Edit. #46, Engañados de nuevo

 

Rodolfo de la Cruz, Diario La presa            NYC           12/12/05


Los dominicanos acudimos en el 16 mayo de 2004 a depositar nuestros votos impregnados de esperanza y rebosantes de deber patriótico, para con nuestros votos sacar del poder al Hipólito Mejía, quien prácticamente se había convertido en un “payaso” frente al desorden que vivíamos en esos momentos, situación que aún persiste en mayor escala al día de hoy.

Votamos por la candidatura de Leonel Fernández Reyna, porque creíamos ciegamente que era el menos malo de todos los candidatos que nos ofertaron, votamos por la candidatura de Leonel Fernández Reyna, porque a pesar de haber dirigido un gobierno desastroso y corrupto en el periodo 1996-2000, pensamos que aún podíamos cifrar nuestras esperanzas en él. Que equivocados estábamos... estamos.

La corrupción se ha multiplicado con creces, y la delincuencia es dueña de nuestros días. Nuestras noches, las “balas perdidas” ya son como una costumbre diaria, al tiempo que se llevan en sus garras las tiernas vidas de inocentes criaturas o los dejan como vegetales por vida, también se llevan las vidas de humildes ciudadanos, por lo regular en el interior de sus destartaladas casitas mal techadas.

A diario me pregunto, de qué manera puede echar para adelante un país sin energía eléctrica, con un espiral delincuencial que ha convertido en letra muerta la seguridad ciudadana y de visitantes, un país donde la vida de un perro sin dueño está más segura que la de un ciudadano.

La gran mayoría de los dominicanos están gritando, para que los escuchen propios y extraños. Nos engañaron de nuevo. En un barrio de la capital dominicana, están apareciendo letreros en paredes y otros lugares que rezan que vuelva Hipólito. Hasta yo creo lo mismo.

Pero no lo dude usted amigo lector, la República Dominicana es el único país, a donde a la casualidad le llaman chepa y, el día más claro llueve. También donde los corruptos se sienten orgullosos de entrenar a sus hijos en el arte de la política partidista, porqué tanto este oficio como el de ser “pelotero” les permite ser millonarios de la noche a la mañana. Pobre Quisqueya.

Rodolfo de la Cruz vive en Columbus, Ohio