CONSUMADO ES (JUAN 19:30) |
Dice la escritura que nuestro Señor Jesucristo fué crucificado a la hora tercera: "Era la hora tercera cuando le crucificaron" (Mr. 15:25), esto es, aproximadamente las nueve de la mañana. Para la hora novena, aproximadamente las 3 de la tarde, el espectáculo que se presenciaba en el Gólgota debió ser sencillamente escalofriante: Un monte desolado, mucha gente ya se había ido; la tierra que desde hace tres horas se halla en tinieblas "Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena" (Mr. 15:33), y en lo alto, tres hombres crucificados. Es entonces cuando Jesús, que para ese momento lleva ya unas seis horas clavado en la cruz, exclama: "Consumado es" ¿A qué se refería Jesús? ¿Qué era lo que se había consumado? Muchas veces cuando leemos este pasaje, la primera asociación que realizamos es la de relacionar esta frase con la vida del Señor Jesucristo que se consumía, que se extinguía en la cruz, pero si Jesús al expresar "consumado es", se hubiera referido solo a su debilidad física, tal vez habría dicho algo distinto, algo como "consumido es", o "consumido soy". En realidad, cuando Jesús habla de algo que se ha consumado, se está refiriendo a mucho más que su estado físico. Para este momento en que se encuentra a punto de expirar, Jesús ha sido objeto de toda la maldadd y todo el oprobio que un hombre puede recibir sobre su persona; ha sido ofendido, insultado, humillado, escarnecido (se han burlado de él); ha sufrido físicamente, ha sido azotado, mutilado; el colmo, en su sed le dieron a beber vinagre. Y por si fuera poco, se encuentra sufriendo todo el dolor que espiritualmente le provoca el estar allí cargando con los pecados de una humanidad. ¿Qué significa esto de cargar con los pecados de la humanidad? ¿Es solo un decir? Permítame responderle con otra pregunta: ¿Los cristianos pecan?... Usted, yo, la iglesia de Dios, los cristianos ¿pecamos? Ciertamente pecamos, por desgracia pecamos, porque aunque dirigidos por el espíritu Santo hacemos lo posible por huir del pecado, a veces caemos, y ocasionalmente, pecamos. Ahora bien, ¿le ha pasado que cuando peca, y usted sabe que ha pecado, se siente mal? ¿Le ha pasado que cuando peca, y usted es consciente de que ha pecado le dan ganas de llorar? ¿Ha sentido alguna vez esa gran pesadez que produce en los creyentes la consciencia del pecado? Pues bien, imagínese esa pesadez multiplicada por todos los pecados que usted ha cometido en su vida. Ahora imagínese esa pesadez multiplicada por todos los pecados de todos los actuales habitantes de este planeta. Finalmente imagínese esa gran pesadez multiplicada por todos los pecados de todos los habitantes de este mundo desde hace 2000 años y hasta el fín de los tiempos. Eso exactamente era lo que espiritualmente estaba sufriendo Jesús, y sin embargo, en medio de todo ese dolor y sufrimiento lanza la expresión "consumado es" no como una expresión de dolor, sino como una expresión de triunfo, de gozo, de victoria. Es la expresión de alguien que sabe que ha consumado una obra, que ha cumplido su tarea, y así era efectivamente. Jesús, que en todo momento era consciente de lo que estaba viviendo sabía en primer lugar que había cumplido exitosamente la voluntad de Dios. A Jesús, su actual condición no le tomó por sorpresa; cuando venía a Jerusalén, él sabía que venía a morir, por eso cuando ora en Getsemaní dice: "Si es posible, pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero sino como tú" (Mt. 26:39), porque su consigna era cumplir con la voluntad de Dios, nos había enseñado a orar "Hágase tu voluntad" (Mt. 6:10) Por lo tanto su muerte es voluntaria "Nadie me quita la vida, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar" (Jn. 10:18); No podía ser de otra forma; los hombres no pueden matar a Dios, tenía que ser así para demostrar que Dios es Justo. Jesús dice "consumado es" porque en principio sabe que todo esto era parte del plan de Dios y él ha cumplido exitosamente con la voluntad de su Padre. Jesús sabe además que al entregar su vida en sacrificio, culmina su ministerio en la tierra. Cristo, siendo Dios, dejó su gloria para venir a habitar entre nosotros "Y aquél Verbo fué hecho carne y habitó entre nosotros" (Jn. 1:14). Durante más de treinta años anduvo entre pecadores, y ahora, al entregar su vida, terminan también sus limitaciones a las leyes naturales de este mundo. Ahora va al Paraíso: "Y ya no estoy en el mundo, más estos están en el mundo, y yo voy a tí" (Jn. 17:11) En segundo lugar, Cristo sabe que para este momento están terminando de cumplirse todas y cada una de las profecías que sobre él se han escrito; así, al ser humillado, al ser escarnecido, al ser horadados sus pies, al ser repartidos sus vestidos, Jesús está viendo cumplirse todo lo que durante siglos se fué plasmando en las escrituras. Por si fuera poco, Jesús sabe que ha cumplido lo que ningún ser humano pudo hacer ni antes ni después de él: ¡Había cumplido la ley! "No he venido para abrogar la ley sino para cumplirla" (Mt. 5:17) Ha dejado con esto satisfecha la justicia de Dios. El conflicto de todas las edades ha sido ganado, nunca más los hombres harán sacrificios repetitivos. Jesús ha entregado su vida en sacrificio por todos los hombres, por todos sus pecados, una sola vez y para siempre. Jesús sabe que ha ganado la reconciliación entre Dios y los hombres. El puente se ha tendido, Satanás ha sido vencido en la cruz y nuestro Señor ha ganado la salvación para todos nosotros, a partir de ahora, el perdón se ofrece a cambio de fé. "Consumado es, es ciertamente un grito de gozo sobre una obra maestra que ha sido concluída; una obra maestra que solo alguien podía haber llevado a cabo, y ese alguien, ese alguien es nuestro Señor y Salvador, Cristo, Jesús. Amén |
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