Juegos de madre

Estos juegos deben su dificultad al transtorno de la capacidad de orientación y de identificación del sujeto que aparecen al superar la ingesta de calimocho los 3 litros.

Son unos juegos ideales para cuando os habéis quedado cortos de calimocho y queréis estaros un buen rato más en el bar, porque se bebe poco. Sin embargo, no os vayás a pensar que no son divertidos.

Os ponemos el bola madre, el tío Maragato y el marcianito porque, aunque sean una puta mierda, son necesarios para comprender la evolución histórica que han sufrido los juegos de madre. Si os pasáis sin leerlos, tampoco os vais a perder gran cosa.
 

Bola madre
Es el más primitivo de todos.
Consiste en que uno hace de bola madre y los demás tienen un número asignado.
Sólo habla la bola madre, que cuando dice "Bola X", el que tenga el número X tiene que decir "bola" y mover la cabeza hacia abajo.

Cuando la bola madre dice "bola todos", todos (incluída la madre) tienen que decir "bola" y mover la cabeza hacia abajo.

Se puede cambiar de madre cuando la madre se canse de serlo.

Bebe el que se confunda, tanto porque no se entere, porque diga bola cuando no tiene que decirlo o cuando no diga nada cuando le toque hacerlo.

Para que el juego sea más ameno, recomiendo que de vez en cuando hagáis un alto para disputar una carrera.
 

Marcianito
Es la mayor bazofia de juego que te puedes echar a la cara, pero me veo obligado a ponerlo aquí debido a la enorme cantidad de deficientes mentales que lo practican.

Su mecanismo consiste en que cada uno tiene un número. Empieza alguien (se puede disputar una carrera para elegirlo, y así de paso el juego tiene un poco de emoción previa) diciendo: "Marcianito número X llamando a marcianito número Y". Entonces, el número Y responde "Marcianito número Y llamando a marcianito número Z". Z responde y así hasta que alguien meta la gamba y le toque beber como cargo por su torpeza.

Hasta aquí todo bien, ¿no? Pues no, porque el que está a la derecha del que dice lo de "marcianito número..." tiene que tener las manos puestas así:

Para que veáis lo triste que es, el que lo está diciendo está así: Muy muy triste y el de su izquierda está así:Realmente triste
Total, que parecen todos una panda de subnormales profundos. Y, encima, se bebe muy muy poquito.
 

El tío Maragato
Es un paso más en la evolución de estos juegos.

El que hace de Tío Maragato (recomendamos que lo eligáis mediante el conocido juego de la carrera) empieza diciendo: "En casa del tío Maragato mataron un gato." Después de crear la intriga, todos responden llevados por la curiosidad: "¿Quién lo mató?" A lo cual responde el del principio: "El número X." Entonces, X increpa: "Mientes, bellaco."

Después de tan enérgica defensa, el que hace de Tío Maragato se lo cree y le pregunta al número X: "¿Quién lo mató?" y el número X descarga la culpabilidad sobre el número Y diciendo: "El número Y". El número Y, indignado por tamaña ofensa, responde: "Mientes, bellaco" y el número X pregunta: "¿Quién lo mató?" Y el número Y acusa a otro.

Esto sigue y sigue hasta que a alguien se le ocurra meter la gamba y le toque beber.
Por supuesto, se le puede acusar al Tío Maragato. Él tendrá que responder de la misma manera que los demás.
 

VIVA EL PUEBLO
Sin duda alguna es el mejor en su género y no tiene ni punto de comparación con los dos anteriores.
Cada uno elige un personaje de un pueblo del Oeste (alcalde, cherif, alguacil, puta, madam, camarero, maestro, médico, borracho, vaquero, pianista, herrero,...).

Uno de ellos (sugerimos que lo eligáis mediante lo que ya sabéis) empieza diciendo: "Viva el pueblo" y moviendo la cabeza hacia abajo. Los demás, incluído el que ha empezado, mueven la cabeza hacia abajo y dicen "Viva", exactamente con la misma entonación con que lo ha dicho el del principio (si dice Viiiiiiiva el pueblo, Vivaaaaa el pueblo o lo que le dé la gana, los demás también tienen que decirlo).

Puede decir todos los vivas el pueblo que se le pongan en los cojones, y luego dice: "Viva el X", a lo cual X y sólo X tiene que responder "Viva." Después de esto, X está obligado a decir al menos un "Viva el pueblo" antes de mandarle un "Viva" a otro.

Así se va repitiendo, aunque no suele haber muchas repeticiones si jugáis en condiciones (más de 3 litros de calimocho en el cuerpo), hasta que alguien falla y le toca beber.

En este juego caben todas las variantes que queráis en cuanto a los vivas. Se puede hacer Viva el Betis, Vivan mis profesores,...
 

1