Presente pasado e Insertidumbre

Por Julián Soullard

 

PRÓLOGO

"Maestro Eron, debemos estar muy cerca."

"Eso parece," contestó un hombre, "de no ser así, nuestro amo no me habría mandado llamar. Creo que pronto tendremos un nuevo cielo."

"Señor, estaré esperando aquí para más instrucciones." comentó una voz de mujer.

"Que así sea."

 Después de decir eso, Eron salió de su laboratorio y se adentró en un corredor. Mientras lo recorría, se acomodó el cuello de su bata blanca y paseó su mano a través de su cabello para lucir un poco más presentable, y por último se sacudió algo de polvo de la misma bata.

"Veo que aún estás obsesionado por tu apariencia." comentó una voz detrás de Eron.

 Él sólo sonrió extrañamente, y sin siquiera molestarse en ver quién estaba atrás, fue a darse una última checada en un espejo cercano.

"Vaya, vaya, vaya. Si no es ni más ni menos que mi ‘no muy estimado’ y críptico colega." comentó Eron de una manera sarcástica, mientras se veía en el espejo. Al acabar se volteó para encarar a la persona a sus espaldas.

Era un hombre envuelto en una capa negra con un cuello alto. Sus ojos se encontraban escondidos por la sombra que creaba su sombrero a lo largo de su rostro. Sólo su cabello gris cayendo sobre sus hombros era visible.

"¿Y a qué debemos el gran honor de ver al gran Arlakk rondando entre los seres vivos?" añadió burlonamente el científico, "¿Acaso tus murciélagos y serpientes hacían demasiado ruido como para dejarte dormir?"

El misterioso hombre sólo pasó junto a él sin hacer ninguna clase de sonido.

"Trata de no perder mucho tiempo admirándote en el espejo." comentó Arlakk,"No querrás hacer esperar demasiado a nuestro amo."

"Me temo que *perfección* no es algo que se encuentre dentro de tu vocabulario." replicó Eron, sin poner mucha atención al hechicero.

"Por favor," interrumpió Arlakk, "Ahórrate tus comentarios narcisistas."

Ambos hombres empezaron a caminar juntos para encontrarse con su amo. Mientras lo hacían, ninguno de ellos intercambió palabra alguna.

 Aún y cuando ambos se encontraban sólo en circunstancias especiales como ésta, ninguno de los dos podía decir que les daba ganas ver al otro. De no ser por estas misiones a las que su amo los enviaba regularmente, ellos preferirían evitarse lo más posible.

 Pero la voluntad de su amo venía antes que nada.

El único consuelo a todo esto era que una vez que terminara, ambos podrían olvidarse uno del otro, encerrándose cada uno en su propio mundo.

Una imponente puerta de acero de unos 20 metros de altura y 8 de ancho se erguía enfrente de ellos. La puerta se encontraba en el tope de la torre principal.

Sin necesidad de tocar, ésta se abrió permitiéndoles el paso.

El cuarto entero estaba casi vacío y no contaba con mucha luz tampoco. La única fuente de iluminación provenía del centro del cuarto, que iluminaba en un color púrpura muy tenue un trono, en el cual el amo estaba sentado.

Junto a él, una mujer permanecía en estado de firme como un soldado. Ella era totalmente calva y estaba vestida con un traje parecido al de Eron sólo que de color verde turquesa (piensen en el traje de Vegeta), además de chaqueta y botas negras.

El aura púrpura brotando del amo de la torre hacía que su blanca piel de marfil tomara ese mismo tono de color.

"Mi Lord, henos aquí, listos para seguir sus órdenes." declaró Eron, mientras se inclinaba en señal de respeto. Junto a él, Arlakk hizo lo mismo.

 "Mis sirvientes..." comenzó la figura que descansaba en el trono, "Estamos cerca de nuestro destino. Estoy aclarando la Ventana en estos instantes. Sorin, abre el domo."

 Sin responder, la mujer sólo cumplió la orden. Dirigiéndose a una de las paredes de la habitación, lo cual no nos dice mucho ya que la habitación era redonda, presionó la palma de su mano contra ésta, haciendo que el techo se empezara a abrir como un domo de observatorio, incluso las paredes se retrajeron, dándole a la torre la forma de una columna, con las 4 figuras en la cima.

 Eron se aproximó al borde cuidadosamente de no caer por falta de un barandal. Un pie en falso y se convertiría en una fea mancha roja en las calles de Dominia. Pero aún así, la vista desde la torre del maestro era magnífica. Él podía ver su laboratorio desde aquí, aunque no era tan difícil de localizar. Después de todo era uno de los edificios más imponentes de Dominia, seguido de la torre de Arlakk y el centro de investigación de Sorin.

 Un leve rugido proveniente del maestro hizo que sus súbditos le pusieran atención de nuevo.

De repente, la luz que se estaba formando alrededor de él, se dirigió hacia el cielo a una velocidad impresionante, impactándose en la atmósfera.

El cielo de Dominia empezó a abrirse (literalmente) como un gigantesco portal. Del otro lado, una ciudad empezó a aparecer. El portal se abrió cada vez más al punto que el trío de súbditos no pudo ver más que la ciudad de cabeza que acababa de aparecer justo encima de ellos, remplazando su cielo azul.

El maestro dejó escapar un suspiro al terminar el trabajo. Eso requirió una considerable cantidad de energía.

 "La Ventana ha sido aclarada." comenzó, "su misión empieza ahora."

"Mi Lord," comentó Eron, "Quisiera pedirle permiso de ser el primero en ir Afuera."

 "Mi Lord, creo que yo sería una opción más lógica para esta misión," interrumpió Arlakk, "Mi compañero tiende a ser un poco... descuidado en este tipo de cosas."

 "¿¿Qué es lo que dices??" reclamó Eron, enfadado, "Tal vez yo no use nada de 'abracadabra' como tú, pero mis métodos están lejos de ser descuidados y debo agregar que son *muy* eficientes."

"¡Basta!" gritó el maestro, interrumpiendo antes de que la conversación se saliera de control... de nuevo. "Éstas son mis órdenes. Eron, tú estarás a cargo de esta operación."

"Sí, Mi Lord." dijo Eron, dejando escapar una sonrisa.

 Aunque le era muy difícil verle el rostro a Arlakk por las sombras que lo protegían, Eron fue capaz de ver como los labios del hechicero se retorcieron del coraje mientras éste sólo permanecía en silencio ante la decisión del Maestro.

"Sin embargo..." continuó el maestro, "Arlakk y Sorin irán antes de ti, para llevar a cabo una investigación. Este mundo al parecer vive en sociedad y la gente tiene conocimientos en ciencia, y quién sabe, tal vez ciertos conocimientos que poseen nos sean de utilidad. Quiero que ustedes dos averigüen lo más posible acerca de esta ciudad para que Eron pueda introducirse en ella con facilidad."

"Sí, Mi Lord." respondieron ambos sirvientes al mismo tiempo.

 "Eron, mientras tanto, quiero que empieces a seleccionar los miembros de tu equipo para la misión. Una vez que tengamos todo lo que necesitemos, empezaremos nuestro ataque, ahora... retírense... necesito descansar."

Los tres sirvientes afirmaron con sus cabezas y abandonaron el cuarto en silencio. Una vez fuera de la torre, cada uno salió en distinta dirección sin siquiera intercambiar palabra alguna.

Fin del prólogo.

 

 

Capítulo 1
 De tres a seis



Era una cálida tarde y Bulma manejaba de regreso a casa, con la ventana del auto abajo, sintiendo el 
viento golpear su rostro. Aunque podría usar el aire acondicionado, la presidenta de la Corporación Cápsula 
prefería este método para refrescarse.

Algunas veces la gente pasaba por desapercibido ese tipo de cosas, aun y cuando dejar que el viento
 revoloteara todo tu cabello no era lo más excitante del mundo, era una de esas pequeñas cosas que ella 
disfrutaba a lo grande. Tal vez sonaba algo tonto, pero ésa era una de las cosas que la hacía sentirse viva.
Viva y feliz.

Hace algunos años, ella nunca se hubiera fijado en este tipo de cosas de  la misma forma en que hoy 
lo hacía. Es increíble cómo una guerra puede cambiar el modo de ver y pensar de una persona y cómo, cuando
tu vida se estanca, aprendes a apreciar este tipo de cosas que antes ni siquiera tomabas en cuenta.

Mientras ella se estacionaba con gran destreza dentro de la Corporación Cápsula, pudo notar cierto
 vehículo también estacionado dentro.

[Qué extraño...] pensó, [... Creí que iba a estar fuera.]

Una vez dentro de la casa, Bulma se quitó el saco del trabajo que traía puesto y lo arrojó a un perchero
 cercano.

"¿Trunks? ¿Estás en casa?" preguntó en voz alta, sin conseguir respuesta.

Bulma se dirigió hacia el cuarto de su hijo, tocó la puerta e hizo la misma pregunta. Por supuesto, obtuvo la 
misma respuesta. Creyendo que él estaría tal vez usando sus audífonos, decidió entrar.

[Pues no, parece que no esta aquí.] se dijo a sí misma, al ver dentro 
del cuarto.

Estaba a punto de cerrar la puerta nuevamente cuando algo llamó su atención. Se trataba de unos cuantos 
discos tirados en el suelo. Suponiendo que a Trunks no le molestaría que los pusiera en su lugar, su madre los 
recogió y de paso leyó la inscripción que se encontraba en cada uno de ellos.

'Gran Torneo de las Artes Marciales.'

Cada disco trataba sobre el torneo, pero de un año distinto.

Bulma no pudo evitar sonreír al recordar aquellos tiempos. Trunks probablemente pasaba mucho tiempo viendo 
esos discos. Una manera algo pobre de recordar a sus amigos, pero era una de las pocas cosas que él tenía a la mano. 
Eso sin mencionar que desde que perdió a su mentor, compañero de entrenamiento y amigo Gohan, esos discos
 probablemente eran la única fuente de conocimiento en artes marciales que su hijo pudiera consultar. Bueno, 
aparte del maestro Roshi, quien ya llevaba muchos años de retiro.

Ya habían pasado tres años desde que él derrotó a los androides y a ese monstruo llamado Cell. Pero a pesar de 
que la paz volvió a la tierra, Bulma no podía hacer que su hijo dejase de entrenar. Afortunadamente no lo hacía 
de una manera obsesiva e insana como Goku o Vegeta... Gracias a Dios. Trunks encontró la manera de combinar 
el entrenamiento con su vida diaria de una manera saludable, para gran alivio de su madre.
 



De cualquier forma, si él no se encontraba en su recámara, quería decir que posiblemente estaba en el cuarto 
de gravedad.

Bulma decidió dejar el cuarto como estaba y se dirigió a la computadora más cercana.

Después de teclear algunos botones, la imagen del cuarto de gravedad se empezó a ver, junto con algunos ruidos. 
Pronto el origen de esos sonidos apareció en la pantalla.

Vestido en una playera negra y pantalón gris, el último de los guerreros Z estaba haciendo lagartijas. Su largo
 cabello dorado y curveado hacia arriba mostraba claramente que se había convertido en Super Saiyajin.

"Trunks." lo interrumpió su madre. " Pensé que estarías afuera."

"¡Ah! Hola mamá." respondió. "Lo estuve, pero no por mucho tiempo."

"Voy a preparar algo de café, ¿no quieres acompañarme?"

"Estaré ahí en un minuto, sólo deja darme una ducha."

En cuestión de minutos, Bulma ya tenía el café listo y lo estaba sirviendo en 2 tazas. Su hijo no tardó en aparecer, 
con una toalla en sus hombros, y secándose su largo cabello púrpura. Bulma se sentó y empezó a sorber el café de 
su taza.

"Pensé que ibas a salir con Tikka esta tarde." señaló de una manera directa.

"Estuve con ella hace un par de horas."

"¿Y? ¿Por qué estás aquí tan temprano?" preguntó Bulma aun sabiendo la respuesta por anticipado.

"Decidimos que era hora de que cada quién se fuera por su lado."

"Hmmm... Así que, no funcionó, ¿verdad?" preguntó mientras tomaba un sorbo de café.

"No, realmente no."

"Qué mal..." comentó. "Era muy agradable. Muy linda e inteligente también."

"Creo que no encontramos ese... 'algo' en nuestra relación." contestó Trunks.

Bulma sólo permaneció en silencio frente a ese comentario.

Ella podía entender la obsesión de su hijo por seguir entrenando aunque no hubiera peligro. Tal vez tenía que 
ver con su sangre Saiyajin, o un sentido del deber por ser el último guerrero y querer estar preparado en caso 
de que algo malo ocurriera. Pero en lo que concernía su vida social, principalmente novias, simplemente no 
podía entenderlo. Con ninguna de sus novias duraba más de un par de meses.

Al principio Bulma lo vio como algo natural. En su juventud, Trunks nunca tuvo alguna experiencia con chicas 
debido a ciertos androides que imposibilitaron todo tipo de vida normal. De modo que al darse todas estas citas 
con muchas chicas, supuso que era una manera en la que su hijo trataba de recuperar el tiempo perdido y que 
pronto pasaría. Eventualmente él encontraría a la chica correcta y nunca más la dejaría ir. Aunque ese momento 
no había llegado todavía. Aun y cuando él ya tuviese 25 años.

"Parecías muy feliz con ella." comentó Bulma.

"Al principio sí." dijo Trunks. "Pero el tiempo pasó y vi que no teníamos mucho en común. Simplemente no funcionó
 al final."

"No me digas." interrumpió su madre con cierto tono de sarcasmo en su voz.

"Corrígeme si estoy mal, pero no funcionó porque tú no quisiste que funcionara."

"¿Qué quieres decir?"

"Respóndeme algo... ¿Fuiste tú el que sugirió que rompieran o fue Tikka?"

Trunks sólo permaneció en silencio.

"No te estoy regañando ni nada, Trunks." aclaró. "Pero no puedo dejar de darme cuenta que tu situación con tus
 novias es muy mala. No te quiero presionar para que te cases, especialmente si no quieres. Pero cada vez que 
tienes una novia, rompes con ella dos meses después."

"Es sólo que..." comenzó Trunks, "al parecer no logro encontrar la chica correcta. Creo que soy el único a quién 
culpar. Tal vez mi chica ideal es algo... inalcanzable."

"Trunks..." siguió Bulma, "si quieres que una relación funcione, tienes que *hacerla* funcionar. Si no fuera así,
 ¿cómo crees que te tuve?"

Trunks no pudo evitar sonreír al imaginarse a su madre y a Vegeta reñir por cualquier cosa.

"Creo que papá debió haber sido algo difícil."

"Ambos teníamos nuestras diferencias, grandes diferencias, pero eso es sólo parte de madurar. No deberías
 decepcionarte sólo por tener algunas diferencias con tu novia."

"Creo que sólo necesito tiempo para pensar en ello."

"Eso tal vez funcione, pero si no es así, no te preocupes tanto. Estoy segura que pronto encontrarás a la chica
 correcta, ya lo verás."

"¿Realmente lo crees?"

"¡Claro que sí!" contestó Bulma, mientras se levantaba y colocaba sus manos en su cintura. "¿Pues de quién 
crees que heredaste esa linda cara? Siendo mi hijo, es natural que encuentres a la chica perfecta."

Trunks sólo frunció en ceño al escuchar esas palabras. Su madre a veces podía actuar casi igual que su padre en
 lo que a 'bien parecido' se refiere.

"¿No quieres otra taza de café?"

"No, gracias, mamá. Pero creo que saldré un rato."

"¿Al cine?"

"No, creo que sólo daré unas vueltas por ahí."

"Bueno, pero no olvides ponerte tu chamarra." bromeó.

"Lo que usted diga, 'madre'."

Antes de que Bulma pudiera poner las tazas en la máquina de lavar, el intercomunicador sonó. Pronto bajó una
pantalla del techo mostrando a una mujer con cabello obscuro con tonos verdes en la entrada.

"¿Sí?" preguntó. "¿Qué puedo hacer por usted?"

"Discúlpeme." dijo la visitante. "Estoy buscando a una persona que responde al nombre de Trunks. Me dijeron 
que vivía aquí."

"Espere un segundo, ¿quién digo que lo busca?"

"Él no me conoce, pero mi nombre es Setsuna Meiou."

"¿Razón?"

"Razones personales."

Bulma presionó un botón, en un teclado cercano, y abrió la puerta dejando entrar a la visitante. Después cambió 
de canal para contactar a su hijo.

"Trunks, aquí hay alguien buscándote"

"No se trata de uno de esos..."

"A mí no me parece que sea una de ésas." lo interrumpió. "Su nombre es Setsuna Meiou, muy bonita en mi 
opinión. Le mostraré la sala y los dejaré solos para que disfruten de algo de...'intimidad'." comentó mientras 
le guiñaba el ojo a su hijo.

Trunks sólo dirigió la mirada al cielo con un suspiro, a su madre siempre le gustaba bromear con él con cualquier
 chica que aparecía por la casa.

Se dirigió hacia la sala. Al llegar, pudo ver a la mujer en cuestión, vestía un traje café algo conservador, su
 cabello obscuro en tonos verdes le llegaba a la cintura, pero lo que más le llamo la atención fueron sus 
inexpresivos ojos carmesí.

"¿Señorita Meiou?"

"Sí. Usted debe ser Trunks." respondió.

"Por favor, tome asiento. ¿Qué puedo hacer por usted?" preguntó. [Si ella responde: 'la pregunta más bien es,
 ¿qué puedo hacer YO por usted?' será mejor que le diga que se regrese a casa.]

"Seré breve. Vengo de un lugar muy lejano, y mi único propósito de estar aquí, bajo su techo, es pedirle algo."

"Estoy escuchando." respondió Trunks. [Aquí viene...]

"Primero quisiera hacerle una pregunta. No estoy muy segura cuánto tiempo a pasado en este mundo.
 ¿Podría decirme en donde se encontraba usted hace exactamente 3 años a partir de hoy?"

Trunks se sorprendió un poco con la pregunta, puesto era algo que obviamente no estaba esperando. Todo
 el mundo sabía lo que pasó hace 3 años. Quien fuese esta mujer, estaba empezando a actuar extraño. Aun 
así ésta podría ser alguna clase de truco.

"Hace 3 años estaba aquí." respondió, viéndola un poco sospechoso. "Fue cuando derroté a los androides."

"Ya veo." respondió Setsuna. "Si entiendo correctamente, anteriormente usted usó una máquina de tiempo para
 poder regresar en el tiempo con el propósito de darle a un amigo suyo una medicina que lo ayudaría con su 
enfermedad del corazón y así cambiar la línea de tiempo de su mundo para bien."

Trunks se le quedó viendo con grandes ojos. ¿Cómo era posible que esta mujer supiera sobre el 'Hope'? 
Más importante aún, ¿cómo es que ella sabía sobre eso y no sobre cuando derrotó a los androides? Esto se
estaba volviendo muy extraño. La existencia del 'Hope' sólo era conocida por muy poca gente, gente muy selecta, 
principalmente porque Bulma pensó que si todo mundo supiera sobre la máquina del tiempo, muchas personas 
querrían poner sus manos en ella y causar muchos problemas.

Trunks se levantó de su asiento, mirando firmemente a la mujer.

"¿Quién es usted realmente? ¿Y quién la envió aquí?" le preguntó.

"Es algo complicado." contestó la mujer. Mientras se levantaba, su tono de voz no revelaba ninguna señal de 
debilidad. "Contestaré a su segunda pregunta primero. Vine aquí por mi propia voluntad, no trabajo para nadie 
y para todos al mismo tiempo. Y en lo que concierne mi verdadera identidad..."

El joven guerrero vio como la mujer sacaba una especie de pequeño cetro del tamaño de una pluma de su bolso. 
Trunks tomó una pose de defensa inmediatamente. Si su visita se revelaba como un enemigo, se encargaría de ella 
rápidamente. Setsuna alzó el pequeño cetro al cielo.

"Por el poder del cristal de Plutón, ¡¡TRANSFORMACIÓN!!"

Tan pronto como esas palabras fueron pronunciadas, su cuerpo entero fue cubierto por una brillante luz que cegó
a Trunks momentáneamente. Una vez que la luz desapareció, Setsuna estaba ahí con su traje de Sailor Scout.

"Soy Sailor Plut, guardiana del tiempo."

Trunks estaba en shock. Ese traje causó que viejas memorias despertaran dentro de su cabeza. Tal vez habían
 pasado muchos años desde la última vez que vio un atuendo parecido, pero el recuerdo aún estaba ahí. Aunque, 
francamente, no esperaba ver un traje parecido nunca más.

"Un... una... Sai... Sailor Scout." murmuró una vez que la voz le regresó.

Unos pasos se oyeron acercándose a la sala.

"Trunks, ¿qué fue ese ruido?" preguntó Bulma, al entrar en la sala. Fue ahí cuando vio a Sailor Plut. "¿Pero qué...? 
Hijo, ¿quién es ella? ¿Y dónde está la señorita Meiou?"

"Ella *es* la señorita Meiou..." le respondió Trunks, sin estar muy seguro tampoco.



Fin del capítulo 1.


Notas de autor:

	Apuesto a que la mayoría de ustedes han de estar diciendo: ¿¿¿QUEEEEEÉ???
¿¿Trunks tiene 25 años?? ¿¿Pero, cómo??

	Bueno, aquí va la explicación.
	Por lo que me he enterado, la máquina del tiempo conocida como 
'Hope' toma alrededor de 3 años para cargar su batería. De modo que así va 
el envejecimiento:

	1) Trunks que tiene 17 años viaja al pasado para darle su medicina a 
Goku.
	2) Al regresar a su mundo, tiene que esperar 3 años para que el 'Hope' 
cargue sus baterías. Eso quiere decir que Trunks tiene 20 años cuando regresa 
al pasado y ve a los androides 19 y 20.
	3) Trunks entrena 2 años en la cuarto del tiempo antes del juego de 
Cell. Por lo tanto, ya tiene 22 años.
	4) Al ser derrotado Cell, Trunks regresa a su tiempo, mata a los 
androides y tres años más tarde mata al Cell de su dimensión. Para entonces ya 
tiene 25.

	Para efectos prácticos de este fanfic, cambie la última parte.
	En vez de esperar tres años a que aparezca Cell, este aparece justo 
después de que Trunks derrotó a los androides. Luego pasaron tres años en los 
que Trunks hizo... No les voy a decir ^_^.

	De todos modos, aparte del hecho que tiene 25 años y el cabello largo 
(pero ahora sí puede agarrárselo todo en una cola de caballo), es lo único que
necesitan saber por ahora. Lo demás vendrá explicado en capítulos futuros.

 

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