Capítulo 4. Una Gran Lección de Civismo.
Escuela Secundaria Pública No.30 "Héroes de 1917" En la primera clase de ciencias sociales, el profesor Octavio trató un tema que despertó el interés de los niños por investigar las obras de los grandes hombres de la Historia, así como también despertó en ellos un gran sentido de la gratitud por quienes han dado gran parte de su vida, si no es que toda, a pelear por obtener mejores condiciones de vida para todos los habitantes de este planeta. Comenzó Octavio haciendo la siguiente pregunta:

---A ver chavos, ¿saben por qué nuestra escuela secundaria lleva el nombre de "Héroes de 1917"?

---Se lo puso un profe que ya no está aquí---contestó de inmediato Cassandra.

---Bueno,sí---dijo Octavio---pero, ¿por qué se le ocurrió al maestro que debería de llamarse así la escuela?¿Quiénes fueron esos héroes y qué ocurrió en 1917 para que se les recuerde?

Nadie levantó la mano para contestar, aunque estaban atentos a la clase, a excepción de Maggie y Gema, que juntas miraban una revista juvenil.

---Dicen que el profe Juan era medio "grillo"---contestó al fin Ricardo, que no ocultaba la manzana que tenía en su mano derecha, pero que no mordía debido a la prohibición que el maestro Octavio hiciera al grupo de comer en clase.

---Sí; y siempre traía puesta alguna camiseta del Ché Guevara---dijo Verónica con una ligera sonrisa.

---Es que el maestro Juan siempre creyó en los ideales del socialismo---dijo el profesor Octavio---de la misma manera en que yo también creo en ellos.

---¿Socialismo?---preguntaron casi a coro los niños
---¿Qué es eso?

---¿Nunca han oído hablar del socialismo?---preguntó Octavio.

---No;¿que es eso?---preguntó curiosamente Jorgito.

---El socialismo es una forma de gobierno y un sistema de vida en sociedad donde todo mundo tiene igualdad de oportunidades para estudiar, trabajar, vivir donde desee y, de hecho, no hay clases sociales, es decir, no existen ni los ricos ni los pobres.

---¡Ah,jijo!---dijo de inmediato Jorgito---¡Oiga, está suave eso!

---Pero,¿por qué no hay ricos ni pobres?---preguntó Cassandra.

---¡Ah!, es que la cosa está así chavos--prosiguó Octavio---: todas las fábricas, tiendas, escuelas, medios de transporte, comunicaciones, etc. etc., son controlados por el gobierno para que no haya eso de que alguien se haga rico como patrón, pues ustedes saben que para que un dueño de alguna fábrica o tienda obtenga mucho dinero con su negocio tiene qué pagar salarios muy bajos a sus trabajadores.

---Sí es cierto---dijo Ricardo---, en la fábrica de productos de pescado que hay en la carretera de Santa María los japoneses le pagan una miseria a la gente que ahí trabaja, y ellos están bien millonarios.

---¡Sí es cierto!---reaccionó Maggie cerrando la revista que leía con Gema---Mi prima trabaja ahí con los japoneses y gana como 350 pesos a la semana...¡y está ahí desde las siete de la mañana hasta como a las nueve de la noche!

---Y también trabajan los domingos---dijo Jesús.

---Es que el sistema en el que vivimos se llama capitalismo, que consiste en que haya una profunda división entre los habitantes de un país, donde haya ricos y pobres; pero para que existan esos ricos, que son muy pocos, tiene que haber un gran número de gente pobre, que es la que trabaja para ellos---explicó Octavio.

---¿Pero qué tiene que ver eso con el nombre de la escuela?---preguntó Manuelito.

---Tiene mucho---dijo Octavio---y es por lo siguiente: existe en el otro lado del mundo un helado y extenso país que durante mucho tiempo estuvo gobernado por un rey; y ese rey era bastante rico, mientras su gente se moría de hambre en los pueblos y ciudades. Y para que la gente pobre no se pusiera a pensar en sus derechos, este rey contaba con la complicidad de la iglesia, que es un organismo que atonta las conciencias con un instrumento bastante eficaz para eso: la religión. Y para aquellos a quienes la religión no lograba engañar, el rey disponía de un gran número de soldados y policías para vigilarlos y encerrar o matar a quienes le empezaran a pedir lo suyo. Entonces, hubo por ahí un grupo de personas que salieron a estudiar a otros países, principalmente de Europa, y se enteraron que un señor de origen alemán había escrito un libro en el que exponía los problemas de los trabajadores que son explotados por sus patrones y el gobierno de sus países; entre este grupo había un hombre que destacó por lo entregado a la lucha por la justicia en el trabajo, y porque creyó que las ideas de este señor de origen alemán podían solucionar los problemas de su pueblo; esas ideas eran,ni más ni menos, que el socialismo.

---¿Y se hizo socialista ese país,profe?---preguntó Juan Carlos.

---Sí---continuó explicando Octavio---pero para eso tuvo que desatarse una guerra entre quienes apoyaron a este hombre luchador y los ricos, pues para cambiar la situación social de un pueblo se necesita quitar por la fuerza a quienes se hacen ricos con el trabajo de los demás. ¿O creen ustedes que un millonario va a renunciar muy gustoso a toda su lana mal ganada para beneficiar a todos?

---¡No, pues cuándo!---dijo riendo Jorgito.

---¿Y ganaron los que querían el socialismo?---preguntó Cassandra.

---Sí---siguió contando Octavio---, pues todo mundo estaba harto de mantener a un monarca holgazán y a los patrones que, no conformes con chuparles la sangre a sus trabajadores en la fábrica o en la granja, armaron forzosamente un ejército con ellos para que su país entrara a una guerra que los países ricos originaron para ver cual de ellos se quedaba con el mayor número de paises débiles, que generalmente tienen muchos recursos que los países ricos desean para su beneficio.

---¿Y cuándo trunfaron los del socialismo?---preguntó Cassandra.

---Cuando este gran luchador por la causa de los trabajadores se decidió a lanzarse con su ejército de obreros, soldados y campesinos para derribar a un gobierno que ya había hecho renunciar al rey pero que era igual de malo…o peor---dijo Octavio.

---Ah, pero cuando ganaron---dijo Jorgito---, se acabaron sus problemas y ya nadie los molestó.

---No,Jorgito---explicó Octavio---; cuando los ricos fueron echados del país, buscaron la ayuda de los países explotadores de naciones pobres para que les proporcionaran ejércitos que les permitieran recuperar el poder; pero la resistencia del nuevo ejército revolucionario y el apoyo de toda la población trabajadora permitió vencer a los traidores asesinos y entonces el país pudo organizarse bien para surgir como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,  la nueva nación que orgullosamente se mostró ante el mundo ondeando la bandera del nuevo sistema social: un pabellón rojo con el emblema de la hoz y el martillo entrelazados, que simbolizan la unión de los trabajadores .

---¿Y cómo se llamó ese señor que luchó por el socialismo?---preguntó Chava.

---Se llamó Vladímir Illich Lenin---siguió contando Octavio---, y junto con Josif Stalin y Lev Trostky llevó a su pueblo a la victoria socialista en 1917; por eso es que la escuela lleva este nombre para honrar la memoria de estos hombres que dieron todo por construir una sociedad donde no existan las diferencias sociales; donde la educación y la salud sean totalmente gratuitas; donde no haya gente sin trabajo;  donde no haya que pagar por ver un espectáculo deportivo o para entrar a un museo; donde no existan religiones que contaminen  la consciencia de la gente y le impidan pensar, y que en lugar de iglesias y cantinas abunden las escuelas, bibliotecas, museos y centros de recreo. 


Jamás se imaginó Octavio lo que dejaría en las consciencias de sus alumnos el conocimiento de todo lo hecho por los hombres que lucharon por cambiar la situación de injusticia para los trabajadores.@





 Vladímir Illich Lenin, el Gran Maestro
El Socialismo
Vladìmir Illich Lenin, el Gran Maestro
 Vladímir Illich Lenin, el Gran Maestro
Vladìmir Illich Lenin, el Gran Maestro
La Gran Bandera Roja Revolucionaria
El Triunfo del Socialismo
Capítulo Siguiente.
Capítulo Anterior.
Inicio.