REFLEXIONES EN CUANTO A LAS
“INFERENCIAS NECESARIAS”
No estoy autorizado para hablar de parte de
algún segmento de la hermandad. No para abordar el asunto del “antiismo”. La doctrina que está poniéndose de moda en
Panamá. Sin embargo, algunos “cargos” se han presentado en mi contra y en contra
de algunos hermanos, titulándonos de “sectarios” por no aceptar las imposiciones
de hombres de mente retorcida y moral ausente. Y debido a que estas personas han
escrito y publicado sus acusaciones y señalamientos, dejarlos sin responder
podría brindarles gratuitamente algún mérito. De modo que me propongo, mediante
este artículo, responder brevemente algunas cosas que necesitan cuidadosa
atención. (Rolando
Rovira)
UN “EVANGELIO
SOCIAL”
Ellos nos acusan de haber secularizado el
mensaje del evangelio al punto de llevar a la iglesia a ser un centro social.
Esto lo dicen porque cuando hablamos de benevolencia, pensamos en todas
las personas necesitadas de nuestra comunidad y más allá, sean cristianas o no.
La posición anti rechaza la posibilidad de ayudar a
los necesitados no cristianos con el tesoro de la iglesia, sin violar con ello
la enseñanza bíblica. Dicen que la ofrenda es sólo para hacer benevolencia a los
santos, los cristianos. ¿Esto es lo que enseña
Esta doctrina se llama así, no porque
Junto con estos
pasajes está la insistencia en que la distribución de los fondos de la iglesia
cae en la categoría de “lo-único-que-la-Biblia-dice acerca de”. El siguiente
razonamiento (?) se da como ejemplo: (1) Tal como Dios no dijo “usen pan sin
levadura y jugo de uvas solamente” en
El estudiante de
La verdad del asunto
es que tales cosas como la tesorería y la distribución de la tesorería son
asuntos de juicio conveniente. En cada acción autorizada por Dios hay asuntos
obligatorios (es decir, asuntos que no pueden ser cambiados u omitidos) y
asuntos de conveniencia (es decir, asuntos de juicio personal o colectivo que
permiten realizar la acción autorizada). Por ejemplo,
2 Tim. 2:2, etc.). La enseñanza involucra algunas
“obligaciones” (a saber, debe enseñar “la doctrina de los apóstoles”, Hch. 2:42; debe enseñar la verdad “en amor”, Ef. 4:15,
etc.). Sin embargo, la enseñanza también involucra algunas cosas “convenientes”
(a saber, el uso de literatura, clases simultáneas, uso de páginas en Internet,
etc.). Una tesorería en la iglesia y el uso de esos fondos caen en la categoría
de la conveniencia. Cualquier distribución lícita de estos fondos para ayudar al
progreso de una acción autorizada por Dios, es bíblica (Comp. Col. 3:17). Esto
puede incluir el ayudar a quienes no son cristianos, pagar al predicador o tener
y dar mantenimiento a un edificio.
LA “COMUNIÓN” CON LOS
INCONVERSOS
Este argumento decepcionante dice que toda
distribución de los fondos de la iglesia para la benevolencia necesariamente
involucra una comunión espiritual con aquellos quienes reciban esos fondos.
Ellos apelan a 2 Cor. 9:13 el cual habla de los santos
gentiles y su “generosa contribución” a los santos necesitados de Judea.
Entonces se concluye que debido a que la palabra frecuentemente traducida
“comunión” (Gr. Koinonía) se usa para describir
este don monetario de benevolencia, que todos los dones monetarios de
benevolencia reunidos y distribuidos por la iglesia necesariamente involucran
“comunión” espiritual. Y puesto que la comunión espiritual no puede concederse a
quien no sea cristiano, entonces, afirman los hermanos “sólo santos” que la
ayuda de benevolencia de la iglesia no puede darse a los que no sean cristianos.
Esta montaña de suposiciones y afirmaciones
sin base bíblica contiene en su misma constitución, por lo menos, dos errores
graves: (1) Primero, hay una mala comprensión del término “comunión”. La palabra
dependiendo del contexto puede significar “asociación, comunión, comulgar,
relación cercana… generosidad, condescendencia, altruismo… señal de comunión,
prueba de hermandad fraternal… don, contribución… participación, compartir algo”
{Walter Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, rev. by
Arndt, Gingrich, and Danker (Chicago: University of Chicago Press, 1979) 438-439}. Sí, los cristianos gentiles
demostraron su comunión espiritual con los cristianos necesitados de Judea, pero
no por motivo la tesorería, sino por la sumisión que los unos y los otros tenían
al evangelio de Dios (comp. 1 Jn. 1:7). Dios fue
glorificado a través de esta colecta porque los gentiles probaron su sumisión al
evangelio ayudando a los necesitados (comp. Hch.
20:35), y los judíos probaron su sumisión al evangelio aceptando a los gentiles
como parte de la familia de Dios (comp. 2 Cor. 9:14).
Dadas las tensiones entre judíos y gentiles del primer siglo, la importancia
espiritual de ¡esta contribución no puede ser pasada por alto! Segundo, hay una
distinción sin fundamento entre la acción individual y la acción de la iglesia.
Los hermanos “sólo santos” fácilmente admiten que es bíblico para un individuo
dar una benevolencia a un no cristiano. Sin embargo, ellos afirman que pasajes
tales como Gál. 6:10 y Stgo.
1:27 solamente autorizan a los individuos, no a iglesias locales, a dar ayuda
benevolente a los inconversos. Pero, ¿cómo puede levarse a cabo una acción
individual bíblicamente pero en contra de
La doctrina de que
“sólo los santos” pueden recibir ayuda económica del tesoro de la iglesia es
falsa. Claro que, no estamos diciendo que la iglesia debe dar siempre sus fondos
a los inconversos como benevolencia. La distribución de los fondos de la iglesia
es un asunto de juicio conveniente y debe gobernarse mediante los principios de
la mayordomía bíblica. Sin embargo, insistir en que es pecaminoso dar una
benevolencia a los inconversos es una doctrina que obliga a hacer algo que Dios
no ha ordenado. Positivamente, los siguientes argumentos demuestran lo bíblico
de una iglesia local dando benevolencia a los que no son cristianos: Si es el
caso que un individuo puede dar una benevolencia a los necesitados, sean estos
cristianos o no (y es así, comp. Gál. 6:10; Stgo. 1:27), y si es el caso que toda acción individual
bíblica la cual es posible que la lleve a cabo un grupo de individuos es una
acción que es bíblica para este grupo de personas (y es así, comp. Gál. 6:6; Ef. 5:19; Apo. 2-3);
entonces es el caso que un grupo de individuos puede bíblicamente dar
benevolencia a los necesitados, sean estos cristianos o no.