versiones, versiones y versiones...renovar la aventura de compartir la vida con textos, imágenes y sonidosDirector, editor y operador: Diego Martínez Lora    Número 52 - octubre-noviembre 2003


Editorial 52(*):

DML: Desde Portugal


Mi mar no es el que estás pensando

Mi mar no tiene agua

Ni peces, ni espuma

No tiene sal, ni fondo

Mi mar está hecho de silencio

Y nunca insiste

Mi mar carece de islas

No trae tempestades

Te moja igual y no te secas

Te deja dormido sobre la arena

Sin respirar, sin hacer ruido

Sin sangre que te corra

Sus olas te llevan como palabras para olvidarte.

 

 

 

Agarrado al camino con todo el cuerpo

Transito sin resistencia

Nave sin reservas

Lanzada con el piloto automático

Qué esquina desconocida nos depare un cambio súbito

Qué cambio inevitable de espacio

Qué abandono de trayectoria nos torne sólo viaje

Inmersos en la culpa de nuestra ausencia

Inexistente retorno

O la ilusión persistente de una eterna salida

El acto irreverente de nunca haber sucedido nada

Apenas la conciencia

La mentira

La equivocación

La extraña pasión del vacío.

 

 

 

Piedra húmeda

Me resbalo en ti sin control

Mis pasos se vuelven torpes

De tus huecos surgen tus habitantes con los ojos hundidos

Tus ojeras vienen de la noche hervida en desilusiones

Sé de toda su vida llena de golpes

Los pétalos de tu ropa tendida

Nunca entendí tu fórmula para ser tan triste

Me dolieron siempre tus paredes

Me torturaron tus caminos

Me asfixió tu cielo hecho de murallas

Y me ahogaron tus aguas como un espejo duro.

Exprimida por tus mujeres te salían colores

Siempre terminados en negro.

La velocidad casi escasa de tu movimiento

Convertía el tiempo en otra roca sobre ti.

Piedra imposible de dejarlo de ser

Eternizaste el viento dándole tu forma

Lo erosionaste, lo hiciste arena de aire

Te recorro y no me llego a cansar

Te atrapo con una mano

Como a una mosca que desistió de volar.

 

 

 

La playa se extiende como el fin de un barco sin partes ubicables

El inicio de un cuerpo pálido en sueños intensos

La voz de una infinita sirena buscando su propia imagen

En la frontera del día y la noche, del mar, el cielo y la tierra

Las huellas dispersan los caminos como impidiendo la ruta de las despedidas

Historias de amor en cada carro como olas del ser humano

Rompiendo la soledad de la piedra marina

Gaviotas enganchadas en el aire como cortes de un telón de teatro

Cangrejos tejiendo el agua a la arena en hilos de luz

Cosiendo heridas incurables que la luna llena descubre

Una sombra revienta el paisaje en pedazos minúsculos de brisa

No hubo nada en este instante que pareció sublime

Nadie estuvo. No hubo imagen, ni tiempo

Una insólita forma de robarnos la conciencia de una puerta del océano

De provocar un vicio en la imaginación perdida del eterno pasado.

 


Índice de Versiones 52

Página principal de Versiones