DE O´LAROUCO


ESTANDAR DEL SAMOYEDO


CONFORMACIÓN GENERAL.


  1. ASPECTO GENERAL. El Samoyedo, que es en esencia un perro de trabajo, debe presentar un cuadro de belleza, vigilancia y fortaleza, con agilidad, dignidad y gracia. Como su trabajo radica en climas fríos, su pelo debe ser grueso y resistente a la intemperie, muy acicalado y de buena calidad, más bien que cantidad. El macho lleva más "gola" que la hembra. No debe ser de espinazo largo, ya que un espinazo débil lo haría prácticamente inútil para su trabajo legítimo. Pero al mismo tiempo, un cuerpo de lomo corto lo colocaría en gran desventaja como perro de tiro. Los criadores deben aspirar a un término medio afortunado, un cuerpo no largo pero musculoso, que permita libertad, con un pecho profundo y costillas bien curvas, cuello fuerte, frente recta y en especial lomos fuertes. Los machos deben ser de aspecto y modales masculinos, pero sin agresividad injustificada; las perras, femeninas, pero sin debilidad de estructura o dulzura de temperamento aparente. Las perras pueden ser algo más largas de espinazo que los perros. Deben ofrecer el aspecto tanto de ser capaces de una gran resistencia como de ser libres de ordinariez. Debido a la profundidad requerida del pecho, las patas deben ser moderadamente largas. Debe rechazarse un perro de patas muy cortas. Los cuartos traseros deben ser, en particular, muy resistentes; las articulaciones de las rodillas, bien dobladas, y debe penalizarse con severidad cualquier indicio de rodillas defectuosas o de corvejones de vaca. El aspecto general debe incluir el movimiento y la conformación general, indicando equilibrio y buena carne.

  2. CONSTITUCIÓN. La constitución muestra un equilibrio con el esqueleto. El hueso es más pesado de lo que pudiera esperarse de un perro de su tamaño, pero no tan macizo como para impedir la velocidad y la agilidad deseables en un Samoyedo. En todas las conformaciones el hueso debe estar en proporción con el tamaño del cuerpo. El Samoyedo nunca debe ser tan obeso como para parecer ordinario ni tan liviano como para parecer inquieto. El peso debe estar en proporción con la altura.

  3. ALTURA. Machos: de 57 cm. +-3; hembras: 53 cm. +-3 (hasta la cruz). Un perro Samoyedo con exceso o defecto de tamaño ha de penalizarse de acuerdo con el grado de la desviación.

  4. PELO. (textura y condición). El Samoyedo es un perro con doble pelo. El cuerpo debe estar bien cubierto de una capa inferior de lana blanda, corta, gruesa, pegada con pelo más largo y áspero que crece a través de ella para formar la capa exterior, la cual se mantiene derecha desde el cuerpo y debe estar libre de rizos. El pelo debe formar una gola en torno del cuello y de los brazuelos, enmarcando la cabeza (más en los machos que en las hembras). La calidad del pelo debe ser resistente a la intemperie y se considerará más que la cantidad. El pelo caído es indeseable. El pelo debe relucir con un brillo de plata. De costumbre, la hembra no tiene pelo tan largo como la mayoría de los machos y es de textura más blanda. Color: El Samoyedo debe ser blanco puro, blanco y castaño claro. Cualquier otro color descalifica.




MOVIMIENTO


  1. PASO A MODO DE ANDAR. El Samoyedo debe trotar, no andar al paso. Debe moverse con una zancada raída, ágil y bien sincronizada. El paso debe ser libre. equilibrado y vigoroso, con buen alcance en los cuartos delanteros y buena fuerza impulsora en los cuartos traseros. Al trote debe haber una fuerte acción impulsora trasera. Moviéndose a paso lento o al trote, no habrá una sola vía, pero a medida que aumenta la velocidad las patas forman de manera gradual un ángulo hacia adentro hasta que las almohadillas, por último, caen sobre una línea directamente debajo del centro longitudinal del cuerpo. Cuando las marcas de las almohadillas convergen las patas delanteras y las de atrás se mueven derechas para viajar, sin que las articulaciones de las rodillas se volteen hacia adentro ni hacia afuera. El espinazo debe permanecer fuerte, firme y horizontal. Un modo de andar violento o afectado debe penalizarse.

  2. EXTREMO POSTERIOR. Los muslos superiores deben estar bien formados, las articulaciones de las rodillas, bien dobladas, más o menos a 45 grados con el suelo. Los corvejones deben estar bien proporcionados, definidos en forma neta y colocados a más o menos 30 por 100 de la altura de la cadera. Las patas traseras deben ser paralelas cuando se contemplan desde atrás en una postura natural, fuertes, bien formadas, no volteadas ni hacia dentro ni hacia fuera. Las articulaciones de las rodillas rectas son censurables. La doble articulación o los corvejones de vaca constituyen un defecto. Los corvejones de vaca sólo deben determinarse si el perro ha tenido una oportunidad de moverse de manera conveniente.

  3. FRENTE ANTERIOR. Las patas deben ser paralelas y rectas hasta las cuartillas. Estas deben ser fuertes, robustas y rectas, pero flexibles, con algo de elasticidad para el asentamiento correcto del pie. Debido a la profundidad del pecho, las patas deben ser de longitud moderada. La longitud de la pata desde el suelo hasta el codo debe ser más o menos de 55 por 100 de la altura total hasta la cruz; un perro con patas muy cortas debe rechazarse. Los brazuelos deben ser largos e inclinados, con un declive de 45 grados y estar colocados con firmeza. Los brazuelos o los codos salientes deben penalizarse. La separación de la cruz debe ser de dos a tres centímetros, más o menos.

  4. PIES. Grandes, largos y chatos: los pies de liebre, algo abiertos, pero no desplegados; dedos arqueados, almohadillas gruesas y duras, con crecimiento protector de pelo entre los dedos. En una posición natural los pies no deben torcerse ni hacia adentro ni hacia fuera, pero pueden hacerlo hacia adentro ligeramente en el acto de andar. El volteado hacia fuera, los dedos de pichón, los pies redondos, o de gato, o extendidos son defectos. Los plumeros en los pies no son demasiado esenciales, pero son más profusos en las hembras que en los machos.



CABEZA


  1. CONFORMACIÓN. Cráneo en forma de cuña, ancho, con ligera corona, sin cabeza redonda ni de manzana, y debe formar un triángulo equilátero sobre las líneas entre la base interior de las orejas y el punto central del ángulo craneonasal. Hocico: De longitud y ancho medianos, no basto ni apuntado; debe adelgazarse hacia la nariz y estar en proporción con el tamaño del perro y el ancho del cráneo. El hocico ha de tener profundidad. Ángulo Craneonasal: No demasiado pronunciado, pero sin embargo, bien definido. Labios: De preferencia deben ser negros y algo en curva hacia arriba en los ángulos de la boca, produciendo la "sonrisa de Samoyedo". Las líneas de los labios no deben tener la apariencia de ser gruesas ni deben caer los belfos de manera predominante en los ángulos de la boca. Orejas: Fuertes y gruesas, erectas, triangulares y algo redondeadas en las puntas; no deben ser grandes o en punta ni deben ser pequeñas ni "orejas de oso". Las orejas deben ajustarse al tamaño de la cabeza y al del perro; deben estar colocadas muy separadas, pero dentro del límite del borde exterior de la cabeza. Deben ser movibles y estar bien cubiertas de pelo en el interior; pelo abundante y separado delante de las orejas. La longitud de la oreja medirá lo mismo que la distancia que hay desde la base interior de la oreja hasta el ángulo exterior del ojo.

    -Ojos: De preferencia deben ser oscuros y estar colocados muy separados y profundos, en forma de almendra con el párpado inferior sesgado hacia un punto imaginario que se aproxima a la base de las orejas. Los bordes del ojo, oscuro, de preferencia. Los ojos redondos o salientes se penalizan. Los ojos azules descalifican.
    -Nariz: De preferencia negra, pero no se penaliza la nariz de color castaño oscuro, rojo o carne. Algunas veces el color de la nariz cambia con la edad y la intemperie.
    -Mandíbulas y dientes: Dientes fuertes, bien colocados, superpuestos muy de cerca, con mordisco de tijera. Deben penalizarse los incisivos inferiores superpuestos con separación cuando la boca está cerrada, o viceversa.


  2. EXPRESIÓN. La expresión conocida como "expresión de Samoyedo", es muy importante y está indicada por la vivacidad de los ojos, la animación y viveza de la cara cuando está alerta o ensimismado en algo. La expresión está constituida por una combinación de los ojos, las orejas y lo boca. Las orejas deben estar erectas cuando el perro está alerta; la boca debe curvarse ligeramente hacia arriba en los ángulos para formar la "sonrisa de Samoyedo".


TORSO


  1. CUELLO. Fuerte, musculoso, llevado erecto con altivez, colocado sobre los brazuelos inclinados para llevar la cabeza con dignidad cuando está atento. El cuello debe fundirse en los brazuelos en un arco gracioso.

  2. PECHO. Debe ser profundo, con costillas bien curvadas hacia afuera desde la espina y aplanadas en los lados para permitir el movimiento correcto de los brazuelos y libertad para las patas delanteras. El pecho no debe tener forma de barril. La profundidad perfecta se aproxima al extremo de los codos y la parte más profunda debe estar detrás de las patas delanteras, cerca de la novena costilla. El espacio para el corazón y los pulmones está asegurado más por la profundidad del cuerpo que por el ancho.

  3. LOMO Y ESPINAZO. La cruz constituye la parte más alta del espinazo. Lomos fuertes y arqueados. El espinazo debe ser recto hasta el lomo, de longitud mediana, muy musculoso y no largo ni de corto acoplamiento. El perro debe ser "casi cuadrado", siendo la longitud 5 por 100 más que la altura. A las hembras se les autoriza a ser algo más largas que los machos. El vientre debe estar bien formado y ser de músculo bien apretado y, con la parte de atrás del tórax, debe ascender en una curva agradable (cintura pequeña). El anca debe ser amplia, algo en declive, y tiene que continuar en forma imperceptible hasta el nacimiento de la cola. La cola debe ser moderadamente larga, que termine el hueso de la cola, más o menos, en el corvejón cuando está baja. Debe estar cubierta con profusión de pelo largo y llevada hacia adelante sobre el espinazo o el costado cuando el perro está alerta, pero algunas veces la deja caer cuando se halla en reposo. No debe estar colocada ni alta ni baja y debe ser móvil y suelta, no ajustada sobre el espinazo. Un doble gancho es un defecto. Para juzgar, un juez debe ver la cola una vez sobre el espinazo. Disposición: Inteligente, noble, leal, adaptable, despierto, lleno de acción, ansioso de servir, cordial pero moderado, no receloso o asustadizo, no agresivo. Se penalizará con dureza la agresividad no provocada.



DESCALIFICACIONES






COMENTARIOS


Cuando una raza de perros se populariza y se pone de moda siempre corre el riesgo de que sea perjudicial tanta popularidad. Esto implica una cría mayor de lo normal y siempre un descenso de la calidad de los productos criados. Cuando esto ocurre siempre se trata de justificar los defectos que hacen que el perro criado se aparte del ideal marcado en el estándar. En España el Samoyedo está sufriendo en estos momentos su alta popularidad y se está notando tanto en la calidad de los ejemplares que se ven en exposiciones como en los que se ve a diario por la calle. Sin duda, al haber aumentado en gran número los ejemplares tanto criados como importados han aumentado no solamente los malos, sino que ha repercutido en los buenos.

El tratar de enmascarar la realidad no le puede hacer ningún bien a la raza, por eso cuando nos encontramos con un perro de grandes y puntiagudas orejas y un morro desproporcionado en su largura es un error tratar de justificar con el tan traído y llevado: es que este perro es de tipo lobo, no de tipo oso. Otro comentario que he oído cuando tienes delante un perro desproporcionado en cuanto a largura de sus patas es: este perro es de línea americana, por eso es más grande. Tanto una cosa como la otra están fuera de lugar, pues aunque todos sabemos que en su formación actual los primeros criadores utilizaron perros de diversas líneas y que los americanos agrandan todo lo que tocan, el estándar de la raza se debe de interpretar olvidándonos de líneas y del país de procedencia del perro.


CARACTER


El Samoyedo casi desde que abre los ojos muestra una especial predisposición a derrochar simpatía. Cualquier Samoyedo que se precie sabe perfectamente cómo mover su rabito, dar la mano y cómo sonreír a modo de salutación.

El Samoyedo tiene unas condiciones innatas para el juego, desde que nace hasta que se muere de viejo, juegan hasta el último momento.

El Samoyedo es siempre un pequeño payaso, que busca provocar la hilaridad de propios y extraños, aunque para él nadie es totalmente extraño, pues es amigo de todo el mundo o cuando menos arrancar una sonrisa o una caricia, o ambas cosas a la vez. Es el compañero ideal de juegos y deportes para niños y jóvenes. Le encanta la gente joven. Disfruta enormemente paseando y corriendo por el campo, bañándose en la playa o en el río, nadando con o sin su amo, chapoteando en los charcos cuando llueve, revolcándose en la nieve, haciendo "footing", si su amo hace "footing", etc...

Es compañero ideal de personas solas, pues es muy inteligente y sensible y sabe captar las necesidades de afecto de su amo, de forma que puede llegar a convertirse en un auténtico amigo y se comportará exactamente como su amo desea.

Se pegan mucho al amo, en la cama, en el sofa,etc... pero no es por comodidad, sino por estar junto al amo, al que ancestralmente, en su Siberia de origen, tenía que suministrar calor con su cuerpo. Perfectamente un Samoyedo puede vivir en un piso. Incluso en un piso pequeño; más aún, reducido a un pequeño espacio dentro de la casa, siempre y cuando se le dé a diario un gran paseo, eso aparte de los rituales paseos para evacuar ciertas necesidades fisiológicas, que deben hacerse siempre a la misma hora.

Dentro de casa el Samoyedo buscará siempre la proximidad del amo o de la familia; pero, eso sí, a veces también tendrá ratos de "retiro espiritual", metido debajo de una cama, detrás de una butaca, en la terraza, etc...

Gustan de pasar la noche al sereno, en la terraza, en un porche o a la intemperie sin más. Pueden dormir bajo la helada y la escarcha panza arriba, con los pelos de la barriga completamente helados. Ellos aquí no notan el frío, pues hay que tener en cuenta que están preparados para resistir temperaturas de hasta 60 grados bajo cero.

No obstante lo dicho anteriormente, los samoyedos se adaptan perfectamente a nuestro clima y pasan el verano como cualquier perro celtíbero, con tanto calor como pueda sentir otro cualquiera de raza autóctona. Quizá de menos muestras de sofoco ante el calor estival. Se les ve persiguiendo lagartijas o corriendo detrás de los pájaros a las tres de la tarde en pleno mes de julio. Se ha observado como los samoyedos viven felices y con pelo buenísimo en el Levante y en el Sur españoles. Hay muchos de ellos viviendo por toda la costa sur oriental de España y todos tiene un pelo envidiable.

Durante años y años no se les conoce enfermedades a los samoyedos. El dueño de un samoyedo casi puede olvidarse del veterinario, a no ser para vacunaciones y desparasitaciones, pues el Samoyedo no tiene propensión a ningún tipo de enfermedad. Es más, llega a viejo, a muy viejo, por lo general, sin haber estado enfermo nunca.

Son muy parcos en la comida los samoyedos. Comen poca cantidad, y no a diario. Hay que tener en cuenta que su naturaleza está preparada para trabajar mucho, corriendo con los rebaños de renos, tirando de las barcazas en la orilla de los ríos, arrastrando trineos o cazando, y encima de todo ello mal alimentados, pues sus amos y criadores originales eran tribus de economía muy pobre, y por tanto no podía sobrealimentar a sus perros.

Algunas personas suelen asustarse ante el pelo del Samoyedo, pensando que necesita peluquería continuamente o que la casa va a estar permanentemente llena de pelos, pero nada de eso es cierto. El Samoyedo necesita, como mucho, dos o tres baños al año, y más para evitar que coja parásitos que para limpiarle, pues tiene un tipo de pelo que rechaza la suciedad. En cuanto a los pelos, si se le cepilla dos o tres veces en semana, no más, no habrá pelos por la casa. Es muy fácil de educar, pues es muy inteligente y capta perfectamente las enseñanzas que se le imparten. Pero si se da cuenta de que no hay disciplina o que el amo no es muy tenaz intentará hacer su voluntad, de la mañana a la noche, con la mayor frescura. A un Samoyedo hay que decirle quinientas veces al día que no, y si a la cuatrocientas noventa y nueve el amo se rinde ya está perdido. El Samoyedo procura hacer siempre lo que quiere, pero, eso sí, con gracia y simpatía, lo cual es peor porque no se le nota.

Los primeros exploradores del Ártico manifestaron inmediatamente su preferencia por estos perros terriblemente dóciles y simpáticos. Sin embargo no admiten un trato autoritario ni despótico. Necesitan un trato de camaradería, casi de tú a tú.


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