ZAZEN
(la postura del despertar)

Sentado sobre un cojín, cruce las piernas y mantenga el tronco derecho.
No incline el cuerpo ni hacia la izquierda ni hacia la derecha, ni hacia adelante ni hacia atrás.
La cabeza debe estar derecha, manteniendo las orejas en el mismo plano vertical con los hombros y la nariz en la misma línea vertical con el ombligo.
La boca debe permanecer cerrada y los dientes en contacto en una mordida natural (sin tension), la lengua apoyada contra la raíz de los dientes superiores (inmóvil).
Relaje los músculos abdominales.
La respiración debe ser suave y armoniosa.
La mano izquierda reposa sobre la mano derecha, palmas hacia arriba y los pulgares se tocan sin tensión y permanecen horizontales. Las manos deben describir un óvalo rectangular y el borde interior de las manos debe estar apoyado contra el abdómen unos cuatro a seis dedos debajo del ombligo.
Observe los pensamientos sin tratar de agarrarlos ni rechazarlos.
El único objetivo de la práctica debe ser la práctica misma.
No busque recompenzas a partir de zazen.
Durante zazen, el cuerpo es como un arco tenso y el espíritu la flecha que apunta a la realidad.

(Regrese al estado natural del cuerpo y de la mente)

Estructura geométrica de la postura de Zazen