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Edit. #49, Baúl de los recuerdos dominicanos
¿Qué pasó? ¿Dónde están las promesas? ¿Por qué tanta proliferación de armas? ¿Quién quiere ver hoy los noticieros, o tal vez leer los periódicos cuando sus titulares sólo vomitan desacuerdos, hambre, desolación y sangre? ¿Qué pasó con la afirmación de un país mejor? ¿Por qué tanto malagradecido a quien entregó una nación lista para arrancar? En Quisqueya ha sido todo un retroceso donde vemos un círculo vicioso de políticos que sólo quieren obtener la mejor tajada de un pastel que se acaba, dejando hambrienta a una población completa. ¿Para qué sirven las palabras: Globalización y Megaproyectos? ¿Acaso éstas pueden fomentar por los menos respeto y principios de un pueblo que se le está borrando la palabra esperanza de su diccionario? La sociedad dominicana está totalmente desalentada... fragmentada en su totalidad. Esto por la falta de atención y voluntad de (los) un gobierno que apañan la violencia, que desatienden la prevención en el sector salud pública; que no brinda las herramientas del saber a los niños y jóvenes; pero sobretodo minimiza las urgencias estomacales de todo ciudadano, porque si no tienes un carnet con la estrella amarilla, no puedes acceder a la bendición de una canasta familiar entregada por el plan social de la presidencia. Para nosotros, los que profesan sus esfuerzos, no han sido sinceros pues los dineros del pueblo se han malgastado en cosas vanales, en los viajes internacionales de recreación presidencial. En nuestros años sobre esta tierra hemos oído mucho la frase de: cuando los perros se amarraban con longaniza, no se si algún día eso ocurrió pero a nuestra mente posan remembranzas extraordinarias de una nación donde sus habitantes podían mantener las puertas de sus casas de par en par. Donde un vecino podía pasar un plato de comida al del frente, o simplemente recibir visitas al mediodía sin miedo a que éstos pasaran hambre. Donde la urbanidad y un pacífico orden reinaban al pasar cualquier transeúnte por cualquier barrio, ensanche o urbanización, tanto de la parte alta como baja de cualesquiera provincia. Donde el crecimiento económico era palpable y prometedor. Donde las iglesias y los clubes barriales estaban repletos de una juventud esperanzadora. Un país donde todos los asuntos iban por buen camino. Sólo quedan los intereses egoístas de unos cuantos, lo cual constituye la raíz de todos los males de una sociedad dominicana que está al punto de un estallido infrenable, que con sus actitudes equivocadas nos han arrastrado a la miseria, el desorden y la violencia. ¿Es que falta una hecatombe para que se pueda instaurar un gobierno que se ocupe de sus ciudadanos, ya que el factor humano es preponderante a tomar en cuenta por un presidente, para no decir mandatario o estadista? Alguien con autoridad y amor de padre, que inculque respeto pero que vigile la alimentación y superación intelectual de sus hijos, dijimos autoridad, no-represión, un presidente que realmente ame sus conciudadanos hasta la filantropía y que sea guía de futuros hombres sanos y luminarias que puedan brillar en todos los sectores de un país rico mal administrado. No nos gustaría irnos de este mundo sin presenciar todas estas maravillas. Así, de ese modo no tendremos que abrir de nuevo el baúl de los recuerdos. Diomedes Sánchez es miembro del Comité Ejecutivo del Partido Reformista Social Cristiano. Email: Diomedes_Sanchez@msn.com |