El violín
Características.
Violín, instrumento de cuerda frotada, el más
agudo de su familia. Otros miembros de ésta son la viola, el
violonchelo y el contrabajo. El arco es una vara estrecha, de
curva suave y construida en madera del Brasil, de unos 30 cm de
largo, con una cinta de crines de caballo que va de lado a lado
del mismo. El violín tiene cuatro cuerdas afinadas por quintas:
sol 3, re 4, la 4, mi 5.
El violín tiene diversas cualidades que lo diferencian de otros instrumentos:
Entre las más preciadas destaca
su capacidad melódica y su potencial de agilidad, que le permite
interpretar pasajes brillantes y líricas melodías.
La posición dominante del violín se debe a su excepcional
riqueza tonal y enorme capacidad de expresión, comparable solo a
la de la voz humana.
El violinista puede también crear efectos especiales por medio
de las siguientes técnicas:
¨ pizzicato, pulsando las cuerdas;
¨ tremolo, moviendo el arco rápidamente atrás y adelante sobre
la cuerda;
¨ sul ponticello, situando el arco casi encima del puente para
producir un sonido delgado y cristalino;
¨ col legno, tocando con la vara del arco en lugar de con la
cinta de crin;
¨ armónicos, pisando las cuerdas sin que toquen el diapasón,
con lo que se consigue un sonido agudo y aflautado;
¨ glissando, al pasar los dedos de la mano izquierda a lo largo
de la cuerda para producir una afinación ascendente y
descendente.
Violín Stradivarius
Construcción e interpretación
Las partes principales del violín son la tapa,
normalmente de abeto curado, el fondo, de madera de arce, los
aros, el mango, el diapasón, el clavijero, la voluta, el puente,
el cordal y las aberturas de resonancia o 'efes' (ver ilustración).
La tapa, el fondo y los aros están pegados para formar una caja
hueca. Ésta contiene el alma, una barrita de madera colocada
entre la tapa y el fondo, debajo y a la derecha del puente, y la
barra armónica, un listón fino de madera pegado en el lado
contrario del alma, a lo largo de la tapa. Los dos elementos son
importantes para la transmisión del sonido. Además proporcionan
un apoyo adicional a la estructura. Las cuerdas van desde el
cordal, por encima del puente y del diapasón, hasta el clavijero,
donde cada una se ajusta con una clavija de afinación. El
instrumentista consigue diferentes notas pisando con los dedos de
la mano izquierda las cuerdas contra el diapasón. Éstas vibran
cuando el arco, formando un ángulo recto cerca del puente, las
frota.
Entre las características más preciadas del violín destaca su
capacidad melódica y su potencial de agilidad, que le permite
interpretar pasajes brillantes y líricas melodías. Los
violinistas pueden también crear efectos especiales por medio de
las siguientes técnicas: pizzicato, pulsando las cuerdas;
tremolo, moviendo el arco rápidamente atrás y adelante sobre la
cuerda; sul ponticello, situando el arco casi encima del puente
para producir un sonido delgado y cristalino; col legno, tocando
con la vara del arco en vez de con la cinta de crin; armónicos,
pisando las cuerdas sin que toquen el diapasón, con lo que se
consigue un sonido agudo y aflautado y glissando, al pasar los
dedos de la mano izquierda a lo largo de la cuerda para producir
una afinación ascendente y descendente.
Partes del violín
Historia
El violín surgió en Italia a comienzos del siglo
XVI. Parece haber evolucionado a partir de dos instrumentos de
cuerda frotada: la fídula, también denominada viella y rebec, y
la lira da braccio (instrumento como el violín con bordones
separados del diapasón). También relacionado con el violín
pero no un antecedente directo, es la viola da gamba, instrumento
de seis cuerdas con trastes que apareció en Europa antes que el
violín y existió junto con él durante unos 200 años.
Los más importantes violeros fueron los italianos Gasparo (Bertolotti)
da Salò y Giovanni Maggini de Brescia y Andrea Amati de Cremona.
El arte de la construcción del violín brilló con gran
intensidad en el siglo XVII y comienzos del XVIII en los talleres
de los italianos Antonio Stradivarius y Giuseppe Guarneri, ambos
de Cremona, y del austriaco Jacob Stainer.
Comparado con los instrumentos modernos, el violín antiguo tenía
un mango más grueso, menos inclinado hacia atrás, un diapasón
más corto, un puente más bajo y cuerdas hechas sólo de tripa.
Los arcos antiguos eran algo diferentes en su diseño de los
actuales. Estas características constructivas fueron modificadas
en los siglos XVIII y XIX para producir un sonido más duro y
brillante. Varios violinistas del siglo XX han restaurado y
empleado instrumentos del siglo XVIII por considerarlos más
adecuados para interpretar la música antigua.
En el pasado el violín no gozaba de muy buena reputación; se lo
utilizaba para acompañar danzas o para doblar a las voces en la
música polifónica. A comienzos del siglo XVII aumentó su
prestigio al ser utilizado en óperas como Orfeo (1607) de
Claudio Monteverdi, e impulsado por la orquesta del rey francés
Luis XIV, los 24 violins du roi, formada en 1626. Esta tendencia
continuó durante el barroco con obras de importantes
compositores e intérpretes como Arcangelo Corelli, Antonio
Vivaldi y Giuseppe Tartini en Italia y Heinrich Biber, Georg
Philipp Telemann y Johann Sebastian Bach en Alemania. El violín
se convirtió en el principal integrante de las obras
instrumentales: el concierto a solo, el concierto grosso, la
sonata, la trío-sonata, la suite y la ópera. A mediados del
siglo XVIII era uno de los instrumentos solistas más populares
de la música europea. También formaban la sección más
importante de la orquesta, con más de la mitad de sus
integrantes. La agrupación instrumental de cámara más
desarrollada de este periodo, el cuarteto de cuerdas, está
formada por dos violines, viola y violonchelo.
Durante el siglo XIX los virtuosos del instrumento recorrieron
toda Europa. Entre ellos están los italianos Giovanni Viotti y
Niccolò Paganini, los alemanes Louis Spohr y Joseph Joachim, el
español Pablo de Sarasate y los belgas Henri Vieuxtemps y Eugène
Ysaÿe. En el siglo XX el violín ha alcanzado nuevos logros artísticos
y técnicos con maestros con Isaac Stern, Yehudi Menuhin, Fritz
Kreisler, Jascha Heifetz, Mischa Elman, Nathan Milstein, Joseph
Szigeti y David Oistrakh.
Desde el barroco hasta hoy, casi todos los compositores han
escrito música para violín. Entre los conciertos más conocidos
están los de Ludwig van Beethoven, Johannes Brahms, Felix
Mendelssohn, Piotr Ilich Chaikovski, Jan Julius Sibelius, Béla
Bartók, Ígor Stravinski, Serguéi Prokófiev, Alban Berg y
Arnold Schönberg.
Violín de porcelana.