Alas de Ángel
Ya no puedo darte el corazón
Iré donde quieran mis botas
Y si quieres que te
diga que hay que hacer
Te diré que apuestes por mi
derrota
Me miro en el espejo, mientras que me ajusto el traje. Siempre recordaré como
llegué aquí. Fue después de dejar a Ukyo. Nuestro pequeño romance no duró mucho.
Yo todavía quería a Akane, y ella, daba la impresión de amar a otro. Por eso lo
dejamos. Después de eso y de pensarlo mucho, decidí ir a China a solucionar lo
de mi maldición. Pero Akane se interpuso en mi camino.
- Ranma, ¿a donde
vas? - Me preguntó con ojos confundido
- Voy a China, Akane - Lo tenía
decidido, además me ayudaría a pensar.
- ¿Y cuando volverás? -
- No lo
sé, ni siquiera se si volveré... - Yo ya me disponía a marcharme. Pero ella me
retuvo
- Espera... - Me dijo agarrándome del brazo.
Quítate la ropa, así está bien
No dejes nada por hacer
Si has venido a
comprarme, lárgate
Si vas a venir conmigo, agárrate
Akane se marchó a su habitación, para volver con una gran maleta. Después de
inspeccionarla a fondo, me di media vuelta.
- Ni lo sueñes, va a ser
peligroso - Ya adivinaba sus intenciones. No quería que viniera conmigo.
-
Yo se cuidarme sola, no te preocupes por eso - Me dijo intentando darme la
vuelta. Pero yo me negaba, no quería mirarla a los ojos.
- Pero quizás no
vuelva - Le dije, para que el recuerdo de su familia le hiciera reflexionar.
Pero me miró a los ojos.
- Déjame ir contigo - Solo con la manera que me lo
dijo, y con esos ojos, tuve que aceptar.
- De acuerdo - No pude negarme. Y
hacía nos dirigimos a China.
Larguémonos, chica hacia el mar
No hay amanecer en esta ciudad
Y no se yo si
nací para correr
Pero quizás si que nací para apostar
Pero al volver de China, todo era diferente. Mi amor por ella se amplió, ya no podía separarme de Akane. Pero tenía miedo de confesarle lo que sentía, después de lo que paso la primera que fuimos novios, no sabía se me aceptaría de nuevo. Pero fue ella quien me confesó su amor, el cual yo acepté. A los seis meses, nuestros padres decidieron casarnos. Yo no sabía si casarme o no. Pero Akane aceptó encantada.
Se que ya nada va a ocurrir
Pero ahora estoy contra las cuerdas
Y no veo ni
una forma de salir
Pero voy a apostar fuerte mientras
pueda
Y llegó el gran día, me encuentro en una habitación de la iglesia. Akane
decidió hacerlo al estilo occidental, sin que nadie le reprochara. Ya bastante
consiguieron con que dejemos que nos casemos.
- Hijo ya es la hora - Mi
madre también está preciosa. Yo salgo sin ningún temor, ya nada puede detener.
Ukyo, se marchó de Nerima. Shampoo, según dicen, se volvió a China. Pero yo creo
que fue a buscar a Mousse. Mousse se cazó con una tal Satomi hace medio año.
Kuno y Kodachi, se han ido de viaje a EE.UU. Y Ryoga, no ha vuelto en tres años.
Como me gustaría que estuvieran aquí. En conclusión, nada puede romper este
momento. Y ya no puedo volverme hacia atrás. Es hora de asumir mi decisión.
Llegué al altar, donde me espera el sacerdote y mi padre.
- ¿Lo tienes
todo? - me pregunta papá. Yo asiento con la cabeza. Él me sonríe - Suerte - dijo
justo antes de que empezara la sintonía del órgano.
Larguémonos, chica hacia el mar
No hay amanecer en esta ciudad
Y no se yo si
nací para correr
Pero quizás si que nací para apostar
Akane aparece con una gran vestido de boda. Era blanco, y con una cola en
forma de dos alas de ángel. Estaba hermosa. Pero una niña que no conocía
agarraba la cola de Akane. Se parecía mucho a Mousse. Miro a todos los
presentes, y encuentro al padre. Mousse me sonríe, mientras agarraba la mano de
su esposa. A su lado estaba Ukyo, que me hacía señales con la mano. En la
entrada se presentaba Akari montada en su cerdo, y también Shampoo, que parece
que no ha visto a Mousse. La abuela de Shampoo observaba en una esquina de la
iglesia, y el maestro brinda con sake en la otra esquina. Taro fumaba apoyado en
el portón de la entrada, y Ryuu Kumon ignora los comentarios de Shinosuke. Todos
estaban aquí, sin ni siquiera avisar. Me sentía muy feliz, pero todavía faltaba
algo. Ryoga no se presentó a la boda. Ryoga, tu deberías ser el primero que
debería estar aquí, siento que no estés.
Akane ya ha llegado al altar, y me
sonríe. El cura empieza a hablar mientras que yo juego con los dedos, hasta que
el sacerdote hace la pregunta del siglo.
- ¿Ranma Saotome, quieres tomar a
Akane Tendo como esposa, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la
enfermedad, hasta que la muerte os separe?- Ya habíamos ensayado esto muchas
veces, pero esta vez dude. Todos esperaban mi contestación. Yo sonrío levemente
doy mi opinión - Si, quiero - En ese momento, mi madre estalló a llorar mientras
que Kasumi la consolaba.
- ¿Y tú, Akane Tendo, quieres tomar a Ranma como
esposo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que
la muerte os separe?- Akane me agarra de la mano, para, sin dudarlo, contestar -
Si quiero -
- ... Esto... las alianzas... - Yo me percaté de que me había
olvidado que debía ponerle la alianza a Akane. Las saqué rápidamente para
encajar los anillos en nuestras manos.
- Si alguien tiene que objetar algo a
esta santa alianza que hable ahora, o que calle para siempre... - Nadie habla en
estos momentos, con lo cual el cura sonríe.
- Pues... Puede basar a la novia
- El cura cierra el libro, mientras que yo agarro Akane y le doy un gran beso,
ante los gritos de la multitud.
Ya no puedo darte el corazón
Perdí mi apuesta con el rock 'n' roll
Es la
ley la que tengo que pagar
Y ya no tiene sentido abandonar
Ya no tiene sentido abandonar
Oh, no, late
el corazón...
Canción utilizada.- Apuesta por el rock 'n' roll de Héroes del Silencio
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