El pasado fin de
semana realizamos Rodulfo y yo una excursión largamente esperada: el Cofre de Perote, una
montaña de verdad hermosa, y completisima, evidente parteaguas entre el altiplano central
y el Golfo de México, y donde se pasa de la sequedad del altiplano a la vegetación
tropical del golfo.
Salimos de la ciudad a las 5:00 AM (la idea era salir a las 4:00, pero la verdad pudo
más mi holgazaneria), llegamos a Perote como a las 9:00, desayunamos y dejamos el coche
encargado. Tomamos un taxi a la población de Los Altos ($80), y desde ahí iniciamos la
caminata.
Saliendo del pueblo se camina por un hermoso bosque de oyameles hasta llegar a una
represa que sirve de almacen de agua para el pueblo, de ahí, comienza un paisaje
tipicamente de alta montaña, con pastizal y roquerio, se sube hasta la cima sur del Cofre
ascendiendo por una cresta que nos muestra por un lado el altiplano, y por el otro, un
paisaje de borque de un verde increible. Desafortunadamente, en este punto la nelina se
hizo bastante espesa y no pudimos admirar las formaciones rocosas que tanto me habia
mencionado Rodulfo, los farallones, y que solo se medio veian a través de la niebla, aun
así, son de verdad impresionantes. Hasta antes de llegar aquí, el estado del tiempo
habia sido excelente con una mañana soleada.
De la cima sur, se baja un poco para despues ascender al punto más alto de la
montaña, la uspide del gigantesco roquerio casi cúbico, coronado por una infinidad de
antenas de TV y de telefonía, que arruinan el paisaje. Aun así, eso no amaina la
emoción de pisar la cima de una montaña tan hermosa.
Comimos un poco abajo de la cima, e iniciamos el descendo ahora por otro lado de la
montaña, teniendo como objetico alcanzar el poblado de Templaderas antes del anochecer y
poder instalar el campamento. La niebla fue una buena justificación para reconocer que
nos perdimos durante al menos una hora, buscando un camino borrado por la vegetación y
los deslaves, además de que los incendios del año pasado causaron estragos en esa
sección del bosque, acabo por confundirnos y nos hizo subir una ladera que tenia más o
menos el rumbo deseado y donde suponiamos que deberismo de cruzar el camino en algun
momento. Por fin aparecio el dichoso camino y llegamos a las afueras de Tembladeras casi a
las 19:00 horas.
Despues de cenar, ya en la tienda, jugamos un poco de ajedrez, hicimos oración dando
gracias a Dios por el dia tran extraordinario que estaba pasando, donde el clima como
siempre respetó nuestra marcha hasta montar el campamento. Pero principalmente dimos
gracias a Dios por la amistad que permite con el mutuo apoyo, alcanzar estas pequeñas
metas que poco a poco van acercandonos a los objetivos que cada uno se va trazando, tanto
en la montaña como fuera de ella. Pedimos por nuestras familias, mi novia, y todos a
quienes amamos y nos esperan siempre, preocupados por nuestro bienestar.
Yo duermo muy bien en la montaña, pero esta salida tuve un sueño especialmente
reparador. Mientras Rodulfo hacia el desayuno, yo levante el campamento, esta separación
de funciones fue muy util para poder emprender la marcha en forma rápida, y creo que es
una muy buena estrategia para todo campamento.
El espectaculo natural del camino de tembladeras a Xico Viejo, es increible, por la
vegetación, la cantidad de agua que desciende de la montaña, las cascadas, los valles
cubiertos de una alfombra de pastos verdes y el ganado que pasta placidamente por todos
estos lugares. De verdad que es cierto lo me dijo Rodulfo: esta es la Suiza de México. Es
increible como pasamos en una sola jornada de la alta montaña a la vegetación tropical,
y si caminamo un poco más, hasta cafetales hubieramos cruzado.
De regreso a México, sobre la carretera encontramos la desviación a Cantona, hasta
ese momento una zona arqueológica de la que muy poco sabiamos, decidimos visitarla
(¿porque hacer un viaje tan largo y no explotar todas las posibilidades? ¿no creen que a
veces es un desperdicio el ir solo a la montaña y no visitar otros lugares de interes?).
Cantona es impresionante, tanto por su tamaño (solo esta explorado el 1% y aun así
tardamos casi dos horas recorriendola), como por su arquitectura e ingenieria: una ciudad
por completo urbanizada, con un increible sistema de calzadas, con muros, edificios y
calles construidos sin usar cemento o cosa parecida. De verdad vale la pena visitarla.
Bueno, podria escribir bastantes líneas más, pero nunca terminaria y prefiero
compartir este momento con ustedes antes de que el tiempo se encargue de que quede un poco
fuera de lugar tras otras aventuras.