Una luz en la oscuridad

por Alondra


El perder temporalmente un sentido dará una lección muy importante sobre la vida a una persona muy especial...


Ya han pasado más o menos 5 años después de la derrota de Cell y la tierra vive en paz, una paz... largamente esperada para muchos de los habitantes que luego de los horrores vividos por culpa del monstruo, les era bien merecida. Todos nuestros amigos, y no me refiero a otros que a los Z Shenzi... vivían sus vidas normalmente, aunque algo opacadas por la ausencia de Goku, un amigo al cual todos querían y que rehusó regresar a la vida por voluntad propia, ya que así la vida en la tierra sería más tranquila, ya que el mismo dijo en una ocasión que su sola presencia era la causa de todos los problemas...

Capsule Corp. - Laboratorio de máquinas.

Bulma se encontraba arreglando un nuevo prototipo de un piloto automático, que supuestamente funcionaba sólo con la ayuda de la voz, y al parecer tenía algunos problemas...

De pronto Bulma sintió pasos en los salones contiguos acompañados de unas risas que se acercaban rápidamente. Sonriendo, ya se imaginaba quien podría ser...

Era Trunks, quien ahora tenía 6 años, regresaba luego de una larga mañana en la escuela y por su semblante se le notaba muy contento.

Trunks ya estaba a punto de irse, cuando de la nada, una enorme explosión sacudió el laboratorio y con él, toda la Capsule Corp. Bulma se cubrió como pudo debajo una mesa y Trunks tuvo que maniobrar para que no le cayeran encima el resto de los objetos del taller y afortunadamente también pudo eludir la caída de un motor que a causa de la explosión se había despendido de las cadenas que lo sostenían del techo . Cuando todo dejó de temblar, Bulma abrió los ojos y llamó desesperadamente a Trunks...

Ambos fueron corriendo a toda velocidad hacia la cámara de gravedad y cuando estaban cerca, una densa nube de humo y polvo les impidió el paso, pero eso no les importó y se abrieron paso entre la humadera mientras ésta se iba disipando. Bulma se percató que la puerta que cerraba la cámara de gravedad estaba rota y al entrar en la sala, vieron que la máquina de gravedad estaba totalmente destruída y pedazos de paredes y techo de la sala estaban regados por todas partes, toda la sala estaba inundada de escombros. Bulma se puso pálida al no ver señales de su esposo...

Como si sus ruegos hubieran sido escuchados, unos escombros comenzaron a removerse muy cerca a donde se encontraba ella, asústandola en el proceso. Al cabo de unos instantes, con mucha dificultad, el príncipe de los saiyas emergió totalmente lastimado y derramando abundante sangre de sus muy numerosas heridas... pero estaba ileso... aparentemente. Trunks al sentir el débil ki de su padre, corrió hacia donde se encontraba él y se detuvo junto a su mamá. Bulma no sabía que hacer, si llorar de alegría por encontrarlo con vida... o darle un buen golpe por la estupidez que acababa de cometer. Bulma frunció el ceño y disimulando sus lágrimas, le gritó a su esposo...

Vegeta la miró levantando un ojo, aunque con dificultad porque la sangre le estorbaba la mirada... una mirada que comenzaba a nublarse poco a poco de sus ojos. Apretando los dientes por el dolor dijo...

El niño, entre asustado y confundido, asintió y fue a toda prisa a llamar por teléfono al médico de la familia. Luego de esto regresó hacia donde se encontraba su mamá y la ayudó a llevar a su padre con mucho cuidado hacia su habitación. Una vez allí, Bulma limpió lo mejor que pudo las heridas de Vegeta y aguardaron hasta que llegara el médico.

Al cabo de un rato, el médico llegó y prontamente cauterizó, curó y vendó las heridas del saiya. Bulma y Trunks lo observaban atentamente y una vez que terminó, el médico se dirigió hacia ellos y dijo...

A todo esto que ocurría en la habitación, Vegeta comenzó a reaccionar, siento detectado por Trunks...

El saiya lentamente comenzó a recobrar la conciencia y al sentir la presencia de su esposa e hijo, dijo entrecortado...

Bulma y su hijo se miraron confundidos, ya que apenas eras las dos de la tarde y hacía un día soleado a plena luz...

Con un potente grito, Vegeta se transformó en super saiyajin y totalmente fuera de control se incorporó de la cama y trató de de andar, pero el intenso dolor que sentía no se lo permitía. Al mismo tiempo, se habían generado unas intensas corrientes de aire en la habitación, provocadas por Vegeta al transformarse en SSJ, que hacían girar todos los objetos alrededor (algo parecido a "Poltergeist"). Bulma y Trunks se aferraron al marco de la puerta, mientras el doctor se sujetaba de un armario para no salir despedido por las potentes corrientes de aire...

Trunks calculó la distancia, y de un salto corrió hacia donde se encontraba su padre, golpeándolo de lleno en la espalda y tirándolo al suelo (recordemos que en esa época Trunks todavía no podía convertirse en SSJ, pero eso no significaba que no fuera fuerte). Una vez en el suelo, el niño le aplicó una llave a su padre, doblándole el brazo por la espalda, pero sentía que no iba poder soportar mucho tiempo así con su padre gritando y revolviéndose debajo suyo...

Bulma miró con ojos aterrados lo que había pasado, pero para alivio suyo parecía que tanto el médico como su hijo no habían sufrido daños. Luego desvió su vista hacia Vegeta, que de pronto comenzó a tambalearse y dejando el estado de SSJ, se desplomó perdiendo el conocimiento.

Trunks puso una cara que parecía un poema de expresiones, mientras Bulma hacía lo posible por mantener la calma..."Mejor no le digo nada porque si no...".. pensaba molesta por el comentario anterior...

Horas más tarde...

Bulma se encontraba en la sala de espera de uno de los pasillos del hospital mientras Trunks estaba muy entretenido observando a los pececitos de un enorme acuario. De pronto, se escuchó la voz de una enfermera...

El doctor se encontraba revisando con aire preocupado unas placas que estaban en una pantalla iluminada. Al escuchar la puerta abrirse, dijo....

Al cabo de unas horas, Vegeta se encontraba descansando aún bajo los efectos del sedante en su habitación, mientras Trunks lo observaba en silencio desde la puerta...

Mientras pensaba, el príncipe de los saiyas comenzó a reaccionar al pasar poco a poco los efectos del sedante. Trunks, al darse cuenta de esto, corrió a llamar a su madre que se encontraba haciendo la cena. Al cabo de unos minutos Bulma llegó y colocándose a su lado en la cama, tomó su mano y lo llamó suavemente...

Hubo un largo silencio entre ambos. Vegeta estaba cabisbajo y Bulma no sabía que decir. Finalmente, dijo con voz calmada...

Al no oír contestación del saiya, Bulma salió de la habitación.

Días después...

Bulma se encontraba haciendo el almuerzo, cuando escuchó la puerta de entrada abrirse, señal inequívoca de que Trunks regresaba de la escuela. El niño la saludó efusivamente y de frente subió corriendo las escaleras. Al cabo de un rato, mientras colocaba la mesa, Bulma escuchó bajar a su hijo que sin voltear a verla, se sentó en la mesa con una espresión triste en sus ojos. Bulma dejó lo que estaba haciendo y tocando su alborotada y morada cabellera dijo...

El niño asintió sin dejar de comer, mientras Bulma subía llevándole la comida a su esposo. Pensaba preocupada en lo que había pasado... al parecer a Vegeta le había afectado mucho el perder la vista, pero eso no era justificación para tratar mal a su hijo. Esta vez hablaría con él muy seriamente, pasara lo que pasara. Al llegar a la habitación, cambió su expresión y dijo con voz alegre...

Vegeta se quedó solo en medio de su habitación...sentado en su cama, con la vista fija. Las palabras de su esposa aún resonaban en su cabeza y de pronto... su cerebro comenzó a trabajar y musitó...

Luego de decirlo se incorporó y tanteando el aire, trató de llegar al armario con la intección de sacar su ropa habitual y vestirse, como casi toda su ropa era igual eso no presentó problema. Luego, avanzó con rumbo al corredor, apoyándose en las paredes y agitando sus manos en frente de él para evitar tropezar con algún objeto. Vegeta estaba acostumbrado a sentir el ki de las personas, aunque no pudiera ver, y podía guiarse de sus movimientos para sentirlos, pero otra cosa era avanzar a ciegas, en medio de muchos objetos inertes, que no tenían ki y eso era una gran incomodidad para él. Mientras avanzaba ya se había chocado con un marco de puerta, además de una lámpara que estaba como adorno de pared y eso lo había irritado bastante...

Sin darse cuenta, Vegeta tropezó contra una pequeña mesita de adorno, golpeándose la pierna y al tratar de detener su caída, el saiya se sujetó de una saliente, que no era sino un mueble que estaba adornado con un jarrón, que terminó hecho añicos al caer contra el suelo. Vegeta trató de levantarse como pudo y terminó apoyado con las manos y rodillas en el suelo. Esto era demasiaso para él... se sentía miserable... inútil... incapaz de hacer algo por su propia cuenta.

Vegeta sentía que ya no podía más, la rabia y frustración lo estaban carcomiendo por dentro. Apretó los puños y de pronto, se escuchó el sonido de un goteo... eran lágrimas... de sus ojos brotaban gruesas lágrimas... por todo el tiempo que había tenido que soportar en ese estado. Toda su desesperación y amargura brotaban en forma de lágrimas... un saiya jamás debe llorar, pero Vegeta ya no estaba en su planeta y era la única manera de desahogarse... aunque le pesara por dentro. Vegeta trataba de contener el llanto con grandes esfuerzo y respiraba agitadamente... Bulma se percató de esto y rodeándolo con sus brazos, susurró...

Luego de escuchar estas palabras, Vegeta dejó salir un sonido profundo de su garganta, algo parecido a un llanto, como un gruñido... y dejó que las lágrimas siguieran corriendo por sus mejillas... libremente...

Días después...

Bulma se frotaba las manos nerviosamente, mientras el médico examinaba los ojos de Vegeta con una linterna especial, como la que usan los médicos. El saiya se encontraba sentado mirando al vacío, como se había acostumbrado a hacer en los últimos días. Finalmente, el doctor dijo...

De nuevo un flash de luz, pero esta vez era azul, pasó por sus ojos y Vegeta se mantuvo inmutable, hasta que de pronto dió un titubeo y dijo...

Luego de ese incidente, encontramos a Bulma manejando su air-car de regreso a su casa, con un enfadado Vegeta en el asiento de al lado. Hubo un silencio muy largo entre ambos, hasta que el príncipe de los saiyas se decidió a tomar la palabra...

Vegeta no dijo nada hasta que aterrizaron y cuando el motor del aparato se detuvo, suspiró y poniendo su mano en la de su esposa contestó:

Vegeta escuchó el ruido de la explosión de una cápsula y trató de imaginarse lo que era. Pronto sintió un objeto alargado entre sus manos y lo tanteó. Luego escuchó la voz de su esposa...

Sin darse cuenta, Vegeta había tropezado con una pequeña piedra y calló de bruces al suelo. Rabiando, se levantó y sin darle tiempo a su esposa de decirle algo, gritó...

Al entrar a la casa, Trunks se encontraba sentado en un sillón practicando con su armónica y al sentir la presencia de sus padres se alegró y corrió hacia ellos...

Trunks se le quedó mirando confundido y Bulma, suspirando, fue hacia la cocina a preparar la cena. Luego de unos momentos, el niño decidió acercarse a su padre y preguntó...

Trunks puso el instrumento en sus labios y una melodía comenzó a salir conforme soplaba por los diferentes agujeros de la armónica. Era una canción dulce... y Vegeta no tenía idea que su hijo supiera tocar así, tal vez era cierto que lo había ignorado... pero ahora tenía otras cosas más importantes en que pensar... como en su vista... lo que dijo el doctor... pero, por ahora, haría una excepción...

Cuando Trunks terminó de tocar, miró a su padre impaciente como esperando su aprobación. Vegeta, luego de un rato, se levantó y caminó hacia donde estaba su hijo. El niño no sabía que le diría su papá y tenía miedo que le recriminara o que le dijera que era una tontería, como siempre le decía.

Trunks lo observó alejarse y pensó en sus palabras... ¿le habría gustado?... conociendo su manera de ser, eso no lo sabía, lo que sí le daba gusto era que su padre no lo había despreciado ni ignorado.... y sonrió muy contento.

Conforme avanzaban los días, Vegeta pasaba la mayor parte del tiempo caminando por toda la Capsule Corp. tratando de memorizar los pasillos y rutas, al igual que los objetos que podrían causarle problemas, ya que no podía entrenar, era lo único que podía hacer... practicar con el bastón. Era una situación muy humillante para él... tener que depender de un objeto alargado para su desplazamiento... lo único bueno era que ninguno de sus conocidos sabía por lo que estaba pasando...¡no!...¡jamás!... que alguno de los amigos de Kakarotto lo supiera ya sería lo último y lo destruiría por completo, así que en este asunto la discreción era lo primordial.

Un día, muy temprano por la mañana, Vegeta se levantó muy sigilosamente, se puso su ropa de entrenamiento y salió al corredor, teniendo mucho cuidado de no chocar con ningún objeto para no hacer ruido. Mientras caminaba sujeto al barandal del corredor, murmuraba:

Sin previo aviso y con un movimiento, Vegeta saltó la baranda y ágilmente aterrizó en el piso de la planta baja, sin siquiera usar sus poderes de levitación y sin hacer gran ruido. Cambiando su expresión, dijo...

Terminando de decirlo, caminó hacia la cámara de gravedad, y no tuvo necesidad de usar el bastón ya que tantas veces había pasado por allí que ya se conocía el camino de memoria.

Rato después...

Vegeta había empezado su entrenamiento en la cámara de gravedad que había consistido casi íntegramente en ejercicios de calentamiento, ejecutados sin gravedad al principio para comprobar la resistencia de su cuerpo. Hasta ahora, no se le habían presentado problemas, ni molestias, cosa que le agradó bastante, así podría entrenar sin dificultades. Una vez que terminó con su serie de lagartijas, dijo:

Tanteando el aire, caminó hacia donde se suponía que estaba la máquina de gravedad que al parecer su esposa ya la había reparado. Alcanzó los controles y recorrió sus manos por el tablero tratando de encontrar el botón de encendido. Sonrió al encontrarlo, pero al apretarlo, se llevó con la sorpresa de que la máquina no funcionaba...

Horas más tarde, en la Capsule Corp. reinaba un ambiente muy tranquilo y eso que era un día de semana cualquiera. También se debía a que Bulma había salido a hacer algunas compras al centro comercial, no sin antes recomendarle a su esposo muchas veces que no cometiera alguna de sus tonterías... cosa que el príncipe de los saiyas ya estaba cansado de escuchar... escuchar... era lo único que podía hacer hasta el momento. No hacer nada era muy difícil para alguien como él... acostumbrado a una vida activa. Maldecía el día que le vino a pasar ese accidente que le quitó la vista. Un mundo oscuro, muy diferente al que él conocía lo tenía relegado a un lado... a su parecer... pero no quería sentirse como un inútil. Pronto, sus pensamientos fueron cortados por una voz infantil que pasó de un lado a otro, corriendo por todas partes. Su hijo... nunca se había tomado la molestia de saber lo que hacía en casa mientras el se encontraba encerrado en la cámara de gravedad... pero al parecer, lo único que hacía era correr por todas partes como un caballo desbocado, con una energía que al parecer no se le acababa nunca... como se parecía a él. Rápidamente, sacudió su cabeza y desvió sus pensamientos...

Minutos después...

El niño calculó la distancia y le lanzó un tiro directo a su padre, pero midiendo un poco su fuerza, conciente que su papá aún no se había recuperado del todo. Vegeta se quedó inmóvil y en el último instante, detuvo la pelota sin casi moverse. Luego dijo...

Tal y como dijo, Trunks lanzó la pelota con mucha más fuerza que la vez anterior. Vegeta notó que la pelota cambiaba de dirección al sentir los movimientos del aire y guiándose de eso, pudo atraparla sin problemas. Luego sonrió levemente...

Mientras tanto, a unas millas de la capital del Oeste, se podía ver en el cielo una estela amarilla que iba a toda velocidad, provocada por una extraña nube que llevaba a su destino a unos singulares pasajeros, viejos conocidos de nosotros...

Al llegar a la ciudad, la atravezaron rápidamente hasta llegar a la Capsule Corp. y cuando ya estaban muy cerca de su destino, Gohan detuvo a kintoun de golpe, porque no podía creer lo que veían sus ojos. Goten preguntó extrañado...

Mientras tanto, ajeno a lo que ocurría cerca de allí, en el jardín de la Capsule Corp. el juego... no, perdón... el entrenamiento, continuaba. Trunks había puesto en serios aprietos a su papá con sus lanzamientos... pero a pesar de eso, conseguía detenerlos todos sin problemas. Aunque no lo quisiera admitir, Vegeta la estaba pasando bien con su hijo, y eso que siempre lo había visto jugar a este juego con sus amigos, nunca se había decidido a probarlo por varias razones... orgullo... entrenamientos... ideas contrarias suyas... todo el tiempo que había perdido, era increíble. Bulma siempre le había dicho que pasara tiempo con su hijo, pero él nunca tomó sus comentarios en serio... tal vez... sólo tal vez... él era quien estaba equivocado.

Pero en eso, un ki familiar, no... dos kies, lo pusieron el alerta y se puso nervioso al descubrir quienes eran. Frunciendo el ceño, dijo irritado:

Goten, ignorando la conversación de su amigo y hermano, se acercó hacia donde estaba Vegeta y lo observó, mientras pensaba inocentemente...

Volteó a ver a su amigo que seguía charlando con Gohan y asegurándose que nadie lo veía, apuntó y lanzó la pelota con todas sus fuerzas hacia el príncipe de los saiyas, que en ese momento estaba desconcentrado y nada pudo hacer para evitar el potente impacto que recibió en la frente y lo lanzó despedido unos metros lejos. El ruido de la caída del saiya, atrajo la atención de los otros chicos que corrieron hacia donde se había desplomado...

Gohan y Goten se miraron confundidos, porque ambos estaban parados frente a Vegeta... y Trunks se temió lo peor. Gohan dijo sin creérselo...

Vegeta ya no sabía que hacer... lo habían descubierto... era lo único que no quería que pasara. Ahora que los hijos de Kakarotto lo sabían irían a contárselo a sus amigos y se reirían de él para siempre... dirían..."miren al ciego... pobrecito"... "Vegeta está ciego... ahora ya no podrá ser mejor que nosotros"... entre otras ideas que se le estaban formando en la cabeza.

Vegeta trataba de contenerse para no volar a este par de insolentes de un disparo. Quería desaparecer... desaparecer de allí. En eso, escuchó otra voz:

Todos retrocedieron espantados y Vegeta, para evitar cometer una locura, partió volando con una explosión a toda velocidad rumbo al horizonte. Ya que no podía orientarse, siguió volando en línea recta a toda velocidad con los puños apuntados hacia adelante para evitar chocarse con algún objeto, como una montaña por ejemplo, pero eso no le importaba. Se sentía humillado, herido en su orgullo, un inútil que no pudo detener un tiro directo por no estar atento... si no hubiera perdido la vista hubiera pulverizado esa estúpida pelota en un instante... ¿Por qué tuvo que perder la vista?... era lo peor que le había sucedido y se sentía en desventaja... si Kakarotto estuviera vivo se hubiera burlado de él hasta cansarse.... ¡¡MALDICIÓN!!

Regresando atrás, en la Capsule Corp., todos se habían quedado parados en el sitio sin saber que decir. Finalmente Gohan se animó a tomar la palabra...

En tanto, Vegeta seguía volando, hasta que llegó a una zona en donde no percibía ningún ki, inequívoca señal que era despoblada, pero no estaba con ánimo de hacer explotar todo, como a veces lo hace para desahogarse cuando está muy irritado. Se detuvo suspendido en el aire y con un suspiro, dejó el SSJ. Luego dijo en voz alta:

Vegeta se puso en guardia al escuchar la voz, pero al reconocer de quien era ki, frunció el ceño y dijo:

Ya llevaba un buen rato volando, afortunadamente sin ningún contratiempo, cuando sintió muchas presencias reunidas. Sonrió al descubrir que había estado en lo correcto, pero aún seguían dando vueltas las palabras que Piccoro que había dicho antes:

"Si regresas a tu ciudad y buscas a los eucaliptos... descubrirás que el que estaba equivocado eras tú..."

Todavía no entendía lo que quiso decir con eso y siguió volando. Al pasar sobre un parque, se detuvo de golpe al sentir algo y dijo:


Vegeta se le quedó mirando, mientras pensaba como las costumbres de este planeta lo estaban absorviendo. Sin darle importancia, cogió uno de los caramelos, lo comió y pensó sonriendo ligeramente..."Conque eucaliptos...¿no?" ... y siguió con su entrenamiento.


Acto seguido, Vegeta descendió en medio de los árboles y ayudándose de una pequeña vara, caminó tanteando el suelo, hasta llegar a la vereda que recorre el parque, no sin antes asegurarse que no hubiera ninguna presencia cerca... no tenía ánimo de cruzarse con humanos tan insoportablemente solícitos. Logró llegar a una banca que estaba al lado de donde salió y se sentó en ella. Al cabo de un rato de estar sentado, comenzó a evaluar su situación...

Vegeta tenía ganas de levantarse y destrozar de un golpe al atrevido humano que había osado decirle eso. Pero se dió cuenta que la voz que escuchó era de una mujer, así que trató de calmarse un poco...

La joven con la que Vegeta había cruzado palabra era ciega... era una muchacha de rostro dulce, tez blanca, delgada, con un cabello largo y marrón hasta la cintura. Estaba vestida con una ropa tipo hindú, es decir, una falda larga y ancha, con una blusa con adornos también ancha. El saiya se sorprendió al sentir su ki... era un ki del que emanaba una gran tranquilidad... algo que no había sentido antes. Se maldijo por haberle contestado tan bruscamente... después de todo, no era culpa de la joven que él estuviera de mal humor. Antes que pudiera decir algo, la joven volvió a hablar...

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Vegeta sintió el optimismo en las palabras de la joven, esa tranquilidad, sin nada de malicia. No podía comprender como ella podía estar así. Se animó a preguntar....

Por un lado, Vegeta quería desambarazarse de esa chica, pero por otro... esa jovencita no tenía nada de malicia en su interior al recordar sus palabras, así que la dejó seguir... después de todo... podía ser hija suya...

Vegeta quería que la tierra se lo tragara y en silencio tragó sus propias palabras que dijera cuando se encontrara con Piccoro... se sentía avergonzado. Rumi sonrió y tomando su maletín, sacó un libro, lo abrió en sus manos y dijo...

Vegeta, mientas escuchaba a la joven, sentía que le estaban dando una gran lección y eso le dolía... ¡cuan equivocado estaba!... sin golpes, ni gritos... sólo las dulces palabras de una jovencita... pero su gran orgullo no le permitía admitirlo...

La conversación fue interrumpida por los ladridos de un perro que de la nada apareció donde ellos estaban y parándose en dos patas, se abalanzó muy salameramente donde estaba Vegeta, que muy molesto por lo que hacía el animal, dijo...

Vegeta se quedó pensando en las palabras que escuchó de la joven... sentía como si le hubieran tirado una gran cachetada y con ella le hicieran entrar en razón. Lo que no entendía era como sabía Piccoro que esa joven invidente iba a encontrarse con él... por un lado se sintió manipulado, pero después de todo, le dió una gran lección sobre la vida. Una simple y dulce muchacha... tan franca, sincera y abierta de mente... tenía que abrirse paso por la vida sola. Se sentía como un estúpido por las ideas tan cerradas que había concebido en su cabeza... el único tonto había sido él... y por culpa de su orgullo había arrastrado a su familia en el abismo que había estado formado él mismo. Se odió a sí mismo por estar a punto de darse por vencido con tanta facilidad. Verdaderamente, Rumi era mucho más valiente que él y era digna de su admiración...

En eso, al entrecerrar sus ojos, vió como un destello luminoso y al levantar la mirada, pudo ver imágenes borrosas. Volteó hacia la dirección donde sentía la presencia de las chicas alejándose, pero ya no podía distinguir nada y todo se nubló de nuevo. Se preguntaba como sería esa jovencita... tal vez debió hacer lo mismo que ella al tocar su rostro cuando le pidió conocerlo... pero, claro... su orgullo jamás se lo hubiera permitido. Tal vez nunca la volvería a ver... ¿le daría las gracias?.... quien sabe... y siguió pensando en todo lo que le dijo... muchas cosas comenzaron a tener sentido en su mente...

En eso parpadeó de nuevo, frotó sus ojos... y una gran sonrisa se formó en su rostro. Sin previo aviso, se levantó y utilizando su ki, se elevó y partió a toda velocidad...

Capsule Corp. - 10:00 pm

Bulma se paseaba de un lado a otro por la sala de la Capsule Corp., muy preocupada por todo lo que había pasado. No tenía ninguna idea de donde podría estar Vegeta y no quería pensar que hubiera cometido una locura con lo alterado que estaba. Lamentaba mucho todo lo que estaba pasando, por lo que estaba pasando su esposo que de por sí, era demasiado para él. Pero por ahora, no podía hacer nada más que esperar y rogar por que todo saliera bien.

Trunks observaba el cielo desde el jardín de su casa, tratando de sentir el ki de su papá, pero le era muy difícil. También estaba preocupado por él... "¡Tonto Goten!"... pensaba..."No debió decirle a mi papá eso... ahora de seguro que no querrá regresar nunca...". Estaba pensando en eso, cuando escuchó la voz de su madre llamarlo...

Pasó bastante rato desde que Trunks elevó su energía y ya se le notaba muy cansado, cuando de pronto un ki familiar comenzó a acercarse. Trunks reconoció la presencia como la de su padre y gritó alegre...

Vegeta caminó por el corredor, subió la escalera y se dirigió hacia su habitación, guiándose con la presencia de Bulma y al llegar a la puerta, la abrió y se encontró cara a cara con su esposa, que también se disponía a salir cuando escuchó el llamado de Trunks... sólo que ella se llevó el susto de su vida...

Vegeta la miró profundamente a los ojos y ella sin saber que decir... se abalanzó a sus brazos, abrazándolo con toda su fuerza...

Bulma sentía que todas sus energías desaparecían en los brazos del hombre que amaba, que había hecho un cambio extraordinario... se había vuelto un poco más sensible... y no entendía como había pasado.

Vegeta sí lo entendía... el conocer a la joven invidente, que había sido como una especie de angel... los muchos que abundan por doquier y comprender acerca de su mundo, al parecer lleno de oscuridad... pero con una luz siempre brillando. Rumi le dio otra perspectiva sobre la vida y su mundo... un mundo que continuamente iba cambiando... con muchos tipos de personas... el mundo de los humanos era extraño... pero no tanto como para que no podiera adaptarse a él... que después de todo... era su hogar...

FIN


Comentarios de la autora : ...¡Ajá!... ¡por fin me decidí a hacerlo!... una historia diferente con la única idea de dar a conocer la sensibilidad de las personas. Quería saber como reaccionaría Vegeta ante una situación así y ponerlo frente a frente con un personaje como Rumi, inspirado en una persona que conozco y cuyo nombre no es necesario mencionar... en lo que sí estoy totalmente convencida que ese tipo de personas tienen una gran sensibilidad, además de ser muy directas y francas cuando hablas con alguna de ellas... son personas extraordinarias y la sociedad debería darles más oportunidades para realizarse en la vida. Agradecimientos a mis amigos por la información que me dieron para construir este fic y también quería indicar que uno de los nombres... el de Miaka para ser más exacta... pertenece a uno de los personajes de mi amiga y excelente fanwriter Fer... quiero darle las gracias por permitirme usarlo para este fic. Me despido y gracias por su tiempo... Ja ne

ALONDRA.

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