Batman #3
Escritor: Batitipo
"Piromania"
Parte 1

Arkham Asylum. 30 de Enero de 2002, 6:30 AM.

-Su nombre es Robert Natchios, y puedo asegurarle, doctor Kevin, que nadie estará a salvo mientras él esté libre...

30 de Enero de 1999. No importa la hora, en la Tierra de Nadie, la oscuridad siempre predominaba.

-¡Oh, Dios mío, mamáaaaa! ¡Se la comieron viva! ¡Mamitaaaaa! ¿Dónde está mi hermanita? ¡Lizie! ¡Lizie!... ¡Demonios! ¡Yo sabía que no debíamos haber venido a vivir a Gotham City! ¡Lo sabía! Es un maldito infierno, y carajo, aún mas con éste reciente terremoto, nadie está a salvo... ¡Oh, no! ¡Están regresando! Escucho sus pasos, están cerca, debo esconderme. Mi hermana, viene con ésos malditos caníbales... Dios, debimos haber salido de ésta maldita Tierra de Nadie cuando aún podíamos... ¡Noooo! ¡Cielo santo! Mi hermanita está muerta, sob, mi hermanita está muerta, malditos caníbales, ¡MALDITOOOOOOOS!

-Oye Skull, escuché un ruido en ése armario.

-Yo también Parri, veamos qué es. –Una navaja sale de su sucia y rota manga con algunos restos de sangre humana, atravesando el armario y la garganta del pobre chico escondido ahí-.

-¡Kkkkkkkk!

-Pero qué tenemos aquí, carne fresca.

-¡Kkkk... cof, cofff... kkkk!

El cuchillo sale bruscamente de las destrozadas cuerdas vocales de Robert provocando que el dolor sea tan intenso que al mismo tiempo desaparezca, pero el no ha muerto, y lo demuestra rompiéndole el cuello al pandillero con dos movimientos y, gracias a la incontrolable ira que brotaba desde lo mas recóndito de su torturada alma, logró atravesarle el estómago al otro asesino, arrancándole parte de sus entrañas y bañando su brazo izquierdo con la sangre de uno de los asesinos de su familia, mientras intentaba inútilmente, gracias a que parte de su garganta estaba destrozada y sangrando también, decir “lo siento, no quise hacerlo”, pero regocijándose también al haber vengando las violentas muertes de su madre y su hermana. Pero, obviamente, los pandilleros no venían solos, y cuando sus compañeros caníbales se dieron cuenta burdamente de lo sucedido, decidieron castigar al muchacho quemándolo vivo, y así lo hicieron, pero otro golpe de suerte, si es que a eso se le puede llamar suerte, mas bien ironía, llegó al joven hombre, y después de haber sobrevivido a que casi le arrancaran la garganta, también sobrevivió a la hoguera que los caníbales le prepararon gracias a una benéfica lluvia que comenzó justamente cuando ellos se fueron, pero dejando al pobre chico totalmente deforme, es decir, a partir de ese momento, esta desafortunada persona sería un monstruo a los ojos de cualquier persona.

 Arkham Asylum. 30 de Enero de 2002, 4:30 AM.

Sus recuerdos son burdos, no ha dormido en la última semana, ha comido lo mínimo, sólo espera, espera, espera. Tiene un calendario fabricado por él mismo dentro del colchón, el tiempo ha sido su mayor enemigo y su única razón de vivir. Él espera y planea.

5:00 AM.

Robert Natchios comienza a rascar la piel de su brazo. Es doloroso, pero no demasiado, es el brazo que mas quemaduras tiene. Si pudiera hablar, en ése momento reiría en vez de gritar o sollozar. Su brazo está abierto y sangra, Robert sonríe y saca de su piel palpitante un pequeño clip estirado. Robert suelta una lágrima, el aún es humano y el dolor aún tiene efectos sobre él. El primer paso está hecho, ahora viene el segundo y posiblemente el más doloroso y peligroso: Robert debe romperse las últimas dos costillas. Las puertas de Arkham son seguras y tienen doble cerradura, y puesto que Robert sólo puede violar la primera, en el pequeño espacio que quede entre su celda y la libertad él debe salir. El es muy esbelto para eso.

Las camas están forradas con colchón para que Robert no se rompa los dedos en arranques de ansiedad con las esquinas, pero aún así, en el fondo, la cama sigue siendo de metal. Los enfermeros y los doctores se han estado preguntando porqué Robert tiene las uñas de los dedos levantadas y algunas coagulaciones en donde debían ir sus uñas, y como no encuentran otra respuesta mas que la naturaleza violenta de la locura del señor Natchios, le han dado medicinas a Robert que en éste momento lo mantendrían en un trance, lo cual no sería útil para Robert, así que se ha dedicado a vomitar la medicina todos los días bajo la cama, y Robert ha tenido suerte, puesto que el olor no pasa imperceptible, pero los enfermeros y doctores no lo han visitado en su acolchonada celda últimamente. La razón por la que en éste momento Robert tiene sus dedos destrozados es porque ha pasado la última semana rascando el flexible colchón de su pequeña e incómoda cama. Ahora que una parte de su cama no tiene colchón, Robert puede empujarla hacia la derecha y comenzar a golpear sus costillas inferiores con el borde metálico de uno de los tubos de la cama, y no sabe que es mas molesto e inmundo, el penetrante olor de los tres vómitos bajo su cama o el dolor que le provocan los golpes a su pecho.

Han pasado diez minutos de golpes silenciosos por parte de Robert contra uno de los tubos de su cama, y el dolor le ha provocada un fiebre muy leve, hasta que a los doce minutos, Robert resuelve el problema de su costilla derecha rompiéndola sólo a ella con éxito, pero ahora ha llegado el turno de la costilla izquierda.

Ahora que las dos molestas costillas inferiores ya no son un impedimento para su libertad, Robert abre el primer candado, y con mucho dolor, logra pasar el segundo. Robert está muy cerca de ser libre, pero antes, debe comenzar con su venganza en contra de Gotham City.

Robert siempre ha sido un joven muy inteligente, y en ése momento lo demostró con gran habilidad evitando a toda la seguridad hasta la cocina, aún con todo el dolor que sufría.

6:00 AM.

Robert está en la cocina y el júbilo se adueña de todos sus sentidos, el es, por primera vez en dos años, un hombre feliz, porque ahora es el momento, hoy es el día de la venganza, hoy, hace tres años, Gotham City le quitó su vida, y mientras el ve su nueva arma definitiva en la estufa de la cocina, una extraña expresión que, con bastante observación, podría describirse como una sonrisa aparece en su abominable rostro lleno de marcas y cicatrices, y el guardia en turno se convierte en su primera víctima.

6:30 AM.

-Su nombre es Robert Natchios, y puedo asegurarle, doctor Kevin, que nadie estará a salvo mientras él esté libre...

Eso es lo único que el doctor psiquiatra Nowlan puede decir antes de tragar una terrible acidez y soportar el peor escalofrío de toda su vida mientras observa al policía que le dijo buenas noches antes de que él se fuera, con terribles quemaduras en todo el cuerpo, colgado en la pared con tenedores, con la garganta destrozada y con las entrañas fuera de su cuerpo aún sangrantes, pero todo con la peculiaridad de haber sido quemado.

Robert Natchios está libre, la venganza ha comenzado.

Continuara...