Vacunaciones:

            Los cachorros se deben vacunar por primera vez entre la septima y la décima semana de vida, frente a la parvovirosis canina y frente al moquillo, hepatitis y leptospirosis canina (vacuna trivalente), necesitándose una nueva vacunación dos semanas más tarde para conseguir una adecuada inmunidad frente a estas enfermedades.

            En lugares de confinamiento, como criaderos, perreras, etc., es aconsejable vacunar frente a la traqueobronquitis (tos de las perreras) a partir de los tres meses de edad.

            Entre los seis meses y el año de edad es necesario vacunar frente a la rabia. La vacunación antirrábica es obligatoria en la mayoría de las Comunidades Autónomas, pero, en cualquier caso, es siempre recomendable.

            Se deben realizar revacunaciones de recuerdo frente a estas enfermedades para mantener la inmunidad, que serán de carácter anual en el caso de la parvovirosis, moquillo, hepatitis y leptospirosis canina, cada seis meses en la traqueobronquitis y cada dos años en la vacunación antirrábica.

       Desparasitaciones:

             Los perros adquieren con gran facilidad parásitos internos y externos, desde sus primeras etapas de vida.

             Los parásitos internos más frecuentes que afectan a los perros son los gastrointestinales, entre los que están: ascaris, toxocara, equinococcus, etc. Para luchar contra ellos es necesario administrarlos comprimidos o pastas antiparasitarias vía oral periódicamente (cada tres o cuatro meses) desde cachorros; además, se deben desparasitar antes de cada vacunación para que ésta sea más efectiva. Teniendo en cuenta que se expulsan los huevos y larvas de dichos parásitos con las heces de los perros, es muy importante destruir las mismas durante los tres días siguientes a la administración de los antiparasitarios y realizar periódicamente análisis de heces para poder determinar las especies de parásitos y la cantidad existentes.

             Los parásitos externos están representados principalmente por las pulgas y las garrapatas, que afectan a los perros en la mayoría de los meses del año, ocasionando un constante malestar y la transmisión de multitud de enfermedades. Su detección es fácil, pues se evidencian a simple vista. Para combatirlos se utilizan productos insecticidas y acaricidas, que se administran en forma de baños, aerosoles, collares, gotas orales, etc.

Vacunaciones:

            Los gatitos se deben vacunar, entre las ocho y las diez semanas  de vida, frente a la panleucopenia, rinotraqueítis infecciosa y calicivirosis felina (trivalente) y leucemia felina, revacunándose nuevamente al mes. Cuando tienen tres meses se recomienda administrar la vacuna contra la peritonitis infecciosa felina, y antes de cumplir el año de vida se debe administrar la vacuna antirrábica, que aunque no es obligatoria en los gatos es muy aconsejable.

            Todas estas enfermedades necesitan dosis vacunales de recuerdo para mantener la inmunidad en los gatos, que serán anuales, salvo la vacunación antirrábica que será bianual.

       Desparasitaciones:

            Los gatos, al igual que los perros, sufren de parasitosis internas y externas, muy similares a éstos, por lo que los  tratamientos antiparasitarios deben seguir las mismas pautas, además hay que destacar la importancia de realizar análisis periódicos de las heces.