Editorial Versiones 28:

Bucólico.


Satisfecho por todo. No hizo nada por cambiar. Feliz de nacimiento no se dio cuenta de que algo le faltaba. Murió feliz, viejo, reviejo, sonriendo sabiendo que se moría como si naciera de nuevo.

Nació viendo pastar las ovejas y murió igual. No conoció mayor placer que montarse una oveja gorda y serena, dormir mirando el cielo entero y comer exactamente lo mismo a sus horas: queso, pan y carne.

No supo de mayor guerra que la de un lobo que se andaba comiendo sus ovejas. El lobo apareció un día muerto sin razón alguna. Él lo enterró como un amigo, el único. Lloró porque un día se golpeó con la cabeza, fue la única vez. No tuvo pena de nada. Nunca de miró al espejo, ni recibió comentario alguno acerca de su trabajo.

Imitaba los movimientos de otros animales. Jugaba con el agua del río. Se revolcaba en el pasto.

Murió viejísimo sin dejar a nadie nada. Sus ovejas se esparcieron como las hojas en otoño. Nunca supo cómo vino al mundo, ni le interesó saberlo. Su último deseo antes de morir fue encontrarse con el lobo. Murió con una sonrisa, como escuchando un aullido. (DML)


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