
Para cualquier diexista o aficionado a la escucha de señales lejanas, el horario de transmisión es un elemento indispensable, ya que por medio de éste, se puede estar en contacto con la sintonía de una emisora o señal. Por lo que resulta interesante conocer más sobre los Husos Horarios que se emplean en el mundo, razón del presente artículo.
Saber cual era la hora del día resultaba díficil para el viajero de mediados del siglo XIX. Por ejemplo al entrar en la principal estación de trenes de Pittsburgh, veía no menos de 6 relojes: uno mostraba la hora local y los otros 5
a la hora de la oficina matríz de cada compañía ferrocarrilera que tenía trenes de servicio en dicha estación. Cambiar de tren en las fronteras europeas era igualmente confuso, ya que por lo general cada tren se regía por la hora de la capital de su propio país.
Estos problemas surgieron porque, hasta mediados del siglo XIX, la hora de cada localidad se determinaba por la posición de la Tierra con respecto al Sol. Cuando el Sol estaba justo sobre la cabeza, era mediodía, pero aún era de mañana en el oeste y ya caía la tarde en el este. Esto significaba que la hora local variaba de un lugar a otro, lo que ocasionaba muchos problemas.
En 1843 las compañias ferrocarrileras del Reino Unido tomaron como referencia la hora de Greenwich, establecida por el Observatorio Real de esa localidad.
Abraham Follett, un hombre de negocios de Birmingham afirmaba que la Hora de Greenwich se debería de aplicar a todo el Reino Unido, por lo que se las ingenio para construir un reloj llamativo que con el paso del tiempo se ganaría la confianza de la gente por su exactitud. Hasta que un día mando sincronizarlo con la Hora de Greenwich. Así cada reloj se fue acoplando con el reloj de Follett hasta que en 1860 toda Inglaterra se regia por la Hora de Greenwich.
En Estados Unidos los ferrocarriles tenían un problema mucho mayor, dado la gran extensión de ese país, por lo que en 1888 establecieron el sistema de zonas horarias que hasta la fecha permanece sin cambios, todas ellas manteniendo una relación de horas menos en cuanto a la Hora de Greenwich.
Al año siguiente una conferencia internacional recomendó un sistema de zonas horarias basado en el meridiano de Greenwich y gradualmente fue adoptado por todo el mundo.
Hoy en día París es el corazón del sistema cronológico mundial. Desde 1920 los horarios del mundo han sido coordinados con relojes atómicos super exactos. Las lecturas de los relojes de docenas de países se reúnen en París y se promedian.
Los relojes atómicos han revelado que la rotación de la Tierra se hace más lenta y después se acelera durante el año, a medida que el hielo polar se funde y se congela, y cuando las masas de aire se calientan y se enfrían sobre los oceános y los continentes. Como resultado, la longitud del día varía aproximadamente una milésima de segundo por año, lo que resulta insignificante.
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