del libro Historia de la Nación Latinoamericana. Para estudiar más en profundidad el tema del Ejército en los países semicoloniales, ver Historia del Ejército Argentino, del mismo autor.

[2] Playa Girón, Bahía Cochinos fueron otros ejemplos de contra–contrarrevolución. Ahí también pelearon codo a codo Ejército Nacional y Pueblo, nada más que en esa oportunidad el enemigo fue absolutamente externo, pues la facción imperialista del Ejército ya había sido derrotada al caer Batista.

[3] Ver Arturo Jauretche. Política y Ejército

 


ÍNDICE:

  1. CÓMO ARRUINÓ EL FMI A LA ARGENTINA. Mark Weisbrot
  2. VII CONCURSO LITERARIO NACIONAL y I CONCURSO INTERNACIONAL: "20 ANIVERSARIO DE LA GESTA DE MALVINAS". Organiza "La Revista de Mar Chiquita"
  3. RECOLONIZACIÓN DE AMÉRICA LATINA. Heinz Dieterich Steffan. Rebelión
  4. AMÉRICA LATINA SE UNE CONTRA EL GOLPISMO. Servicio informativo sobre el Mercado Común del Sur
  5. ALCA O MERCOSUR: LA GRAN BATALLA. Alberto Guerberoff. CAUSA POPULAR