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Feliz siglo XXI
Arte viene y arte va. Feliz, sensible, despreocupado. El mundo vuelve a la guerra, la pobreza, el hambre, y el arte se pasea de la semiótica a la epistemología. En un cajón donde sólo brilla lo que uno ilumina, se puede ser feliz, próspero y ciego.
Pero cuando la semiótica no alcanza a cubrir al mendigo, al indio, al encarcelado, el mundo deja de ser abstracto. Y hasta el desaparecido se te aparece.
Entonces, cantidad de locos, ilusos, demagogos, panfletarios, utópicos, esperanzados, brincan intensamente buscando un futuro, con las piruetas más variadas. Brincamos.
A mis brincos yo les llamo arte. Tú llámales como quieras. |
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