Capítulo 3

Necesito tu ayuda



Hace un segundo, Trunks estaba viajando por el hiperespacio en lo que acompañaba a Sailor Plut. Pero ahora se encontraba dentro de una sala completamente amueblada. Se sintió algo desorientado al principio, pero eventualmente se percató de que estaba en un apartamento.

Al abrir la puerta que llevaba al balcón, Trunks dirigió su vista abajo, en donde se encontraba la calle.
Todo estaba como él lo recordaba hace ocho años. O por lo menos... eso parecía.

"Aquí es donde te quedarás." mencionó Plut.

"¿Cómo?" preguntó este último.

"A pesar de que sé muy bien que tienes una casa propia dentro de esas cosas," continuó Plut, al señalar el estuche de cápsulas de Trunks, "creo que sería conveniente que te encontraras cerca en caso de que algo sucediera."

"Veo que ya tenías todo planeado." observó el híbrido Saya-jin, con una sonrisa. "¿Pero cómo pudiste estar tan segura desde un principio que iba a venir a este mundo?"

"Encontrarás todo lo que necesitas aquí." prosiguió Plut, ignorando la pregunta. En cierto modo, Trunks pudo darse cuenta que el no recibir respuestas a sus preguntas por parte de esta dama sería una rutina.

"Muy bien. Supongo que podré guardar mis cosas más tarde." el hombre de pelo púrpura empezó, al poner sus cosas de lado. "¿Por dónde empezamos?"

"Por ahora, esperamos."

"¿Esperar?" preguntó, no muy convencido. "¿Que no me puedes llevar al lugar del hoyo dimensional? Por lo menos así sabré dónde aparecerá el enemigo."

"El hoyo en sí no tiene una forma física." explicó Plut. "Piensa en ello como si fuese el sistema de alarma de tu casa. Una vez que el bandido logró neutralizarlo, puede entrar a tu hogar como bien le plazca. Sea por la puerta,
ventana o inclusive la chimenea."

"En otras palabras, no hay manera de saber en donde aparecerá el enemigo." constató Trunks.

"Por lo tanto, esperamos."

"En ese caso, mejor voy acomodando mis cosas de una vez."



"¿Está todo listo?"

"Ya casi, maestro Eron." le contestó Arna. "Código genético: completo. Estructura sólida: completa. Sistema nervioso: completo. Todos los cinco sentidos han sido probados. Añadiendo piel artificial."

"Intentemos algo nuevo en esta ocasión." interrumpió Eron. "Añade cinco milímetros de fórmula G-89."

"Pero, señor," señaló Arna, "el sistema nervioso del Saqueador no podrá sustentarlo por más de tres minutos antes de auto-deteriorarse."

Eron sólo tomó el formulario con sus manos y lo estudió detenidamente. Arna paralizó el experimento en lo que su superior tomaba una decisión.

"En vez de usar una piel Vodaliana, equipa al Saqueador con una cubierta Kroviquiana." ordenó el científico. "De ese modo durará por lo menos una hora antes de deteriorarse. Tiempo más que suficiente para nuestro experimento."

"Sí, señor." obedeció la asistente. "Añadiendo cubierta Kroviquiana, ahora."

"Veamos cómo les cae nuestra pequeña mezcla a los habitantes de Juban." declaró Eron con una sonrisa. "Este evento no me lo pierdo por nada del mundo."



//A mí no me parece un mal lugar.// dijo una voz proveniente del comunicador de Trunks.

Alejó el aparato de la ventana y dirigió su mirada de regreso a la pantalla.

"Así es." dijo Trunks. "La tecnología en este mundo no es tan avanzada como la nuestra, pero hay todo lo que necesito."

//Qué bueno.//

"En todo caso parece que no tendré problemas en comunicarme contigo seguido. Tu comunicador sirve a la perfección."

//¿Acaso hubo alguna duda al respecto?// preguntó Bulma bastante segura. //Bueno, cuídate, hijo. Nos vemos más tarde.//

Con el giro de una perilla, la pantalla se obscureció nuevamente. Trunks puso el aparato sobre un librero, donde siempre estaría a la mano. Después de todo, no había razón para estarlo cargando de un lugar a otro.

Sailor Plut se encontraba sentada sobre el sofá con los ojos cerrados. Aparentemente no estaba haciendo mucho. Trunks estaba a punto de iniciar la conversación cuando repentinamente sintió algo. A decir verdad sintió varias
cosas. Cinco poderes de pelea moviéndose en grupo. Setsuna abrió sus ojos en ese preciso momento.

"El enemigo se ha presentado." dijo simplemente, sin explicar cómo se enteró o asumió que Trunks se había dado cuenta también. "Las Sailor Scouts se dirigen hacia allá."

"¡Demonios!" maldijo Trunks. "¡Todavía no puedo pelear! ¡Tengo que hablar con ella antes!"

"Vayamos al lugar del encuentro." Plut declaró. "No te preocupes, dudo que tengas que intervenir en esta batalla."

"¿Cómo puedes estar tan segura?"

Sin responder, Plut tomó su báculo y creo un portal ante los dos. Después le indicó a Trunks que entrara.

"Confía en mí." le dijo.

Por segunda vez en este día, el híbrido Saiyajin se sintió desorientado al cruzar el portal. Empezó a preguntarse si eventualmente lograría acostumbrarse a este extraño medio de desplazarse. Al abrir sus ojos, Trunks se dio cuenta que Plut y él se encontraban al aire libre. Justo arriba del techo de un edificio para ser más exactos.

Trunks sintió como los cinco poderes de pelea que detectó hace poco se encontraban más cerca y se aproximaban más con cada segundo.

Sin embargo, eso no era todo. Otra presencia le llamó la atención. Ésta se encontraba más cerca, pero 
también era mucho más débil. A decir verdad, su poder de pelea era patéticamente pequeño. Pero después de todo, recordó también que los enemigos de este mundo no eran tan fuertes comparándolos con los de su mundo. De modo que, en términos relativos, se le podía considerar como una amenaza para los civiles.

El dueño de dicho ki no tardó en presentarse. Los diversos gritos de la gente que huía en pánico sirvieron muy bien para localizar a la criatura.

Definitivamente algo que nunca había visto antes. Lo que rayos fuese esa cosa, era algo nuevo para ambos Trunks y Setsuna. Una musculosa bestia de apariencia humana, midiendo aproximadamente unos dos
metros y medio de alto. Su cuerpo estaba envuelto en una brillante piel roja que no sólo parecía reflejar la luz del sol, sino crear su propia luz también. Trunks no podía estar muy seguro al respecto.

A parte de las típicas garras y enormes fauces, el cuerpo de la criatura  no parecía tener otro tipo de aditamento. Su cara era bastante simple también.  Se parecía a la de un gato pero con un par de largas orejas que se erigían como 
un par de antenas.

[¡Tengo que detener esa cosa antes de que lastime a más personas!] pensó el hombre de cabellera púrpura.

Anticipando lo que iba a hacer el Saiyajin, Plut lo tomó del hombro. Ella sabía bien que no era lo suficientemente fuerte como para retenerlo, pero el acto en sí fue suficiente para que Trunks se percatara que debía quedarse a 
su lado.

"Aún no." dijo ella tranquilamente.

Trunks estaba a punto de protestar cuando las cinco auras que sintió por fin se presentaron. Se sorprendió bastante al darse cuenta de que se trataban ni más ni menos que de las Sailor Scouts.

En efecto, él sabía que las Sailors poseían algún tipo de poder extraño. Extraño en el contexto de que 'no se trataba de un ki' como el de él. Pero la energía que las cinco manifestaban podía detectarse del mismo modo.
Sin embargo, comparado a lo que sintió hace años, este poder era distinto. Mucho más fuerte, eso era seguro. Anteriormente, el poder de esas cinco chicas no era ni la décima parte de lo que se podía detectar hoy.
Desgraciadamente, Trunks no podía deducir más. Esta energía le era demasiado extraña como para sacar algún tipo de conclusión definitiva.

La segunda cosa que le llamó la atención fue el atuendo de Sailor Moon. La última vez, todas tenían un traje casi idéntico. Lo cual complicaba el determinar quien era la líder entre las cinco. Ahora no había confusión posible. Su falda de tres pliegues, hombreras esféricas, guantes adornados y especialmente el par de alas blancas que salían
de su uniforme ponía bastante en claro que Sailor Moon era quien estaba al mando.

Tercer factor que le llamó la atención: Sailor Jupiter. Trunks tenía varios sentimientos mixtos al respecto: Alegría, tristeza, alivio, miedo, admiración y probablemente muchos sentimientos más que no había 
identificado todavía. Todo esto se resumía a una sola cosa. Estaba hecho un amasijo de nervios.

Ahí se encontraba ella, bella y firme con sus manos sobre sus caderas. Aún más hermosa de lo que él recordaba. A pesar de que las demás Scouts eran muy hermosas también, a sus ojos, ninguna superaba el encanto de Júpiter.

Trunks sacudió ese pensamiento fuera de su mente. No podía permitirse el lujo de pensar en ella de ese modo.

Tantas cosas habían cambiado.

"¡Alto ahí!" le gritó Sailor Moon al monstruo. "¡¿Cómo te atreves a invadir estas calles que la gente inocente usa para ir a sus casas y trabajos?! ¡Las calles no son lugar para criaturas con malas intenciones! ¡Soy una campeona 
del amor y la justicia! ¡Soy Eternal Sailor Moon y te castigaré en el nombre de la Luna!"

El 'elocuente' discurso de la joven líder, además de no impresionar al monstruo, causó que cierta gota de sudor se deslizara detrás de la cabeza de Trunks.

[Bueno... al parecer hay cosas que nunca cambiarán...] pensó.

Las demás Scouts no tuvieron tiempo de presentarse al ser atacadas inmediatamente por la criatura.
Las chicas rápidamente se separaron en grupos para poder atacar desde  distintos lados. Sailor Mars fue quien tomó la iniciativa.

"¡SAETA LLAMEANTE DE MARTE!"

Un arco y flecha formados de fuego aparecieron en sus manos. La Sailor del fuego jaló la cuerda y disparó el misil llameante con gran certeza.

El monstruo estalló como un huevo puesto dentro de un microondas al clavarse la flecha en su pecho.
Sólo quedaron pedazos de cuerpo regados por todos lados.

"¿Eso fue todo?" preguntó Júpiter sorprendida, al igual que algo desilusionada.

Las Scouts se reunieron alrededor de lo que quedaba del monstruo. Pues sí... al parecer eso fue todo. A menos que la criatura tuviese la habilidad de reconstruirse a partir de casi nada, las Scouts tendrían que hacerse a la idea de que la pelea se había acabado.

"¡No puede ser!" exclamó Moon. "Si mi discurso duró más que esta cosa."

En lo alto de un edificio:

"¡¡Ay, por faaavoooor!!" Trunks le dijo a Plut. "¡No me digas que fue por *esto* que me trajiste a tu mundo!"

"No." le contestó Plut con toda tranquilidad. "Eso fue tan sólo el principio."



Ya estaba atardeciendo y Rei Hino estaba cumpliendo con sus obligaciones de sacerdotisa. Puesto en términos más coloquiales, estaba barriendo la entrada del templo Hikawa. Su abuelo y Nicholas se habían marchado hace poco para atender otros asuntos.

Algo la molestaba.

No tenía nada que ver con el hecho de estar sola en casa, puesto que disfrutaba de la soledad que tenía de vez en cuando. Considerando que había combatido contra un monstruo hace poco, el primero desde hace un año, tenía derecho a sentirse algo molesta. Pero tampoco se trataba de eso. Esa criatura fue demasiado débil como para preocuparla demasiado.

Algo más.

Desde hace un par de minutos, empezó a sentir algo raro. Esta sensación de que algo estaba a punto de suceder. Esta sensación la estaba asechando.

Algo... alguien se encontraba cerca.

La joven sacerdotisa dejó de barrer y empezó a recorrer el lugar con sus ojos, frenéticamente buscando algo. No estaba muy segura de lo que era, pero había aprendido a través de los años a no ignorar sus presentimientos.

"Impresionante." declaró una voz en las alturas. "A pesar de que estoy ocultando mi presencia, eres capaz de sentirme cerca."

Rei inmediatamente dirigió su vista hacia el origen de la voz. Provenía de entre las ramas de un gran roble cerca del templo. Alguien se encontraba ahí, ligeramente escondido por el follaje. ¿Cómo pudo esa persona subir ahí sin que ella se hubiese dado cuenta?

"¿Quién anda ahí?" preguntó con cierta hostilidad, en lo que tomó su escoba con ambas manos en caso de necesitarla para defenderse.

"Siento haberte asustado, Rei," continuó la voz, "pero tenía que cerciorarme de que no hubiese nadie aparte de ti."

"¡Sal de ahí y muestra la cara!"

La figura saltó de su escondite y aterrizó a unos tres metros de distancia de donde se encontraba la joven sacerdotisa.

Los ojos de Rei pasaron de entrecerrados y desconfiados a redondos y sorprendidos al darse cuenta de quién era su visita. Su escoba se le cayó de las manos. Tal vez había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vio, pero
simplemente no se podía olvidar a alguien como él, aún después de tres años. No por como se veía, pero sobretodo por quién era y por lo que había hecho.

"T.. ¿Trunks?"

"Hola." dijo este último, algo nervioso. "Ha pasado mucho tiempo."

La chica empezó a caminar lentamente hacia su visita. Casi dudando que  sus ojos no le estuviesen mintiendo.
A medio camino, cambio su ritmo y corrió para alcanzarlo, casi con miedo de que fuese una ilusión que podría desaparecer en cualquier momento. No pudo evitar en recibir a Trunks con un enorme abrazo.

Aunque algo sorprendido por el cálido recibimiento, Trunks no dudó en regresarle el abrazo. Después de todo había pasado mucho tiempo desde que la vio.

"¡Dios mío!" Rei le dijo, todavía impresionada. "¡No puedo creer que realmente se trate de ti!"

"Me da mucho gusto verte a ti también, Rei." comentó Trunks. "Te ves muy bien."

"¿Que *yo* me veo bien? ¡Pero mírate a ti mismo!" le respondió, examinándolo de pies a cabeza. "¡Estás enorme! Y... Pelo largo y todo... ¡Wuaw!"

"Gracias por el cumplido."

Rei dio unos pasos hacia atrás y puso ambas manos frente a su boca. Esto era demasiado irreal. Trunks... aquí. De regreso una vez más.

"¡Dios mío! Se me olvidó por completo." declaró. "¿Cómo estuvo tu viaje de regreso a tu mundo? ¿Todo salió bien? ¿Curaste a tu amigo?"

"Todo salió bien, yo..."

"¡Espera! ¡Aún no me lo cuentes!" lo interrumpió en lo que sacó su reloj de pulsera. "Le diré a las chicas que vengan. Así no tendrás que repetir la misma historia una y otra vez."

"¡No, espera!" le pidió Trunks, impidiendo que presionara las teclas de su reloj. "Por favor no lo hagas."

"¿Pero, por qué?" le preguntó algo confundida. "Si se van a poner muy contentas de que hayas regresado."

En ese momento la joven sacerdotisa percibió la expresión seria de su visita.

"Oye, Trunks..." empezó. "El que tú estés aquí, es bueno... ¿verdad?"

El híbrido Saiyajin sólo negó con la cabeza.

"Hay problemas."

"¿Acaso se trata de otro hoyo dimensional?"

"No." le contestó. "Me temo que es algo mucho más grave, pero tengo que hablar contigo primero... a solas."



[¡Excelente! ¡Simplemente maravilloso!]

Las calles de Tokyo ya no se encontraban en peligro. Las pocas personas que presenciaron el encuentro entre las Sailor Scouts y ese horrible monstruo se habían marchado a casa. Todas a excepción de un anciano.

[¡Esto es exactamente lo que buscaba!]

El señor ya se había quedado ahí bastante tiempo, a pesar de que la batalla había terminado. Ni siquiera quedaban los restos de la criatura. La fórmula G-89 había surtido efecto, eliminando por completo todo tipo de evidencia sobre la existencia del Saqueador.

El anciano se veía bastante divertido. La gente que pasaba a su lado pensó que estaba senil. Si sólo supieran la verdad.

Ignorando las miradas de los pedestres, la extraña figura se desplazó hacia un callejón. Una vez que se aseguró que nadie lo viera, habló.

"Victoria a nuestra causa."

Acto seguido, el broche que traía puesto en su camisa empezó a brillar. Inmediatamente después, desapareció de la vista. Dentro de un edificio del otro lado de la ciudad, volvió a aparecer.

Puesto que el disfraz era ahora innecesario, Eron decidió transformarse de regreso a su forma original.
El cuerpo del anciano empezó a crecer, su cara arrugada se rejuveneció y su cabello tomó un color más obscuro.
En donde un hombre de la tercera edad con cabello gris estaba hace segundos, se encontraba ahora un individuo de unos treinta años con pelo café y cuerpo musculoso.

El científico tomó su bata de doctor que estaba colgada cerca de él. Después de ajustarse el cuello, se dedicó a admirarse en un espejo colgado en una de las paredes. Sonrió.

"¿Qué tal, chico guapo?" le dijo a su reflejo.

"Maestro Eron." una voz se anunció detrás de él. "Regresó temprano."

"Así es, Arna." le respondió Eron, en lo que se peinaba. "Y vaya que traigo buenas noticias."



Rei escuchó atentamente a todo lo que le contó Trunks. Éste, ya había compartido con ella toda la información que Sailor Plut le había dado hasta ahora. Era bastante obvio que Rei mostrara algo de preocupación respecto a la 
visión que Setsuna tuvo del futuro.

"Y yo que me estaba acostumbrando a un poco de paz y tranquilidad." suspiró.

"También tuve la oportunidad de verlas pelear hace poco." Trunks continuó. "Tal vez ese monstruo no haya sido nada serio, pero puede que las cosas se vuelvan más preocupantes en el futuro. Creo que esto sólo fue el principio."

"La visión de Plut sonó *bastante* preocupante." declaró la sacerdotisa.

"Así es." añadió su compañero. "Y no me parece que Setsuna sea del tipo de mujeres que toman decisiones sin pensar las cosas antes. Si me pidió de venir aquí, es probable que necesiten mi ayuda."

Rei soltó un gran suspiro. Una vez más, la situación se había complicado. Al parecer no iba a haber tiempo de tomar vacaciones este verano. Pero eso puesto aparte, todavía no sabía porque Trunks quería mantener esto como secreto de las demás scouts.

"Muy bien, eso me quedó claro," empezó, "pero lo que no entiendo es por qué no quieres que las demás se enteren de que estás aquí."

Trunks respiró a fondo. Ésta era la parte difícil.

"Rei... Sólo quiero que tú y Setsuna sepan que estoy aquí." explicó. "Entre menos personas se enteren de mi presencia, mejor."

"¿Qué?" preguntó, completamente confundida. "Estás bromeando, ¿verdad? Hace poco me dijiste que esta vez no había ningún desnivel entre las dos dimensiones, ¿cuál es el problema entonces?"

"Tal vez no pueda hacerle daño a tu dimensión, pero sí puedo hacerle daño a una persona: Lita Kino."

"Podrías ser más específico."

"Rei, tú estuviste ahí cuando dejé esta dimensión. Tú viste lo difícil que fue partir y sobre todo dejando a Lita tan lastimada." Trunks le dijo. "No quiero herirla nunca más."

"Mira, si a lo que le temes es que te rechacen, no te preocupes." la sacerdotisa mencionó, tratando de sonar tan convincente como le fuera posible. "Lita es una chica muy fuerte y sabe como reponerse después de una herida. 
Estoy seguro que no le molestará que estés de regreso."

"Esto no tiene nada que ver con sentirse rechazado." aclaró. "Como tú misma lo acabas de decir, Lita seguramente se siente mucho mejor ahora y ha de estar viviendo una vida feliz. Lo que yo te pregunto es esto: ¿Qué derecho tengo 
yo para presentarme ante ella después de tres años y hacerle recordar el dolor que le causé?"

Rei se puso a pensar en ello. Tenía razón en esa última parte.

"Ponte a pensar que ni siquiera debería de estar aquí." añadió el guerrero Saiyajin. "Para serte sincero, nunca creí que fuera posible para mí el regresar a este mundo una vez más. Ahora tú dime: ¿Acaso esperaban ustedes que yo regresara?"

"Pues... a decir verdad, no." confesó Rei. "Tu despedida hace tres años dio la impresión de ser definitiva."

"Y dices que Lita se encuentra bien una vez más, ¿o no?"

Rei asintió con la cabeza.

Sí... Lita se encontraba bien a pesar que le rompieron el corazón una segunda vez. Pero a pesar de que eso pasó hace tres años, su corazón no había sanado sin dejar una cicatriz. Rei, siendo una de sus amigas más cercanas, sabía 
eso bastante bien. Tal vez Lita se había recuperado desde que Trunks se marchó, pero eso fue a costa de ciertos cambios en su personalidad. El más notorio fue que ya no era tan audaz con los chicos que le gustaban. Probablemente se debía al miedo de ser rechazada.

"¿Te imaginas el daño que le causaría al presentarme y obligarla a recordar esos momentos tan dolorosos que ya logró olvidar?" continuó.

"Está bien, acepto que tienes razón en ciertos puntos." Rei contestó. "Pero, ¿no crees que estás exagerando?"

Hasta ahora, Trunks se había limitado en mencionar las consecuencias que esto tendría sobre Lita, pero la joven sacerdotisa estaba interesada en averiguar cuáles eran los sentimientos del Saiyajin respecto a este asunto.

"Por más que quisiese que eso fuese cierto, me temo que no." declaró Trunks. "Además, no puedo quedarme aquí eternamente. Tan pronto como resolvamos este problema, tendré que regresar a mi mundo. Como verás... No puedo darme el lujo de involucrarme con Lita nuevamente, puesto que eso sería cometer los mismos errores que hace ocho años."

"¡Espera! ¡Momento, momento, momento!" interrumpió repentinamente al escuchar la palabra 'ocho'. "¿Ocho años? ¿Han pasado ocho *años* para ti? ¿Ocho, dígase dos veces cuatro?"

"En mi mundo el tiempo pasa lo doble de rápido si lo comparamos con éste." le explicó. "Han pasado seis años allá, pero estuve dos años en el pasado en lo que entrenaba para volverme más fuerte."

"Pe... Pero... Entonces quiere decir que tú... Tú tienes..."

"Veinticinco años."

La quijada de Rei golpeó el suelo. Veinticinco... Veinticinco años de edad. V*E*I*N*T*I*C*I*N*C*O* Un cuarto de siglo. Lo suficientemente viejo para votar. Lo suficientemente viejo para entrar a un bar. De repente le cayó el veinte: lo suficientemente viejo como para estar casado. Si habían pasado ocho años desde que Trunks estuvo aquí, entonces era bastante probable que tuviese una vida con alguien más en su mundo. La mente de Rei se llenó de preocupación al darse cuenta del efecto que esta noticia podría causarle a Lita. Imagínate enterarte que tu primer amor, el primer amor *verdadero* que tuviste, tenía ahora veinticinco años *y* estaba casado. ¡Eso sería horrible para Lita! A pesar que le quedarían los recuerdos de su amor pasado, el enterarse que Trunks había contraído matrimonio con alguien que *no* fuese ella sería demasiado doloroso. Lita no se merecía eso. Ya había sufrido demasiado.

"Pues... ¿Qué tan viejo me veo?" le preguntó Trunks, algo curioso.

"Veinte, veintidós máximo." le respondió la sacerdotisa, aún sin poder creerlo.

"Creo que el verse más joven es algo hereditario."

Rei aprovechó ese momento para sentarse. Había recibido una sorpresa tras otra, de modo que el sentarse parecía ser la opción correcta ahora. Trunks, por su lado, no parecía entender porqué el revelar su edad causó tal impresión en su amiga. Decidió entonces que sería mejor cambiar de tema, pero Rei tomó la iniciativa.

"Tú viniste conmigo porque puedo sentir tu ki, ¿correcto?" le preguntó, aunque más bien pareció una afirmación.

"Así es," confirmó su amigo, "aunque esconda mi rostro, tú serías capaz de identificarme, tal y como lo hiciste hace unos momentos. Es por esa razón que vine a verte. Escucha... Sé que te estoy pidiendo mucho en mantener 
esto un secreto entre los dos, pero..."

"No te preocupes, entiendo tu situación," le interrumpió, "puedes contar con mi ayuda."

Esas palabras le quitaron un peso de encima a Trunks. Para ser sinceros, realmente no se le había ocurrido un plan alterno en caso que Rei se negara a ayudarlo. Aunque se encontraba algo intrigado al ver con qué rapidez la joven
sacerdotisa aceptó mantener el secreto. Especialmente cuando se veía tan dispuesta en demostrar que él se encontraba equivocado hace unos instantes. Sin embargo, lo importante por ahora era que aceptó cooperar.

"No puedo decir que me gusta tu plan," prosiguió Rei, "pero tienes razón. Esto evitará que Lita salga lastimada una vez más."

"Muchas gracias, Rei." dijo Trunks con gran alivio. "Esto hará todo más sencillo."

"Sólo hay algo que quiero preguntarte." empezó.

"Alguien viene." habló el híbrido Saiyajin, sin prestarle atención a lo que estaba diciendo Rei. "Tengo que irme."

Después de decir esas palabras, Trunks desapareció repentinamente. A pesar de que no podía verlo con sus ojos, Rei sintió como el ki del guerrero había aumentado para poderse mover más rápido de lo que la vista era capaz de
detectar. No tuvo la oportunidad de hacer mayores observaciones al ver a Nicholas subiendo por las escaleras del templo, tal y como Trunks lo había dicho.

Nicholas nunca había mostrado algún tipo de ki a pesar que recibiera un entrenamiento como sacerdote. ¿Cómo pudo Trunks detectarlo entonces? Rei sabía que Trunks poseía un grandioso poder. Eso era bastante obvio 
desde la última vez que lo vio pelear hace tres... ocho años. Pero aún así, ese poder no podía ser detectado tan fácilmente a menos que él intencionalmente lo expulsara. ¿Acaso Trunks contaba con tanto poder ahora que le era imposible esconder?, ¿o tal vez era ella quien había desarrollado enormemente su habilidad para detectar el aura de los demás?

A pesar de cual fuese la respuesta, Rei vio claramente porqué el híbrido Saiyajin vino a verla a ella antes que a cualquiera. Sin embargo, el poder de Trunks no era lo que la preocupaba más en estos momentos. El gran dilema era cómo iba a ingeniárselas para mantener todo este asunto en secreto. Especialmente en cómo le afectaría a Lita si llegara a enterarse del regreso de Trunks. No se había puesto a pensar en ello antes, pero Trunks estaba en lo 
cierto, a pesar que como lo dijo sonara muy mal.

¿Cómo podían las cosas ser iguales ahora a hace tres años? Ocho años, si se veía desde el punto de vista de Trunks.

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