Man Mart
 

    Dice nuestro amigo que va para atrás en el tiempo. Que hace cuatro años que contaba con 74 y ahora es felíz descumpliendo. Tal vez sea cierto que se pueda ir atrás en el tiempo. Nació en Zamora, en una calle cuyo nombre ha cambiado muchas veces, cerca de San Torcuato.

    En su vida ha sido un poco de todo, fue marinero hace mucho tiempo, emigrante, zapatero, albañil, ganadero, agricultor, conductor de camiones en un país sin carreteras de asfalto, poeta, periodista.. Ha estado retenido en una casa de locos, pero no como orate, sino de enfermero; y más oficios que se reserva para cuando está solo y los rememora en voz alta.

    Nos conocimos alrededor de 1997 ó 1998, en Zamora, cerca de la Catedral, un día en que yo, despistado, estaba dando un paseo porque quería ver la Casa del Cid. Por supuesto no la vi, me quedé hablando con aquel hombre. A él no le interesa eso de salir en los medios de comunicación. No le gusta internet salvo para echar su partidita de ajedrez con cualquier persona de cualquier parte del mundo. No le importa perder, dice que a sus años eso no es una gran pérdida. Le he mostrado su página y no le gusta, no la entiende, se le cansa la vista y le lloran los ojos. Se aburre y dice que se va a pasear, a tomar el aire, que me quede yo quemándome la retina y consiguiendo cada vez unas gafas más gordas.

    Por el momento no quiere revelar más datos ni dar más pistas, ni haceros perder más el tiempo, dice y se ríe. Ha salido de la habitación. Se ha olvidado el sombrero. Regresa ahora mismo. Lo coge, se lo pone en la cabeza. Sonríe. Yo sonrío. El estaba pensando: los años, cuando descumpla más, se me olvidará menos todo.
 
 

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