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Ricardo Ruette es Administrador Corporativo de Seguridad de Usuarios, Cadenas Workflow del Sistema SAP y del Sistema de Niveles de Autoridad Administrativos y Financieros de PDVSA Petróleo y Gas, S.A., Filial de PDVSA. Es Licenciado en Contaduría Pública egresado de la Universidad Santa María (Caracas - Venezuela) en 1990, ha cursado el 50% de la especialización en Política Económica y Economía Empresarial en la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas - Venezuela) y el 80% en Gerencia Empresarial en la Universidad Central de Venezuela, su experiencia académica se complementa con la asistencia a cursos, talleres, seminarios y congresos relacionados con temas del ámbito financiero y gerencial tales como: Gerencia del Valor (EVA), Balanced Scorecard, Análisis de Estados Financieros, Consultoría Organizacional, Auditoria de Proyectos, Auditoria Financiera, Destrezas, estrategias y tácticas de negociación, Evaluación Económica de Proyectos, Instituciones Financieras y Operaciones Bancarias.


En el ámbito profesional su experiencia se basa en mas de nueve años de asesorías y auditorias financieras, operativas o de proyectos en empresas pertenecientes al área de la Construcción, Proyectos, Financieras (Bancos, Sociedades Arrendadoras y Financieras, Cajas de Ahorros) de Seguros, la Industria de los Alimentos y sus cadenas de distribución, Importación y Distribución de Productos Químicos y de Servicios (Consultoras, de educación y hoteleras). También es miembro activo de la Junta Directiva del Colegio de Contadores Públicos del Estado Miranda - Venezuela y del Consejo de Vigilancia de la Caja de Ahorros y Préstamos de los Trabajadores de PDVSA (PDVSACAPRE).


Gerencia de la complejidad.

El Managment al servicio de los nuevos tiempos, enmarcados en la globalización o el final de la estatización en los estilos gerenciales.

Entendemos por Managment lo que para la gerencia significa, un sustantivo y un proceso. Esto es, como aquellos sujetos que dirigen el trabajo de otros hacia objetivos predeterminados. Asimismo, como un conjunto de principios y funciones claves: la coordinación de recursos, el proceso de toma de decisiones, el ejercicio del mando, la definición de la misión y estrategia de la empresa.

El conocimiento administrativo es hoy en día un recurso invaluable. La exigencia social y organizacional de una administración eficiente, es el gran reto del próximo siglo. No sólo por razones de competitividad, sino y sobre todo por motivos de sobrevivencia y de desarrollo con equilibrio. Las demandas por un nuevo bagaje de conocimientos y prácticas administrativos son cada vez mayores. Mientras se revisa la validez y oportunidad de la administración clásica, la administración actual busca diferenciarse de los principios científico-racionalistas y patrones burocrático-normativos que hasta hace poco constituían el soporte de las organizaciones exitosas tratando de abrirse campo por si misma.

La visión más evidente acerca del futuro, es que la incertidumbre, la complejidad y el dinamismo de la mano de la tecnología serán condiciones permanentes para la dirección de las organizaciones. El reto que enfrenta la ciencia de la administración consiste en forjar un tipo de gerencia acorde a las necesidades organizacionales que actualmente enfrentamos así como también las del mañana. Esto es, el conocimiento teórico que debe construir los andamiajes necesarios y suficientes para explicar y digerir la realidad; y así, en el terreno de la praxis, sirva para reducir la incertidumbre asociada a la toma de decisiones, consolidando de esta forma acciones organizacionales que conduzcan al éxito de las organizaciones. Se trata pues, de encarar el problema de la gestión empresarial desde una nueva perspectiva y sustentar en ella un renovado perfil gerencial, en el cual el liderazgo aparece como la arista principal, y cuyas condiciones lo obligan a ser proactivo y no reactivo, imaginativo y creativo más que pragmático, y sobre todo tener una visión holística sustentada en la ética.

Hemos estudiado la evolución del Management sobre un camino de búsqueda de principios que en su momento han hecho efectiva la dirección de las empresas. En ese camino se han dado diversos enfoques, se han hecho diversas contribuciones y se han delineado diversos perfiles ejecutivos, de corte normativo, cuantitativo, conductista, sistémico, etc., todos ellos muy racionalistas.

Muchos de los autores que han contribuido al desarrollo de la teoría administrativa han sido gerentes o directores (con gran experiencia práctica), consultores o asesores de gestión o profesores investigadores y han delineado principios y diseñado sus teorías basándose en sus estudios y en su experiencia práctica. Entre todos ellos, podemos reconocer a Frederick W. Taylor, Henri Fayol, Elton Mayo, Herbert Simon, Chester Barnard, etc., los cuales aún cuando la gerencia de hoy busca "desmarcarse" de la concepción original del campo, fueron estos estudios la base del éxito de muchas organizaciones a lo largo del tiempo.

Actualmente, el empirismo es la corriente administrativa más prolífica, sobresalen desde esta óptica los estudios sobre empresas exitosas, que en situaciones críticas y adversas han logrado no sólo sobrevivir sino además crecer. En gran parte de estas investigaciones, la organización se desarrolla a partir de las vivencias de sus gerentes y directivos principales, más que del análisis racionalista de la información disponible sobre sus niveles de productividad, rentabilidad, posicionamiento en el mercado, etc. Hombres y mujeres de este tipo llegan a ser leyendas en sus organizaciones y en algunos casos su fama no tiene fronteras. Hemos estudiado una larga lista de obras de esta naturaleza, en donde la evidencia del éxito es la mejor carta de presentación, y en la cual no podrían faltar los nombres de Lee Iacocca, Bill Gates y Akio Morita, entre otros.

La gran conclusión a que he llegado es que, la búsqueda de una nueva gerencia, además de sustentarse en técnicas gerenciales complejas en una dirección supratécnica, es decir, en la formación de un sujeto o sujetos con habilidades creativas, de comunicación, de interrelación, identificado con los valores propios de la modernidad, competitividad, innovación, excelencia, con una gran visión y sobre todo con un propio y auténtico estilo de liderazgo. No obstante, caracterizar y establecer un nuevo estilo de gerenciar, pasa por la recuperación de los conocimientos administrativos pasados y presentes a la luz de un nuevo y amplio marco de referencia que dé respuestas a los problemas principales de las organizaciones modernas, y cuya pieza principal es, hoy más que nunca, ese personaje organizacional que cuenta con su propia filosofía y perspectiva del desempeño.

Sobre la escena empresaria actual, numerosos investigadores (Burgelman y Sales, 1988; Abernathy y otros, 1983) convergen en la hipótesis de que las organizaciones empresariales de hoy han llegado a una encrucijada importante, sin embargo, sus orientaciones son diversas y perciben sólo cambios aislados "desde-hacia", sin llegar a poder elaborar una perspectiva global que esclarezca este fenómeno y sobre todo, que sea útil para la acción gerencial.

Nuestra acostumbrada forma de pensar con base en dos opciones capitalismo vs. socialismo, occidente vs. oriente, teoría vs. práctica, ganar vs. perder, lo físico vs. lo espiritual, lo urgente vs. lo importante, etc., parece no ser suficiente a la hora de comprender los fenómenos sociales.

Es necesario un cambio de pensamiento, tener una visión de la vida como un todo integral, complejo y multipolar; de alguna manera ello ha de implicar partir de un nuevo paradigma humano, readecuando los valores básicos de la sociedad y elaborando nuevas propuestas para la interpretación de la realidad.

Las organizaciones son consideradas ecosistemas, porque incorporan todos los niveles de organización, desde el nivel personal o individual o de microorganismo, que puede ser un empleado, una secretaria, etc., hasta el nivel macro, como puede ser la propia economía global; además, en ellas interactúan toda una variedad de elementos vivientes e inanimados, desde los faxes y computadoras con su fría eficiencia hasta las conductas y culturas más entusiastas y vigorosas.

Se trata entonces de reemplazar las dicotomías "desde-hacia", por un enfoque como el de "combinado con" a partir del cual se pudiese dar una transformación total de las organizaciones, pero lo más importante de ello es que para tal proceso se requiere de "una mano sincronizadora" y esa mano se llama liderazgo gerencial.

"Creemos que esa transformación depende de sumar a la mano invisible del mercado (Adam Smith) no sólo la mano visible de la gerencia (Alfred Chandler), sino también la `mano sincronizadora' del liderazgo" (Hickman y Silva, 1992, p. 31).

Quizás una perspectiva ecológica permita tal sincronización. Se trata entonces, de consumar una transformación organizacional y pasar a una nueva etapa de desarrollo, por ello, los gerentes deben aprender a vivir y a manejar la complejidad, transformando las paradojas en ventajas. Se entiende que en la gerencia contemporánea abundan las contradicciones y ellas tienden a confundirnos toda vez que intentamos aplicarles esquemas de decisión del tipo "o esto o lo otro" o "desde-hacia". No obstante, se trata de que el liderazgo gerencial logre combinar los elementos aparentemente contradictorios y con ello pueda lograr resultados organizacionales más comprensibles. Un ejemplo muy ilustrativo es, la paradoja que viven las grandes corporaciones de que si bien el tamaño otorga poder, también puede llegar a refrenar el espíritu empresario e innovador.

Estas reflexiones sólo pueden partir de un contexto gerencial caracterizado por los siguientes fenómenos: a) Una globalización de los negocios, que exige una comercialización a escala mundial y estrategias empresarias flexibles, en un mundo de heterogeneidad y multi-especialización crecientes. b) La conformación de alianzas gubernamentales-empresarias. c) La colaboración y coordinación competitiva entre empresas, sin llegar a comprometer la libre empresa (Alianzas estratégicas). d) Las relaciones innovadoras entre el inversor y la empresa que reduzcan las manipulaciones financieras de corto plazo y fortalezcan y den seguridad a los mercados tanto financieros como de bienes y servicios. e) El liderazgo ético y social, responsable de generar un nivel más elevado de valores y prácticas empresarias. f) Los nuevos ambientes organizacionales dinámicos (e hiperturbulentos). g) Las subculturas integradoras, que se constituyen en la base del éxito de las organizaciones.

En este marco, las organizaciones exitosas sólo podrán ser aquéllas en las que sus ejecutivos y gerentes logren entrelazar las diversas lecciones y aportaciones del know how administrativo. Se trata de adoptar una nueva forma de pensamiento que pueda gobernar todas sus decisiones y esfuerzos en la resolución de problemas en distintos niveles, desde los globales hasta los particulares.

Frente a esta panorámica, la transformación organizacional (el gran reto actual) requiere también de una nueva teoría: "la gerencia de complejidad". Al igual que el concepto de liderazgo ha sido el complemento de la antigua noción del management (los líderes hacen algo más que administrar). La gerencia eficaz de la complejidad puede ser el complemento ideal del liderazgo (los gerentes de complejidad hacen algo más que liderear y administrar).

La gerencia de complejidad representa un intento de concebir una nueva forma de la acción gerencial. Se trata de agudizar las prácticas gerenciales pasadas dentro de un contexto ecológico más amplio y holístico. Se trata de redefinir el mundo de la gerencia y de las organizaciones, para incluir no solamente las acciones de las personas y sus resultados, sino también los deseos y los puntos de vista de todos los tomadores de riesgo dentro del ecosistema empresarial.

Finalmente, el liderazgo gerencial de complejidad sólo podrá ser desempeñado por un sujeto que ha de trascender sus propios prejuicios y puntos de vista personales respetando las perspectivas diferentes de los demás; que refrenará su inclinación de control y vigilancia garantizando a los individuos la máxima libertad para actuar y crecer; y ligarán sus propios intereses a los de todos los que entren en contacto con sus organizaciones.

Ricardo Ruette - Julio 1998


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