Viniendo “por” y “con” los Santos

David R. Pharr

 

 

Las [vías] de las interpretaciones premileniales son variadas y complicadas. Hay numerosas torceduras de doctrina y cada uno de sus predicadores y escritores populares tienen sus puntos particulares de énfasis. Sus devotos tienen una interminable corriente de exégesis profética novelística y pronósticos sensacionalistas. Hay pocos límites, porque ¿quién puede definir los límites de una especulación sin fundamento? El esquema bíblico para el término de la historia involucra la venida de Cristo sin advertencia, la resurrección de todos los muertos, la consumación del universo, y el juicio —todo al mismo tiempo. No da cabida para dos o más resurrecciones ni para múltiples venidas de Cristo ni para un rapto y tribulación de siete años ni para varios juicios, o para un reino milenial sobre la tierra. Pero para muchos la aparente simpleza —aunque realmente es profunda— escatología carece de emoción. Ellos prefieren teorías y suposiciones. Actualmente la rama más popular de Premilenialismo es el Dispensacionalismo, el cual se acredita a las enseñanzas de J. N. Darby (1800-1882), pero que ha sido popularizado a través de las notas de pie de página en la Biblia de Referencia Scofield.

 

Dos Venidas

 

Una creencia distintivamente dispensacional es que habrá más de una “segunda venida” de Cristo. La idea es que el Señor vendrá primero para la resurrección de los justos muertos y la transportación de los justos vivos aún, todos los cuales se reunirán con Él en el aire y estarán con ÉL por siete años. Los incrédulos no le verán en esta venida, la cual recibe el nombre de “rapto secreto” por parte de los dispensacionalistas. Durante estos siete años habrá tribulación en la tierra. Al final de los siete años Cristo vendrá otra vez, trayendo a Sus santos consigo, de nuevo a la tierra, para establecer un reino milenial. Por supuesto que los dispensacionalistas prefieren hablar de dos “etapas” o “fases” de Su venida, pero obviamente la teoría requiere dos venidas, sin importar cómo les llamen ellos.

 

Billy Graham dijo en la columna de un diario: “La segunda venida de Jesucristo será una serie de eventos revelándose en un largo período”. Luego menciona algunas de las cosas que se revelarán durante este largo período: el rapto, la cena de bodas del Cordero (cuando Jesús sea coronado como Rey de Reyes), la gran tribulación, y el surgimiento del Anticristo. “Entonces regresará Cristo con Su iglesia y hará nuevos cielos y nueva tierra en los cuales reinará en paz por siempre”.

 

La observación de Graham expresa en una manera general el concepto dispensacional de los dos advenimientos. Él dice que el regreso de Cristo es “una serie de eventos”, involucrando una venida para el “rapto” y otra venida a los siete años después para establecer Su reino. Pero la teoría requiere distinciones técnicas más allá de las que provee esta breve declaración. La esperanza más especialmente considerada por ellos es su noción de que la mayoría de los seres humanos no se dará cuenta de la llegada del Señor desde los cielos y que el rapto de los santos no será atestiguado por el resto del mundo. Será un rapto secreto. Para sustentar esto, les es necesario dividir los pasajes de la segunda venida en dos categorías. Obviamente los pasajes que predicen que en Su venida “todo ojo Le verá” (Apo. 1:7), y que todos los muertos se levantarán (Jn. 5:28, 29), y que el universo será disuelto (2 Pe. 3:10, 11), y el juicio final (2 Tes. 1:8, 9) difícilmente pueden armonizar con la idea de Jesús llegando a realizar un rapto. Así que, por ejemplo, 1 Tes. 4:16, 17 es el pasaje que se cita en apoyo de un rapto secreto, debe ser considerado como una referencia a un venida que es previa a la venida nombrada en todos los otros pasajes. Estas dos venidas se distinguen como Su venida “por” los santos y Su venida “con” los santos. En la primera fase, la venida de 1 Tes. 4:16. 17, será “por” los salvos, para tomarles de esta tierra. En la segunda fase, después de los siete años, será “con” los santos para traerlos de regreso a la tierra.

 

Rapto versus Aparición

 

Pretendiendo justificar esta posición, los dispensacionalistas hacen distinciones arbitrarias con respecto a las palabras griegas que se refieren a la venida de Cristo. Varios textos que consideran la venida del Señor emplean tres palabras diferentes en el Nuevo Testamento griego. Los dispensacionalistas argumentan que parousía, “venida” (1 Tes. 4:15), se refiere al rapto, el cual dicen ellos que es la primera fase de Su regreso, mientras que epiphany, “aparición” (Tit. 2:13; y otros) y apocalypse, “revelación” (2 Tes. 1:7; y otros) se refiere a Su venida “con” Sus santos después de los siete años.

 

Los idiomas, incluyendo el idioma griego, nos proveen de diferentes expresiones para decir esencialmente la misma cosa. Obviamente los términos diferentes se pueden emplear para especificar el mismo evento. Por ejemplo, frecuentemente nos referimos al “Calvario”, “la cruz”, “Su sacrificio”, “Él derramó Su sangre”, etc. Usar estos términos diferentes no sugiere que haya habido diferentes muertes. Ni se puede suponer que por el uso de términos diferentes con respecto a Su venida prueba que se refieren a venidas diferentes. La realidad es que estos tres términos se usan para indicar el mismo evento y nunca para sugerir que Él regresaría dos veces[1].

 

Parousía (“venida”) es usada ocho veces por Pablo para referirse a la venida de Cristo. En 1 Tes. 4:15-17 supuestamente él la conecta el rapto. Encontramos la misma conexión en 2 Tes. 2:1 (“la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con Él”). Esto sería en el “día de Cristo” (v. 2). Sin embargo, aquí el contexto se refiere a la epiphany (“resplandor”, v. 8) de Su “venida” (parousía), mostrando efectivamente que los términos se usan intercambiablemente y en realidad describen el mismo evento. Además, parousía es la palabra que se usa para referirse a “la venida de nuestro Señor Jesucristo con (no “por”) todos Sus santos” (1 Tes. 3:13).

 

En 1 Cor. 1:7 Pablo habla de los cristianos “esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Aquí la palabra es apocalypse, la cual los dispensacionalistas asignan a Su venida “con” los santos. Pero allí no sería “esperando” pues Cristo viene por quienes ya han sido raptados por Él. Claramente, entonces, se refiere a Su venida para tomarnos y estar con él el rapto, y usa apocalypse en la misma conexión con parousía en 1 Tes. 4.

 

La pregunta que confrontamos es esta. Si la distinción entre el rapto y la aparición es de tan grande importancia como aseguran los dispensacionalistas, ¿cómo explicamos el error de Pablo de no distinguir claramente entre ellas? ¿Y el fallo de otros escritores como Pedro, Santiago y Juan que hacen lo mismo? Pablo era un lógico. Él era capaz de hacer distinciones tajantes. Si él hubiese querido o considerado importante, distinguir entre estos eventos, lo habría hecho muy fácilmente[2].

 

Esperando por la Aparición

 

La teoría es que los cristianos serán tomados para estar con el Señor antes de la aparición (epiphany) y la revelación (apocalypse). Es decir, ellos no estarán en la tierra durante los siete años entre el rapto y el regreso de Cristo para establecer el reino. Si la teoría es verdadera, se seguiría que no debiera haber instrucciones para los cristianos en cuanto a los deberes terrenales en anticipación de la aparición de Cristo. Recuerde que los dispensacionalistas dicen que Su “aparición” (epiphany) se refiere a la venida que sigue a los siete años del rapto. Un toque mortal es asestado contra la teoría, por consiguiente, cuando encontramos instrucciones que deben seguirse hasta la aparición.

 

Si tan sólo se pudiera señalar un pasaje que enseñe que los creyentes deben mantenerse en la tierra hasta la Epifanía, entonces todo el argumento para un rapto secreto es desaprobado, y el sistema dispensacional caería con él[3].

 

Sin embargo, son numerosos los textos que muestran que el pueblo del Señor continuará teniendo responsabilidad y no recibirá su recompensa hasta la “aparición” y la “revelación” de Cristo. Vivir piadosamente involucra “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa” (Tit. 2:12, 3; comp. 1 Ped. 5:4; 1 Tim. 6:13, 14). La esperanza se realizará “cuando Jesucristo sea manifestado” (1 Ped. 1:13). Una “gran alegría” se promete “en la revelación de Su gloria” (1 Ped. 4:13).

 

De importante significado es 2 Tes. 1:7-10. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)”. El reposo prometido para quienes son perseguidos será cuando Jesús venga con Sus ángeles para castigar a los perdidos. ¿Puede usted imaginarse un rapto donde no reposarán aquellos que han sido perseguidos? Claramente el comienzo del reposo para los salvos coincide con el juicio de los incrédulos, no en un tiempo siete años después. La venida de Cristo para ser “glorificado en Sus santos” será en “ese día”, el mismo día cuando Él viene con ángeles en llama de fuego.

 

Resurrección y Juicio

 

La resurrección de todos los muertos será en el mismo momento que el Señor regrese. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (1 Cor. 15:22, 23). Mientras que este y otros pasajes garantizan al justo su resurrección, otros textos muestran igual fuerza con respecto a que la resurrección de todos los muertos ocurrirá al mismo tiempo. Pablo habló de “resurrección de los muertos, así de justos como de injustos” (Hch. 24:15). Las propias palabras del Señor afirman la resurrección de todos en la misma hora (Jn. 5:28. 29).

 

Cuatro veces en un discurso Jesús aseguró que los creyentes se levantarían “en el día último” (Jn. 6:39, 40, 44, 54). Si esto ha de acontecer en el “día último”, ¿cómo puede imaginarse que habrá otro día para otra resurrección? Si el Dispensacionalismo está en lo correcto, habrá otros días después del “día último”. ¡Realmente es extraña una teoría que hace que el “último día” no sea el último!

 

 

La venida de Cristo por los salvos es simultánea con el juicio de los malvados. En la parábola del trigo y la cizaña Jesús mostró que “los hijos del malo” y “los hijos del reino” crecerán “juntos” hasta “la siega”, la cual es “el fin del siglo” (Mat. 13:24-30; 36-43). Por otro lado en la parábola de la red, la separación entre buenos y malos es en el fin, en el tiempo que los malos serán echados al infierno (Mat. 13:47-50). La cronología divina es que los malos y los justos continuarán en el mundo hasta el fin del mundo y que es en el fin, no antes, que habrá la gran separación del juicio (comp. Mat. 25:31-46). No se hace ninguna provisión para un rapto anterior al juicio y ningún ejemplo permite diferentes etapas de la venida de Cristo.

 

Viniendo “con” los Santos

 

Es curioso que pudiera hacerse distinción entre venir “por” y venir “con” ya que el pasaje clave citado para probar lo primero hace mención específica de lo segundo. Todos los premilenialistas dan 1 Tes. 4:13-17 como prueba de una primera etapa de la venida “por” los santos. Sin embargo este mismo texto dicen que a quienes duerman en Jesús “traerá Dios con Él” (v. 14). Anteriormente ya hemos visto que 1 Tes. 3:13 usa parousía para identificar Su “venida” “con todos Sus santos”.

 

 

Algunos suponen que Judas 14, 15 identifica una venida separada “con” los santos. La profecía de Enoc era que “vino el Señor con sus santas decenas de millares”. Sin embargo, esto difícilmente ayuda al caso dispensacional porque esta es una profecía de la venida del Señor para juicio contra los impíos, la cual ellos sostienen que sucederá mil años después. Realmente la palabra traducida “santas” puede ser traducida “sagradas” (NASB, NVI) y sin duda debe aplicarse a los ángeles. Otras profecías de la venida de Cristo en juicio se refieren a “todos los santos ángeles con Él” (Mat. 25:31; comp. 2 Tes. 1:7).

Conclusión

 

El Premilenialismo, sin importar la sinceridad de sus adherentes, es un sistema de infidelidad. Su hermenéutica es argumentar por el literalismo mientras se ignora la consistencia. Su apelación es muy poco más que sensacionalismo fantasioso. Ni una sola de sus peculiaridades puede sustentarse con algún pasaje bíblico. Ciertamente no hay base bíblica para dos futuros advenimientos. Sí, Cristo viene por segunda vez. Hebreos 9:28 muestra que Él vino una vez para ser nuestra ofrenda por el pecado y que regresará una “segunda vez”, pero las Escrituras no dan cabida a una tercera venida ni para que Su segunda venida sea dividida en dos etapas.

 

 



[1] Los dispensacionalistas creen que la primera vez Él se reunirá con los santos en el aire, y la segunda vez se reunirá con ellos en la tierra.

[2] O. T. Allis, citado por Loraine Boettner, The Millennium, p. 164

[3] Boettner, p. 165