Versiones 34
Octubre/Noviembre 2000 - Año del Dragón
Director: Diego Martínez Lora
Diego Martínez Lora(*):
Del
amor insospechado y el imperativo solidario
Ya
dispuesto a responderte
aunque
esperando, en el fondo,
tu
imposible doble falta
ni
eso ni lo otro ocurre.
Estoy
en mi mástil
parado
en medio de mi amar
dentro
de mi único cielo amenazado por ti
pero
tú ni lo sabes ni lo piensas
ni
lo intuyes.
En
qué juego raro nos metimos
que
no sé si pierdo al ganarte
o
si gano todo al perderte.
Un
ritmo loco y confuso
estruendoso
como
un paaaf sin fin
atolondrado
de
un lado al otro del campo.
No
detengo el desgaste de mis suelas
piso
incesantemente sin prevenir mi desgracia
parto
mis dedos en tu sombra
a
qué división tan insólita
pertenezcan
mi tristeza
y
mi desaliento.
La
danza partida se multiplica
y
te llevo como un esqueleto adosado a mí
dos
pasos adelante
un
nudo inoportuno
un
tango irreverente.
Tres
tragos amargos
nacidos
para olvidarte
un
tren detenido y en sonora pitada
a
mitad del trayecto de una bola
cae
un pasajero ignoto
como
un plátano
en
tu boca.
Torcido
el tobillo resisto
mezclo
este juego
que
pende del hilo de mi músculo
alcanzo
a responder
y
el teléfono de mi desesperación
no
deja de lanzar tu voz
me
cortan tus palabras
qué
serie de heridas invisibles
en
mi rostro enjuto
tus
palabras provocan.
Te
dolían los pies
las
caderas, los codos
tu
piel saltó de ti
como
de una culebra
tu
alma segregaba laberintos
allí
cayó mi bola perdida
rebotando
sin ninguna esperanza
tu
imagen sin movimiento
se
quedó fija en un dolor antiguo
la
ausencia
la
distancia.
Quién
te puso la huella efímera
de
algo que nunca fuiste
la
ilusión de una transparencia
una
larga imagen imperturbable
de
tendones inventados
articulaciones
exageradas
movimientos
rústicos
puntos
sobre íes distraídas
íes
culpadas de sentido.
La
bola no ha dado un bote
se
ha detenido
y
aun así suspendida en el aire
una
nube furtiva
me
avisa que se avecina
no
una tormenta,
sino
dos, tres, varias
muchas
incontrolables,
súbitas
La
bola cae, es curioso
sobre
tus propias narices
hemos
cambiado de papel
allí
donde debería decir yo dice tú
tus
pérdidas o pasivos los llevo en mí
y
la riqueza agónica
se
te sale por todos los bolsillos
por
todas las carteras,
las
alcancías, los colchones
el
honor de gastar un dinero
en
cosas estupefactas
que
nunca se hicieron para comprarse
Estoy intensamente preso e inmóvil.
Tendré
que responder ya
a
esta bola que me amenaza
que
se propone impactar
donde
la lógica no alcanza
no
llega a ser redonda
se
anticipa a cualquier muestra de cariño
como
intento de sacrificio
de
salvación extrema.
Es
una arista, una punta
su
curva es un engaño
quién
me dijera para avisármelo
no
creeré más en ti
ni
en nadie.
Ya
nadie podría hacer nada
tú
te quedarías a un punto de ser la vencedora
yo
me retiraría antes de que alguien
se
pueda imaginar con excesiva facilidad:
Nuestra
razón de estar juntos
es
exactamente lo contrario
nada
para decirlo
nada
para entenderlo.
Nuestra
botella en medio del mar navega
su
mensaje indescifrable
no
llega a ser un grito
ni
un gemido siquiera
su
libertad yace en la inocencia
jamás
lo mencionaran en voz alta
con
discreción radicará como en un mapa
la
voz continúa infinita
no
hace ningún gesto para definir su ilusión
es
adiposa
la
gula ciega la caracterizó, la fijó
desde
que su buena apariencia la delatara
nadie
para nadie
nada
para nadie
la
mágica palabra cero
tu
felicidad ya estaba dañada desde un comienzo.
Por
allí entra tu dedo
indicas,
y así como lo dijiste
tu
merienda es la misma que ayer
hoy
sólo es más vieja
mañana
tal vez se le devuelva la juventud
no
aquí
ni
en ti.
Por
allí se te quedaron las piernas
por
acá los brazos
tu
cabeza responde con negativas
nadie
ocultará esta declaración
es
histórica.
Los
huesos se miden por toneladas
la
vertiente lingual
forma
parte de una bandera
flamea
junto al fuego
hoy
no seré yo, ni tu
hoy
no seremos testigos de otra gente
atados,
encadenados
nos
crecerán los vínculos.
Hoy
tendré frío en pleno verano
no
suena nada
no
rebota nada
el
juego se vuelve hipodérmico
sin
necesidad de la droga
la
tienda de campaña se llama
huya,
no pregunte
no
atraviese nada,
estire
su traje
déjelo
gotear.
Hace
bien confundirse
dudar
hasta de la propia alma
la
sombra sonríe para despertarte
con
un pelo roto prendo las luces
la
noche ya no espera
se
aleja montada en un tren
para
comprenderlo todo
me
duermo
deliro
recién
comienza la vida.
Y
ni tú ni nadie
repetidas
veces sin comienzo
se
imaginó ser sueño sin personajes
diluida
la coherencia
la
estrategia de una esperanza
que
ni se piensa ni se planea
sólo
se abren los ojos para confirmarla.
En
qué tarea sin prisa
cada
partícula nuestra se crea
se
consuela
se
miente para respirar
se
escapa del dedo acusador
quién
en esta ruleta
se
quedó sin brillo
segregando
incompatibilidad
qué
sustancia de siempre
se
perpetúa en ti
repletándote
los conflictos
sin
una justicia que te pueda medir.
Al
castigo del sentido nuevamente
allí
donde diga A léase A
a
veces duele saberlo con tanta evidencia
léase
A aunque no importe para nada
por
consecuencia sin estar de acuerdo
no
nos causarían pena ni los flaquitos
que
cuelgan de la tierra
a
tanta comida y conocimiento
que
se destruye para que no se engorden
en
qué juego más desquiciado
se
metieron las personas
sus
confidentes.
Las
tripas vacías tienen demasiado música
un
ser vive estrangulado en ellas.
Sería
mejor terminar de una vez
las
moscas que se posan en los ojos
quisieran
cerrarlos.
A
nadie se le ocurrió en serio
curar
al herido
siempre
hay un nazi
metido
hasta en el más negro.
No
le sale la fuerza suficiente a nadie
para abastecer a todos
sin
tener que cobrarlo.
Allí
en esta historia
que
me dobló el juego
y
me alejó de ti
como
una costra arrancada
con
los dientes
allí
mientras la bola sigue cayendo
el
intenso amor que te tengo
se
apodera de mí, por suerte
para
olvidarme un poco de todo
no
se puede estar pensando siempre
y
no hacer nada.
Frivolidades
para matar el tiempo
quién
matara el tiempo de raíz
justo
en el momento en que todos durmamos
a
la misma hora
con
el mismo estómago lleno
con
la misma plácida sonrisa.
Quién
matara al ogro repugnante
que
duerme dentro de cada persona
para
despertar iguales
la
única brújula
la
diversidad de los satisfechos
interesarían
entonces los pensamientos
los
juegos de palabras.
No
tengo más posibilidades
en
breve la bola caerá para no ser batida
y
se lo diré a todo el mundo
perdí,
como pierde cada uno de ustedes
así
me siento más solidario
algunos
pierden el apetito
otros
pierden la comida
muchos
pierden las ganas de vivir
Perder
la noción de la pérdida
es
el canto de la tierra
de
los necrófagos
el
último refugio de la rebeldía
cuando
a nada le provocó dejar de serlo
aprendió
tres palabras
olvido,
mentira y silencio
y
en cada una un error
por
una milésima de segundo todo cambió
sin
planearlo
a
un milímetro de la línea
se
me salvó el partido.
Ahora
no me doy por vencido
respondo
y
bien
doy
vuelta del resultado
el
marcador está a mi favor
y
no hice nada
que
bien se siente el hombre que delira
sus
palabras se quedan clavadas
como
dardos impávidos
en
una pared invisible
unas
hincan en las otras
llegan
hasta el punto que uno quisiera
como
gotas de alivio en los ojos
en
la nariz
como
crema para curar las quemaduras
jarabes
para abrir los pechos más inflamados
tabletas
para dormir las depresiones
vacunas
para reprimir las maldades
para
atravesar los mares
resucitar utopías.
La
noche decide si habrá luna
el
juego continuará si la nube se esfuma
sin
ver la bola
las
respuestas serán prodigiosas
una
hoguera en Calcuta, otra en Kilwa
en
cada angustia un final feliz
¿a
quién no le gustaría
que
por lo menos coman?
De
cantos que no suenen
más
allá de nuestra barbilla
de
nada sirven.
Tendrían
que pesar
como
toneladas de comestibles
siempre
más grandes que los aviones.
El
juego termina sin noche, ni nube
ni
nada
la
victoria es un deseo
un
rito
donde
se diga A, léase ausencia
inutilidad
si
no dice más que A
dormirá
tranquilo
como
un oso.
Una
ilusión es más que una ilusión
alguien
porfía.
Nadie
querrá ser el último.
Mientras
la luz se hace más escasa
el
eco es sólo eso
nuestros
oídos no descansan.
La
única noción que vale la pena
no
se define con palabras.
Hacia
ella vamos
sin
reprimirnos.
La
meta es una mentira
un
pretexto barato para desistir.
Un
infortunio incoloro.
La
cabeza pesa y no la resistimos
un
sueño nos la recoge
un
suspiro la regurgita
allí
la piel es la herida
el
alivio no ha nacido para nadie.
Cuando
me decida en serio
correré
la puerta como si cerrara un reloj
las
agujas servirán de flechas
sin
mayor blanco que mi corazón
no
habrá título que llegue
ni
párrafo que lo contemple.
Cuando
se me acaben las ojeras
ya
no las necesitaré
sin
vida no hay pintura
no
hay sombras.
En
la balanza se precipitan todos los sentimientos
mitades
no existen
el
cansancio absolutamente físico
puso
un horizonte plano
lo
metafísico se dibuja como una curva
lo
real como una recta
de
lo final un garabato
sirve
de trabajo a todos los habitantes
unos
más osados que otros
escribieron
con lógica
y
como su relato fue explícito
encallaron
en la única esquina libre
que
nos queda
la
cuarta arista de un triángulo
que
dio cuenta de lo trascendente
y
lo mágico
descendiendo
de dos en dos peldaños
hasta
quemarse las plantas
y
fue lo mejor que le hubiera ocurrido
sin
estar muerto
cuando
las manzanas salen de un naranjo
ya
habrá razón suficiente para resistirnos.
Juegas
limpiamente sin tocar en la net
tu
servicio actual partió la zona reglamentaria
ya
mi raqueta te devolvió la bola
para
dejártela en la Luna
donde sueles mirar para olvidarte de mí.
(*)Diego Martínez Lora, peruano-portugués. Vive en Vila Nova de Gaia, Portugal. Este poema forma parte del libro inédito : Disuelto en palabras.