Asistencia Psicológica

La enfermedad, o una oportunidad para la conciencia

La vida tomada como proceso presupone un devenir de situaciones; de estados fluctuantes en el orden del cuerpo, de las emociones, del pensamiento y de la vida espiritual. El diagnóstico de una enfermedad puede considerarse, entonces, una estación de nuestro recorrido y como tal un momento para detenerse y realizar un trabajo sobre nosotros como personas totales. Este estado puede interpretarse, por lo tanto, como un momento para aprender sobre la incertidumbre, sobre las cegueras propias; sobre aquello que “creíamos saber” y ahora dudamos. Es así que el “proceso enfermedad” ofrece la posibilidad para  reeducarse en el concepto amplio de la condición humana, empezando por cada uno de nosotros en reunión con aquellos que quieran acompañarnos, con los recursos físicos, sicoafectivos y sociales que se posean. Una verdadera prueba de la voluntad para el cambio que puede ser estimulada por el virus HIV.

El día sigue abierto mientras estemos vivos.

 

Dra. Silvia Docampo

Especialista en Clínica Medica. UBA

Especialista en Psiquiatría UBA

Sicoterapeuta Sistémica.UBA  

Asistencia Psicológica al Paciente VIH Positivo o con SIDA Vista por el Médico de Cabecera.

Desde sus inicios, la epidemia del SIDA involucró a personas que tenían prácticas homosexuales, que habían recibido transfusiones de sangre o hemoderivados y a pacientes adictos a las drogas endovenosas. Esta concentración inicial de la infección en las personas que tenían prácticas homosexuales generó conductas sociales discriminatorias hacia todos aquellos que padecían la enfermedad.

Actualmente, la infección provocada por el VIH involucra tanto a personas que tienen prácticas heterosexuales como a los que tienen relaciones sexuales de hombres con hombres. El análisis de la epidemia en la Argentina no muestra que las mujeres jóvenes son la población que más se vio involucrada en términos relativos últimamente. Este "giro" hacia la idea de que cualquier persona sexualmente activa puede adquirir la infección, generó "una toma de conciencia" en la sociedad actual.

El paciente infectado por el VIH pasa por diferentes estados de ánimo según el estadío de su enfermedad; cuándo consulta para la realización del estudio inicial, cuándo tiene la reunión con el médico para que le "devuelva" el resultado de laboratorio, cuándo se entera que tiene la infección y, hasta que recurre al médico para que lo oriente en la relación a los próximos pasos en pos del control de la enfermedad ( toma de la medicación, etc.).

La "carga" generada por esta infección viral crónica puede verse aumentada o disminuida según los antecedentes de vida de esa persona en particular. En esto, entran en juego la personalidad previa del paciente, las experiencias de vida, el nivel sociocultural, el medio en el que se desenvuelve y el nivel de contención que pueda encontrar en su medio social. Es fundamental la familia real o "postiza" ya que le pueden brindar una muy particular y especial ayuda.

En toda la "evolución" del paciente, desde el diagnóstico hasta que inicia las medidas para el control de su infección viral, consideramos clave el rol del médico infectólogo de cabecera ya que en nuestra experiencia, puede contener muy adecuadamente al paciente brindando información clara y precisa, dando confianza y calidez. El paciente puede necesitar asistencia psicológica. Nosotros, recomendamos que las terapias psicológicas sean cortas y exclusivamente relacionadas a la temática del VIH en un paciente determinado. Es importante tener en cuenta que la asistencia psicológicas hay que adaptarla a las necesidades de cada persona. En algunos casos es recomendable iniciarla incluso antes de informarle el resultado de la serología al paciente, en cambio, en otros, podemos valorar junto con él en que medida puede ser útil recurrir a este tipo de terapéutica.

En líneas generales la asistencia psicológicas le permite al paciente una adaptación más temprana a su nueva realidad de enfermo crónico y a asumir mejor las necesidades con las que se va a enfrentar. Hay que tener en cuenta que el paciente VIH positivo o con SIDA al enterarse del diagnóstico es probable que tenga un período de depresión que puede afectar su propia personalidad, la relación con sus afectos e incluso repercutir en su situación laboral. La psicoterapia le otorga al paciente herramientas intelectuales y emocionales con las que puede recuperarse antes y mejor de su depresión.

 

Dr. Alejandro Uriburu

Medico Inféctologo

 

COMO AFECTA EL SIDA A NIVEL PSICOLÓGICO

Recibir el diagnostico de VIH positivo es en si mismo un hecho psicológicamente traumático. Por ello “es sumamente importante que el informe sea dado por integrantes de un equipo profesional (médico-psicólogo) para contener las ansiedades que puedan surgir, e informar adecuadamente qué se espera de la situación”.

El staff de FAIVIH/S piensa que dicha medida es muy práctica, pero que en nuestro caso, debido a tantos años que atendemos pacientes VIH + , hemos logrado un entrenamiento que nos permite “contener” afectivamente a los pacientes.

De acuerdo a la forma en que conozca el diagnóstico variará la relación de la persona afectada. En general aparecen “conductas de aislamiento”, cuyo fin resulta el ocultamiento por temor a ser discriminado, rechazado o aislado socialmente. En otros casos se intenta proteger a los allegados tomando conductas precautorias para esconder el diagnóstico. Hay quienes desean “escapar” o resistirse a esa realidad e ignoran el diagnóstico lo que resulta un mayor riesgo ya que pueden continuar con la transmisión del virus o reinfectarse nuevamente”.

Es fundamental tener en cuenta la necesidad de asistencia y contención psicológica del paciente con VIH ya que “suelen aparecer ansiedades, incertidumbres, angustias y síntomas depresivos que pueden afectar en gran medida el sistema inmunológico”.

“La mejor acción terapéutica está dirigida precisamente a posibilitar la recuperación de la historia personal significativa. Por ello es conveniente que los allegados se acerquen más al enfermo. La sola acción de escuchar ya está implicando un apoyo de significación para sus necesidades de recuperación. Esto posibilita brindar diálogos gratos, caricias, ya sea verbales, táctiles, auditivas y visuales que sin dudas ayudarán al paciente más rápida y efectivamente”.

Respecto del rol que cumple la familia del infectado, ésta “constituye el mayor y mejor apoyo que la persona puede recibir. Pero para ello, la familia debe estar dispuesta a informarse, capacitarse minimamente sobre la enfermedad y finalmente cooperar en el aprendizaje de habilidades que permitan habilitar a la persona para un digno desempeño en la sociedad.

 

Fuente:

Licenciado Juan Carlos Torcibia, Servicio de Infectología Hospital Lencinas- Mendoza-.

Staff de FAIVIH/S.

 

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