DIGIMON ADVENTURES 02
HERMANAS AMANTES
Advertencia: este fanfic posee contenido Yuri (relaciones entre mujeres) así que si no te gustan estos temas o eres menor de 15 años te recomiendo no leerlo. Advertidos quedan.
Aquella noche, la lluvia caía fuertemente sobre el distrito de Odaiba. Era ya tarde, y ya todas las personas se encontraban en sus casas resguardadas del fuerte temporal, durmiendo plácidamente en sus camas.
Pero en uno de aquellos apartamentos, una chica de 15 años y cabello largo y púrpura miraba la lluvia sin mostrar ningún signo de sueño o cansancio. Solo estaba absorta en sus pensamientos sentada en su cama, mientras veía como las gotas de agua chocaban con fuerza contra su ventana. Las luces de la calle proyectaban las sombras de las gotas en el interior, llenando las sabanas y su cuerpo de manchitas negras.
Sus ojos de color castaño reflejaban depresión... más bien confusión, ya que lo que sentía en ese momento no era normal... quizá una mezcla de ambos sentimientos era lo que decían sus ojos.
La chica exhaló un suspiro, y moviendo un poco sus piernas debajo del cubrecama para quitarse los calambres que le provocaron estar tanto tiempo así, pateó suavemente un pequeño bulto rosado que se encontraba en el otro extremo de su cama, provocando que este se moviera como si fuera un ser viviente que estaba siendo molestado de su sueño.
Eso no le provocó nada de miedo a la niña, mientras recogía sus piernas rápidamente para no molestar aquel ser, que comenzó a darse vuelta mientras caía nuevamente en su sueño reparador.
Era una especie de animal redondo, con un pequeño pico de ave y dos alas acomodadas haciéndolo parecer una bola perfecta, no tenía patas y una pequeña plumita sobresalía dela parte superior de su cabeza.
- Menos mal que no te desperté... Poromon – Dijo soltando un suspiro de alivio.
Aquella chica se llamaba Yolei Inoue, y aquel animalito llamado Poromon era un ser Digital... un Digimon para ser más precisos.
Ya han pasado varias semanas desde que los nuevos niños elegidos enfrentaron al malvado Digimon Kaisser, quién resulto ser Ken Ichihouji, otro niño elegido con un grave problema de autoestima, y las cosas volvieron a estar en relativa calma en el Digimundo. Las Agujas de Control, obeliscos oscuros que el Digimon Kaisser construyó para controlar a todos los Digimons, quedaron inservibles y no volvieron a causar más daño. Pero una extraña mujer, quién se presentó como Arukenimon y su compañero Mummymon comenzaron a utilizar las Agujas restantes para crear por medio del poder de las tinieblas Digimons malignos para continuar causando daño en el Digimundo. Las Agujas comenzaron a ser el blanco de los niños elegidos para evitar que esa mujer Digimon Arácnido las utilice.
Pero esta no es la historia que deseo contar, sino la de Yolei, y sus sentimientos.
Desde el momento que lo conoció, Yolei ha tenido un sentimiento especial hacia Ken a pesar que este es más pequeño que ella en edad (unos tres años de diferencia), y obviamente no se lo diría abiertamente sino en el momento adecuado, para no perturbarlo.
Pero también sentía algo especial hacia uno de los anteriores elegidos, especialmente hacia una chica... Mimi Tachikawa.
¡una chica!... ese pensamiento la perturbaba... ¿a cual de los dos quería: a Ken o a Mimi?... y peor, ¿cómo puede gustarle también una chica, a la que quiere como a una hermana?.
Yolei se dejó caer sobre el colchón, mirando fijamente hacia el techo, haciéndose una sola pregunta:
- ¿me he vuelto... bisexual?
Aquella mañana, Yolei no asistió a la escuela, por lo que su amiga y también Niña Elegida Kari decidió acercarse al apartamento donde vivía, que quedaba justo encima de un Supermercado, cuyos padres eran los dueños también.
Kari avanzaba por la acera llegando al apartamento, hasta que se detuvo e hizo una mueca de disgusto.
- ¿Hasta cuando me vas a perseguir Davis? – gritó malhumorada sin darse vuelta.
Davis, otro de sus amigos y también niño elegido, salió detrás de un poste completamente apenado.
- Discúlpame Kari... erh... solo quería saber si podía acompañarte – dijo nervioso, pero a la vez entusiasta
- Ya te dije que no podías venir conmigo, vamos a hablar cosas muy serias – dijo dándole la cara, dejando ver su mal humor.
- Por favor Kari, yo también quiero saber que le pasa – dijo rogando con ojitos de perro faldero.
Kari siguió firme en su decisión, por lo que Davis se rindió completamente deprimido y derrotado por la chica que le gusta.
- Se que te preocupas también por ella, pero en esta ocasión no la vas a poder ayudar – dijo suavizando el tono de voz.
- Esta bien, pero después me dices lo que le pasa – dijo recobrando el animo, lo que provocó en Kari una gota de sudor en su nuca
- Erh... si, claro, te aviso – dijo sonriendo nerviosa.
Davis se despidió de Kari, y está aprovecho para entrar al edificio aliviada por haber evitado la intrusión.
***
TOC TOC TOC...
- Yolei, soy Kari, ábreme la puerta – dijo llamando desde el pasillo a la puerta de la habitación de Yolei.
Como sabían que no había nadie en el apartamento, aprovechó Poromon para abrir la puerta.
- Que bueno que llegaste Kari, Yolei me tiene preocupado – dijo el Digimon dejándola entrar.
Yolei se encontraba arrodillada sobre su cama, mirando a través de la ventana; todavía tenía puesta la pijama.
- Yolei, recibí tu correo electrónico en la escuela... ¿puedo ayu...?
- Poromon – dijo Yolei – sal de la habitación por favor.
- Pero Yolei... – insistió el pequeño Digimon, pero el asentimiento de Kari lo convenció – esta bien Yolei, vuelvo en un rato.
Después que Poromon cerró la puerta, Kari se sentó en la cama esperando a que Yolei comenzara a contarle lo que le sucedía.
- Estamos solas Yolei, puedes contarme – dijo Kari mirándola.
Yolei se acomodó en la cama y se sentó junto a Kari.
- Amiga... ¿a veces has sentido... que quieres a la vez a dos personas diferentes? – dijo Yolei casi en voz baja.
- Bueno, yo me llevo bien con Davis y con TK y no he tenido problemas
- No me refiero a eso – dijo interrumpiéndola – me refiero a... si has amado a dos personas a la vez.
- Eso es lo que te pasa – dijo Kari sonriendo - ¿cuáles chicos te gustan?
- Todavía no me comprendes – dijo Yolei apretando las piernas de su pijama con sus manos.
- Pues explícame mejor entonces – dijo un poco desesperada, pero al ver que así no ayudaría a Yolei, se tranquilizó – discúlpame... por favor.
- ¿no has amado a dos personas... diferentes de.... de sexo? – terminó de decir Yolei.
Kari quedó un poco perturbada por eso. Su amiga Yolei le estaba confesando que estaba enamorada de un chico y una chica a la vez.
- ¿Te gusta también una chica? O_o
- Lo se... es extraño... lamento haberte molestado – dijo levantándose y acercándose a la puerta.
- No me molesta – dijo todavía sentada en la cama – es solo que... es extraño tener a una amiga bisexual
- Lo mismo pensé yo – dijo saliendo rápidamente del cuarto, dejando sola a Kari.
Cuando Kari se acercó a la sala, vio a Yolei acostada en el sofá. Sus ojos estaban rojos, indicando que en cualquier momento rompería a llorar. Poromon se asomó en una esquina preocupado por lo que le sucedía, pero Kari se dio cuenta y le hizo una seña para que se alejara.
- Escucha Yolei – dijo Kari arrodillándose – no tienes porque ponerte así, esas cosas le ocurren a cualquiera
- A cualquiera... pero no pensé que me incluiría también – dijo en voz baja.
- ¿y a ellos los conozco?
Yolei asintió, poniendo un poco nerviosa a Kari.
- ¿y ellos lo saben?
Yolei negó con la cabeza, alegando que no podía decirles que era bisexual ya que eso los asustaría.
- Pues si no lo intentas, nunca lo sabrás. Piensa que tal vez te quieran ayudar también, pero no podrán hacerlo si no les dices lo que sientes.
- No puedo...
- Ten valor Yolei, a lo mejor ellos...
- ¡Ya te dije que no puedo! – gritó asustando y tumbando a Kari al suelo – lo siento... pero no puedo.
Kari se levantó del suelo, y se acercó a la puerta de salida.
- Pues si esa es tu decisión, yo no tengo nada que hacer aquí – dijo abriendo la puerta.
Pero antes de salir, Kari sintió unos fuertes brazos que la sujetaron de la cintura. Era Yolei, que se lanzó hacia ella para evitar que se fuera. Sus ojos ya estaban vidriosos y húmedos.
- Por favor... ayúdame – le rogó a Kari.
Kari se agachó también y la abrazó, después de cerrar la puerta del apartamento.
- Lo primero que tienes que hacer... es desahogarte – le dijo al oído.
Yolei no aguantó más, y rompió en un fuerte llanto, mientras Kari le acariciaba su cabeza apoyada en su hombro. Ambas quedaron abrazadas en el suelo largo rato, y Poromon no se acercaba, observando todo en silencio
Con el paso del tiempo, Yolei no solo se reincorporo a la escuela, sino que también había recuperado el animo de costumbre, volviendo a ser la misma chica alegre. Kari le había dicho que por lo menos una de esas personas debía enterarse de sus sentimientos para no sentirse sola, ya que es imposible amar a alguien sin saber si esa otra persona le corresponde el sentimiento. Yolei estaba sorprendida porque su amiga Kari, a pesar de tener 12 años, era bastante madura y sabía lo que decía.
Yolei caminaba de regreso a su
casa mientras recordaba el consejo de Kari: “busca la manera de estar a
solas con uno de los dos, y cuando sientas que es el momento adecuado, di lo
que sientes por el o ella. No se
quienes son, pero si los conozco estoy segura que no te van a abandonar”
- Tienes razón Kari – pensó para sí con entusiasmo – debo aprovechar este momento.
Así que corrió a su casa, tomó su terminal D3, y le escribió a la primera persona que se enteraría: Mimi.
Al día siguiente, Yolei estaba en el Supermercado llenando una cesta de víveres mientras tarareaba contenta. Yolei le había preguntado si podía verse con ella en el Digimundo para un día de campo, y esta fue la respuesta de Mimi, quién aún vivía en Estados Unidos:
Querida Yolei:
Me da gusto decirte que si podré ir al día de campo. Mi
amigo Michael abrirá la puerta al Digimundo, y cuando nos veamos me ayudarás a
regresar ^^, recuerda que mi Digivice ya no abre la puerta. Espero verte de
nuevo y mándame saludos a Tai y compañía ;)
Ya en su casa, Yolei preparó rápidamente la comida y la guardó en la canasta, mientras buscaba a Poromon para llevarlo también. Como los padres ni los hermanos de Yolei no saben de la existencia de los Digimons, Poromon se quedó quieto como un muñeco.
- ¿a dónde vas Yolei? – le preguntó su mamá
Yolei le respondió con la más grande de sus sonrisas
- Voy a un día de campo ^_^.
***
En la escuela del Distrito Odaiba, específicamente en el Club de Computación, Yolei se encontraba frente a uno de los computadores mientras sostenía su Digivice D3 con fuerza. Poromon se asomó por la puerta para revisar si se acercaba alguien, ya que los Sábados no permiten la entrada a los estudiantes. Cuando este le afirmó que no había nadie, apuntó su Digivice a la pantalla.
- PUERTA AL DIGIMUNDO, ABRETE... – La pantalla mostró un recuadro indicando que la puerta estaba abierta – NIÑOS ELEGIDOS... VAMO... oops, olvidé que hoy voy sola :P.
Yolei y Poromon fueron absorbidos por la pantalla, y durante el viaje al Digimundo, la ropa de Yolei cambió a su traje de aviadora, y Poromon digievolucionó a su Digimon ave Hawkmon.
La cita era a las 2 de la tarde, y Yolei llegó un poco tarde. Quería llegar temprano para asegurarse de tenerlo todo listo para la llegada de Mimi, pero no se había dado cuenta de la hora cuando salió de su casa. La puerta la había trasladado hasta un bosque.
- No puede ser, ya no está ;_; - dijo después de mirar a todos lados
Antes de que Hawkmon le dijera algo, unos arbustos comenzaron a moverse a un lado, asustando a la chica y poniendo en guardia al Digimon.
- se supone que en esta zona no hay Agujas de Control... no puede haber un Digimon maligno... ¿o si? – dijo asustada.
- Yo me encargo Yolei – le contestó Hawkmon.
El ambiente se había vuelto tenso de pronto... los arbustos se movían cada vez más... hasta que...
- ¿Yolei?, que bueno, creí que no vendrías
Mimi salió detrás de los arbustos.
Los saludos tan efusivos no se hicieron esperar, ya que desde que se conocieron, se habían vuelto buenas amigas. Mimi tenía un top de rayas azules, y una minifalda de color rosa que contrastaba con su cabello rosado, que le llegaba hasta los hombros.
- ¡Cuánto tiempo Mimi! ^_^ - dijo dándole un abrazo.
- ¿Cómo has estado Yolei?... hola Hawkmon – dijo sonriendo.
- Perdona el retraso, pero no me di cuenta de la hora cuando salí – dijo apenada
- No hay problema, ya encontré un buen lugar para hacer el día de campo, ven
Mimi tomó de la mano a Yolei y ambas comenzaron a caminar. Yolei se sentía extraña, pero se repetía que debía tener valor, ya que el momento inevitable tenía que llegar en cualquier momento. No se dio cuenta que ya habían llegado al lugar que había elegido Mimi.
Era el risco de un barranco. Tenía un árbol frondoso a un lado, y la vista del bosque desde ese lugar era fabulosa, iluminado todo por el sol. En el cielo habían pocas nubes. De entre el follaje del bosque lejano, sobresalía una Aguja de Control.
- Que fabuloso – dijo sorprendida Yolei.
- Salvo la Aguja de Control, me pareció que esta era un buen sitio... ¿que te parece si acomodamos todo?
Yolei asintió, y en un momento, la manta y los platos fueron acomodados en el suelo, y comenzaron a sacar la comida preparada.
- ¿y Palmon?, creí que vendría – dijo Yolei mirando a todos lados.
- Me dijo que no podía venir, tenía que encargarse de vigilar un poblado y ayudarlos a reconstruirlo... Los Digimons malignos son muy crueles – dijo esto con una mueca de lastima – pero eso no evitará que hagamos el día de campo. Este día está precioso y hay que aprovecharlo.
El Día de campo dio inicio. Mientras Hawkmon comía unos sándwichs, Yolei y Mimi comían unos calamares fritos con arroz, mientras se deleitaban con la vista.
- Esto esta muy bueno – dijo Mimi sin terminar de tragar su bocado.
- No deberías hacer eso o si no te vas a...
-
COF
COF COF >_<
- Ahogar ^_^U
Rápidamente Yolei le dio un poco de jugo a su amiga, quién después de beberlo se calmó y tomó aire. Las dos terminaron riendo prácticamente al unísono.
El día prosiguió; comieron hasta satisfacer el hambre y hablaron de cosas banales durante un buen rato, mientras Hawkmon había levantado el vuelo para buscar a Palmon (un Digimon se aburriría sin otro con quién hablar). Cómo el tiempo pasa volando, ya estaba atardeciendo, y las dos simplemente se sentaron al borde del risco para admirar el paisaje. Sólo hubo silencio, ya que pronto llegaría el momento de la despedida.
El corazón de Yolei comenzó a palpitar a más velocidad, ese era el momento que debía aprovechar, pero la atacó la inseguridad, y comenzó a dudar si debía hacerlo. Había pasado buenos momentos con su amiga, y no quería arruinarlo todo.
- Eeehh... ¿Yolei, que haces? – le preguntó Mimi.
Cuando se dio cuenta, ya se había recostado en su hombro.
- ¡Lo siento... no quise... esto... yo...! – dijo Yolei toda nerviosa
- No te preocupes... no me molesta – dijo Mimi mirándola, provocando que Yolei se sonrojara. Tomando un poco más de confianza, se volvió a recostar sobre el hombro de su amiga.
- Dime Yolei... ¿qué tal te parezco?
Esa pregunta saco de onda a Yolei
- ¿a que te refieres con eso? – dijo sorprendida Yolei
- Solo dime... ¿qué tal te parezco? – dijo Mimi con calma
- Pues... te quiero mucho... ¡como una hermana, quise decir! – contestó nerviosa.
- Yo también te quiero como una hermana Yolei... y espero que de verdad eso nunca termine.
Cuando terminó de decir eso, Yolei se sintió otra vez en confianza y se volvió a recostar en su hombro.
- Mimi... yo te quería... decir algo – dijo Yolei con una voz temblorosa
- ¿nunca has estado... a solas con una chica? – dijo con voz baja Mimi
- No... para serte sincera... tenía miedo de venir – dijo sorprendiéndose de lo que acababa de decir... prácticamente se le había declarado.
- Yo también tenía miedo Yolei, pero vine porque te quiero... quería que lo supieras – dijo bajando la mirada
- ¿Cómo te diste cuenta de lo que sentía? – preguntó intrigada Yolei
- Sólo por tus acciones el día de hoy... pero empecé a sentir algo por ti el día que nos conocimos – dijo recordando el incidente con las Hermanas Roachmon.
- No sabía que hacer o decirte... temí que te asustaras al saber... que te amo desde hace tiempo.
- Estas cosas no son nada fáciles, yo también temí lo mismo – dijo mirando a Yolei.
- Pero hay otro problema... yo también...
- Quieres a un chico, eso ya lo sé – dijo tranquilamente, provocando en Yolei una extraña sensación de miedo – Sora también me ha estado escribiendo, y ella sospecha que te gusta Ken.
- Lamento que te enterarás de esa forma – dijo Yolei.
Mimi hizo una pausa pero después siguió hablando.
- Pero aún así... te amo
Quizá fue la inercia, o quizá fue la situación, pero en ese mágico momento, y sin que haya ningún tipo de prejuicio, las dos se besaron como lo haría fácilmente una pareja normal. En ese momento, las dos se habían confesado un amor tierno, puro y sincero.
Las dos se levantaron del risco y se sentaron sobre la manta, para continuar besándose apasionadamente. Sin que se dieran cuenta, las dos se habían acostado.
- Mimi... ¿esto que hacemos... no es malo? – dijo nerviosa
- Lo que estamos haciendo es por amor... es lo que sentimos... y nada más.
Mimi se levantó del suelo, y se quitó su top y su minifalda, quedando en ropa interior. Yolei se había sentado, pero estaba roja como un tomate.
- Yolei, no tengas miedo – dijo tranquilamente Mimi
- Pero nunca antes lo había hecho... y mucho menos con una mujer.
- Para serte sincera – le decía suavemente en el oído, mientras levantaba su camisa – yo tampoco.
Mimi despojó a Yolei de su camisa sin ninguna dificultad, y quitándole el sujetador, comenzó a lamerle los pezones, provocando en Yolei un espasmo que recorrió su cuerpo y cayendo al suelo, respirando agitadamente por la excitación.
Cuando Mimi le quitó el pantalón a Yolei, se acostó sobre ella fundiéndose en otro beso apasionado, y después de separarse, comenzó a descender hacia su entrepierna, mientras le besaba el cuerpo en el recorrido.
Yolei reaccionó cuando sintió la mano de Mimi quitándole la pantaleta, pero el estado de excitación en el que estaba era más fuerte, por lo que se dejo llevar por lo que sentía hacia su amiga.
Sus gemidos de placer comenzaron a cubrir el lugar cuando Mimi comenzó a besar y lamer su clítoris y sus labios vaginales. Un espasmo recorrió su espalda provocando que se arqueara.
Mimi se dio cuenta que si seguía así, ella acabaría, por lo que se detuvo.
- No termines tan pronto... quiero que este momento dure más.
Yolei se levantó con un poco de esfuerzo, y esta vez fue el turno de Yolei de darle placer a la que era ahora su amante. Los gemidos de Mimi fueron los siguientes en escuchar, mientras Yolei le hacía la misma operación.
Luego Yolei comenzó a subir por su cálido cuerpo mientras lo besaba, y comenzó a chupar los pezones de Mimi. El calor que despedían sus cuerpos era impresionante.
Luego de un largo beso, las dos se miraron como buscando la reacción de la otra; lo único que vieron en sus ojos era el amor que sentían la una a la otra. Una podía sentir el aliento de la otra y viceversa.
En ese momento, Yolei se acostó en el suelo, y fue Mimi quién se montó sobre ella. Sin comunicarse con palabras, ya sabían que era lo que estaba por suceder.
Mimi se dio la vuelta, y comenzó a lamer el sexo de Yolei y está hacia lo propio con Mimi. Se daban placer mutuamente como solo los amantes pueden hacerlo.
Las dos no podían aguantar más, y acabaron juntas con un fuerte gemido, cuyo eco empezó a perderse en la lejanía.
Lo que había parecido una eternidad para ellas, fue solo un momento, porque aún continuaba el cielo de color rojizo por el atardecer.
***
Yolei miraba fijamente al horizonte mientras estaba acostada al regazo de Mimi. Ambas estaban acostadas sobra la manta, y Mimi abrazaba a Yolei desde atrás. Aún no se habían vestido, mostrándose mutuamente su desnudez
- Dime Yolei... ¿aún sientes lo mismo por mi? – Preguntó Mimi en voz baja
- Después de esto, mi amor hacia ti es más fuerte – dijo apretando la mano de su compañera.
- Y... ¿aún sientes lo mismo por Ken?
- Aunque me cueste creerlo, todavía lo quiero – dijo levantándose.
Mimi también se levantó, y la abrazó.
- ¿Aún seguimos siendo hermanas? – preguntó Yolei sin soltarla del abrazo.
- Somos hermanas... y también somos amantes.
Las dos nuevamente se besaron, dándole fin a ese mágico momento.
***
Las dos chicas comenzaron a vestirse, y aunque no querían aceptarlo, llegó el momento de la despedida. Prácticamente había anochecido y las familias de ambas chicas de seguro estaban preocupadas, pero esta vez no fue una despedida de abrazo nada más, sino que ahora se besaban con más soltura, y prometieron verse pronto.
Antes de comenzar el viaje hacia el Mundo Real, un pequeño pitido comenzó a salir del terminal D3 que estaba guardado en la canasta de Yolei.
- No es posible – dijo sorprendida Yolei.
- ¿cual es el problema?
- Solo mira esto – dijo pasándole el terminal a Mimi.
- YOLEI – se escuchó el grito de Hawkmon
- MIMI – gritó Palmon, que venía con él.
- ¿Qué es lo que está pasando?, ¿dónde están los muchachos? – preguntó alterada Yolei.
- Arukenimon volvió a atacar, y convirtió una Aguja de Control en un Monochromon, tienes que ir a ayudar a los demás.
- Mimi, también tenemos que ir – dijo Palmon.
Pero Mimi estaba mirando hacia el lejano bosque en el borde del risco, su rostro estaba pálido.
- ¿Qué te pasa Mimi? – dijo Yolei acercándose a su amiga.
- Ya sé donde están
Mimi solo señaló al bosque, y lo que vio Yolei la dejó igual de perpleja.
La Aguja de Control que se veía a lo lejos había desaparecido. En su lugar, una nube de humo comenzó a aparecer, y varios árboles se cayeron.
Mimi y Yolei se miraron, y luego miraron a sus Digimons... Ahora ellas entrarían en acción.
Yolei tomó su Digivice, y gritó:
- DIGIEVOLUCIONA.
Hawkmon armor digievolves a...
HALSEMON, EL PODER DEL AMOR.
El que antes era una simple águila, ahora era un animal de cuatro patas, cabeza de halcón y alas gigantes. En su cabeza, y a modo de casco, estaba el Digihuevo del Amor.
Yolei, Mimi y Palmon se montaron en Halsemon, y emprendió el vuelo cayendo en picada por el risco, rumbo al lugar señalado.
Durante el vuelo, Mimi se sujetó a Yolei de la cintura, y apoyó su cabeza en la espalda de la chica. Esta solo le dedicó una mirada, y sonrió feliz de haber sido correspondida en cuerpo y alma... pero ahora debían concentrarse en la batalla que estaba a punto de comenzar.
Yolei pensaba que quizá, en un día próximo, cuando toda esa locura acabara, le diría lo que sentía a Ken Ichihouji.
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