foto de Ana Valadares | PORTUGUÊS ENGLISH |
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Branca Maria de Paula, cuentista, poeta y fotógrafa, nace en
Aimorés, Minas Gerais, en 1946. Se gradúa en Filosofía.
Su trayectoria como escritora gana impulso en 1978, cuando
es galardonada en el 3er. Concurso Nacional de Cuentos Eróticos da Revista
Status. Su cuento, Fondo Infinito, es censurado en su totalidad. Tras ello
se publica el primer libro, La Mujer Prohibida.
Branca de Paula ha trabajado en la Prensa Oficial de Minas Gerais con el escritor Murilo Rubião e hizo parte de la Comisión de Redacción del cuaderno literario del periódico "Minas Gerais".
Es miembro fundador y fue vicepresidente del Sindicato de los Escritores de
Minas Gerais.
Ha participado del proyecto Luz del Fuego, la bailarina del pueblo
junto con las escritoras Cristina Agostinho y Maria do Carmo Brandão.
El 93, estuvo en Munich como becaria de la Biblioteca
Internacional de la Juventud, en donde ha sido invitada a presentar una ponencia en el Centro Cultural Latinoamericano, ocasión en que su cuento Por primera vez fue traducido al alemán..
Su obra ha sido objeto de estudio en el Department of Spanish and Portuguese de la University of Colorado Boulder, en el curso "Contemporary Brasilian Prose
Fiction By Women-1985".
Redactó, con dos cineastas mineros, dos guiones para largometrajes.
Vive en Belo Horizonte, donde participa activamente del
escenario cultural minero.
Traducción de Ricardo Paolinelli Pérsio
Lo comió con muchas ganas, chasqueando la lengua y gimiendo de placer. Pero no lo hizo de manera salvaje. Al contrario, fue bastante cortés.
Lo comió poco a poco, con refinamiento y sabiduría. Dispuso igualmente de todas las partes, sin rechazar ningún hueso, por pequeño que fuese. Aprovechó todo, todo, incluso los dedos de los pies.
Libó primero los labios carnudos, suspirando delicadamente.
Cuando mordisqueaba la espalda, gimió alto. Al chupar el muslo, casi perdió la compostura.
Perdió la compostura al lamer las partes tiernas. Lo sacrificó en gran estilo, arrancándole las vísceras sin sombra de culpa o tardío remordimiento. Pero el momento de gozo ella lo vivió al devorarle la cabeza.
Él perdió la piel, las carnes, se quedó desnudo por fuera y por dentro. Y ella no tuvo compasión. Había arrebatado su corazón. Por fin.
Te tengo ahora entre las piernas Como un ángel caído de las alturas. En las dobladuras, en las sobras En los poros, en los cantos Te tengo ahora Más hondo todavía. En tregua, suspiro y gozo Duermes El sueño justo. Te tengo ahora Como si fuésemos eternos.
Traducción de Isabel Pomar Bonnín