DISCURSO DEL EDITOR

Los masones estamos convencidos que el ser humano no es perfecto. Por eso no deben ser causas de permanente inquina las ofensas; entendidas como tales los maltratos, las afrentas, los insultos, los agravios, las injurias, los ultrajes, los denuestos, que provengan de nuestros HH.:. Esto no quiere decir que se justifiquen tales conductas indebidas que deben erradicarse.  Queremos significar con lo del perdón o remisión, que es necesaria su práctica pues este mandato bíblico (Mateo 6:14-15) hay que cumplirlo para que no exista entre nosotros el resentimiento que conduce al desafecto; el cual desarmoniza, debilita nuestras columnas poniendo en peligro la unión y frena el progreso espiritual de ofensores y ofendidos.

Quien no perdona no puede ser practicante de la difícil virtud de la tolerancia que tantos sacrificios exige, y sin la cual no puede haber auténtica sociabilidad, ni confianza entre los francmasones. Si en nuestro Oriente no confluyen estas virtudes, entre nosotros languidecerían los atributos de la fuerza y de la unión que han hecho posible la consolidación de nuestra Orden a través de los tiempos; y con ello se le pondría una talanquera al ejercicio grupal de la beneficencia o servicio que es uno de nuestros primordiales objetivos.

Por lo dicho, los miembros de la Resp:. Log:. ATLÁNTICO Número 8 al levantar sus columnas, nos hemos comprometido a mantener en nuestro Taller y en nuestros corazones enarbolada la bandera del perdón; ya que tenemos la convicción  de que nos hemos agrupado en Logia no por el mero instinto gregario, sino porque sabemos y sentimos que la Francmasonería por ser una orden iniciática es una escuela espiritual, y no un lugar para el refugio y para el desbordamiento de los enconos.  Al izar esta insignia pretendemos que nuestra actitud sirva de ejemplo al resto de los talleres de la jurisdicción; para que en nuestro Oriente cada  vez que se lea el Salmo 133 su luz azul produzca resonancia en nuestros espíritus; y para que así entre nosotros jamás el hermano llegue a ser un lobo para su hermano, sino todo lo contrario, que siempre el hermano sea sagrado para su hermano.