Bokura no Digital World

"Nuestro Mundo Digital"

por: Ariadna

 

[la música comienza lentamente, el piano es lo primero en escucharse…]

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-¿en serio este es el Digimundo, otousan? ¡Sugoi!

-así es, Satsuki-chan… ¡pero no corras tan rápido con Motimon en brazos!

Izumi Koushirou trataba de que su pequeña hija de ocho años no tropezara y cayera al suelo…

-yo me encargo, Koushirou-han. – le aseguró Tentomon.

El pelirrojo asintió agradecido mientras su digimon acompañaba de cerca de la niña. Sonrió al ver que Mimi y Palmon ya estaban en el lugar de reunión.

-Konnichiwa, Mimi-san, Palmon-san. – las saludó.

Mimi lo saludó de vuelta. Palmon parecía estar demasiado interesada en una conversación con un pequeño Tanemon para notar su presencia.

-Maron a crecido bastante. – acotó Koushirou, mirando al hijo de Mimi que saludaba a Satsuki.

-si, demasiado rápido diría yo…

-no te sientas vieja…

-¿vieja yo? ¡Para nada! Solo decía porque ya comenzó a pedirme dinero para "comprar cosas"…

-¿a los ocho años?

-sus abuelos lo malcrían mucho…

Rieron. era extraño imaginar la situación en que se encontraban… el Digimundo mantenía sus almas de niños, era difícil imaginar que fueran tan adultos ya…

 

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Kirameki yozora miagete itara
Ano toki ni mita hoshi ga hikatta
Umi wo norikoe tairiku mezashi
Omoigakezu ni hajimatta adobenchaa

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Yamato y Sora llegaron junto a Gabumon y Piyomon. Sus pequeños niños no se molestaron en pasar a saludar y corrieron junto a sus compañeros digimon a jugar.

-el cielo en el Digimundo sigue siendo muy claro… - comentó Yamato.

-tal como la primera vez que estuvimos aquí. – agregó Sora, mirándolo a los ojos.

-demasiado tiempo… ¿no es así?

-no tanto, ya que podemos volver cuando queramos. Los recuerdos siempre nos esperaran en la entrada de este mundo, así no se hacen tan lejanos…

-pero aún así…

-¡hey, Sora-chan, Yamato-san!

Un saludo desde sus espaldas. Miyako, Ken, Iori y sus digimons correspondientes estaban llegando también.

-oh, por Dios, ¡me alegro de al fin conocer a tu pequeño, Miyako!

Los saludos no se hicieron esperar. Los cinco se unieron a Mimi y Koushirou mientras sus digimons e hijos hacían lo mismo con sus respectivos amigos.

Miyako y su bebé era el centro de atención de Sora, Mimi, Palmon y Piyomon. Mientras la hija de Iori saludaba a todos cordialmente.

-Meiko-chan es muy educada, Iori, te felicito. Natsuko no tiene ni la mitad de sus modales... – comentó Yamato, refiriéndose a su propia hija.

-Midori tampoco. – aceptó Ken, un poco sonrojado. Miró de reojo como dos de sus hijos más sus inseparables digimon se unían a los juegos de los otros niños. Su hijo más pequeño parecía muy interesado en molestar a su hermana mayor entretanto… - y Osamu no hace las cosas más fáciles…

-cierto. – suspiró Miyako. – sólo esperemos que Ryo no cause tantos problemas.

-¡no te preocupes, Miyako-chan, Ryo-chan es Kawaii! – exclamó Mimi, sosteniendo al bebé en sus brazos, haciendo gestos para que riera.

-al menos Toru es más tranquilo… - murmuró Sora viendo como su hija llevaba a su hermano de la mano. – más tranquilo que un típico niño de cinco años…

-¿los demás se demorarán mucho en llegar? – Koushirou consultó su reloj.

-habrá que esperarlos… - dijo Iori. – de todas maneras, me agrada estar en el Digimundo con esta tranquilidad, ojalá fuera así siempre.

-es verdad. – asintió Mimi. – cada vez que vengo aquí está lleno de gente, es muy extraño participar en esa clase de guías turísticas.

-El Digimundo ya no es solo para nosotros. – Ken se encogió de hombros. – deberíamos estar acostumbrados…

-pero no es así… - Yamato miró nuevamente el cielo. – nuestras aventuras aquí no las vivió nadie más…

-nadie más… - dijo una voz nueva acercándose a los demás. - hasta ahora…

 

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Dejitaru waarudo de no kazukazu no bouken ga
Erabareshi kodomotachi kimitachi no naka ni aru
Yuusha wo tachiagarasetan da

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Taichi Yagami caminaba junto con su hijo y Agumon hacia su viejo grupo de amigos. El niño era la copia a carbón de él, y cargaba con su compañero Koromon mirando con curiosidad hacía los otros niños que se divertían. Giró su mirada hacía su padre y éste asintió dejándolo ir a jugar también.

-por mucho que se parezca físicamente a ti, Taichi, sus personalidades no concuerdan… de seguro que Akira SI sabe pensar antes de hablar. – comentó Yamato, saludando a hombre de cabello castaño.

-¡¿qué quisiste decir con eso, Ishida?! – Taichi frunció el ceño, pero luego lo olvidó saludando a los demás.

-¡hola a todos! – exclamó Hikari caminando a lo lejos cargando con Tailmon en sus brazos, y acompañada por su hijo de doce años a su lado, cargando él a su vez un Plotmon.

-¡nosotros también llegamos! – a pocos pasos de la hermana de Taichi estaba Jou y su hijo junto con sus digimon. – perdonen la demora. – se disculpó el hombre de lentes.

-no te preocupes, Jou. No son los últimos, todavía faltan Takeru y Daisuke.

-¡hey, Shun, Satoru, vengan acá! – gritaron Maron y su Tanemon al unísono, llamando, respectivamente, al hijo de Jou y al de Hikari.

Ambos padres dejaron ir a sus hijos y se unieron a la conversación de los adultos.

-y pensar que hubo un momento en que nosotros tuvimos su edad… - comentó Jou en un aliento.

-fuimos y seremos siempre los héroes del Digimundo, pero es momento de dejar ese espacio a otros… - Hikari miró primero a su digimon y luego a sus amigos. - ¿no creen?

-la puerta estará siempre abierta para ustedes, Hikari-chan, ¡nada nos separará de todas maneras! – le respondió Tailmon a la pregunta no formulada. – tenemos un lazo que es aún más fuerte que la conexión misma del Digimundo y la Tierra…

 

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Kokoro wo tsunaidara itsu datte geeto hirakun da

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Los adultos conversaron un rato más, y luego decidieron reunir a sus hijos ya que estaban muy dispersos… Takeru llegó momentos después junto a sus tres acompañantes.

-¿es que Daisuke aún no llega?

-no, y ya se hace tarde. – Koushirou volvió a mirar su reloj. - ¿y si alguien lo va a buscar?

-nah, déjalo. – dijo Taichi. – se debe haber encontrado con un digimon amigo en el camino…

Cada viejo elegido comenzó a hablar con su propio hijo, así como sus digimons lo hicieron con los pequeños digimons que acompañaban a los niños. Parecían darles instrucciones de cómo cuidarse y proporcionarles uno que otro dato sobre su conocido Digimundo…

-¡ya estamos aquí! – exclamó el esperado Motomiya Daisuke, con su brazo alrededor de su hijo. – nos demoramos porque Musuko insistía en traer un bolso lleno de cosas… - se explicó mientras su hijo sacaba la lengua culpable. No traían ningún bolso ahora, así que claramente había sido una distracción innecesaria.

-con Tenshi nos pasó algo parecido. – agregó Takeru, dándose cuenta que no había explicado los motivos de su demora…

Daisuke miró a todos los adultos reunidos, suspiró profundo y giró su atención a los niños.

-ya saben bien lo que tienen que hacer, ¿no es así?

-¡claro! – exclamó su hijo con felicidad, e incluso algo de excitación… se parecía mucho a su padre a su edad.

-todos estos años hemos estado nosotros encargándonos de las pequeñas confrontaciones entre los humanos y los Digimon virus… - dijo Koushirou.

-además de la mutua convivencia entre la Tierra y el Digimundo. – agregó Taichi.

-pero no siempre tenemos el tiempo… – Iori continuó. - y al fin y al cabo terminamos viniendo aquí solo el caso de problemas.

-desde el momento en que sus digimons nacieron… no, desde que USTEDES nacieron en compañía de su digimon. – explicó Hikari. – supimos que ustedes serían nuestro legado.

-nosotros somos diferentes a los elegidos del resto del mundo. – habló Mimi. – y por tanto es importante que entiendan la importancia de ese legado.

-no les pedimos que solo se dediquen a combatir, ese no es el fin de venir al Digimundo. – aclaró Takeru.

-queremos que convivan con este mundo, que lo protejan, que creen lazos de amistad, que maduren en él… - Ken sonrió a los niños mientras hablaba.

-lo que queremos decir es que nuestro deseo es que ustedes conozcan el Digimundo como nosotros lo conocimos, no como la gente que viene de visita. El Digimundo es parte de nosotros y queremos que sea parte de ustedes también. – Yamato sonrió también.

-queremos que lo amen y cuiden cuando nosotros no podamos, y para eso deben saber lo que es vivir aquí. – acotó Sora.

-por eso es que los dejaremos pasar aquí estas vacaciones de verano. – Jou siguió explicando. – estarán con sus digimons, así que todo estará bien…

-y al fin y al cabo, ¡puede que este verano sea el mejor de sus vidas! – finalizó Miyako.

-¿están listos? – les preguntó Daisuke. - ¡entonces partan a la aventura!

 

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Bokura no dejitaru waarudo
Ano hi ano toki deawanakereba
Ima no bokura wa kitto inai ne
Arigatou dejitaru waarudo
Shinjiru sugosa ki zukanakereba
Konna ni tsuyoku narenakatta ne
Bouken no tabi wa madamada tsuzuku yo

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Los niños corrieron colina abajo. Tras el discurso de los adultos estaban muy entusiasmados por salir a recorrer más a fondo ese lugar del que tanto les hablaban sus padres. sus pequeños amigos digimon estaban tan emocionados como ellos, y es porque ellos habían nacido y crecido en la Tierra, y ese era su hogar al fin y al cabo, por fin podrían conocerlo de verdad…

Mientras, los otros doce elegidos más sus digimons miraban a sus hijos ir… la nostalgia los golpeaba muy duro… pero no dejaban de disfrutarlo…

Koushirou odió tener que decirlo, pero sabía que debía hacerlo…

-debemos irnos. – aclaró.

-si… - Iori murmuró. – aún tengo trabajo en la oficina…

-y yo en el hospital… - Jou agregó.

-Ryu necesita un cambio de pañal. – dijo también Miyako, mirando a Ken.

Yamato miró a Sora y luego ambos miraron a sus digimons.

-ustedes se quedarán aquí esta vez, ¿verdad?

-lo mejor es mantener un ojo en Toru y los demás. – acotó Gabumon. – así que pasaremos el verano aquí vigilándolos.

-si…

Habían pocas palabras que decir entre los adultos, y comenzaron lentamente a retirarse… pero Taichi los detuvo.

-esperen, antes de irnos… pues, - miró a los digimons. - creo que hace demasiado tiempo que no les agradecemos a ustedes por todo lo que han hecho por nosotros desde que entraron en nuestras vidas…

-nah, Taichi, noso…

-Taichi tiene razón. – Jou interrumpió a Agumon. - deberíamos agradecerles…

los doce elegidos se miraron entre ellos, les agradecían mucho…

 

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-Minna, honto ni arigatou
-Kimi ga ita kara...
-Arigatou
-Doumo
-Minna, thank you
-Arigatou

-Angato na
-Arigabingo!
-Kansha shitemasu
-Arigatou
-Anata to tomo ni
-Arigatou

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Los recuerdos lejanos volvieron ante esas palabras. Aquellos años atrás en donde cada niño necesitaba un amigo… los digimons aparecieron. El saber que tendrían a alguien con quien contar para el resto de sus vidas los había dejado con un corazón lleno de alegría… había pasado tanto tiempo que casi olvidaban sus comienzos, y el porqué necesitaron a los digimons en un principio…

Los digimon los unieron a ellos, los elegidos. Tanto, que en casos como Yamato y Sora, y Miyako y Ken, terminaron unidos además por el lazo de matrimonio… ¿cómo no agradecerles eso?

En el principio de los tiempos soñaban con noches estrelladas para pedir un deseo por cada luz en el cielo... esos deseos se cumplieron a través de paciencia y espera… el Digimundo abrió sus puertas y así fue… la promesa de amistad eterna jamás se rompería…

 

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Nagareru hoshi ni negai wo kaketa
Honto no nakama deaeru you ni
Dekoboko michi de chizu sae nai yo
Owaru koto naku hateshinai adobenchaa

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Taichi recordó su desesperada búsqueda de aventuras, sin siquiera pensar en las consecuencias… pensó en como sus juegos habían causado tantos riesgos. A su hermana antes del Digimundo… a sus amigos después de eso… y también recordó como aprendió a planear antes de decidir, y a darse cuenta que el valor implicaba saber cuando actuar y cuando no… saber proteger a los demás y saber cuando retirarse de la batalla… esperó que su hijo y sus amigos aprendieran lo mismo…

Yamato solo suspiró ante tantos recuerdos mezclados… su angustia antes del Digimundo, su angustia después del Digimundo… su madurez al darse cuenta que había situaciones que no podía controlar, y que la amistad había sido el mejor remedio a su depresión… eso y el amor…

Koushirou cerró los ojos y sonrió. Ese gran puzzle que era el Digimundo aún no lo lograba resolver por completo… pero lo había ayudado lo suficiente para entenderse a si mismo… y aceptarse a si mismo… ese conocimiento lo llevó a aceptar su pasado, presente y futuro… y lo mantenía tranquilo día y noche, estaba realmente agradecido…

Jou ajustó sus lentes. El Digimundo había causado tantos problemas… problemas que él había ayudado a resolver, y que le daban la seguridad que tenía ahora. Su digimon lo abrió a las opciones, y le dio a entender que su sinceridad no solo era decir lo que era cierto, sino también hablar con la verdad, desde el corazón, y descubrirse a sí mismo para conocer a los demás…

Mimi dejó que una pequeña lágrima apareciera y recorriera su mejilla. Era tan malcriada de pequeña… hacía siempre lo que quería, pero al final solo terminaba metiéndose en problemas… se sentía sola, incluso, hasta que la aventura del Digimundo comenzó. El tener algo por lo que preocuparse era importante para ella, mantenía su corazón limpio, su pureza aún fresca… sus ganas de ayudar aún presentes…

Sora miró a los demás. ¿Qué podría hacer hecho sin ellos? La sacaban de problemas tanto como ella los sacó a ellos. La salvaron de sí misma cuando se creía incapaz de amar… eso claramente la ayudó a ser una mejor madre… el amor que sentía por sus amigos humanos, por sus amigos digimon, por el Digimundo… era un sentimiento que jamás abandonaría…

 

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Dejitaru waarudo de no samazama na tatakai ga
Dejimon no minna kimitachi no naka ni aru
Senshi wo moeagarasetan da

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Daisuke pensó en la primera vez que fue al Digimundo… como conoció a V-mon… era tan cabeza dura en ese tiempo… tan deseoso de hacer cosas, de tener aventuras como Taichi… y así fue… pero además en el camino encontró amigos de los cuales no quería separarse nunca. Su valor para salir adelante, y la amistad que lo unía al resto de los elegidos ¿qué más podía pedir? Sus deseos se cumplieron desde el comienzo hasta el final…

Miyako sabía que su bebé necesitaba un pañal nuevo, pero estaba más interesada en cruzar miradas con Hawkmon… era curiosa la cantidad de aventuras que podía recordar con solo mirar a sus ojos… todo estaría bien. desde el comienzo, cuando ella pensaba en el Digimundo como un lugar para divertirse un rato… aunque los tiempos fueron difíciles, ellos pasaron por todo eso, y llegaron los momentos felices, y ambos sacaron lo mejor de ella, su amor por sus seres queridos no se había reflejado tan bien hasta ese entonces, así como su pureza interna… y era algo que ahora agradecía de alma y corazón…

Iori a su vez posó su mirada en el cielo, el despejado cielo… sabía que su padre lo miraba desde ahí… y Oikawa estaba con él, y ambos reían recordando viejos tiempos como él lo hacía con sus amigos… Si, saber eso era importante, ese conocimiento lo hacía sonreír, y sacar lo mejor de si, abriendo su sincera mente y su abierto corazón a quienes estimaba más, sabiendo que sus recuerdos como los de los demás envolverían a sus hijos y los mantendrían a salvo…

Takeru sentía como el ambiente de nostalgia aumentaba cada segundo que pasaban en el Digimundo. Recordar su evolución en la batalla fue otro pedazo de su pasado que se unió a la melancolía… el niño que era al comienzo comparado con el hombre de ahora… los digimons y el Digimundo lo vieron crecer… y no importara que pasara adelante los mismos digimons y el mismo Digimundo los verían seguir creciendo… era una esperanza que deseaba mantener más que nada en el mundo…

Hikari sintió la nostalgia al igual que Takeru… la luz del Digimundo brillaba intensamente, tanto ahora como antes, y la luz de cada uno de ellos brillaba también… sus hijos vivirían lo que ellos… pero incluso mejor… ellos llegarían más lejos, estaba segura. más que más, eran sus hijos, ¿no? ¡Los hijos de los niños elegidos! Pensando en el pasado… ella también agradecía el encuentro con su digimon y los demás… sabía que había estado incompleta antes de eso, pero ya no… ya no…

Ken bajó la vista por unos momentos. El solo recordar que él causó disturbios en un lugar tan hermoso como el Digimundo le daba rabia… pero era ya tan fácilmente cubrible con los momentos felices… sabía que su hermano estaba feliz de saber que hizo un bien de su vida, y que era gentil con los otros y consigo mismo, que hace tiempo había recuperado su bondad y que no la había vuelto a abandonar jamás… que su corazón frío encontró la amabilidad de los demás y la hizo propia… si, ya podía decir, viendo a sus hijos a lo lejos y luego a Miyako, que sus verdaderos deseos se habían cumplido, y la felicidad lo había encontrado, a él y a todos…

 

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Chikara wo awasetara doko mademo shinka dekirun da

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Los Digimon miraron uno a uno a sus compañeros humanos. ¿Es que ellos no se habían dado cuenta? ¿Qué no eran sólo ellos los que estaban agradecidos? Ellos, como digimons, habían sido creados para ser su otra mitad… para reunirse con ellos y completarlos… si no fuera por los elegidos, ellos también hubieran estado incompletos, su vida no hubiese tenido una razón de continuar, ¡ni siquiera hubiesen nacido!

Y además, los ayudaron y ayudan a mantener el Digimundo, su hogar, a salvo. Hace tiempo que eso había dejado de ser su obligación, pero seguían ayudando… pelearon junto a ellos por el Digimundo tantas veces… y evolucionaron juntos también, maduraron, crecieron… le debían todo a sus amigos humanos… sin ellos, sin tener a alguien a quien defender, la lucha no hubiese tenido sentido alguno…

 

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Bokura no dejitaru waarudo
Tatakau koto mo kimi no tame nara
Kono sekai ni mo asa wo tsugeru ne
Arigatou dejitaru waarudo
Hitorikiri de wa bokura dake de wa
Konna ookiku narenakatta ne
Bouken no tabi wa madamada tsuzuku yo

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-Taichi, espera…

-¿qué pasa, Agumon?

-no se vayan todavía… - pidió Wormmon, con los demás digimons respaldándolo. – queríamos decirles…

-también estamos agradecidos, - aclaró Tailmon. – sin ustedes tendríamos un hueco en nuestro ser sin rellenar… lo sé bien, y queríamos hacérselos saber antes de que se fueran…

-ustedes son tan importantes para nosotros como nosotros para ustedes… - agregó Patamon. – recuérdenlo siempre, en especial ahora que pasaremos el verano separados, ¿entendido?

Los adultos asintieron sonriendo, y abrazaron a sus respectivos digimons poco antes de encaminarse a la salida…

 

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-Arigatou
-Arigatou
-Ookini
-Matta nee~
-Arigatou...chu!
-Da~isuki...piyo!

-Thank you
-Katajikenai
-Arigatou ne
-Arigatou
-Arigatou
-Arigatou

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Los niños ya estaban lejos, disfrutando del buen clima para seguir jugando… estaban felices de conocer ese mundo, el de sus compañeros digimons, del que tanto hablaban sus padres… el mundo que ellos estaban dispuestos a cuidar ahora…

No sabían mucho de cómo actuar estando ahí, y sabían que sus digimons tampoco… pero no les importaba, era toda una aventura para ellos solos, y la disfrutarían como sus padres les habían pedido.

Musuko, Midori, Satoru y Tenshi parecían discutir algo muy seriamente… los niños más pequeños imaginaban eso, ellos cuatro eran los encargados de cuidar de los demás, así que de seguro pensaban sobre el camino a seguir y que acciones tomar…

Meiko y Shun conversaban tranquilos sentados en el pasto fresco. sus naturalezas pacíficas y responsables iban a ser las encargas de dar la razón durante su viaje, claramente…

Natsuko trataba que su pequeño hermano de cinco años no se durmiera todavía, ¡él no podía perderse ni un minuto de acción! Ella no lo dejaría… pero Toru no parecía querer cooperar, y seguía murmurando que tenía sueño…

Satsuki, Osamu y Maron se divertían jugando, o más bien, escapando de Akira… pero bueno, en eso consistía su extraño juego, ¿no? Además sus digimons se divertían mucho de verlos correr tan rápidamente…

Luego de un rato, Natsuko y Toru se les unieron al juego, siendo ellos ahora quienes tenían que perseguir a los demás, hasta que atraparan a alguien, entonces ese "alguien" era el responsable de seguir a los demás… para cuando ya estaban cansados se les habían unido los chicos más grandes, y comenzaron a perder con más facilidad…

Rieron cuando ya todos cayeron al suelo, agotados…

Si, estaba claro que se divertirían mucho en el Digimundo…

 

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Mamoriai tasukeai sasaeai shinjiai
Erabareshi kodomotachi to dejimontachi wa
Atsui kodou wo hitotsu ni shitan da

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Los adultos llegaron finalmente al portal de entrada, y le dieron una ultima despedida a los digimons, seguros de que todo estaría bien…

-hicimos un buen trabajo, ¿no creen? – comentó Daisuke.

-¿respecto a qué? ¿El Digimundo o nuestros hijos? – le preguntó Taichi.

-todo. ¡Hemos soportado de todo y aún mantenemos los cuidados de todo un mundo!

-si, y nuestros hijos harán lo mismo… - aseguró Miyako.

-se protegerán entre ellos como lo hicimos nosotros. – dijo Jou.

-se ayudarán entre ellos como hicimos nosotros. – agregó Ken.

-se apoyaran entre ellos como hicimos nosotros. – incluyó Yamato.

-y creeran en ellos, como hicimos nosotros. – finalizó Koushirou.

-porque al fin y al cabo, son como nosotros, ¿no? – Mimi sonrió una vez más.

 

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Issho ni mitsuketa mono oikakete tonde ikou

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Los recuerdos una vez más… no importaba si fueran tristes o felices, el ser parte de sus vidas era importante…

-ahora si, debemos irnos. – aseguró Iori.

-si, pero Taichi y yo de todas maneras volveremos luego para que nos informen como va todo, ¿ok? – les dijo Koushirou a los digimon.

-cuídense…

-cualquier cosa y nos lo comunican por el Digivice.

-estaremos pendientes a su llamado.

-traten de evitar demasiados líos. Sabemos que nuestros hijos vinieron aquí en parte a pelear también, pero se demoraran un poco en aprender a tomar las cosas en serio, por lo que pueden meterse donde realmente no deben…

-y preocúpense de que los niños se laven los dientes todos los días…

-¡Miyako!

-¿qué? Es importante eso también, ¿no?

-cierto, en nuestra primera aventura aquí ese fue una de las partes desagradables del viaje, no poder darse un buen baño y lavarse los dientes…

-y recuerden que no nos tocó muy seguido dormir sobre mínimo un colchón…

-Eso me causó posteriores problemas a la espalda, ¿sabían?

-jaja, es cierto, a mí también…

-bueno, no se podía decir que todo fue felicidad, al fin y al cabo…

-pero las quejas no valen ahora…

-nuestras batallas…

-nuestros llantos…

-nuestros momentos de depresión…

-pasar por todo eso logró lo que somos ahora…

 

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Bokura no dejitaru waarudo
Warai korogeta hi kenka shita koto mo
Subete dakishimete arukou
Arigatou dejitaru waarudo
Namida nagashita hi ochikonda koto mo
Mune ni kizamitsuke susumou
Bouken no tabi wa madamada tsuzuku yo

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La puerta se cerró al salir Yamato al último. Los adultos no decían nada mientras se encaminaban a sus autos simplemente comenzaban a alejarse caminando…

-esperen. – pidió Daisuke.

-¿um? – todos lo miraban con seriedad.

-¿cuándo es la próxima vez que estarán desocupados?

-mmm… no lo sé Daisuke… ya tengo bastante trabajo atrasado… - respondió Koushirou.

-y las memorias de hoy nos dejaran bastante que pensar por ahora… - Sora acotó.

Todos suspiraron resignados…

-Genki nee so ¡anímense por favor!

Daisuke estaba decidido a mantener los ánimos bien en alto. Si se separaban ahora, en vez de sentirse aliviados por lo ocurrido hoy, se entristecerían por los años que sabían no volverían atrás…

-puede que la próxima semana esté libre… - mencionó Iori, dándole una sonrisa de satisfacción a Daisuke.

-si, yo también… - comentó Mimi.

-yo estoy dispuesta cuando quieran. – agregó Miyako, mirando a su bebé. – sin los niños en la casa tengo tiempo de sobra…

-entonces yo haré tiempo también… - dijo Ken.

Uno a uno, fueron todos accediendo a una fecha de reunión. Lo cierto es que todos eran vulnerables a la soledad, y sin sus niños por todo el verano, pues ésta saldría a flote mucho más fácilmente, y no querían que eso pasara…

 

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Minna no dejitaru waarudo
Shinjiru sugosa ki zukanakereba
Konna ni tsuyoku narenakatta ne
Arigatou dejitaru waarudo
Hitorikiri de wa bokura dake de wa
Konna ookiku narenakatta ne
Bouken no tabi wa madamada tsuzuku yo

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Se despidieron entre ellos y nuevamente del Digimundo… su Digimundo… si no fuera por el mundo Digital… y los digimons, jamás se hubieran dado cuenta de la importancia de tantas cosas… los hizo fuertes… los hizo crecer…

Hikari y Takeru se quedaron atrás por un momento, y dieron un último vistazo al portal antes de cruzar miradas entre ellos…

-gracias al Digimundo…

-…nos encontramos a nosotros mismos…

 

~Owari~

27/mayo/2001

12:07 pm

 

Notas:

¡Al fin! Tengo mucho sueño… pero no importa, quedarse despierta hasta las seis de la mañana para despertar a las once y continuar hasta terminar este fic valió la pena!!

hace mucho que no escribía con esta libertad… sin planear lo que voy a poner aquí o allá, echaba de menos esa parte de mí…

ok, la letra la dejé en japonés porque me dio MUCHA flojera dedicarme a traducirla a esas horas de la madrugada… De todas maneras, la letra habla de agradecer al Digimundo, de desear a estrellas brillantes, de cómo ellos han crecido y los malos y buenos tiempos que pasaron… la parte donde todos hablan en japonés solo se dedican a agradecer de una manera y otra… al fin y al cabo, es la canción de despedida de Digimon 01 y 02… snif, snif, que triste… T_T… y lo importante es que cantan todos!!! Los doce elegidos más los doce digimons, más Wada Kouji (el que canta todos los openings) y hasta el narrador tiene su parte! Es una canción hermosa… me encanta!! Es genial escuchar a Wada-san a dúo con AiM ^^ (la encargada de los endings y las músicas de las películas, además de ser la voz de Mimi en la serie), realmente una de mis canciones favoritas… y es que la letra es hermosa, y tan nostálgica… ay, ya, creo que comenzaré a divagar demasiado si no me detengo luego! :P

ah, en cuanto a los nombres de los niños, pues, por más que he visto el epílogo varias veces (en japonés), no he escuchado claramente ningún nombre, por lo que los inventé… algunos tienen más sentido que otros, pero bueno, me gustaron como quedaron y cuando tenga que volver a usar a los niños, les dejaré esos nombres también… ^^

Comentarios a kem@netline.cl ^^

Aclaración: todos los elegidos y sus digimons no me pertenecen (lamentablemente T_T) sino que a la Toei.