¿Exactamente
qué es el Milenio?
Cualquier examen exhaustivo y abarcador de la
persuasión premilenial tendrá que incluir seguramente un estudio de Apocalipsis
20. Debido a lo que contienen sus primeros nuevos versículos no es de extrañar
que varios libros se hayan escrito acerca de “El Apocalipsis” los cuales se
atrincheran en capítulo 20 de este libro escrito por el anciano profeta de
Patmos, Juan. Es más, se puede decir con seguridad que el 70 por ciento de la
llamada Cristiandad puede situarse dentro del campo del persistente
premilenialismo. Por lo que no debemos minimizar el número de adversarios
doctrinales que tenemos en este particular.
I. UNA
MULTITUD DE CONCLUSIONES EQUIVOCADAS
Parece significativamente extraño que tanto la primera
venida de nuestro Señor como la segunda hayan sido tan mal comprendidas
prácticamente en los mismos aspectos. Más de trescientas profecías del Antiguo
Testamento tratan acerca de Su primera venida. Tan profunda fue la mala
comprensión de los judíos relativa a la Era Mesiánica y su reino espiritual que
ellos estaban absolutamente convencidos de una perspectiva materialista de la
gloriosa venida del Hijo de David. Ellos pensaban que el Mesías sería un
dictador terrenal. Se imaginaban que la salvación sería física. Ardientemente
esperaban que los descendientes literales de Abraham volvieran a su tierra y
vivieran como nación bajo el Segundo David victorioso. Ambicionaban ser
liberados de la opresión romana y convertirse en los gobernantes del mundo.
Como el leproso Naamán ante la puerta de Eliseo,
ellos “imaginaron” hasta los más mínimos detalles de cómo sería todo. Cuando
sus concepciones que les habían acompañado durante mucho tiempo se vieron
evaporadas por la salida del Sol de Justicia y la visión del reino se presentó
como un asunto espiritual y no literal, rechazaron a Jesús y consiguieron que
los romanos lo crucificaran brutalmente en el Gólgota. ¡Y esto lo hicieron en
la misma cara de todas las predicciones del Antiguo Testamento que se estaban
cumpliendo con elocuente y garantizada exactitud, con minuciosidad majestuosa!
En el Nuevo Testamento hay como trescientos
versículos (más o menos uno de cada veinticinco) que predicen la segunda venida
de nuestro Bendito Redentor. Éstos traen impresa una noble semejanza con las
profecías predictivas acerca de Su primera venida en
que son claras en contenido. Las mismas han sido cumplidas tan minuciosa y
majestuosamente como lo fueron las profecías del Antiguo Testamento que se
refieren a la primera venida. Sugestivamente, se sostiene básicamente la misma
mala comprensión acerca de Su segunda venida y se espera un reino premilenial
tal como se sostuvo en Su primera venida, que éste en el mundo y que sea DEL
mundo.
II. ¿CUAL
ES LA TEORIA DE
LOS
MANIPULADORES PREMILENIALES?
Quien afirme que entre los abogados mileniales no
existe discrepancia no ha leído mucho. Hay premilenialismo histórico,
dispensacionalismo y postmilenialismo entre las teorías más importantes. En
este estudio nos concentraremos en negar bíblicamente las imaginaciones de la
teoría premilenial-dispensacional, la cual afirma que el Milenio estará
principalmente caracterizado por la liberación de los judíos de todos sus
enemigos, la recuperación de Palestina y el reinado literal de su Mesías en
inigualable esplendor.
Para muchos este será un período en la tierra
cuando serán GOBERNANTES y o SIERVOS. Al parecer, nadie tendrá menor posición
que la de GOBERNANTE. Por eso, el MUNDO DEL MAÑANA PREMILENIAL consistirá de
100% gobernantes y NINGÚN súbdito. A quienes ellos gobernarán aparentemente es
un punto mudo entre los promotores premileniales. Se nos asegura que no
necesitaremos ejército ni policía. El pecado será una cosa del pasado. Los
animales salvajes y peligrosos serán tan domésticos como para que un niño juegue
con seguridad en su presencia. Habrá abundancia para toda necesidad y la
pobreza será un pasado olvidado. Definitivamente hay una cosa que se debe
conceder a los manipuladores mileniales. ¡Tienen una imaginación asombrosamente
fértil!
III. ¿QUE
NO ES EL MILENIO Y POR QUE?
Hay muchas cosas que nunca sabré en esta vida
acerca de Apocalipsis 20 y sus alusiones a mil años; y, sin embargo, hay
algunas cosas que sé que el milenio NO PUEDE ser y POR QUÉ no puede serlo. Lo
que sea que Apocalipsis 20 signifique no puede estar en contradicción con
ningún otro pasaje sea del Antiguo o del Nuevo Testamento. Cuando alguien aboga
por posiciones que van en contradicción con algunas declaraciones muy claras de
la Biblia yo sé que el tal cuenta con una exégesis de Apocalipsis 20. Y los
premilenialistas han errado el punto exacto de Apocalipsis 20 como a una milla
entera y cuidado que aún más.
(1) El
Milenio no es la posesión inicial o la restauración de la Palestina física para
quienes llevaban la sangre de Abraham en sus venas.
La promesa a Abraham se registra la primera vez
en Génesis 12:1-3. Luego es renovada para Isaac y Jacob en Génesis 26:2-4 y
28:13-15. Estas promesas incluían a un PUEBLO (los israelitas), un LUGAR
(Palestina) y la venida de una Persona (el Mesías). El pueblo se desarrollaría
y la tierra sería dada siglos antes de la venida de la Persona. ¿Se cumplió
esta promesa? Por supuesto que sí. La Biblia dice que sí (Jos.
21:43-45). Dios concedió la tierra a Israel pero bajo ciertas condiciones
(Deut. 28 y 29), las cuales el pueblo quebrantó y así perdió el derecho a
poseer la tierra. Primero sucedió con las tribus del norte en el 722 a. C.
cuando los invadieron los asirios y luego en el 586 a. C. en las del sur cuando
los invadieron los babilonios. Dios prometió ayudarlos a volver a su tierra
pero si mostraban su arrepentimiento. Tres grupos volvieron: uno con Zorobabel en el 536 a. C., el segundo con Esdras en el 457
a. C. y el tercero bajo Nehemías en el 445 a. C.
Después del cumplimiento de estas promesas de restauración no hay más promesas
de otro regreso de los judíos a Palestina para cumplir algún plan de Dios. El
Milenio no tiene nada que ver con la primera vez que se dio la tierra de
Palestina o con alguna restauración. No tiene nada que ver con alguna bendición
especial para el Israel nacional en una manera peculiar.
(2) El
Milenio no es el fin de la era de la iglesia y el comienzo de la era del reino.
Jesús habló de los términos “iglesia” y “reino”
intercambiablemente en Mat. 16:18, 19. Jesús situó la cena del Señor en el
reino, pero Pablo enseñó su observancia en la iglesia (Lc.
22:29; 1 Cor. 11:20ss). La era de la iglesia y el
período del reino son producto de la gran imaginación premilenial la cual
debería encontrar algo más productivo en qué ocupar su materialista mentalidad.
Pablo afirmó que los colosenses habían sido trasladados al reino (Col. 1:13).
El escritor de Hebreos dijo que ya lo habíamos recibido (12:28). Juan se contó
a sí mismo como un ciudadano del reino (Apo. 1:9).
Pero si el reino es futuro, todas estas personas estaban engañadas y a su vez
engañaron a los demás. El reino está aquí ahora. Cualquier teoría que distingue
al reino de Dios de la iglesia no tiene ni la más remota conexión con el
Milenio de Apocalipsis 20.
(3) El Milenio
no es el comienzo del reino de Cristo sobre el trono de David en la Jerusalén
terrenal.
Pedro probó conclusivamente
en Hechos 2 que Jesús estaba en ese momento sentado en el trono de David en el
cielo a la diestra de Dios. Que esa era la razón por la cual le levantó de
entre los muertos, para sentarlo en el trono de David. Si Él aún no está
sentado en el trono de David entonces bien podría seguir en la tumba pues para
eso es que debía levantarse. Claramente el sistema premilenial es
doctrinalmente dañino y se opone a la profecía de que ningún descendiente de Conías podría volver a sentarse en el trono de Jerusalén (Jer. 22:228-30) y Mateo 1:11 nos informa que Jesús era
descendiente de Conías. En el mismo lugar donde dicen
los premilenialistas que Su reino prosperará es donde la palabra de Dios dice
que no lo hará. ¿Exalta este sistema al Hijo d Dios? ¿Tiene algo que ver con el
Milenio de Apocalipsis 20? ¡En lo absoluto!
(4) El
Milenio no puede ser un reinado literal de Cristo por mil años en la tierra que
comience en Su segunda venida.
Pedro dice que esta tierra está destinada la
destrucción en víspera a la segunda venida de Cristo. No habrá tierra para Él
en la cual gobernar ni Palestina alguna para colocar Su trono. Según 1 Cor. 15:24-28 el reino de Cristo finaliza en la segunda
venida; no comienza en ella como dice la teoría premilenial. Estos hombres
seguirán esperando una coronación del Mesías en Jerusalén ignorando que esa
coronación ocurrió hace como dos mil años en Pentecostés y en el cielo.
(5) El
Milenio no es un largo intervalo entre la resurrección de los justos antes del
Milenio y la resurrección de los injustos después del reino milenial en la
tierra.
Jesús dijo que ambos grupos se levantarán a la
misma hora (Jn. 5:28, 29). Pablo afirmó básicamente
lo mismo en Hechos 24:15. Los premilenialistas estirarán la hora de Juan 5:28
para que dure 1,000 años, 12, 000 meses, 52, 000 semanas, 365, 000 días u 8,
760, 000 horas. Ellos son expertos alargando el tiempo para que sus cálculos
sin fundamento parezcan tenerlo.
(6) El
Milenio de un reino terrenal no es la esperanza de la que habla el evangelio.
Debe recordarse que Pablo nos enseña que contamos
con una sola esperanza en Efesios 4:4. Pedro es el apóstol de la esperanza como
Juan lo es del amor y Pablo de la fe. Pedro nos dice que nuestra esperanza es “una herencia incorruptible, incontaminada e
inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (1 Ped. 1:4). Esta es nuestra esperanza
viva (1 Ped. 1:3). Esta es la una esperanza de las
siete unidades del evangelio (Ef. 4:4). Es la esperanza de Israel a la cual
Pablo aludió en Hechos 26:6, 7. Es nuestra segura y firme ancla que penetra
hasta dentro del velo (Heb. 6:19, 20).
IV. ¿EXACTAMENTE
QUE ES EL MILENIO?
Apocalipsis 20 evidentemente se refiere a la
batalla decisiva entre las fuerzas de la falsedad y las huestes de Dios.
Satanás hace su última alianza con las naciones. Él y su causa son derrotados
devastadoramente. Apocalipsis 19 habla de la derrota de la bestia y del falso
profeta. Apocalipsis 20:10 pone a Satanás permanentemente en el lago de fuego
junto con la bestia y el falso profeta por toda la eternidad. Para los
redimidos esto significa no más mal, no más tentación al pecado.
¿Exactamente qué es el Milenio? Dos posiciones
básicas han sido planteadas por nuestros hermanos durante años acerca de
Apocalipsis 20. Ninguna favorece un reino mesiánico en la tierra literal.
Ninguna viola los conceptos espirituales del evangelio de Cristo. Ninguna es en
lo más mínimo materialista en alcance o militar en postura.
(1) Una
posición hace a este período equivalente con la dispensación cristiana.
La palabra mil simplemente significa la totalidad
de un período de tiempo. Cristo reina durante este período pero desde el cielo
y no en la tierra. Su pueblo vive y reina con Él. La primera resurrección se
refiere al nuevo nacimiento del que habló Jesús en Jn.
5:25 y Pablo en Ro. 6:4, 5. Debido a su fidelidad
ellos no sufrirán la segunda muerte. Durante este período Satanás está limitado
por el poder del evangelio. A mi juicio, una dificultad con este punto de vista
es la siguiente. Si el milenio o el período de mil años se refiere a toda la
dispensación cristiana entre Pentecostés y la segunda venida de Cristo,
entonces ¿dónde queda tiempo para la batalla final de Satanás? Otras
dificultades tienen que ver con el hecho de que son mártires los que están
sentados en los tronos y el hecho que Juan vio almas, no cuerpos. Sin embargo,
este punto de vista tiene mucho en qué alabarlo y me he encontrado a mí mismo
cada vez más cerca de él en este seminario. Muy obviamente, éste no viola
centenares de otras Escrituras como lo hace el premilenialismo.
(2) Otro
punto de vista ampliamente aceptado es conectar Apocalipsis 20 con Apocalipsis
6.
Allí, en la apertura del sexto sello, el viejo
profeta de Patmos vio las almas de los martirizados por causa del Señor y
quienes sostuvieron heroicamente su testimonio. Ellos estaban debajo del altar
clamando: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y
verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?
Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que
descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus
consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos” (Apo.
6:10, 11). En Apocalipsis 6 ellos están bajo el altar. En Apocalipsis 20 han
ascendido a tronos. El pasaje enfatiza el reinado de ellos, no el del Señor.
Hay una resurrección de debajo del altar a los tronos. Esta es la primera
resurrección. Se hace mención especial de los “decapitados” y martirizados.
Debido a que ellos, como el fiel Antipas de
Apocalipsis 2:13, murieron como mártires fervorosos y fieles, no sufrirán daño
de la segunda muerte o castigo eterno. La liberación de Satanás será un breve
período de apostasía, decepción, pecado, etc. Luego viene el juicio final
descrito en Apocalipsis 20:11-15.
Esta parece ser la posición más acorde con el
contexto apocalíptico, sin embargo, la anterior no deja de tener bastante peso.
V. APOCALIPSIS
20: UNA REFUTACION DEL PREMILENIALISMO
(1) No se menciona la segunda venida de Cristo.
(2) No se mencionan ni Palestina ni un Israel
nacional.
(3) No se menciona el trono de David.
(4) No se menciona la terminación de una era de
la iglesia para comenzar un período del reino.
(5) No se menciona una coronación de Cristo como
Rey de reyes y Señor de señores en Su segunda venida.
(6) No se menciona Jerusalén.
(7) Un reino terrenal del Mesías no se encuentra
allí.
(8) No se menciona un rapto de los santos por
siete años.
(9) Tribulaciones para los malvados de 3 años y
medio no se mencionan allí.
(10) Un intervalo de mil años entre la
resurrección de los justos y la d elos injustos
tampoco es el tema de este capítulo.
(11) No se mencionan varias facetas de la segunda
venida o varios juicios.
(12) No se menciona una era dorada en la tierra
sin pecado.