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Por CARLOS VEGA/Grupo Reforma.Cd de México, México. ![]() Noche de música arcana, tal y como la había augurado Corgan desde la salida de su más reciente disco Adore, con tintes hipnóticos, explosivos y depresivos fue la que ofrecieron los Smashing Pumpkins durante las dos horas de su primer y único concierto en México, con el que también dieron inicio a su breve gira por Latinoamérica. Son cerca de las 21:00 horas y el Domo de Cobre se ha ido llenando poco a poco (quizá por ello el retraso de 30 minutos, ya que a la hora anunciada el inmueble se encontraba casi vacío) y los silbidos, aplausos y golpes en el piso van subiendo de tono exigiendo la presencia de los Pumpkins. Las luces se apagan y la ovación es ensordecedora al momento en que Billy Corgan, D'Arcy y James Iha aparecen en el escenario, vestidos de negro cual vampiros de fin de siglo, y sin más preámbulo arrancan con "To Sheila", tema de amor que transitó de lo sereno hasta lo potente, un rasgo muy característico de la banda. Detrás de los Pumpkins no hay nada que robe la atención excepto un fondo negro cual limbo, un excelso trío de percusionistas y un tecladista. Para esta ocasión, como lo han hecho en lo que va de su gira Adore, la banda de Chicago decidió alejarse de la parafernalia visual y concentrar al público en la música, objetivo que también lograron con sus seguidores nacionales. El tono subió
con "Behold! The Nightmare", con especial acento en las guitarras, "Pug",
"Once Upon A Time" y "Ava Adore", primer sencillo de su nuevo disco, con
una versión un poco distinta a la original, conservando la misma potencia
pero supliendo lo electrónico de las secuencias con una fuerte batería
acústica y una voz más salvaje de Corgan. Los Pumpkins parecen estatuas sacadas de la noche, su movilidad es casi inexistente de no ser por los leves movimientos de Corgan o los apenas perceptibles encogimientos rítmicos de rodillas y espalda de la pálida rubia D'Arcy al momento de atacar el bajo. Iha parece percatarse apenas de que está en un concierto, de no ser porque se mantiene tocando la guitarra. Con suaves introducciones de piano siguen "Tear" y "Blank Page" (que es adornada por miles de luces de encendedores), mientras que en "Thru The Eyes of Ruby" la banda explota con fuertes descargas de bajo y guitarras, largos pasajes hipnóticos y un Corgan que se transforma con desgarradores gritos y movimientos convulsivos, mientras "manosea" suciamente su guitarra, arrancándole notas profanas. "Hola México, gracias", dice el vocalista en español con voz ronca, y continúa en inglés: "estamos muy contentos de tocar nuestro primer concierto en México, queremos que les guste mucho y les prometo que no será la última vez, sentimos que sólo podamos tocar un show pero les prometo que regresaremos. "Queremos dedicar esta canción a todos ustedes". Así, ante el delirio de todos por las palabras de Corgan da inicio "Tonight Tonight" en versión acústica que se extiende hasta "Perfect", acompañadas por más de 15 mil gargantas y miles de luces de encendedores en el aire. Un respetable solo de los tres percusionistas, muy ovacionado, sirve como preámbulo para "Bullet With Butterfly Wings", en una versión más rápida, siguen con la alucinante y existencial "Shame" y se despiden con la suave "For Martha". Ante la insistencia general, Smashing Pumpkins regresa para ofrecer su clásico "1979", más rápida y potente que la original, y rematan con un larguísimo (23 minutos de duración) e hipnótico cover al tema de la banda de culto Joy Division, "Transmission". Entonces viene lo inesperado. Poco antes de concluir la canción, Corgan empieza a reír como loco, entabla una "diálogo" con la guitarra de Iha y después sube al escenario a tres mujeres y un hombre del público, para que se posesionen de los instrumentos de los Pumpkins, mientras estos se despiden y salen del escenario ante la celebración de los asistentes. El público los 'adora' -
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Blue
Skies Bring Tears©Derechos Reservados
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